viernes, octubre 05, 2007

NOTICIAS ENCADENADAS

Detienen a la cúpula de Batasuna.Localizan los Mapamundi.Tormenta en Mallorca.Son las noticias que me llaman la atención.
Consulto mi baraja atomica 368.
MIGUEL ANGEL ASTURIAS Torotumbo pag 368
!Yo puse la bomba en la cabeza del diablo....!!Yo puse la dinamita los pies de Tamagás...!
El pueblo subia a la conquista de las montañas,de sus montañas,al compas del Torotumbo.En la cabeza las plumas que el huracan no domó.En los pies,las calzas que el terremoto no gastó y a sus espaldas,prietas y desnudas,un manto de sudor de siglos.Su andar de piedra,de raiz de arbol,de torrente de agua,dejaba atras como basura,todos los disfraces con que se vistió la ciudad para engañarlos.
JAMES JOYCE Ulises pag 368
La señorita Dunne escondió en lo hondo del cajon el ejemplar de LA MUJER DE BLANCO
ROBERT GRAVES La Diosa Blanca pag 368


Vara de sauce, dedo de la oreja,

con el poder de la adivinación

obliga a hacer confesiones a la boca

de un cadáver consumido.

Puntas de los dedos, cinco tártagos,

árboles, que adivinan la verdad,

descubrid todo lo que vuestro poeta pide

tamborileando en su frente.

DANTE ALIGHIERI DIVINA COMEDIA PAG 368


Mas antes de que enero desinvierne, 142

por la centésima parte olvidada,

de tal manera rugirán los cielos, 144

que la tormenta que tanto se espera,

donde la popa está pondrá la proa,

y así la flota marchará derecha; 147

y tras las flores vendrán buenos frutos.

CANTO XXVIII

RUIZ ZAFON LA SOMBRA DEL VIENTO


El caso es que el Joanet dice que subió al se­gundo piso (porque yo me negué a entrar, oiga, que eso no debe de ser legal, aunque por entonces la casa ya lle­vaba lo menos diez años abandonada) y dijo que allí ha­bía algo. Le pareció oír como una voz en una habitación pero, cuando quiso entrar, la puerta se le cerró en las na­rices. ¿Qué le parece?

Me parece una corriente de aire —dije.

O de otra cosa apuntó el portero, bajando la voz—. El otro día venía en la radio: el universo está lleno de misterios. Fíjese usted que parece que han encontrado la verdadera sábana santa en pleno centro de Sardanyola. La habían cosido en la pantalla de un cine, para ocultarla de los musulmanes, que la quieren usar para decir que Je­sucristo era negro. ¿Qué le parece?

No tengo palabras.

Lo que yo le diga. Mucho misterio. Esa finca la ten­drían que tirar abajo y echar cal en el terreno.

Agradecí al señor Remigio la información y me dispu­se a descender la avenida de vuelta hasta San Gervasio. Alcé la vista y vi que la montaña del Tibidabo amanecía entre nubes de gasa. Me apeteció de repente acercarme hasta el funicular y escalar la ladera hasta el antiguo par­que de atracciones en su cima para perderme entre sus carruseles y sus salones de autómatas, pero había pro­metido estar a tiempo en la librería. De vuelta hacia la es­tación del metro imaginé a Julián Carax bajando por aquella misma acera y contemplando aquellas mismas fa­chadas solemnes que apenas habían cambiado desde entonces, con sus escalinatas y jardines de estatuas, quizá es­perando aquel tranvía azul que trepaba de puntillas al cielo. Al llegar al pie de la avenida saqué la fotografía de Penélope Aldaya sonriendo en el patio del palacete familiar. Sus ojos prometían el alma limpia y un futuro por es­cribir. «Te quiere, Penélope.»

BOLAÑO 2666 pag 368

Esto último lo relató una amiga de Zacatecas, a quien Úrsula llamó por teléfono. Se la notaba dichosa, dijo, porque iba a encontrar trabajo en una maquiladora. La identificación fue posible gracias a las Converse y a una pequeña cicatriz en la espalda con forma de rayo.

