sábado, diciembre 24, 2011

UN ASESINO ANDA SUELTO EN NOCHEBUENA

 

AM

  

JACQUES BOREL-LA ADORACION   871

¿Puedes creer-me dijo un día,hablando del hijo de una de sus amigas,que tenia doce años y cuya madre acababa de dar a luz-,puedes creer que ignoraba todavía lo que es un parto?¡ Debe de pensar que los hijos salen de una oreja¡

 

YASUNARI KAWABATA-EL CLAMOR DE LA MONTAÑA  871

escanear0028

NABOKOV-871

Nos habíamos quedado solos. Cook y los ocho indígenas nos habían abandonado,
con la tienda, la lancha hinchable, los suministros, y las colecciones, y habían
desaparecido silenciosamente mientras nosotros estábamos entretenidos en la
espesa maleza, persiguiendo insectos fascinantes. Creo que intentamos alcanzar a
los fugitivos —no lo recuerdo claramente, pero, en cualquier caso, no lo
conseguimos. Teníamos que decidir si regresar a Zonraki o continuar el itinerario
planeado, a través de un territorio también desconocido, en dirección a las colinas
de Gurano. Venció lo desconocido. Continuamos caminando. Para entonces yo ya
estaba temblando y con escalofríos por todo el cuerpo, además de haberme
quedado prácticamente sordo a causa de las dosis de quinina, pero seguía
recogiendo plantas innominadas, mientras que Gregson, aunque se daba perfecta
cuenta del peligro de nuestra situación, seguía capturando mariposas y toda clase
de dípteros con la misma avidez de siempre.

                           

PM

ANDRE MALRAUX-LA CONDICION HUMANA  263

Kyo había dicho a May: «El opio desempeña un gran papel en la vida de mi padre; pero, a veces, me pregunto si la determina o si justifica determinadas fuerzas que le inquietan a él mismo...»

–Si Chen –prosiguió Gisors– hubiera vivido fuera de la Revolución, piense usted que, sin duda, habría olvidado sus crímenes. Olvidado...

–Los otros no los han olvidado, por cierto; ha habido dos atentados terroristas después de su muerte. No le gustaban las mujeres; apenas le conocí, pero creo que no habría podido vivir fuera de la Revolución ni siquiera un año. No hay dignidad que no se base en el dolor.

Gisors apenas la había escuchado.

–Olvidado... –repitió–. Desde que murió Kyo, he descubierto la música. Sólo la música puede hablar de la muerte. Escucho a Kama, ahora, cuando toca. Y, no obstante, sin esfuerzo por parte mía –hablaba para sí mismo tanto como para May–, ¿de qué me acuerdo aún? Mis deseos y mi angustia, ni siquiera el peso de mi destino, mi vida, no existen...

(«Pero, mientras usted se liberta de su vida –pensaba May–, otros como Katow arden en las calderas, y otros como Kyo...»)

La mirada de Gisors, como si hubiese seguido su gesto de olvido, se perdió fuera: más allá de la carretera, los mil rumores del trabajo del puerto parecían marchar con las olas hacia la mar radiante.

ANATOLE FRANCE-EL FIGON DE LA REINA PATOJA     263

«Por el retrato que de ella me hiciste», le
respondí, «debe de ser la sobrina del rabino Mosaide, cuyo nombre es Jahel,
y a la cual tuve ocasión de besar una noche en esta misma escalera, con la
diferencia de que fue entre el primero y segundo piso». «Supongo», replicó
el señor de Anquetil, «que habrá otras diferencias, pues yo la oprimía con
frenesí. Me disgusta que sea judía, porque, sin preocuparme la idea de Dios,
existen en mí ciertos sentimientos por los cuales preferiría que fuera
cristiana. Pero, ¿tenemos certeza de su nacimiento? ¿No pudiera ser una
niña robada? Los judíos y los gitanos tienen costumbre de robar criaturas.
Además, ¿no sabemos de sobra que la Santísima Virgen era judía? Judía o
no, me agrada, la quiero y la gozaré». Así habló ese joven insensato. Pero
permitid, hijo mío, que me siente en este banco mohoso, porque las fatigas
de esta noche, mis combates y mi huida, han quebrantado mis piernas

LA AUDIENCIA DE LOS CONFINES
Miguel Ángel Asturias                         263

VOZ FEMENINA (llamando al fondo y como desde lo alto).- ¡El chocolate! (Pausa.
Más fuerte y casi gritando.) ¡El chocolate...!
PORTERO (está frente al ventanal, atento a lo que pasa fuera y anuncia con voz ronca,
campanuda, algo que esperaba ver y que por fin ha visto).- ¡El gobernador...!
VOZ FEMENINA (en tono más alto).- ¡El chocolate... !
PORTERO (voz de bajo, imponiéndose).- ¡El gobernador!
PAJE (sale precipitadamente por la derecha).- ¡El chocolate...! (Va hacia el fondo y
desaparece por la puerta que deja abierta.)
PORTERO (imponiéndose).- ¡El gobernador...! PAJE (reaparece casi al instante con
una bandeja de plata donde va servida y humeante la jícara de espumoso chocolate,
acompañada de panecillos).- ¡El chocolate...!
Se encamina hacia la puerta de la derecha, pero en ese momento aparecen el SEÑOR
OBISPO y el MAYORAL. MAYORAL.- ¡El chocolate!
OBISPO (mirando ansiosamente hacia la ventana donde el PORTERO ya parece querer
sacar la cara por los cristales).- ¡El gobernador...!
No sabe el OBISPO si seguir o volverse. El PAJE se acerca con la bandeja de plata,
mientras el MAYORAL corre hacia el ventanal, donde el PORTERO, por estar atento a lo
que pasa fuera, casi no lo siente aproximarse.
MAYORAL (confirmando. Autoritario).- ¡El gobernador!
OBISPO (apartando al PAJE que le presenta la bandeja).- ¡No estamos para
chocolate...! (Se ve tan afligido que apenas puede hablar.)

GAO XINGJIAN-LA MONTAÑA DEL ALMA  263

Primero uno siente ganas de protestar, pero es imposible no escuchar. Una endecha       http://www.naxos.com/mainsite/blurbs_reviews.asp?item_code=8.572443&catNum=572443&filetype=About%20this%20Recording&language=Spanish

desgarradora flota en la noche, al hilo del viento, a flor de agua. El anciano canta, canta tan
tranquilo, completamente ensimismado, moderando su voz que surge de lo más profundo de su
pecho; es como una queja largo tiempo contenida que se liberara de repente. Primero las palabras
resultan inaudibles, luego, poco a poco, uno logra captarlas sin comprenderlas no obstante del todo,
debido al dialecto que emplea, teñido de un fuerte acento campesino. Algo así como: «Tú,
hermanita de diecisiete años, jovencita de dieciocho años... la suerte de tu cuñado has seguido... por
todas partes... por todas partes... sin igual... la pequeña sirvienta... con el resplandor...». Una vez
perdido el hilo, ya no se comprende nada.
Les he preguntado tocándoles la mano:
—¿Lo oís? ¿Qué es lo que canta?
Sus cuerpos se rebullen, tampoco ellos duermen.
El abogado repliega sus piernas, se sienta y grita al barquero:
—Eh, buen hombre, ¿qué está cantando?
En un batir de alas, un ave espantada emprende el vuelo ululando por encima del camarote.
Aparto un poco la tela, la embarcación se acerca a la orilla. En las aguas bajas del dique sobresalen
unas matas negruzcas, tal vez alubias de soja. El anciano ya no canta, se ha levantado un viento
fresco que ahuyenta el sueño. Me dirijo a él educadamente:
—Buen hombre, lo que canta usted es como una romanza, ¿no?
Él no dice nada, ocupado como está en timonear la espadilla. La barca avanza rápidamente

JAMES JOYCE-ULISES   263

Volviéndose de espaldas al sol se
estiró a lo largo de una roca plana y garabateó
palabras. Con ésta van dos veces que me olvido
de tomar papeles del mostrador de la biblioteca.
Su sombra se acortaba sobre las rocas
cuando se inclinaba, terminando. ¿Por qué no

ilimitadamente hasta la estrella más lejana?
Oscuramente están ellos allí detrás de esta luz,
oscuridad brillando en la claridad, delta de
Casiopea, mundos. Mi se sienta allá, augur con
una vara de fresno y sandalias prestadas,
sentado de día al lado de un mar lívido,
ignorado, marchando en la noche violeta bajo un
reino de estrellas estrambóticas. Arrojo de mí
esta sombra terminada, ineluctable forma de
hombre, y la llamo de vuelta. Sin límites, ¿sería
mía, forma de mi forma?

CORAN-

Sura 7. Al-Aaraf (La Facultad de Discernimiento)    pág 263

(194) En verdad, todos esos a quienes invocáis en vez de Dios son tan sólo seres creados159
como vosotros: ¡ Invocadles, pues, y que os respondan --si es verdad lo que alegáis!
(195) ¿Tienen acaso [esas imágenes] pies con los que pueden andar, manos con las que
pueden asir, ojos con los que pueden ver, u oídos con los que pueden oír?

