sábado, diciembre 10, 2011

MELODIA DEL TRUENO

 

SUSAN SONTAG-EL AMANTE DEL VOLCAN   395-331=64

Vio ráfagas de vapor blanco que se
levantaban unas por encima de otras hasta alcanzar una altura y un volumen tres
veces superiores a los de la propia montaña y que, gradualmente, se llenaban de
vetas de negrura, exactamente como Plinio el Joven había descrito su erupción:
candida interdum, interdum sórdida et maculosa (a veces blanca, otras sucia y llena
de manchas) según la cantidad de mantillo que la nube pudiera transportar. Siguió
una tormenta de verano, el tiempo se hizo tórrido y, al cabo de unos días, una
fuente de fuego rojo subió del cráter. Se podía leer en la cama por la noche al siniestro fulgor de la montaña, distante unos pocos kilómetros. En una relación a la
Royal Society, el Cavaliere describió aquellas negras nubes de tormenta y la
brillante columna de fuego, con destellos de relámpagos que se bifurcaban, como
más bellas que alarmantes.

BORGES-OBRAS COMPLETAS  395

La segunda ley de la termodinámica
declara que hay procesos energéticos que son irreversibles.
El calor y la luz no son más que formas de la energía. Basta proyectar
una luz sobre una superficie negra para que se convierta
en calor. El calor, en cambio, ya no volverá a la forma de luz. Esa
comprobación, de aspecto inofensivo o insípido, anula el "laberinto
circular" del Eterno Retorno.
La primera ley de la termodinámica declara que la energía del
universo es constante; la segunda, que esa energía propende a la
incomunicación, al desorden, aunque la cantidad total no decrece.
Esa gradual desintegración de las fuerzas que componen el universo,
es la entropía. Una vez igualadas las diversas temperaturas,
una vez excluida (o compensada) toda acción de un cuerpo sobre
otro, el mundo será un fortuito concurso de átomos. En el centro
profundo de las estrellas, ese difícil y mortal equilibrio ha sido
logrado. A fuerza de intercambios el universo entero lo alcanzará,
y estará tibio y muerto.

VLADIMIR NABOKOV- 395

Una mala noticia
Eugenia Isakovna Mints era una anciana viuda emigrada que siempre iba vestida de
negro. Su único hijo había muerto el día anterior. Ella no lo sabía.
Era un día de marzo de 1935 y después de un amanecer lluvioso, una sección
horizontal de Berlín se reflejaba en la otra —zigzags abigarrados se entremezclaban
con texturas más planas y uniformes, etcétera. Los Chernobylskis, viejos amigos de
Eugenia Isakovna, habían recibido el telegrama de París hacia las siete de la
mañana, y un par de horas más tarde les había llegado una carta por correo aéreo. El
jefe de la oficina de la fábrica donde Misha trabajaba les anunciaba que el
desgraciado joven se había caído por el hueco de un ascensor desde el último piso y
que había estado agonizando cuarenta minutos: aunque inconsciente, siguió
quejándose terriblemente y de forma ininterrumpida hasta el último momento.
Mientras tanto, Eugenia Isakovna se levantó, se vistió, se echó un chai negro de lana
sobre sus frágiles hombros e hizo café en la cocina. Se enorgullecía del aroma
profundo, genuino de su café, sobre todo cuando lo comparaba con el de la señora
del doctor Schwarz, su patrona, una «bestia tacaña, sin educar»: había pasado ya
una semana desde que Eugenia Isakovna dejara de hablarle, y ésta no era su primera
disputa, ni mucho menos, pero, como les dijo a sus amigos, no tenía la menor
intención de mudarse a otro lugar, y ello por varias razones, con frecuencia
enumeradas en demasiadas ocasiones y nunca tediosas. Gozaba de una ventaja
manifiesta sobre cualquier persona con la que decidiera interrumpir cualquier
relación: sencillamente, suya y tan sólo suya era la decisión de desconectar el
aparato para sordos que llevaba en el oído, un chisme portátil que parecía un
pequeño bolso negro.