La realidad es como un padrote drogado en medio de una tormenta de truenos y relámpagos, dijo la diputada. Después se quedó callada un rato, como si se dispusiera a escuchar los truenos lejanos. Y después cogió su vaso de tequila, que volvía a estar lleno, y dijo: yo cada día tenía más trabajo, ésa es la pura verdad. Cada día ocupada con cenas, viajes, reuniones, planificaciones que no llevaban a ninguna parte, salvo a conseguir mi cansancio infinito, cada día con entrevistas, cada día con desmentidos, apariciones en la televisión, amantes, tipos a los que me cogía no sé por qué, por mantener la leyenda, tal vez, o tal vez porque me gustaban, o tal vez porque me convenía cogérmelos, una sola vez, eso sí, que probaran pero que no se acostumbraran, o tal vez simplemente porque me gusta coger cuando y donde se me da la real gana, y no tenía tiempo para nada, mis negocios en manos de mis abogados, el patrimonio Esquivel Plata, que ya no menguaba, no quiero mentirle, sino que crecía, en manos de mis abogados, mi hijo en manos de sus profesores, y yo cada vez con más trabajo:

problemas hidrográficos en el estado de Michoacán, carreteras en Querétaro, entrevistas, monumentos ecuestres, alcantarillado público, toda la mierda de un barrio pasando por mis manos.

Por esa época, supongo, descuidé un poco a mis amigos.





jueves, octubre 04, 2007

Consulta-414.

Isabel Allende-Inés del alma mía 220pag 414-220=194

En pocos minutos los atacantes abandonaron el campo y huyeron a los bosques como liebres.

Sorprendidos, los españoles no supieron qué diablos sucedía y temieron que fuese una nueva táctica del enemigo, ya que no había otra explicación para tan súbita retirada que dio por terminada la batalla que apenas comenzaba. Valdivia hizo aquello que le dictaba su experiencia de soldado: ordenó perseguirlos. Así se lo describió al rey en una de sus cartas: «Y apenas habían llegado los de a caballo, cuando los indios nos dieron las espaldas, y los otros tres escuadrones hicieron lo mismo. Se mataron hasta mil quinientos o dos mil indios, se lancearon otros muchos y prendimos algunos».

Aseguran quienes se hallaban presentes que el milagro fue visible para todos, que una figura angélica, brillante como el relámpago, descendió sobre el campo, alumbrando el día con una luz sobrenatural. Unos creyeron reconocer al apóstol Santiago en persona, cabalgando sobre un corcel blanco, quien enfrentó a los salvajes, les endilgó un elocuente sermón y les ordenó rendirse ante los cristianos. Otros percibieron la figura de Nuestra Señora del Socorro, una dama hermosísima vestida de oro y plata, flotando en las alturas. Los indios prisioneros confesaron haber visto una llamarada que trazó un amplio arco en el firmamento y explotó con estruendo, dejando en el aire una cola de estrellas. En los años posteriores los bachilleres han ofrecido otras versiones, dicen que fue un bólido celestial, algo así como una enorme roca desprendida del Sol y que cayó sobre la Tierra. Nunca he visto uno de esos bólidos, pero me maravilla que tengan forma de apóstol o de Virgen y que ése cayera justo a la hora y en el lugar apropiado para favorecer a los españoles. Milagro o bólido, no lo sé, pero el hecho concreto es que los indios huyeron despavoridos y los cristianos quedaron dueños del campo, celebrando una inmerecida victoria

Múgica Laínez-El Unicornio 212 pág. 414-212=202

No hubo en esa oportunidad ni hormigueos, ni escozores, ni soldadura de las

extremidades, ni demás manifestaciones de la metamorfosis. Me limité a levantar los

fastidiosos párpados y a sacudir la frente adormecida; recorrí con los ojos mi cuerpo, y

observé en su sitio, recuperados, los desnudos pechos firmes, la cola de serpiente, las

alígeras membranas. Sentía una rara fatiga, un embotamiento que se traducía en

debilidad.