Di [Oh Profeta]: “¡Pedid ayuda a aquellos a los que atribuís parte en la divinidad de
Dios,160 y tramad [lo que queráis] contra mí, sin darme tregua! (196) En verdad, mi protector
es Dios, que ha hecho descender esta escritura divina: y Él es quien protege a los justos,
(197) mientras que todos esos a quienes invocáis en vez de Él no pueden auxiliaros ni tampoco
auxiliarse a sí mismos; (198) y si invocáis su guía, no os oyen; y aunque creas que te
miran,161 no ven.”

159 Lit., “siervos” (ibad) --e.d., seres creados subordinados a la voluntad de Dios. Esto se refiere a los
santos, vivos o muertos, y también a los objetos inanimados de cualquier tipo, incluidos los ídolos, fetiches
e imágenes figurativas --físicas o mentales-- de santos o de personas deificadas.
160 Lit., “invocad a vuestros asociados [de Dios]” (véase sura 6, nota 15).
161 Lit., “aunque les ves mirarte” --pero dado que el pronombre “les” en tarahum (“les ves”) se refiere
tanto a imágenes mentales como a representaciones físicas, el verbo debe ser entendido en sentido abstracto,
es decir, “ver con la mente”, e.d., “considerar” o “imaginar”. En contraste con los pasajes anteriores,
que van dirigidos a aquellos que, de hecho, invocan a falsas deidades o imágenes, esta última frase va
dirigida a los hombres en general, al pecador así como al creyente: y esta generalización se consigue
mediante un cambio pronominal en el tratamiento, de “os” a “te”.

BOLAÑO-2666         263

Vio un párking casi lleno, el sol reverberando sobre
las superficies cromadas, un patio descubierto situado en un
plano ligeramente superior, una pareja abrazada de los hombros
contemplando algo que él no podía ver, el cielo cegador
lleno de pequeñas nubes bajas, una música lejana y una voz
que cantaba o susurraba a gran velocidad, haciendo ininteligible
la letra de la canción

ROBERT GRAVES-LA DIOSA BLANCA     208     263-208=55

Primeramente ella tenía los cabellos muy largos, derramados por el divino
cuello y que le cubrían las espaldas; tenía en su cabeza una corona adornada de
diversas flores, en medio de la cual estaba una redondez llana a manera de
espejo, que resplandecía la lumbre de él para demostración de la Luna de la
una parte, y de la otra había muchos surcos de arados torcidos como culebras y
con muchas espigas de trigo por allí nacidas; traía una vestidura de lino, tejida
de muy muchos colores: ahora era blanca y muy luciente, ahora amarilla como
flor de azafrán, ahora inflamada con un color rosado, que, aunque estaba yo
lejos, me quitaba la vista de los ojos; traía encima otra ropa negra, que
resplandecía la obscuridad de ella, la cual traía cubierta y echada por debajo
del brazo diestro, al hombro izquierdo, como un escudo pendiendo con muchos
pliegues y dobleces

EL HOBRE DE KIEV-BERNARD MALAMAUD   169 págs    263-169=94

  Ya que el niño estaba en el suelo todavía espasmos,
loapuñaló trece veces en el pecho y el drenaje de cinco litros de su
sangre de color, un líquido magnífico. Todos los Grubeshov noche, de pie con
ambos pies amarillos polainas en el pecho de Yakov, arengó a la víctima en una
diatriba gruesa voz, y aunque el fijador frenéticamente imploróBibikov, el
ayuda juez de instrucción, en su escritorio en otra habitación, quería o
no podía ser molestado

El director le asigna a una nueva celda, una grande mojado en labaja
planta del bloque solitario de la construcción al sur de la prisión, a la
derecha de la sección administrativa y de enfermería.
"Es sólo para mantenerse más cerca de mi ojo ", dijo. Se habla de
que podría tratar de escapar con la ayuda de sus cohortes de judíos, que creo
firmemente que advierten en contra, porque si lo intenta puede estar seguro de recibir un
".disparo",
señaló a la atención en la pared:
Obedecer todas las reglas y regulaciones sin lugar a dudas. Si el preso es
insubordinado o insultar a un guardia o funcionario de prisiones, o los intentos
de cualquier forma para romper la seguridad de esta prisión, que será ejecutado en
el acto.
"Además", dijo la vieja guardia ", el guardia recibe una monetaria

recomendación para la defensa de la normativa, por lo que ten cuidado. Un inteligente
perro reconoce el látigo y evita el látigo.
"Se sirvió un poco de tabaco y estornudó dos veces.
Yakov le preguntó si podía tener otro prisionero, una persona decente, para la
empresa . "Es difícil vivir sin un alma con quien hablar, su honor.
¿Cómo se puede aliviar su corazón un poco más?"
"Eso es lo que menos me preocupa", dijo el director.
"Entonces, podría haber algún tipo de animal mantener, ya sea un gato o tal vez
un pájaro?
","Un gato de su ración?-que 'd tanto hambre. Cualquiera que había de comer o
que me lo coma. De todos modos, esta es una prisión para los criminales, y no unde té
salón o club. No estamos aquí por comodidad o mimos, pero el
castigo estricto por el asesinato significa que comete contra un inofensivo.
niño Sólo que los presos Judio tienen el descaro de hacer tales peticiones. Ya he
tenido suficiente de él.

En el otoño el tiempo era malo, lluvioso y frío, y Yakov podía ver su
aliento en la célula. El asma no era molesto, hasta que un resfriado,
entonces apareció de nuevo, por lo general mal. Algunas mañanas, la pared exterior de la
célula, frente al patio de la prisión, estaba cubierto de áreas de encaje de las heladas. Las
paredes interiores, un pie de espesor, de ladrillos, piedras partidas y cemento, fueron
llenos de costras y grietas. Después de una fuerte lluvia la mayor parte de lastonepaved
plantahúmeda por la filtración de la tierra. Parte del techo

 

 

EL AGUILA NUNCA LLEGA TARDE

       AM  

EL CLAMOR DE LA MONTAÑA-YASUNARI KAWABATA 823

Un cuervo airado

espera la mañana

lluvia de mayo

 

Al leer este haiku(Breve poema japonés de dieciséis silabas distribuidas en tres versos),Shingo creyó descubrir el significado del cuadro y el carácter del pintor.El cuervo en lo alto de un árbol muerto aguardaba la alborada aguantando viento y marea.

PM

BORGES-133

Temido y todo, no pensaba en renegar de su
condición; un caballo aperado en plata vistosa, unos pesos para
el reñidero o el monte, bastaban para iluminar sus domingos.
Podía no ser fuerte: uno de los guapos de la Primera, el Petiso
Florestera un tapecito a lo víbora, una miseria, pero con el cuchillo
una luz. Podía no ser un provocador: el guapo Juan Muraña,
famoso, era una obediente máquina de pelear, un hombre
sin más rasgos diferenciales que la seguridad letal de su brazo y
una incapacidad perfecta de miedo. No sabía cuándo proceder, y
pedía con los ojos —alma servil— la venia de su patrón de turno.
Una vez en pelea, tiraba solamente a matar. No quería criar cuervos.
Hablaba, sin temor y sin preferencia, de las muertes que cobró
—mejor: que el destino obró a través de él, pues existen hechos
de una tan infinita responsabilidad (el de procrear un h»mbre
o matarlo) que el remordimiento o la vanagloria por ellos
es una insensatez. Murió lleno de días, con su constelación de
muertes en el recuerdo, ya borrosa sin duda.

jueves, diciembre 22, 2011

NUMEROS QUE NO ENTRAN EN EL SORTEO

 

        NIRVANA   

JAMES JOYCE-ULISES      421

Languidecían las dos en la profundidad de la sombra oceánica,Oro junto a la bomba de la cerveza,Bronce junto al marrasquino pensativas las dos, mina Kennedy, 4 LismoreTerrace. Drumcondra con Aydolores, una reina,Dolores, silenciosa

Pat sirvió platos descubiertos. Leopoldo
cortó rebanadas de hígado. Como se dijo antes,

comió con fruición los órganos internos; mollejas
con gusto a nuez, huevos fritos de bacalao,
mientras Richie Goulding, Collins y Ward
comían bife y riñón, bife después riñón, bocado a
bocado él comía, Bloom comía, ellos comían

Bloom con Goulding, casados en el
silencio, comían. Comidas propias de príncipes.
Por Bachelor's walk al trotecito
tintineaba Blazes Boylan, soltero, al sol, al
calor, al trote la lustrosa anca de la yegua, con
chasquido de látigo sobre saltarinas llantas:
despatarrado, cálidamente sentado, Boylan
impaciencia, ardorosado. Cuerno. ¿Tienes él?
Cuer cuer cuerno.
Sobre sus voces Dollard atacó un bajo
tronando sobre bombardeadores acordes.
—Cuando el amor absorbe mi ardiente
alma...
Redoble de Benalmabenjamín redobló
hacia los trémulos panales de amor de los
vidrios del techo.