JAMES JOYCE-ULISES  395

Almidano Artifoni pasó Holles Street y
Sewell's Yard. Detrás de él, Cashel Boyle
O'Connor Fitzmaurice Tisdall Farrell con el
bastónparaguasguardapolvo balanceándose
esquivó la lámpara delante de la casa del señor
Law Smith y, cruzando, caminó a lo largo de

de golpeado un cuerpo sin vigor. El joven ciego
volvió su cara enfermiza hacia la figura que se
alejaba dando zancadas.
—¡Dios te maldiga, quienquiera que seas!
—dijo agriamente—. ¡Estás más ciego que yo,
hijo de puta

 

ROBERTO BOLAÑO- LOS DETECTIVES SALVAJES 395

Cuando me hubieron traído mi copa y la hubieron llenado y hube bebido pude separarme del pinche azogue del espejo en el que estaba apoyado, quiero decir: pude despegar mis manos de la superficie de aquel viejo espejo (no sin antes ver, por cierto, cómo quedaban marcadas las huellas dactilares de mis dedos en su superficie, como diez jetas diminutas que me decían algo al unísono y con una velocidad sorprendente que me impedía cualquier entendimiento)

Simon Beckett

El susurro de los muertos 234*2=468-395=73

Tom se miró las gafas inquieto; aunque a esas alturas las lentes debían de estar relucientes seguía frotándolas. Guardé silencio para no interferir en su decisión. Por fin se recolocó las gafas y dijo:

—Volvamos al trabajo.

MICHEL FOUCAULT-LAS PALABRAS Y LAS COSAS    395-3758=17

El pintor está ligeramente alejado del cuadro. Lanza una mirada
sobre el modelo; quizá se trata de añadir un último toque, pero también
puede ser que no se haya dado aún la primera pincelada. El
brazo que sostiene el pincel está replegado sobre la izquierda, en
dirección de la paleta; está, por un momento, inmóvil entre la tela
y los colores. Esta mano hábil depende de la vista; y la vista, a su
vez, descansa sobre el gesto suspendido. Entre la fina punta del
pincel y el acero de la mirada, el espectáculo va a desplegar su volumen.

 

 

BIBLIA-ANTIGUO TESTAMENTO    395

Pero aquel día los hombres de Israel fueron puestos en apuros, porque Saúl
había sometido al pueblo bajo juramento, diciendo: “¡Maldito sea cualquiera que
coma algo antes del anochecer, hasta que yo haya tomado venganza de mis
enemigos!” Así que ninguno del pueblo había probado alimento. 25 Todo el pueblo
llegó a un bosque, y en la superficie del campo había miel. 26 Cuando el pueblo entró
en el bosque, he aquí que la miel corría, pero nadie acercó la mano a su boca,
porque el pueblo temía el juramento. 27 Pero Jonatán no había oído cuando su padre
había sometido al pueblo bajo juramento. Y extendiendo la punta de una vara que
llevaba en su mano, la mojó en un panal de miel y acercó su mano a su boca; y le
brillaron los ojos

BIBLIA –NUEVO TESTAMENTO   395

“¿Quién es semejante a la bestia, y quién puede combatir
contra ella?” 5 Y a la bestia le fue dada una boca que hablara insolencias y
blasfemias, y le fue dada autoridad para actuar por cuarenta y dos meses. 6 Y
abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar contra su nombre y
contra su tabernáculo, es decir, contra los que tienen morada en el cielo. 7 Y le fue
permitido hacer guerra contra los santos y vencerlos. También le fue dado poder
sobre toda raza y pueblo y lengua y nación. 8 Y le adorarán todos los habitantes
sobre la tierra, cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida del Cordero,
quien fue inmolado desde la fundación del mundo. 9 Si alguno tiene oído, oiga: 10 Si
alguien lleva en cautividad, es llevado en cautividad; si alguien mata a espada, tiene
que ser muerto a espada. ¡Aquí está la perseverancia y la fe de los santos!

viernes, diciembre 09, 2011

TORTILLA DE CAMARONES

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 ROBERT GRAVES-LA DIOSA BLANCA          208*5=1040-862=178