Oberón repitió el conocido saludo:

— ¡Bienvenida, Melusina de Lusignan, patrona del Poitou, arquitecta de nobles castillos!

Le respondí, como en nuestro anterior encuentro:

— ¡Salud, rey Oberón!

Moviéronse algo más las hadas, riendo, sacudiendo sus campanas de vidrio, sus collares

de nueces, sus medallas de cobre labradas con el sello de Salomón, sus cascabeles

talismanes, sus sonajas fetiches, y con ellas se movió la nube de pequeños duendes y

silfos que las servían, de modo que, como a través de los breves claros hendidos en la

espesura de un bosque, comencé a distinguir la forma y el adorno del aposento en el cual

nos hallábamos y que me resultaba curiosamente familiar, aunque —perturbada como

estaba todavía por el golpe que recibiera en Hattin y por los trastornos que implicaba la

mudanza del estado caballeresco y masculino al femenino y mágico— no acertaba a

ubicarlo en la memoria

ROBERT MERLE WEEK-END EN ZUYDCOOTE 414pag.

Arrodillado en el sitio donde el gigante se había desplomado,se puso a recoger la sangre con el estropajo.Cuando éste estuvo completamente embebido,lo escurrió sobre la jofaina.Las manos se le pusieron rojas al momento.Repitió la operación varias veces.Jeanne,de pies ante él,con la cabeza inclinada,le miraba hacer.

JAMES JOYCE ULISES 1 414PAG.

En silencio amodorrado Oro se inclinaba sobre la página.

-El aljófar del rocio… Los labios de Lenehan sobre el mostrador cecearon un sordo silbido de señuelo.Pero mire para acá-dijo-,rosa de Castilla.

Tintineo de calesín junto al bordillo se paró.Ella se levanto y cerró su lectura,rosa de Castilla.¿Se callo ella o la empujaron?.No haga preguntas y no oirá mentiras.

MIGUEL ANGEL ASTURIAS LA AUDIENCIA DE LOS CONFINES pag.414

Anciano español ¡Mis esclavos mis esclavos!!Si me quitan mis esclavos me quitan autoridad,honra,comida y ser!

Nabori Sabido es, miseñor, mi gran señor,que cuando nos visitas es siempre en son de guerra.Nosotros esperábamos al que con una piedra de rio había dado cita a una de nuestras vírgenes sagradas.De ser tú,no llegas callando como el hombre del vestido blanco,sino con banderas desplegadas y tambores.


miércoles, octubre 03, 2007

EL GATO Y EL PAPA


Un gato nos cuenta la vida de Benedicto XVI

Posted: 02 Oct 2007 03:46 PM CDT

Por aquí la publicación de Jesús de Nazareth, el último libro del Papa Benedicto XVI, no tuvo mucha acogida (me refiero a Papel en Blanco; ya todos vimos en televisión como la gente se llevaba los ejemplares de 10 en 10, aunque sin ánimo de ofender, yo no vi más que monjas). Sin embargo, la noticia tan curiosa que he leído hoy sobre Joseph Ratzinger no me puede pasar desapercibida.

Escrito por la periodista Jeanne Perego e ilustrado por Donata Dal Molin Casagrande, Joseph y Chico será un libro infantil editado por la casa religiosa Messaggero Padova que nos contará, desde el punto de vista de Chico, un gato, la vida de Benedicto XVI desde su infancia hasta su nombramiento como Papa. También incluye una introducción de George Ganswein, secretario personal del Papa, por lo que el rigor está asegurado.

Ahora bien… ¿cómo nos contará el gato Chico la juventud de Ratzinger en los momentos de la Segunda Guerra Mundial? Porque me parece algo demasiado complicado y delicado como para que se pueda explicar con palabras sencillas y más aún a niños que ni siquiera saben quién fue Hitler. En cualquier caso, imagino que se podrán obviar muchos datos y que no será más que una especie de panfletillo para que todos aquellos padres que lo consideren puedan enseñar un poco más a sus hijos sobre este señor. Mi opinión me la tengo que reservar por prudencia.