LA AUDIENCIA DE LOS CONFINES
Miguel Ángel Asturias                          421

FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS.- ¿Vosotros también...? ¡No sólo padecéis la
injusticia, sino la defendéis...!
VOCES.- ¡Agitador...! ¡Agitador...! ¡Mentiroso...! ¡Calumniador...! Vos también
fuisteis tras el oro...! ¡Vos también tuvisteis esclavos...!
FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS.- ¡Es verdad! ¡Es verdad, señor mío, que fui
tras el oro y tuve esclavos...! ¡Réprobo! ¡Réprobo! ¡Hasta el día en que se fundieron en mi
corazón el oro y la propiedad, en un gran amor por el prójimo y por vos, víspera de este otro
día, el más feliz de mi vida, en que el emperador acaba de dar para las Nuevas Indias, las
Nuevas Leyes... !
VOCES.- ¡A la hoguera con él...! ¡A la horca con él...! ¡Al Perú...! ¡Al Perú...! ¡A la
hoguera...! ¡A la horca...! ¡A la hoguera...! ¡A la hoguera...!
FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS.- ¡A la hoguera conmigo...? ¡Yo me quemaré,
pero no las Nuevas Leyes...! ¿A la horca conmigo...? ¡El nudo corredizo cerrará mi garganta,
pero no la voz de la libertad...! ¡Libres...! ¡Libres...! ¡Esclavos, ya sois libres...! ¡Pobres
desnudos míos, ya sois libres...! ¡Libres...! ¡Libres! ¡Pobres desnudos...! ¡Pobres desnudos
míos! (Pausa. Queda gastado, anhelante, masticando la palabra «libre», hasta reiniciar el
monólogo con la voz más apagada, más lenta, más triste.) ... Pero del infolio a la realidad, el
escolio... qué distancia del dicho del rey al hecho de la ley... y esa distancia oceánica me toca
navegar ahora, después de seis veces de andar el mar... ¿En qué bajel...? ¿Con qué brújula...?
¿Quiénes... qué vientos, qué remeros... impulsarán mi nave combatida y en ningún puerto
esperada...? ¡Dios...! ¡Dios es el viento...! ¡Dios es el remero...!

ANDRE MALRAUX-LA CONDICION HUMANA   139    139*4=556-421=135

Los representantes se miraban con consternación: los depósitos serían reembolsados. Ferral comprendía ahora lo que había pretendido el ministro: dar satisfacción a su hermano sin

omprometerse; hacer que se reembolsasen los depósitos; conseguir que pagasen los Establecimientos, aunque lo menos posible; poder redactar un comunicado satisfactorio. El regateo continuaba. El Consorcio sería destruido; pero poco importaba su aniquilamiento, si los depósitos eran reembolsados. Los Establecimientos adquirirían las garantías que habían solicitado (perderían, sin embargo, aunque poco). Algunos negocios, mantenidos, se convertirían en filiales de los Establecimientos; en cuanto a lo demás... Todos los acontecimientos de Shanghai iban a disolverse allí, en un contrasentido total. Hubiera preferido sentirse despojado; ver viva, fuera de sus manos, su obra conquistada o robada. Pero el ministro no vería más que el miedo que tenía a la Cámara; no desgarraría ningún chaquet, ahora. En su lugar, Ferral hubiera comenzado por inhibirse de un Consorcio saneado que después hubiera mantenido a toda costa. En cuanto a los Establecimientos, siempre había afirmado su incurable avaricia. Recordó, con orgullo, la frase de uno de sus adversarios: «Quiere que un banco sea una casa de juego.»

BORGES-   421

Su protagonista visible —no se nos dice nunca su nombre— es
estudiante de derecho en Bombay. Blasfematoriamente, descree
de la fe islámica de sus padres, pero al declinar la décima oche de la luna "de muharram, se halla en el centro de un
tumulto civil entre musulmanes e hindúes. Es noche de tambores
e invocaciones: entre la muchedumbre adversa, los grandes
palios de papel de la procesión musulmana se abren camino. Un
ladrillazo hindú vuela de una azotea; alguien hunde un puñal
en un vientre; alguien ¿musulmán, hindú? muere y es pisoteado.
Tres mil hombres pelean: bastón contra revólver, obscenidad
contra imprecación, Dios el indivisible contra los Dioses. Atónito,
el estudiante librepensador entra en el motín. Con las desesperadas
manos, mata (o piensa haber matado) a un hindú. Atronadora,
ecuestre, semidormida, la policía del Sirkar interviene con
rebencazos imparciales. Huye el estudiante, casi bajo las patas
de los caballos. Busca los arrabales últimos. Atraviesa dos vías
ferroviarias, o dos veces la misma vía. Escala el muro de un
desordenado jardín, con una torre circular en el fondo. Una
chusma de perros color de luna (a lean and evil mob of mooncoloured
hounds) emerge de los rosales negros. Acosado, busca
amparo en la torre. Sube por una escalera de fierro —faltan
algunos tramos— y en la azotea, que tiene un pozo renegrido
en el centro, da con un hombre escuálido, que está orinando
vigorosamente en cuclillas, a la luz de la luna. Ese hombre le
confía que su profesión es robar los dientes de oro de los cadáveres,
trajeados de blanco que los parsis dejan en esa torre. Dice
otras cosas viles y menciona que hace catorce noches que no se
purifica con bosta de búfalo. Habla con evidente rencor de ciertos
ladrones de caballos de Guzerat, "comedores de perros y de lagartos,
hombres al cabo tan infames como nosotros dos". Está
clareando: en el aire hay un vuelo bajo de buitres gordos

NABOKOV-421

No parece que me haya reconocido al momento; y también esta vez se quedó quieta durante
un instante, en la acera de enfrente, volviéndose a medias en una suerte de
incertidumbre no exenta de curiosidad, y lo único que hacía ademán de moverse hacia mí era su bufanda amarilla, como uno de esos perros que te reconocen antes de que lo hayan hecho sus dueños; luego dio un grito, levantó las manos, y todos los
dedos iniciaron una especie de danza, y en mitad de la calle, con la impulsividad y
franqueza de una vieja amistad (de la misma forma que al despedirse de mí siempre
lo hacía con la señal de la cruz sobre mi rostro), me besó tres veces con más boca
que sentido y luego se puso a pasear a mi lado, colgándose de mí, ajustando con
dificultad su paso al mío, debido a su estrecha falda marrón negligentemente
abierta en un costado

Captura  183     183*3=549-421=128

Los días eran cálidos y breves, y pasaban tristemente. La noche del 15 de septiembre, Michel tuvo un sueño inusitadamente agradable. Estaba con una niña que cabalgaba por el bosque, rodeada de flores y mariposas (al despertar se dio cuenta de que esta imagen, que había resurgido al cabo de treinta años, era la de los títulos del Príncipe Zafiro, un culebrón que veía los domingos por la tarde en casa de su abuela, y que llegaba con tanta precisión al corazón). Un momento después caminaba solo en mitad de un valle inmenso, sembrado de altas hierbas. No veía el horizonte, las colinas verdes parecían extenderse hasta el infinito bajo un cielo luminoso, de un hermoso gris claro. Pero seguía andando, sin vacilación ni prisa; sabía que a algunos metros bajo sus pies fluía una corriente subterránea, y que sus pasos le conducirían inevitablemente, por instinto, a lo largo del río. A su alrededor, el viento hacía ondular las hierbas.

BOLAÑO-2666     421

Rosa Méndez habló de su pasión por el cine y en ese momento
Óscar Amalfitano le preguntó si sabía qué era el movimiento
aparente. Pero la respuesta, como no podía ser de otra manera,
no la dio su amiga, sino Charly Cruz. El cual dijo que el movimiento
aparente es la ilusión de movimiento provocada por la
persistencia de las imágenes en la retina.
–Exactamente –dijo Óscar Amalfitano–, las imágenes permanecen
durante una fracción de segundo en la retina.

descubierto el principio, se lanzó como un tiburón
a experimentar con diferentes artefactos construidos por él mismo,
con el objetivo de crear efectos de movimiento mediante la
sucesión de imágenes fijas pasadas a gran velocidad. Entonces
nació el zoótropo.
–¿Sabe usted qué es? –dijo Óscar Amalfitano.
–Tuve uno de niño –dijo Charly Cruz–. Y también tuve un
disco mágico.
–Un disco mágico –dijo Óscar Amalfitano–. Qué interesante.
¿Se acuerda de él? ¿Me lo podría describir?
–Se lo podría hacer ahora mismo –dijo Charly Cruz–, sólo
necesito una cartulina, dos lápices de colores y un hilo, si no
me acuerdo mal.
–Ah no, ah no, ah no, no es necesario –dijo Óscar Amalfitano–.
Con una buena descripción me basta. En cierta forma
todos tenemos millones de discos mágicos flotando o girando
dentro del cerebro