  El año 2 d. de C., estaba ya bien consolidado el culto
del toro regio. Su destino se hallaba ligado con el de un ternero pardo, hijo del famoso
toro pardo de la reina Maeve. La Morrigan, o sea la diosa del Destino, cuando se
encontró por primera vez con Cuchulain le advirtió que seguiría viviendo solamente
mientras el ternero siguiera siendo añal. El episodio central de la saga de Cuchulain es
la Guerra de los Toros, librada entre los ejércitos de Maeve y de su marido el rey Ailell como consecuencia de una vana disputa acerca de dos toros. Al final de ella, el Toro
Pardo, el otro yo de Cuchulain, mata a su rival, el Blanco, el que considerándose
demasiado noble para servir a una mujer, había abandonado el rebaño de Maeve por el
de Ailell; luego enloquece de orgullo, embiste a una roca y se rompe la cabeza. Le
sucede su ternero, y Cuchulain muere.
El culto del toro se estableció también en Gales en una fecha temprana. En un
diálogo poético galés contenido en el Libro Negro de Carmarthen, Gwyddno Garanhir,
el padre de Elphin, describe al héroe Gwyn como: «un toro de lucha, que dispersa
rápidamente a un ejército en orden de batalla», y «toro de lucha», en este y en otros
poemas posteriores parece haber sido un título sagrado más bien- que una metáfora
lisonjera, como lo eran también «halcón» y «águila».
La guerra de los toros contiene un ejemplo del lenguaje intrincado del mito: el
Toro Pardo y el Blanco eran en realidad porquerizos regios que poseían el poder de
cambiar de forma. Parece que en la Antigüedad los porquerizos ocupaban una posición
enteramente distinta de la que aparece en la parábola del Hijo Pródigo: ser un
porquerizo era originalmente ser un sacerdote al servicio de la diosa de la Muerte, cuyo
animal sagrado era un cerdo48. La guerra de los toros es presentada por las Actas de la
Gran Academia Bárdica, sátira del siglo vil contra la codicia y la arrogancia de la casta
de bardos gobernante, compuesta al parecer por algún miembro de una fraternidad
oracular anterior que había sido desposeído con el advenimiento del cristianismo. El
personaje principal es Marvan, porquerizo del rey Guaire de Connaught; se puede
identificar con Morvran («cuervo negro»), hijo de Cerridwen, la diosa Cerda Blanca,
que aparece como Afagddu en la sátira galesa análoga titulada El romance de Taliesin

En venganza por la pérdida de un verraco blanco mágico, que era al mismo tiempo su
médico, su músico y su mensajero, al que había matado Guaire inducido por los bardos
gobernantes, los vence en un combate de ingenio y los reduce al silencio y la ignominia;
Seanchan Torpest, el presidente de la Academia, le llama «Principal Profeta del Cielo y
la Tierra».

BIBLIA-NUEVO TESTAMENTO 406 págs   406-6=1218-862=356

Sabed, mis amados hermanos: Todo hombre sea pronto para oír, lento
para hablar y lento para la ira; 20 porque la ira del hombre no lleva a cabo la
justicia de Dios. 21 Por lo tanto, desechando toda suciedad y la maldad

que sobreabunda, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual
puede salvar vuestras almas. 22 Pero sed hacedores de la palabra, y no
solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque cuando alguno
es oidor de la palabra y no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que
mira su cara natural en un espejo. 24 Se mira a sí mismo y se marcha, y en
seguida olvida cómo era. 25 Pero el que presta atención a la perfecta ley de la
libertad y que persevera en ella, sin ser oidor olvidadizo sino hacedor de la obra,
éste será bienaventurado en lo que hace. 26 Si alguien parece ser religioso y no
refrena su lengua, sino que engaña a su corazón, la religión del tal es vana. 27 La
religión pura e incontaminada delante de Dios y Padre es ésta: visitar a los
huérfanos y a las viudas en su aflicción, y guardarse sin mancha del mundo

BIBLIA-ANTIGUO TESTAMENTO-   862

4 Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre, y arroyo que rebosa
es la fuente de la sabiduría.
5 No es bueno mostrar preferencia por el impío, desviando al justo en el juicio.
6 Los labios del necio entran en contienda, y su boca clama por los golpes. 7 La
boca del necio es su propia ruina; sus labios son la trampa de su vida.
8 Las palabras del chismoso parecen suaves y penetran hasta lo recóndito del
ser.
9 El que es negligente en su trabajo es hermano del destructor