Vía | El nuevo diario

martes, octubre 02, 2007

EL REY SAGRADO

¿Pero por qué el Perro? ¿Por qué el Corzo? ¿Por qué el Avefría?

El perro con que se representa a Esculapio, como el perro Anubis, el compañero

del egipcio Thoth, y el que siempre acompañaba a Melkarth, el Hércules fenicio, es un

símbolo del Infierno así como de los sacerdotes del perro llamados Enarios que atendían

a la Gran Diosa del Mediterráneo Oriental y se entregaban a frenesíes sodomíticos en

los días canículares cuando aparecía la estrella del Perro, Sirio. Pero el significado

poético del perro en la leyenda de la Cad Goddeu, como en todas las leyendas análogas,

es «Guarda el secreto», el secreto principal del que dependía la soberanía de un rey

sagrado. Evidentemente Amathaon había seducido a algún sacerdote de Bran -no

pretendo saber si era o no un sacerdocio homosexual- y consiguió de él un secreto que

permitió a Gwydion adivinar correctamente el nombre de Bran. Hércules venció al can

Cerbero con una torta narcótica que relajó su vigilancia; no consta qué medio utilizó

Amathaon.

 
 

En todo caso, el mito de Cronos es ambivalente: recuerda el

reemplazo y el asesinato ritual, tanto en el culto del roble como en el de la cebada, del

rey sagrado al término de su período de reinado; y también la victoria de los pastores

aqueos sobre los agricultores preaqueos de Grecia. En las Saturnalia romanas de la

época de la República, festival semejante a la antigua Pascua de Navidad inglesa, se

abandonaban temporalmente todas las restricciones sociales en memoria del reinado

dorado de Cronos.

 
 

Delfos, el hogar de Apolo, fue en un tiempo una tumba oracular del

mismo tipo, con una serpiente pitón en espiral y una sacerdotisa profética de la diosa

Tierra, y el «omphalos» o «santuario del ombligo», donde se alojaba la pitón

originalmente, se hallaba bajo tierra construido en la misma forma de colmena, que

proviene originalmente de la africana masabo, o casa de los espectros o almas. Las astas

de ciervo descubiertas en New Grange formaban probablemente parte del tocado del rey

sagrado, como las astas que llevaba el dios galo Cernunnos, y los cuernos de Moisés, y

los de Dioniso y del rey Alejandro que aparecen en las monedas.

 
 

La visita de Eneas, con un ramo de muérdago en la mano, al Averno para

interrogar a su padre Anquises debe ser interpretada en este sentido. Eneas sacrificó un

toro y dejó que la sangre se vertiera en una artesa, y el alma de Anquises (quien se había

casado con la diosa del Amor Venus Ericina, había sido muerto por un rayo y era, en

realidad, un rey sagrado del tipo hercúleo habitual) bebió la sangre y cortésmente

profetizó las glorias de Roma. Por supuesto, el alma no lamió realmente la sangre, pero

se oyó en la oscuridad el sonido de lamer; lo que sucedió fue que la Sibila, quien

conducía a Eneas por el infierno, bebió la sangre y ésta le produjo el deseado éxtasis

profético. Que las sibilas obraban así se sabe por el caso de la sacerdotisa de la Madre

Tierra en Aegira («Alamo Negro», árbol consagrado a los héroes), en Acaya.

 
 

Las nueve doncellas de la caldera recuerdan a las nueve vírgenes de la isla de

Sein en la Britania occidental a comienzos del siglo V, descritas por Pomponio Mela.