MURIEL BARBERY-LA ELEGANCIA DEL ERIZO    170*3=510-421=89

Fuera de tiempo
Bajo el globo caen los copos.
Ante los ojos de mi memoria, sobre la mesa de la señorita, mi maestra
hasta la clase de los mayores del señor Servant, se materializa la pequeña bola
de cristal. Cuando nos habíamos portado bien, se nos permitía darle la vuelta y
sostenerla en la palma de la mano hasta que cayera el último copo al pie de la
torre Eiffel cromada. Aún no había cumplido siete años y ya sabía que la lenta
melopea de las pequeñas partículas algodonosas prefigura lo que siente el
corazón durante una gran alegría. La duración se ralentiza y se dilata, el ballet
se eterniza en la ausencia de obstáculos, y cuando se posa el último copo,
sabemos que hemos vivido ese instante fuera del tiempo que es la marca de las
grandes iluminaciones. A menudo, de niña, me preguntaba si estaría a mi
alcance vivir instantes semejantes y hallarme en el corazón del lento y
majestuoso ballet de copos, liberada por fin del tedioso frenesí del tiempo.
¿Es eso acaso, sentirse desnuda? Libre el cuerpo de el espíritu no se libera
sin embargo de sus aderezos. Pero la invitación del señor Ozu había provocado
en mí el sentimiento de esa desnudez total que es la del alma sola y que,
nimbada de copos, provocaba ahora en mi corazón una suerte de deliciosa
quemazón.
Lo miro.
Y me zambullo en el agua negra, profunda, helada y exquisita del
instante fuera del tiempo.


 

GAO XINGJIAN
LA MONTAÑA DEL ALMA
Traducción de Liao Yanping y José Ramón Monreal  307*2=614-421193

«Tú» y «ella» y «él» e incluso «ellos» y «ellas», a pesar de que son imágenes quiméricas, tienen
para mí un contenido más importante que el pretendido «nosotros». Si digo «nosotros», me entran
dudas al instante, pues ¿cuántos «yoes» incluye? O bien, ¿cuántos reflejos opuestos a «yo» hay,
siluetas de «tú» y de «yo», de «ella», a los que «él», «tú» y «yo» dan origen bajo forma de
fantasmas, así como de «ellos» y «ellas» que son todas las figuras animadas de «él»? Nada más
engañoso que este «nosotros»

miércoles, diciembre 21, 2011

EL ESCAÑO DE M

 

DSC00448  

JAMES JOYE-ULISES I      381

¿Cómo van las cosas? Apenas raspando.
Tenemos lindo tiempo. Sí, de veras. Bueno para
el campo. Esos agricultores siempre se están
quejando. Voy a tomar solamente un dedalito de
su mejor ginebra. Una pequeña ginebra, señor.
Sí, señor. Una cosa terrible esa explosión del
General Slocum. ¡Terrible, terrible! Mil
víctimas. Y escenas desgarradoras. Hombres
pisoteando mujeres y niños. Lo más brutal.
¿Cuál dicen que fue la causa? Combustión
espontánea: la más escandalosa revelación. Ni
un solo bote salvavidas podía flotar y la
manguera de incendio toda reventada. Lo que
no puedo comprender es cómo los inspectores
permitieron que un barco así

 

MIGUEL ANGEL ASTURIAS-LA AUDIENCIA DE LOS CONFINES-  381

PEDRALES.- Me contenta veros ufano, pero no las tengo todas conmigo. La sublevación se oye crecer. Es la marea de un mar subterráneo. Y esta vez, si se levan­tan, lo tienen jurado, acabarán todos ellos o dan cuenta de nosotros.

GOBERNADOR.- Y a mí, qué queréis, lo de la su­blevación me acrece la gana por esa doncella de destinos tan opuestos. Si Musén Ca va a la cita, se convierte en manjar para sus dioses. Voy yo y se transforma en un peligro imperial... (Fuertes toquidos en la puerta del fondo. Al ver que PEDRALES va a cerrar el arcón.) ¡Dejadlo abierto! Es Naborí que viene con doscientas onzas más para aumentar el rescate. Los centinelas te­nían orden de abrirle paso.

PEDRALES.- ¡Guardaos...! (Arrecian los toquidos. PEDRALES se mueve hacia una puerta secreta invisible en el muro, que hace accionar. Antes de salir, al mover el sillón a cuyo respaldo está oculta la puerta secreta.) ¡Duren mis penas lo que el oro en ese arcón!

GOBERNADOR.- ¿Qué os importa...? ¿Se come el oro...? (Silencio de PEDRALES.) ¿Se bebe el oro? (Silen­cio de PEDRALES.) ¿Se fuma...? ¿Se mastica...? ¿Es al­gún humo o yerba que embriaga...? ¡No...! ¡El oro se juega, voto a Dios, que es el único deleite que se puede obtener de él, directamente de él; otro no tiene! ¡Qué jugadas nos esperan...!

DSC00443

ANDRE MALRAUX-LA CONDICION HUMANA  381

Volvió el rumor más fuerte, aunque tan confuso, que tuvieron que escuchar con mucha atención para distinguir qué era lo que producía. Parecía que subía del suelo.

–No –dijo Kyo–; son gritos.

Se acercaban y se hacían más precisos.

–¿Tomarán la iglesia rusa? –interrogó Katow.

Muchos gubernamentales estaban atrincherados allá. Pero los gritos se aproximaban, como si viniesen de los arrabales hacia el centro. Eran cada vez más fuertes. Resultaba imposible distinguir las palabras. Katow echó una ojeada al tren blindado.

–¿Les llegarán refuerzos?

Los gritos, siempre sin palabras, se producían cada vez más cerca, como si alguna noticia capital hubiese sido transmitida de multitud en multitud. Luchando con ellos, otro ruido se sobrepuso y se hizo distinto, por fin: la conmoción regular del suelo bajo los pasos.

–El ejército –dijo Katow–. Son los nuestros.

Sin duda. Los gritos eran aclamaciones. Siendo aún imposible distinguirlos de los aullidos del miedo: Kyo había oído aproximarse así los de la multitud fugitiva a causa de la inundación. El martilleo de los pasos se cambió en un chapaleo y luego se reanudó: los soldados se habían detenido y volvían a partir en otra dirección.

–Se les ha avisado que el tren blindado está aquí –dijo Kyo

escanear0015            

BORGES-381

  El mar es el camino de las velas, el camino
del cisne, la ponchera de las olas, el baño de la planga, la ruta de
la ballena; el sol es la candela del mundo, la alegría del cielo, la
piedra preciosa del cielo; el arpa es la madera del júbilo; la espada
es el residuo de los martillos, el compañero de pelea, la luz
de la batalla; la batalla, es el juego de las espadas, el chaparrón
de fierro; la nave es la atravesadora del mar; el dragón es
la amenaza del anochecer, el guardián del tesoro; el cuerpo es la
morada de los huesos; la reina es la tejedora de paz; el rey
es el áeñor de los anillos, el áureo amigo de los hombres, el jefe
de hombres, el distribuidor de caudales

VLADIMIR NABOKOV-OBRAS   381

Tanya solía decir que tenían parientes no sólo en el reino animal, sino también
entre las plantas y los minerales. Y, en verdad, los naturalistas rusos y extranjeros
habían descrito bajo el nombre específico de Godunovi un nuevo faisán, un nuevo
antílope y una nueva hortensia, e incluso había toda una serie completa de tipología
Godunov (él sólo describía insectos). Estos descubrimientos suyos, sus
contribuciones excepcionales a la zoología y los miles de peligros a los que se había
enfrentado con una despreocupación legendaria que le había hecho famoso no
conseguían, sin embargo, que la gente mirara con indulgencia su alta cuna y su
inmensa fortuna. Lo que es más, no olvidemos que ciertos sectores de nuestra
intelltgentsia siempre han considerado con cierto desprecio la investigación en
ciencias no aplicadas, por lo que a Godunov se le recriminaba que estuviera más
interesado en los «Insectos de Sinkiang» que e la penosa situación del campesinado
ruso

 

DSC00449

 

TZVETAN TODOROV
MEMORIA DEL MAL, TENTACIÓN DEL BIEN  267    381-367=114
INDAGACIÓN SOBRE EL SIGLO XX

 