CORAN-MAHOMA  862

(27) Y luego hicimos que [otros] enviados Nuestros siguieran sus pasos; y [pasado un tiempo]
hicimos que les siguiera Jesús, hijo de María, a quien dimos el Evangelio;46 y pusimos en los corazones
de los que [realmente] le seguían compasión y misericordia. En cuanto al monacato47 –no

se lo ordenamos Nosotros: lo inventaron ellos buscando la complacencia de Dios.48 Pero no
[siempre] lo observaron como debían:49 recompensamos, entonces, a aquellos que [realmente]
habían llegado a creer, pero muchos se volvieron perversos.50
(28) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer!51 Sed conscientes de Dios y creed en el Enviado,
[y] Él os dará de Su gracia por partida doble, y os iluminará con una luz en la que caminaréis, y
os perdonará [vuestras faltas pasadas]: pues Dios es indulgente, dispensador de gracia.
(29) Y los seguidores de revelaciones anteriores deben saber52 que no tienen poder en absoluto
sobre el favor de Dios,53 porque el favor está todo en manos de Dios: lo concede a
quien Él quiere –y Dios es de una generosidad infinita

47 El término rahbaniya combina los conceptos de vida monástica y un ascetismo exagerado, que con
frecuencia equivale a una negación del valor de la vida de este mundo –una actitud característica de las

primeras fases del Cristianismo pero que el Islam rechaza (cf. 2:143 –“Hemos dispuesto que seáis una
comunidad intermedia”—y la nota 118 correspondiente).
48 O también: “lo inventaron ellos, [pues] no se lo ordenamos Nosotros: [les ordenamos] tan sólo buscar
la complacencia de Dios”. Ambas interpretaciones son legítimas, y como tales son aceptadas por la mayoría
de los comentaristas clásicos. La traducción escogida por mí coincide con la interpretación de Said ibn
Yubair y de Qatada (citados ambos por Tabari e Ibn Kazir).
49 E.d., no todos lo observaron de forma correcta (Tabari, Samajshari, Ibn Kazir), ya que con el paso del
tiempo muchos de ellos --o, mejor dicho, muchos de los que vinieron después de los primeros ascetas
(Tabari)—pervirtieron su devoción aceptando las ideas de la Trinidad y de la encarnación de Dios en
Jesús, y cayendo en un formalismo vacío (Rasi).
50 Sc., “y fueron privados de Nuestra gracia”.
51 Como resulta evidente por el pasaje anterior y también el versículo 29, la gente a la que va dirigido esto
son los seguidores de revelaciones anteriores (ahl al-kitab), y en particular los verdaderos seguidores de
Jesús–e.d., los unitarios.
52 Lit., “para que los seguidores de la revelación anterior [e.d., la Biblia] sepan”.
53 E.d., que no tienen derecho exclusivo al favor de Dios –una expresión que se refiere, en este contexto, a
la concesión de la revelación divina. Esto va dirigido en primera instancia a los judíos, que rechazan la
revelación concedida a Muhámmad por creer que la institución de la Profecía es “patrimonio” exclusivo
de los hijos de Israel, y también a los cristianos que, en cuanto que seguidores de la Biblia, aceptan
implícitamente esta creencia injustificada

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MURIEL BARBERY

La elegancia del erizo   170 págs   170*6=1020-862=158

El agua en movimiento

 

Basta haber experimentado una vez que se puede estar ciego a plena luz del día y ver en la oscuridad para plantearse la cuestión de la visión. ¿Por qué vemos? Subiendo al taxi que había pedido Kakuro y pensando en Jacinthe Rosen y en Anne-Hélène Meurisse, que sólo habían visto de mí lo que podían ver (cogida del brazo del señor Ozu, en un mundo de jerarquías), la evidencia de que la mirada es como una mano que buscara capturar el agua en movimiento me golpea con una fuerza insólita. Sí, el ojo percibe pero no escruta, cree pero no inquiere, recibe pero no busca, vaciado de deseo, sin hambre ni cruzada.

Y mientras el taxi se desliza en el crepúsculo incipiente, pienso.

Pienso en Jean Arthens, sus pupilas quemadas iluminadas de camelias.

Pienso en Pierre Arthens, ojo acerado y ceguera de mendigo

Pienso en esas señoras ávidas, ojos pedigüeños tan fútilmente ciegos.

Pienso en Gégène, órbitas muertas y sin fuerza, que ya sólo ven la caída.