Poseían poderes mágicos y los navegantes podían acercarse a ellas para consultarlas.El rey sagrado, por consiguiente, es un rey Sol, y cuando muere vuelve a la

Madre Universal, la Diosa Blanca Luna, que lo aprisiona en el extremo norte. ¿Por qué

en el norte? Porque ese es el lado desde el cual el Sol nunca brilla, desde el cual el

viento trae nieve; sólo soles muertos se pueden encontrar en el frío norte polar. El dios

Sol nace a mitad del invierno, cuando el Sol es más débil y ha llegado a su posición más

meridional; por tanto, su representante, el rey Sol, es muerto en el solsticio de verano,

cuando el Sol llega a su posición más septentrional.

 
 

«Hércules»

es una palabra de muchos significados. Cicerón distingue seis figuras legendarias

diferentes llamadas Hércules; Varrón, cuarenta y cuatro. Su nombre, en griego Heracles,

significa «Gloria de Hera»; y Hera es el nombre griego primitivo de la diosa de la

Muerte que se hacía cargo de las almas de los reyes sagrados y hacía de ellos héroes

oraculares. Es, en realidad, un dios compuesto de muchos héroes oraculares de

diferentes naciones en diferentes etapas de la evolución religiosa, algunos de los cuales

se convirtieron en verdaderos dioses, en tanto que otros siguieron siendo héroes. Esto

hace de él el personaje más confuso de la mitología clásica; pues al príncipe pelópida

semihistórico de la generación anterior a la guerra de Troya se le ha confundido con

varios héroes y dioses llamados Hércules, y a éstos, los unos con los otros.Hércules

aparece por primera vez en la leyenda como un rey sagrado pastoral, y tal vez porque

los pastores reciben con regocijo el nacimiento de corderos mellizos, él también es

mellizo. Sus características y su historia pueden deducirse de una gran cantidad de

leyendas, costumbres populares y monumentos megalíticos. Es el hacedor de la lluvia

 
 

La costumbre de quemar a un niño como sustituto anual del rey sagrado tiene un

buen ejemplo en el mito de Tetis, Peleo y Aquiles. Peleo era un fratricida aqueo

desterrado de Egina y que llegó a ser rey de Yolcos con un correy llamado Acasto, en

sucesión de los correyes Pellas y Neleo. Tetis, una diosa del mar tesalia, es descrita por

los mitógrafos como hija del centauro Quirón o como una de las cincuenta nereidas, de

entre las cuales fue elegida para ser una esposa de Zeus. Zeus cambió de propósito

obedeciendo a un oráculo y la dio en matrimonio a Peleo, a quien ella dio siete hijos, a

seis de los cuales mató en la hoguera. El séptimo, Aquiles, fue salvado por Peleo en el

momento perentorio, como el infante Esculapio. A los seis primeros les dio la

inmortalidad el acto de la cremación; pero como en el caso de Aquiles ese acto no había

terminado, su talón seguía siendo vulnerable. Tetis huyó y Peleo dejó a Aquiles a cargo

de Quirón, que le instruyó; posteriormente Aquiles fue rey de los mirmidones de la

Ftiótide y condujo un contingente de ellos a combatir en Troya. Cuando se le ofreció la

elección entre una vida breve pero gloriosa y una larga y vulgar, eligió la breve.

 
 

En el Libro de Tobías el octavo afortunado, el nuevo novio Zeus, quien elude su

destino cuando el Zeus reinante tiene que morir al final de su período. Asmodeo es el

equivalente persa de Set, el asesino anual de Osiris, pero es encantado con el pez de la

inmortalidad y huye a sus desiertos meridionales. El perro de Tobías es un indicio útil;

acompañaba siempre a Hércules Melkartk, o a su equivalente persa Sraosha, o al griego

Esculapio, adondequiera que iba.

Una serie típica de tabúes que ataban a este Hércules es citada por Sir James

Frazer en La Rama Dorada: se aplicaban al Flamen Dial, el sucesor del rey sagrado de

Roma cuya dirección de la guerra pasó a los cónsules mellizos cuando se fundó la

República.