Levi se interesa por esta cuestión en un capítulo del mismo libro, titulado «La violencia inútil», una fórmula que es eco de la de Grossman en «El infierno de Treblinka»: «La crueldad alógica».12 La violencia «útil» es demasiado fácil de observar: si una persona no puede lograr su objetivo por la vía pacífica, y se siente lo bastante segura de sí misma, re-curre a la fuerza. El mal, aquí, es sólo un medio brutal, un atajo cómodo para llegar al bien, el del individuo o el de su comunidad. Pero Levi observa también, en el universo de los campos de concentración, toda clase de acciones que parecen ilustrar la violencia «inútil»: ¿Por qué no haber previsto letrinas en los vagones para ganado que transportan a los detenidos hacia los campos, ni la menor gota de agua? ¿Por qué imponer tan a menudo la desnudez a los detenidos? ¿Por qué privarlos de cuchara, obligándoles así a lamer su sopa como perros?Se comprende así el envite de la cuestión a la que me he referido anteriormente, al hablar de racionalidad en el mal: si puede demostrarse que esta violencia es realmente inútil, el mal será de una especie radical-mente distinta a la que nos es familiar a todos, y se habrá levantado un muro entre él y nosotros; de lo contrario, corremos el riesgo de poder encontrarlo en el interior de todo y de cada uno. Levi vacila en la res-puesta y no decide. Sin embargo, a fuerza de examinar lo que describe, se ve obligado, cada vez, a admitirlo: la acción que, a primera vista, parecía «inútil», encuentra, en otro plano, su racionalidad. Deshumanizar a los detenidos era lógico porque se había planteado, de entrada, que eran me-nos que humanos. Hacer sufrir al enemigo era lógico porque eso consolidaba nuestra fuerza y nuestra superioridad. Exigir obediencia a unas órdenes absurdas era lógico porque demostraba que la sumisión no tenía por qué mostrar justificación. Mostrar la propia fuerza superior era lógico porque el objetivo de toda la operación era alcanzar la superioridad absoluta. En una palabra: si se admite que preocuparse por el propio bien es lógico y útil, no hay que sorprenderse ya de «el gozo que procura el daño hecho al prójimo».'

     copia

martes, diciembre 20, 2011

NARANJA

 

             imagesCAT798Y0 

  http://creativeinsomnia.wordpress.com/creative-insomnia-orange-night/

       

ANDRE MALRAUX-LA CONDICION HUMANA   139*6=834-778=56

Un guardia examinó a Kyo, vestido con una tricota gris, con gran cuello. Creyéndole japonés, le señalaba ya con el dedo al ordenanza encargado de conducir a los extranjeros, cuando su mirada encontró los papeles que Kyo le tendía; por la entrada abarrotada de gente, lo condujo, pues, a la sección de la Internacional encargada de Shanghai. Del secretario que lo recibió, Kyo sólo sabia que había organizado las primeras insurrecciones en Finlandia; un camarada, con la mano extendida por encima de la mesa, mientras pronunciaba su propio nombre: Vologuin. Parecía grueso, más bien como una mujer madura que como un hombre; ¿se debía aquello a la finura de facciones, a la vez aguileñas y mofletudas, ligeramente levantinas a pesar de tener la tez muy clara, o a los largos mechones casi grises, cortos para estar echados hacia atrás, y que caían sobre sus mejillas como crenchas tiesas?

–Erramos el camino en Shanghai –dijo Kyo.

Su frase le sorprendió: su pensamiento iba más rápido que él. Sin embargo, decía lo que hubiera querido decir: si Han-Kow no podía suministrar el socorro que las secciones esperaban, entregar las armas era un suicidio.

Vologuin se hundió las manos en las mangas caqui de su uniforme e inclinó la cabeza hacia adelante, arrellanado en su sillón.

RUIZ ZAFON-PRISIONERO DEL CIELO   160*5=800-778=22

Daniel, es muy importante que no vuelva a seguir usted a ese individuo ni hable con él. No haga nada. Manténgase alejado. Es muy peligroso.

—¿Quién es ese hombre, Fermín?

Fermín cerró el libro y lo ocultó tras unas cajas en uno de los estantes. Oteando en dirección a la tienda y asegurándose de que mi padre seguía ocupado con la dienta y no nos podía oír, se me acercó y me habló en voz muy baja.

—Por favor, no le cuente nada de esto a su padre ni a nadie.

—Fermín...

—Hágame ese favor. Se lo pido por nuestra amistad.

—Pero, Fermín.

—Por favor, Daniel. Aquí no. Confíe en mí.

Asentí a regañadientes y le mostré el billete de cien con el que el extraño me había pagado. No hizo falta que le explicase de dónde había salido.

—Ese dinero está maldito, Daniel. Déselo a las monjas de la caridad o a un pobre que vea por la calle. O, mejor aún, quémelo.

Sin decir nada más procedió a quitarse la bata y a enfundarse su gabardina deshilachada y a calzarse una boina sobre aquella cabeza de cerilla que parecía una paellera fundida esbozada por Dalí.

NABOKOV-OBRAS    675    778-675=103

Es tan fácil evocar la sensación de antigüedad como
lo es el conseguir la impresión de un color determinado, simplemente cerrando un
párpado. Alguna vez me concedo el lujo de imaginarme el mundo de hoy, con
nuestras máquinas y nuestras modas, tal y como se les aparecerá a nuestros
descendientes dentro de cuatrocientos o quinientos años. Y les aseguro a ustedes
que me siento tan anciano como un monje del Renacimiento

CORAN     778

Sura 43. Sujruf     (Oro)

(63) Y CUANDO Jesús vino [a su pueblo] con todas la pruebas de la verdad, dijo: “He venido
a vosotros con la sabiduría,49 y para aclararos algo de aquello en lo que discrepáis:50 sed,
pues, conscientes de Dios, y obedecedme.
(64) “¡En verdad, Dios es mi Sustentador y vuestro Sustentador; adoradle, pues, [sólo] a Él:
este es un camino recto!”
(65) Pero las facciones surgidas entre aquellos [que vinieron después de Jesús] empezaron a
discrepar:51 ¡ay de aquellos que se empeñan en hacer el mal, por el castigo [que caerá sobre ellos]
en un Día doloroso!

66) ¿ES QUE no esperan [quienes están hundidos en el pecado] sino a que les llegue la Última
Hora de improviso, sin que se aperciban [de su inminencia]?
(67) Ese Día, los [antiguos] amigos serán enemigos unos de otros52 --excepto los conscientes
de Dios.
(68) [Y Dios dirá:] “¡Oh siervos Míos! ¡Nada tenéis que temer hoy, y no estaréis tristes –(69)
¡[Oh vosotros,] los que llegasteis a creer en Nuestros mensajes y os sometisteis a Nosotros! (70)
¡Entrad en el paraíso, vosotros y vuestras esposas, agraciados con la felicidad!”
(71) [Y allí] serán servidos en fuentes y copas de oro; y habrá allí cuanto las almas deseen, y
[todo lo que] sea deleite para los ojos.
Y allí permaneceréis, [Oh vosotros que creéis:] (72) ¡pues así será el paraíso que habréis de
heredar por vuestras acciones pasadas: (73) tendréis abundancia de frutos [de esas acciones], de
los que comeréis!

ROBERT GRAVES-LA DIOSA BLANCA 208-4=832-778=54

El relato más completo e inspirado acerca de la diosa en toda la literatura antigua
aparece en El asno de oro de Apuleyo, donde Lucio la invoca en medio de su miseria y
degradación espiritual y ella aparece respondiendo a su súplica; incidentalmente indica
que la diosa era adorada antaño en Moeltre en su triple calidad de cultivadora blanca,
segadora roja y aventadora negra del grano. La traducción castellana es la atribuida a
Diego López de Cortegana (1500), revisada y corregida por C.:

Primeramente ella tenía los cabellos muy largos, derramados por el divino
cuello y que le cubrían las espaldas; tenía en su cabeza una corona adornada de
diversas flores, en medio de la cual estaba una redondez llana a manera de
espejo, que resplandecía la lumbre de él para demostración de la Luna de la
una parte, y de la otra había muchos surcos de arados torcidos como culebras y
con muchas espigas de trigo por allí nacidas; traía una vestidura de lino, tejida
de muy muchos colores: ahora era blanca y muy luciente, ahora amarilla como
flor de azafrán, ahora inflamada con un color rosado, que, aunque estaba yo
lejos, me quitaba la vista de los ojos; traía encima otra ropa negra, que
resplandecía la obscuridad de ella, la cual traía cubierta y echada por debajo
del brazo diestro, al hombro izquierdo, como un escudo pendiendo con muchos
pliegues y dobleces.
Era esta ropa bordada alrededor con sus trenzas de oro, y sembrada
toda de unas estrellas muy resplandecientes, en medio de las cuales la Luna de
quince días lanzaba de sí rayos inflamados; y es así que esta ropa la cercaba
pendiendo de toda parte y tenía la corona ligada con ella, adornada de muchas
flores, manzanas y otras frutas, pero en la mano tenía otra cosa muy diversa de
lo que habemos dicho; porque ella tenía en la mano derecha un pandero con
sonajas de alambre, atravesadas por medio con sus vírgulas, y con un palillo
dábale muchos golpes, que lo hacía sonar muy sabrosamente; en la mano
izquierda traía un jarro de oro, y del asa del jarro, que era muy linda, salía una
serpiente, que se llamaba Aspis, alzando la cabeza y con el cuello muy alto; en
los pies divinos traía unos alpargates, hechos de hojas de palma. Tal y tan
grande me apareció aquella diosa, echando de sí un olor divino, como los olores
que se crían en Arabia, y tuvo por bien de hablarme en esta manera