Pienso en Lucien, no apto para la visión porque, a veces, la oscuridad es a fin de cuentas demasiado fuerte.

Pienso incluso en Neptune, cuyos ojos son un hocico que no sabe mentirse.

Y me pregunto si yo misma veo bien.

JHON BOYNE-EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS 206págs   206*5=1030-862=168

  Al teniente Kotler lo habían destinado a
otro sitio y ya no estaba en Auchviz para hacer enfadar
y fastidiar a Bruno continuamente. (Su marcha
había sido muy repentina, y aquel día Padre y Madre
habían mantenido una acalorada discusión a altas
horas de la noche, pero se había marchado, eso seguro,
y no iba a volver; Gretel estaba inconsolable.) Así
pues, otra cosa de la que alegrarse: ya nadie lo llamaba
«jovencito».
Pero lo mejor era que Bruno tenía un amigo que
se llamaba Shmuel.
Le encantaba echar a andar por la alambrada todas
las tardes y se alegraba de ver que su amigo parecía
mucho más contento últimamente y que ya no
tenía los ojos tan hundidos, aunque seguía teniendo
el cuerpo extremadamente delgado y la cara de una
palidez muy desagradable.
Un día, mientras estaba sentado frente a Shmuel
en el sitio de siempre, Bruno observó

Esta es la amistad más rara que he tenido jamás.
—¿Por qué? —preguntó Shmuel.
—Porque con todos los otros niños que eran
amigos míos podía jugar. Y nosotros nunca jugamos.
Lo único que hacemos es sentarnos aquí y hablar.
—A mí me gusta sentarme aquí y hablar —dijo
Shmuel.


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jueves, diciembre 08, 2011

SUPERPUENTE-CONSTITUCION INMACULA CONCEPCION.

                                                                             8

                                              

                                          

 

BORGES-OBRAS    862              

Los idiomas del hombre son tradiciones que entrañan algo de
fatal. Los experimentos individuales son, de hecho, mininos,
salvo cuando el innovador se resigna a labrar un espécimen de
museo, un juego destinado a la discusión de los historiadores de
la literatura o al mero escándalo, como el Finnegans Wake o las
Soledades. Alguna vez me atrajo la tentación de trasladar al castellano
la música del inglés o del alemán; si hubiera ejecutado
esa aventura, acaso imposible, yo sería un gran poeta, como aquel Garcilaso que nos dio la música de Italia, o como aquel anónimo
sevillano que nos dio la de Roma, o como Darío, que nos dio
la de Francia.Pater escribió que todas las artes propenden a la condición
de la música, acaso porque en ella el fondo es la forma, ya que no
podemos referir una melodía como podemos referir las líneas
generales de un cuento. La poesía, admitido ese dictamen, seria
un arte híbrido: la sujeción de un sistema abstracto de símbolos,
el lenguaje, a fines musicales. Los diccionarios tienen la culpa
de ese concepto erróneo. Suele olvidarse que son repertorios artificiosos,
muy posteriores a las lenguas que ordenan. La raíz del
lenguaje es irracional y de carácter mágico. El danés que articulaba
el nombre de Thor o el sajón que articulaba el nombre de
Thunor no sabía si esas palabras significaban el dios del trueno
o el estrépito que sucede al relámpago. La poesía quiere volver
a esa antigua magia. Sin prefijadas leyes, obra de un modo vacilante y osado, como si caminara en la oscuridad. Ajedrez misterioso
la poesía, cuyo tablero y cuyas piezas cambian como en un sueño
y sobre el cual me inclinaré después de haber muerto.

JAMES JOYCE-ULISES I    569 págs   862-569=293

El orquestal Satán,llorando más de una cruz

Lagrimas como las lloran los ángeles

Ed egli avea del cul fatto trombetta.