El Flamen Dial no podía montar en un caballo, ni siquiera tocarlo, ni ver un

ejército en armas, ni llevar un anillo que no estuviera roto, ni tener un nudo en parte

alguna de su vestimenta; ningún fuego, como no fuera sagrado, podía sacarse de su

casa; no podía tocar harina de trigo o pan con levadura; no podía tocar ni siquiera

nombrar a una cabra, un perro, carne cruda, fríjoles y hiedra; no podía andar bajo una

parra; las patas de su cama tenían que estar embadurnadas con barro; sólo podía cortarle

el cabello un hombre libre y con un cuchillo de bronce; cuando le cortaban el cabello y

las uñas había que enterrarlos bajo un árbol favorable; no podía tocar un cadáver ni

entrar en un lugar donde estaba uno enterrado; no podía ver el trabajo que se hacía en

los días de fiesta; no podía estar al aire libre con la cabeza descubierta; si introducían en

su casa a un hombre atado, había que desatar al cautivo y arrojar las cuerdas por un

agujero abierto en el techo para que cayeran en la calle.

 
 

lunes, octubre 01, 2007

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CUBA DECRETA TRES DIAS DE DUELO OFICIAL POR LA MUERTE DE FRANCO



Voto en Blanco
En Portada
Información y Opinión
Cuba: el día que murió Franco

Me escribió Alex Grijelmo, siendo presidente de la Agencia EFE, para pedirme que le enviara algunas anécdotas relevantes de mis tiempos como empleado de EFE. Pensaba editar un libro con esas aportaciones. Una gran idea. Ahí va una anécdota buena: la muerte de Franco, vivida desde La Habana (Cuba):
Era yo director de la oficina de la Agencia EFE en Cuba. La noche del 20 de noviembre de 1975 estuvimos brindando con mi única botella de cava (todo un lujo asiático en aquella Cuba racionada) con amigos cubanos por el fin de la dictadura franquista. Al amanecer del día 21 suena el teléfono y es el embajador de España, Enrique Suárez de Puga, que me comunica la noticia: "Paco: Cuba decreta tres días de duelo oficial por la muerte de Franco". "No me lo creo, embajador; debe ser una broma". "Estoy hablando en serio. Tengo aquí delante el decreto oficial, firmado por el presidente Oswaldo Dorticós". "Lo siento, embajador, pero tengo que verlo con mis propios ojos". "Vente para la embajada".

En mi coche, desde El Vedado a la Habana Vieja, con las calles desiertas, sin apenas circulación, no tardé más de cinco minutos en llegar. Vi el decreto oficial con mis propios ojos y, aunque me pareció extraño que la Revolución Cubana decretase duelo oficial por la muerte del dictador español, tuve que creérmelo. Regresé a mi casa y envié la noticia URGENTE a EFE, que la rebotó de inmediato por todos sus canales.

Media hora más tarde, recibo una llamada del MINREX cubano (Ministerio de Relaciones Exteriores) y escucho la voz airada de un funcionario que me increpa "por mentiroso" y que me dice: "gallego: prepara las maletas porque te vas de Cuba. Te vas expulsado por mentir ¿Cómo va a decretar Cuba duelo oficial por la muerte de Franco?" Le respondo que es cierto, que he visto con mis propios ojos el decreto, pero insiste: "Prepara las maletas".

Mi mujer empezó a preparar las maletas, pero yo no daba crédito a lo que estaba pasando. Llamé a "Prensa Latina" y le conté lo que me pasaba a Carlos Mora, subdirector de la agencia oficial de noticias cubana. Carlos me repitió la misma historia: "Es imposible que Cuba haya decretado duelo oficial. Debes estar equivocado. Te has metido en un lío". Pero yo no me rendía y apelé a mi condición de representante de EFE, solicitándole una entrevista oficial con el director de Prensa Latina, Gustavo Robreño, un militar periodista, hombre de confianza de Raul Castro, con quien yo mantenía una relación cordial, aunque sólo nos veíamos en alguna que otra recepción oficial, no más de una vez al mes.