Heme aquí do vengo conmovida por tus ruegos, ¡oh Lucio! Sepas que yo
soy madre y natura de todas las cosas, señora de todos los elementos, principio
y generación de los siglos, la mayor de los dioses y reina de todos los difuntos,
primera y única sola de todos los dioses y diosas del cielo, que dispenso con mi
poder y mando las alturas resplandecientes del cielo, y las aguas saludables de
la mar, y los secretos lloros del infierno. A mí, sola y una diosa, honra y
sacrifica todo el mundo en muchas maneras de nombres. De aquí los troyanos,
que fueron los primeros que nacieron en el mundo, me llaman Pesinuntica,
madre de los dioses. De aquí asimismo los atenienses, naturales y allí nacidos,
me llaman Minerva cecrópea, y también los de Chipre, que moran cerca de la
mar, me nombran Venus Pafia. Los arqueros y sagitarios de Creta, Diana. Los
sicilianos de tres lenguas me llaman Proserpina. Los eleusinos, la diosa Ceres
antigua Otros me llaman Juno, otros Bellona, otros Hecates, otros Ranusia. Los
etíopes, ilustrados de los hirvientes rayos del sol, cuando nace, y los atrios y
egipcios, poderosos y sabios, donde nació toda la doctrina, cuando me honran y
sacrifican con mis propios ritos y ceremonias, me llaman mi verdadero nombre,
que es la reina Isis. Habiendo merced de tu desastrado caso y desdicha, vengo
en persona a favorecerte y ayudarte; por eso deja ya estos lloros y
lamentaciones; aparta de ti toda tristeza y fatiga, que ya por mi providencia es
llegado el día saludable para ti.

PONGA UN TRASPLANTE EN SU VIDA

     

JAMES JOYCE-ULISES I     209

¿qué le importa al tipo metido bajo tierra haciéndole raíces a las
margaritas? No le alcanza. Asiento de los
afectos. Corazón destrozado. Una bomba
después de todo, bombeando miles de galones de
sangre cada día. Un buen día se atasca y estás
listo. Por aquí los hay a montones: pulmones,
corazones, hígados. Viejas bombas enmohecidas:
lo demás son cuentos. La resurrección y la vida.
Una vez muerto estás bien muerto. La idea del
juicio final. Hacerlos salir a todos de sus
tumbas. ¡Levántate y anda, Lázaro! Y llegó
quinto y perdió el puesto. ¡Levántate! ¡Es el
último día! Luego cada uno de los tipos
ratoneando por ahí su hígado y sus bofes y el
resto de sus bártulos. ¡La pucha, como para
encontrar todos sus cachivaches esa mañana!

ANATOLE FRANCE-EL FIGON DE LA REINA PATOJA   209

»No hay que creer que la vida esté limitada a las estrechas condiciones
en que se manifiesta a los ojos del vulgo. Cuando vuestros teólogos, lo
mismo que vuestros filósofos, enseñan que la creación tuvo al hombre por
objeto y fin, razonan como razonarían las cucarachas de Versalles o de las
Tullerías, las cuales creerían que la humedad de las cuevas se ha hecho
exclusivamente para ellas y que el resto del castillo no es habitable. El
sistema del mundo que el canónigo Copérnico enseñaba en el siglo último,
según Aristarco de Samos y los filósofos pitagóricos, es, sin duda, conocido
por haberse publicado compendios para los escolares, y diálogos en que se
explica, para los frivolos charlatanes de la ciudad. Ya habéis podido ver en
mi casa una máquina que lo demuestra perfectamente por medio de un
movimiento de relojería.
«¡Elevad vuestra mirada, hijo mío, y contemplad sobre vuestra cabeza el
carro de David, que, arrastrado por Mizar y sus dos ilustres compañeros,
gira alrededor del Polo; Arturo, Vega de la Lira, la Espiga de la Virgen, la
corona de Ariana y su encantadora perla! Ésos son soles. Una sola mirada
dirigida sobre el mundo os hace parecer que la creación entera es una obra
de fuego, y que la vida debe, bajo las más bellas formas, alimentarse de
llamas

ANDRE MALRAUX-LA CONDICION HUMANA   209

El comerciante se preguntaba ahora si sería un ladrón que había ido a examinar su almacén para saquearlo durante los próximos desórdenes. Sin embargo, aquel joven no deseaba ver los mejores objetos. Sólo bronces o hebillas de zorro, y de un precio moderado. A los japoneses les gustaban los zorros; pero aquel cliente no era japonés. Había que continuar interrogándole con habilidad.

–¿Habitaba usted, sin duda, en el Hupé? Dicen que la vida se ha hecho muy difícil en las provincias del centro.

Chen se preguntó si le convendría hacerse algo el sordo. No se atrevió, por temor a parecer más extraño aún.

–Ya no vivo ahí –respondió solamente. Su tono y la estructura de sus frases, aun en chino, tenían no se sabía qué de breves: expresaban directamente su pensamiento, sin emplear los giros usuales. Pero pensó en la compra.

–¿Cuánto? –preguntó, señalando con el dedo uno de esos broches de zorro que se encuentran en gran número dentro de las tumbas.

–Quince dólares.

 

BORGES-209

Ahora quiero acordarme del porvenir y no del pasado. Ya se
practica la lectura en silencio, síntoma venturoso. Ya hay lector callado de versos. De esa capacidad sigilosa a una escritura puramente
ideográfica —directa comunicación de experiencias, no de
sonidos— hay una distancia incansable, pero siempre menos dilatada
que el porvenir.
Releo estas negaciones y pienso: Ignoro si la música sabe desesperar
de la música y si el mármol del mármol, pero la literatura
es un arte que sabe profetizar aquel tiempo en que habrá enmudecido,
y encarnizarse con la propia virtud y enamorarse de la
propia disolución y cortejar su fin.

Muriel Barbery La elegancia del erizo  170   209-170=39

Me siento muy orgullosa de esta idea profunda. La he tenido gracias a
Colombe. Bueno, al menos me habrá sido útil una vez en la vida. No hubiera
creído poder decir esto antes de morir.
Desde siempre, Colombe y yo estamos enfrentadas porque, para
Colombe, la vida es una batalla permanente en la que hay que vencer
aniquilando al otro. No puede sentirse segura si no ha aplastado al adversario y
si no ha reducido su territorio al mínimo necesario. Un mundo en el que hay
espacio para los demás es un mundo peligroso según sus criterios de guerrera
de tres al cuarto. A la vez, sólo necesita a los demás para una pequeña tarea
esencial: alguien tiene que reconocer su fuerza. Por lo tanto no sólo se pasa el
tiempo tratando de aplastarme por todos los medios posibles, sino que, además,
le gustaría que le dijera, hundiéndose su espada en la carne de mi cuello, que es
la mejor y que la quiero

CARLOS RUIZ ZAFON-EL PRISIONERO DEL CIELO  160   209-160=49

¿Ha oído hablar usted de la esquizofrenia, Fermín? Es una de las nuevas palabras favoritas del señor director.

—Es lo que los civiles gustan en referirse como «estar como una chota».

—No es cosa de broma, Fermín. Es una enfermedad muy grave. No es mi especialidad, pero he conocido algunos casos y a menudo los pacientes oyen voces, ven y recuerdan personas o eventos que no han sucedido jamás... La mente se va deteriorando poco a poco y los pacientes no pueden distinguir entre la realidad y la ficción.

—Como el setenta por ciento de los españoles... ¿Y cree usted que el pobre Martín sufre esa dolencia, doctor?

—No lo sé con seguridad. Ya le digo que no es mi especialidad, pero yo creo que presenta algunos de los síntomas más habituales.

—A lo mejor en este caso esa enfermedad es una bendición...

—Nunca es una bendición, Fermín.

¿Y sabe él que está, digamos, afectado?

—Al loco siempre le parece que los locos son los demás.

—Lo que yo decía del setenta por ciento de los españoles...

 

Susan Sontag El amante del volcán  209

Ya llevaba en cama, y buscaba una cómoda posición para dormir, más de una hora.
En el balcón tras la gran ventana, enmarcado por siluetas de palmeras, penetró con
la mirada el aire cargado de aromas. Las nubes que iluminaba la luna eran muy
bajas, el cielo tenía un brillo casi rosado. La propia noche aumenta su enojosa
sensación de que las horas no avanzan; la noche, que parece suspendida. Es pura
noche, podría ser noche para siempre. No hay ni siquiera un movimiento de nubes
que le indiquen que la noche avanza. Oyó una voz de hombre cantando un poco
desafinada, sin duda algún chillón local quejándose de penas de amor; el retumbar
de un carruaje en la distancia; un pájaro nocturno

EL ALFILER Y LA HIGUERA

 

         Captura

BOLAÑO-2666      982

Un asesino,en el fondo, es bueno. Los alemanes eso lo sabemos bien.
¿Y qué? Puedo pasar una noche bebiendo con un asesino y tal
vez, al contemplar ambos la aurora, nos pongamos a cantar o a
tararear una pieza de Beethoven. ¿Y qué? Puede el asesino llorar
en mi hombro. Normal. Ser asesino no es fácil. Eso lo sabemos
bien usted y yo. No es nada fácil. Exige pureza y voluntad, voluntad
y pureza. La pureza del cristal y una voluntad de hierro.
E incluso puedo yo ponerme a llorar en el hombro del asesino
y susurrarle palabras dulces como «hermano», «camarada»,
«compañero de infortunios». En ese momento el asesino es
bueno, puesto que es intrínsecamente bueno, y yo soy un idiota,
puesto que soy intrínsecamente un idiota, y ambos somos
sentimentales, puesto que nuestra cultura tiende irrefrenablemente
a la sentimentalidad. Pero cuando la obra se acaba y yo
estoy solo, el asesino abrirá la ventana de mi cuarto y entrará
con sus pasitos de enfermero y me degollará hasta que no quede
una gota de mi sangre.