A los pocos minutos me llamó Robreño, que ya había realizado sus investigaciones y me dijo: "Quedate tranquilo. Tienes razón con lo del decreto, pero se trataba de una comunicación privada al embajador y nadie había previsto que se publicara. Nos has metido en un buen lío".

Dias después pude poner en pie toda la historia: Cuba decretó duelo oficial, pero quiso mantener esa comunicación en niveles privados para quedar bien con España y, al mismo tiempo, evitar un escándalo internacional. Nadie había previsto que un periodista lanzara la noticia.

El ambajador de España se pasó el día 21 de noviembre recorriendo los centros públicos y cuarteles de la Habana, exigiendo que bajaran la bandera y la pusieran a media asta, como correspondía hacer, según el decreto. En cada centro, ante la pretensión del embajador se organizaba todo un revuelo y se cursaban consultas urgentes de alto nivel. Terminaban colocando la bandera a media asta, pero volvían a subirla cuando se marchaba el embajador.

La noticia de EFE se publicó en medio mundo. Para mí fue la primera vez que publiqué una exclusiva en medios tan destacados como The Washington Post, The New York Times y Le Monde, entre otros muchos.

Dias mas tarde, Fidel Castro en persona me llamó para conversar sobre el futuro de España tras la muerte de Franco. Refiriéndose a la noticia que envié sobre el "duelo oficial" me dijo: "En menudo lío nos has metido".

La Cuba comunista de Castro decretó duelo oficial por la muerte del Caudillo, pero quiso mantener esa decisión en absoluto secreto, quizás porque no sabían como explicar, ideológicamente, esa medida. Un periodista libre les aguó la fiesta.

(Anécdota periodística dedicada a la Agencia EFE y a sus muchos periodistas libres de entonces)


Voto en Blanco

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LECTURAS DE POLITICOS

¿Qué leía Franco?
por Ricardo Bada

Allá por 1975, Heinrich Böll publicó una amplia reseña de un libro titulado Las lecturas priva-das de Sigmund Freud. Un libro de Peter Brückner donde éste hacía el inventario de la biblioteca particular del creador del psicoanálisis, y extraía de ello las más sabrosas conclusiones, no todas necesariamente basadas en su inventario sino también en alguna frase suelta del propio Freud: "Para mí, el fantasear y el trabajar son una misma cosa, y fue-ra de eso nada me divierte". Comentario de Brückner: "En una persona con su capacidad de trabajo no se puede excluir que tanto en uno como en otro caso, la inclinación al libro haya reconciliado dos tendencias opuestas: la tendencia a la pereza y la repugnancia hacia la inactividad".
Haciendo hincapié en ello, Heinrich Böll acierta al advertir que el problema esencial consiste en saber "si realmente se puede separar la lectura profesional —por ejemplo, la de Dostoievski, que sin duda también era privada— de la lectura privada, por ejemplo Sterne y Dickens". Y luego, avanzando en su propio análisis del inventario, Böll registra como curioso el hecho de que entre los autores preferidos por Freud predominen los británicos, con la excepción del danés Jens Peter Jacobsen, el holandés Multatuli (autor de ese clásico universal y desconocido que es Max Havelaar) y "el gran Cervantes. [...] Todos, excepto Cervantes," sigue diciendo Böll, "de la Europa nórdica o noroccidental, todos de países donde había tenido lugar la Reforma, donde las estructuras de la nueva eclesialidad ya se desmoronaban considerablemente, y donde la burguesía ya había avanzado mucho más de lo que se podía esperar en la Alemania contemporánea de Freud. Como único católico (¿no sería mejor poner 'católico'?), queda Cervantes. Sin embargo, todos tienen algo en común: crítica de su sociedad, rebelión contra ella, urgencia de introducir reformas, indignación contra la hipocresía".
Sintomáticamente, Don Enrique (=Böll) titulaba su reseña "¿Qué leía Hindenburg?", y en el texto de la misma remachaba: "Téngase en cuenta la importancia de las lecturas (privadas) de Hitler, después de 1923, para la historia mundial." Así pues, a Böll, Premio Nobel 1972, le parecía significativo y hasta esclarecedor saber qué leen los políticos, y elegía como paradigmático (para sus lectores alemanes) al último presidente de la República de Weimar, a cuya muerte Hitler asumió poderes omnímodos.
Otro Premio Nobel, el ruso nacionalizado estadounidense Joseph Brodsky, en su discurso de recepción en Estocolmo, 1987, avanzó un paso más: "En mi opinión," dijo, "lo primero que habría que preguntar a un posible dueño de nuestros destinos no es cómo imagina el curso de su política exterior, sino cuál es su actitud frente a Stendhal, Dickens, Dostoievski. [...] Creo —no empíricamente, y lo lamento, sino sólo teóricamente— que, para quien ha leído profusamente a Dickens, disparar contra el prójimo en nombre de una idea es más problemático que para quien no ha leído a Dickens." Pero en el mismo párrafo, curándose en salud, acotaba que "una persona educada, culta, [...] es, con toda certeza, capaz de matar a su semejante e incluso de sentir, al hacerlo, un éxtasis de convicción. Lenin era culto, Stalin era culto, y también Hitler" [sic]: "en cuanto a Mao Zedong, incluso escribía versos. Ahora bien, lo que todos esos hombres tienen en común es que su lista de disparos es más larga que su lista de lecturas".
¿En qué quedamos, pues? ¿Es o no es importante saber lo que leen los políticos? Porque, si nos atenemos a las consecuencias..., recordemos entonces que el diario moscovita Pravda publicó en 1994 un folletón en el que se hacía un inventario de la biblioteca privada de Stalin, y que no se limitaba a un repaso de títulos sino que también recogía algunos de los muchos comentarios escritos por Stalin al margen de esos libros. Botón de muestra: Stalin consideraba "extraordinariamente original" la observación de Anatole France acerca de que las flores, al contrario que los seres humanos, muestran orgullosas sus órganos reproductores. Y la verdad es que debemos confesar que la lista de los libros de Stalin nos impresiona por la variedad y la universalidad de los temas que abarca. Baste decir que en-tre sus lecturas se contaban Spinoza, Descartes, Kant, Pushkin, Flaubert, Maupassant, H.G. Wells, Jack London... y Dickens, rebatiendo así de algún modo la confiadísima suposición, o sólo esperanza, de Brodsky.
Sea como fuere, precautoriamente siempre seguiremos creyendo, con Böll, que resulta bastante conveniente saber cuáles son las lecturas de los políticos que nos gobiernan: aunque sólo sirva para constatar que no dejaron huella ninguna en ellos. Parafraseando al autor de Opiniones de un payaso, podríamos aquí preguntarnos, sin ir más lejos: ¿Qué leía Franco? Corriendo como es lógico el riesgo de que algún espíritu mordaz nos pregunte a su vez, cerrando así de modo inapelable la discusión: "Ah, pero Franco... ¿leía?" ~

domingo, septiembre 30, 2007

SINTESIS

La gente pasaba hambre, algunos miraron a la Unión Soviética.

Se oyó! Viva la Republica!,muchos sonrieron.

La maté porque era mía, fue lo que más se escuchó.

Yo soy España. Necesitaré una capa de Rey, algunos dijeron! Hay!

Los miembros del "club de la espada", prometieron dársela si democratizaba el país. Así lo hizo.

La Monarquía se hizo Griega(donde hay muchos Dioses y Diosas) y recibió tres hijos (dos mujeres y un hombre).

El hijo no pensó en recuperar la capa de su padre, sino en conseguir los favores de la Diosa (rubia, para más señas).

La institución Monárquica perdía simpatías entre la gente, "esto necesita un golpe de timón" frase que recordaba al 23.F, pero nada que ver.

Empiezan a moverse hilos: El Jueves

Prensa rosa

Casilla en la declaración de Hacienda, referente a la Monarquía

España se rompe

O la Monarquía o el Franquismo, hombre pues no.

Continuara