JAMES JOYCE-ULISES     982

Preguntando si tenía algún mensaje para
los vivos exhortó a todos los que aún están del
lado malo de Maya a que admitan el verdadero
sendero porque se había informado en los

círculos devánicos que Marte y Júpiter andaban
haciendo travesuras por el ángulo oriental
donde el carnero tiene poder. Fue luego
interrogado acerca de si había algunos deseos
especiales de parte de los difuntos y la
respuesta fue: Os saludamos, amigos de la
tierra, que habitáis todavía en el cuerpo. Tened
cuidado de que C. K. no os apile. Se determinó
que la alusión se dirigía al señor Cornelius
Kelleher, gerente del popular establecimiento
fúnebre de los señores H. J. O'Neill, amigo
personal del difunto, que tomó la
responsabilidad de todo lo relativo al entierro.
Antes de desaparecer solicitó que se dijera a su
querido hijo Patsy que el otro botín que él había
estado buscando se encontraba actualmente
bajo la cómoda de la habitación del medio de la
escalera

CERVANTES-DON QUIJOTE   707    982-707=275

Almas dichosas que del mortal velo
libres y esentas, por el bien que obrastes,
desde la baja tierra os levantastes,
a lo más alto y lo mejor del cielo.
Y, ardiendo en ira y en honroso celo,
de los cuerpos la fuerza ejercitastes,
que en propia y sangre ajena colorastes
el mar vecino y arenoso suelo;
primero que el valor, faltó la vida
en los cansados brazos que, muriendo,
con ser vencidos, llevan la vitoria.
Y esta vuestra mortal, triste caída,
entre el muro y el hierro, os va adquiriendo
fama que el mundo os da, y el cielo gloria.
—Desa mesma manera le sé yo —dijo el cautivo.
—Pues el del Fuerte, si mal no me acuerdo —dijo el caballero—, dice así:
SONETO
De entre esta tierra estéril, derribada
destos terrones por el suelo echados,
las almas santas de tres mil soldados
subieron vivas a mejor morada,
siendo primero, en vano, ejercitada
la fuerza de sus brazos esforzados,
hasta que, al fin, de pocos y cansados,
dieron la vida al filo de la espada

Y este es el suelo que continuo ha sido
de mil memorias lamentables lleno
en los pasados siglos y presentes.
Mas no más justas de su duro seno
habrán al claro cielo almas subido,
ni aun él sostuvo cuerpos tan valientes.

lunes, diciembre 19, 2011

NOVIA DEL AÑO

 

 Foto: JJ. Wuilbaut      seta            Foto: JJ. Wuilbaut

ANATOLE FRANCE-EL FIGON DE LA REINA PATOJA    pág 173

—Hermanito —le dijo—, ¿qué reliquias llevabais en el asno del segundo
vicario, en compañía de la hermana Catalina? ¿No serán vuestros calzones
los que dais a besar a los devotos, a semejanza de un cierto cordelero, de
quien Enrique Estienne ha referido la aventura?
—¡Ah, señor abate! —respondió el hermano Ángel, con la expresión de
un mártir que padece por la verdad—. No eran mis calzones, sino un pie
de san Eustaquio

Lo jurara si no fuera pecado —exclamó el abate agitando un alón de
ave—. Estos capuchinos desentierran santos desconocidos por los buenos
tratadistas de historia eclesiástica. Ni Tillemont, ni Fléury hablan de ese san
Eustaquio, a quien jamás debiósele una iglesia en París, habiendo tantos
santos reconocidos por autores dignos de fe que esperan aún semejante
honor. La vida de ese Eustaquio es un tejido de fábula ridicula. Lo propio
sucede con la de santa Catalina, la cual sólo ha existido en la imaginación
de algún picaro monje bizantino. No la quiero atacar, sin embargo, con

exceso, por ser la patrona de los escritores y la que sirve de divisa a la
librería del buen señor Blaizot, que es el lugar más delicioso del mundo.
—Llevaba también —repuso tranquilamente el hermanito— una
costilla de santa María Egipcíaca.
—¡Ah, ah!, en cuanto a ésa —gritó el abate mientras arrojaba al suelo
un hueso— la tengo por muy santa, a causa de que dio en vida un hermoso
ejemplo de humildad. Habéis de saber, señora
—agregó el abate tirando a mi madre de una manga— que santa María
Egipcíaca, yendo en peregrinación al sepulcro de Nuestro Señor, fue
detenida en su camino por un río muy profundo, y no teniendo dinero para
la barca, ofreció su cuerpo en pago a los barqueros. ¿Qué decís de esto, mi
buena señora?

JAMES JOYCE-ULISES  I      173

Ah,Mary perdió el alfiler de las bragas

No sabia qué hacer

para sostenerlo en alto

para sostenerlo en alto

¿Sostenerlo?Sostenerlas

Un dolor de cabeza
tan fuerte. Le habrá venido el asunto. Sus rosas.
O todo el día sentada escribiendo a máquina.
Fijar la vista es malo para los nervios del
estómago. ¿Qué perfume usa tu señora? Y
ahora, ¿podrías entender semejante cosa?

BORGES-OBRAS COMPLETAS    pág  173

Un buen día llegó a Puerto Ruiz un paisano lujosamente
vestido al estilo de la época: chiripá de merino negro, calzoncillo
cribado, pañuelo de seda al cuello, cinto cubierto de monedas de
plata, en buen caballo aperado regiamente: freno, pretal, estribos
y cabezada de plata con adornos de oro y facón haciendo juego.
Se dio a conocer diciendo que venía del saladero "Fray Bentos",
donde se había enterado de la fama de Fustel, y que, considerándose
muy hombre, deseaba probarse con él.
Fue fácil ponerles en contacto, y no habiendo motivos de ninguna
clase de malquerencia, se concertó el lance para el día y hora
determinados, en el mismo lugar.
En el centro de una gran rueda formada por todo el personal
del saladero y vecinos, comenzó la pelea, en la que ambos hombres
demostraban admirable destreza.
Después de largo rato de lucha, el negro Fustel consiguió alcanzar
a su rival con la punta del facón en la frente, haciéndole
una herida que aunque pequeña empezó a manar bastante sangre

Al verse herido, el forastero tiró el facón y, tendiéndole la mano
a su contrincante, le dijo: "Usted es más nombre, amigo"
Se hicieron muy buenos amigos, y al despedirse se cambiaron
los facones en prueba de amistad.

VLADIMIR NABOKOV-OBRAS   pág 173

Erwin se fijó en la cara de la niña, que caminaba mesuradamente junto al viejo poeta; había algo extraño en
aquel rostro, era extraña la mirada subrepticia de sus ojos excesivamente brillantes,
y de no ser por el hecho de que era todavía una niña, la nieta del viejo, sin duda, se
hubiera podido incluso sospechar que sus labios tenían un toque de carmín.
Caminaba balanceando sus caderas ligera, muy ligeramente, mantenía las piernas
muy juntas al andar, le preguntaba algo a su acompañante, algo con esa su voz
melodiosa, y aunque Erwin no dio ninguna orden, supo que su veloz deseo secreto
había sido cumplido.
—Desde luego, desde luego —contestó el viejo zalamero, inclinándose hacia la
niña.
Cuando pasaron a su lado, Erwin percibió un olor a perfume. Se volvió y luego
prosiguió su camino.
—Eh, ten cuidado —murmuró de repente al darse cuenta de que con ésta llegaban
a doce—, un número par. Tengo que encontrar una más, en la próxima media hora.
Le molestaba tener que seguir buscando, pero al mismo tiempo le agradaba que le
hubieran dado esta nueva oportunidad Elegiré una en mi camino hacia allá, se dijo,
después de un momento de pánico. ¡Seguro que encuentro una!
—Quizá sea la mejor de todas —observó en voz alta mientras escrutaba la noche
brillante

ANDRE MALRAUX-LA CONDICION HUMANA   173

¿Sabe usted, querido, que las mujeres persas, cuando son atacadas por la ira, zurran a sus maridos con sus babuchas erizadas de clavos? Son irresponsables. Y luego, ¿no es así?, vuelven a la vida ordinaria, a aquella en la que llorar con un hombre no las compromete, sino en la que acostarse con él las liberta –¿cree usted?–

He conocido a bastantes hombres para saber lo que hay que pensar de los caprichos: ninguna cosa deja de tener importancia para un hombre, en cuanto compromete su orgullo, y el placer es una palabra que permite hartarse de ella lo más pronto y con la mayor frecuencia. Me niego, por tanto, a ser un cuerpo, como usted a ser un talonario de cheques. Usted obra conmigo como las prostitutas con usted: «Habla, pero paga...» Soy también ese cuerpo que usted quiere que sea solamente: lo sé. No siempre me es fácil defenderme contra la idea que se tiene de mí. Su presencia me aproxima a mi cuerpo con disgusto, como la primavera me aproxima a él con júbilo. A propósito de la primavera, que se divierta usted mucho con los pájaros.

Y, desde luego, la próxima vez, deje usted tranquilos a los interruptores de la luz.

domingo, diciembre 18, 2011

CHERNOBYL

 

JAMES JOYCE-ULISES     569     602-569=33

En largos trazos umbrosos Sargent copió
los datos. Esperando siempre una palabra de
ayuda, su mano movía fielmente los símbolos
inseguros. Un ligero tinte de vergüenza
temblaba debajo de su piel opaca. "Amor
matris", genitivo subjetivo y objetivo. Con su
sangre débil y su leche agria de suero lo había
alimentado, hurtando sus pañales de la vista de
los otros.
Yo era como él, con esos hombros
agobiados, esa carencia de gracia. Mi infancia se
inclina a mi lado. Damasiado lejos para que yo
apoye allí una mano una vez o ligeramente. La
mía está lejos y la suya secreta como nuestros
ojos. Secretos, silenciosos, petrificados, se
sientan en los palacios oscuros de nuestros dos
corazones: secretos cansados de su propia
tiranía: tiranos deseosos de ser destronados.

La operación quedó hecha.
—Es muy sencillo —dijo Esteban, al par
que se ponía de pie.
—Sí, señor. Gracias —contestó Sargent.
Secó la página con una hoja de delgado
papel secante y llevó su cuaderno de vuelta a su
pupitre.
—Es mejor que tomes tu bastón y que
vayas con los otros —dijo

CORAN         602

SURA 27
An-Naml (Las Hormigas)
Período de Mecca

(7) ¡HE AHÍ! que, [estando perdido en el desierto,6] Moisés dijo a su familia: "¡Puedo distinguir
[a lo lejos] un fuego; os traeré de él alguna indicación [del camino que debemos seguir],
o bien os traeré [al menos] una tea para que podáis calentaros."
(8) Pero cuando se acercó a él, exclamó una voz: "¡Benditos los que están en [torno a] este
fuego, y los que están cerca de él!7 ¡E infinito es Dios en Su gloria, el Sustentador de todos los
mundos!
(9) [Y Dios dijo:] "¡Oh Moisés! ¡En verdad, sólo Yo soy Dios, el Todopoderoso, el Sabio!"
(10) [Y luego dijo:] "¡Tira tu vara!"8
Pero cuando la vio moverse rápidamente, como si fuera una serpiente, huyó [atemorizado],
sin [atreverse a] volver.9

7 Así explica Samajshari la expresión haulaha (lit., "alrededor de él"). Según algunos de los comentaristas
más antiguos, citados por Tabari, el "fuego" (nar) es, en este contexto, sinónimo de "luz" (nur), o sea, la
iluminación que Dios otorga a Sus profetas, los cuales --como puede suponerse-- se encuentran a priori
"cerca de él" por razón de su sensibilidad espiritual innata. Por el contrario, la frase man fi'n-nar wa-man
haulaha puede entenderse como referida a la luz de Dios, que abarca, y es núcleo de, toda iluminación
espiritual

La transformación milagrosa de la vara en serpiente tiene, a mi entender, una significación mística:
parece aludir a la diferencia intrínseca entre apariencia y realidad y, así mismo, a la comprensión espiritual
de dicha diferencia que Dios ha concedido a Sus siervos elegidos (cfr. la experiencia de Moisés con
el sabio desconocido que se narra en 18:66-82). Esta interpretación está fuertemente respaldada por 27:10
y 28:31, en los cuales se dice que Moisés vio que la vara “se movía rápidamente, como si fuera una serpiente
(ka’annaha yann)”.

BORGES- 602

Entonces mi alma se llenó de piedad. Imaginé la primera mañana
del tiempo, imaginé a mi dios confiando el mensaje a la
piel viva de los jaguares, que se amarían y se engendrarían sin
fin, en cavernas, en cañaverales, en islas, para que los últimos
hombres lo recibieran. Imaginé esa red de tigres, ese caliente
laberinto de tigres, dando horror a los prados y a los rebaños
para conservar un dibujo. En la otra celda había un jaguar;
en su vecindad percibí una confirmación de mi conjetura y un
secreto favor.
Dediqué largos años a aprender el orden y la configuración
de las manchas. Cada ciega jornada me concedía un instante de
luz, y así pude fijar en la mente las negras formas que tachaban
el pelaje amarillo. Algunas incluían puntos; otras formaban rayas
trasversales en la cara interior de las piernas; otras, anulares, se
repetían. Acaso eran un mismo sonido o una misma palabra.
Muchas tenían bordes rojos.

No diré las fatigas de mi labor. Más de una vez grité a la
bóveda que era imposible descifrar aquel texto. Gradualmente,
el enigma concreto que me atareaba me inquietó menos que el
enigma genérico de una sentencia escrita por un dios. ¿Qué tipo
de sentencia (me pregunté) construirá una mente absoluta?
Consideré que aun en los lenguajes humanos no hay proposición
que no implique el universo entero; decir el tigre es decir los tigres que lo engendraron, los ciervos y tortugas que devoró, el
pasto de que se alimentaron los ciervos, la tierra que fue madre
del pasto, el cielo que dio luz a la tierra. Consideré que en el
lenguaje de un dios toda palabra enunciaría esa infinita concatenación
de los hechos, y no de un modo implícito, sino explícito,
y no de un modo progresivo, sino inmediato. Con el tiempo,
la noción de una sentencia divina parecióme pueril o blasfematoria.
Un dios, reflexioné, sólo debe decir una palabra y en
esa palabra la plenitud. Ninguna voz articulada por él puede
ser inferior al universo o menos que la suma del tiempo.. Sombras
o simulacros de esa voz que equivale a un lenguaje y a
cuanto puede comprender un lenguaje son las ambiciosas y pobres
voces humanas, todo, mundo, universo.

VLADIMIR NABOKOV
Cuentos completos              602

—Yo sí que hubiera sabido —dijo una mujer corpulenta sentada con las piernas
abiertas—. En realidad, una está cansada de oír que hay que castigar a los alemanes.
También ellos son seres humanos. Y cualquier persona sensible estará de acuerdo
con lo que usted dice de que no son responsables de esas sedicentes atrocidades,
muchas de las cuales han sido, probablemente, inventos de los judíos. Me pongo
nerviosa cuando oigo que la gente sigue hablando sin ton ni son de hornos
crematorios y de casas de tortura que, de haber existido, estarían en manos de unos
pocos hombres tan locos como Hitler.
—Bueno, en todo caso, me temo que hay que ser comprensivos —dijo el doctor
Shoe, con su sonrisa imposible—, y debemos tomar en consideración las maniobras
de la imaginación semítica que controla a la prensa americana. Y debemos recordar,
asimismo, que había muchas medidas puramente sanitarias que las eficaces tropas
alemanas tuvieron que adoptar para disponer de los cadáveres de los ancianos que
habían muerto en los campos de trabajo e incluso, en algunos casos, para disponer
de las víctimas de las epidemias de tifus

EL ESTADO SALVAJE

escanear0026

JUAN BENET-HERRUMBROSAS LANZAS 588 págs   602-588=14

"Me complace mucho comprobar que tu ojo crítico sigue despierto: en tu carta has señalado lo que sin duda es el mejor párrafo de HL 2, el que se refiere al punto de luz en la noche. Es curioso: hace cosa de un mes le envié una breve nota a Savater para comunicarle que de su último libro lo que más me gustaba era una imagen (relativa a la superficie rizada de un lago escocés) y le sugería que le pusiera precio si era su intención venderla. Bien mirado lo de Barbara Stanwyck tampoco me parece demasiado mal. Aquí los enterados han coincidido en que no sé trazar caracteres y que he simplificado las causas de la guerra al reducirlas a querellas familiares. Es evidente que el primer principio que tiene el crítico es el de afianzar su personalidad y convencer al lector de que para algo es crítico: un vigía de la sociedad que atento sobre todo a los peligros que la amenazan, casi siempre se siente en la necesidad de comenzar con un: ojo, que yo no me chupo el dedo