Tiene mis locuras en rehenes

En la sombra del barranco él les llama con grito de paloma

ROBERT GRAVES-REY JESUS  862

Pasaron a un jardín. Era el ocaso, y a través de las ramas de los árboles frutales
llegaba el ruido de la fiesta; Ana se detuvo un momento, con el corazón palpitante, y
escuchó el salpicar de una fuente en el otro extremo del jardín, donde había luces de
colores. Fue hacia ellas, y Judith permaneció en el portal. Eran linternas con cristales de
color, suspendidas en el exterior de una amplia glorieta; en su interior ardían velas de
cera en un gran candelabro de ocho brazos. En el centro había un laurel; en él un nido
de filigrana de plata con pichones de golondrina de oro, con sus bocas abiertas; la
golondrina madre estaba posada sobre el borde con una mariposa cubierta de piedras
preciosas en el pico.
-Ven aquí, Judith -dijo Ana-. Ven pronto, hija, a ver este hermoso nido.

No hubo respuesta; cuando Ana regresó al portal lo halló cerrado. Judith había
desaparecido. Sin embargo, no estaba prisionera, porque el cerrojo se corría desde
adentro. Regresó a la glorieta, intrigada, y vio en un rincón oscuro un diván cubierto por
una tela púrpura, que no habla advertido antes. Se tendió en él, con la cabeza apoyada
en una muelle almohada, y suspiró de placer, mirando el nido de golondrinas.
Luego cerró los ojos y empezó a orar, silenciosa y sombríamente, como había hecho una
vez en Siloé una mujer que tenía su mismo nombre cuando los abrió de nuevo, se
inclinaba sobre ella un hombre grave y barbado, tan espléndidamente vestido que
parecía un enviado de algún dios. Del cordón azul que rodeaba su cuello pendía una
joya oval con siete gemas brillantes de distintos colores que centelleaban a la luz de las
velas. Él la tomó por la muñeca derecha y dijo en voz grave:

-Tu plegaria ha sido escuchada, Ana. Coge esta copa y bebe en honor del Señor de esta
fiesta.
-¿Quién eres, señor? -preguntó Ana.
-Soy el siervo de Uno de quien se ha dicho «Ha desdeñado a la muchedumbre de la
ciudad».
Ana preguntó:
-¿Qué es, señor, la joya oval que cuelga de tu cuello?
-Cuando la heredera Sulamita, sin hijos, hizo esa misma pregunta al profeta Elisha, él
contestó: «Amada del Señor, consulta a la luna de plata que llevas en tu frente.» Y
ahora, bebe como bebió también la Sulamita.
Puso en su mano una copa. Ella la alzó hasta sus labios y bebió obedientemente. Era un
vino dulce, de sabor aromático y que dejaba luego cierta amargura. Las velas se
extinguieron de pronto; le pareció que la glorieta se llenaba de música aunque no vio
músicos; brillaron en el aire antorchas que describían el número ocho. El puso en los
labios de la mujer una semilla de loto y dijo:
-Traga íntegra esta semilla, hija de Michal. No la hieras con tus dientes, porque es un
alma humana.
Ana tragó la semilla; sus miembros se entumecieron y empezó a perder el sentido.
Había en sus oídos un rugido, como de tempestad en el mar y le pareció que la redonda
tierra era arrancada de su soporte y que las estrellas bailaban extáticas; con un grito se
unieron el sol y la luna. Un remolino la arrebató hacia el cielo, y no supo nada más

SOLDADOS DE DIOS-ROBERT D. KAPLAN 359págs   359*3=1077-862=215

Un viaje a Afganistan con los guerrilleros Islamicos

kabul

comisaria de Policía a los diecisiete años.Resultó fácil,pero no supimos que hacer una vez dentro.

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martes, diciembre 06, 2011

CURANOS A NOSOTROS

 

                                                        

 

                               

                                     

BORGES-OBRAS COMPLETAS pág  150

EL TRUCO
Cuarenta naipes quieren desplazar la vida. En las manos cruje
el mazo nuevo o se traba el viejo: morondangas de cartón que se
animarán, un as de espadas que será omnipotente como don Juan
Manuel, caballitos panzones de donde copió los suyos Velázquez.
El tallador baraja esas pinturitas. La cosa es fácil de decir y aun
de hacer, pero lo mágico y desaforado del juego —del hecho de
jugar— despunta en la acción. 40 es el número de los naipes y
1 por 2 por. 3 por 4. .. por 40, el de maneras en que pueden
salir. Es una cifra delicadamente puntual en su enormidad, con
inmediato predecesor y único sucesor, pero no escrita nunca. Es
una remota cifra de vértigo que parece disolver en su muchedumbre
a los que barajan. Así, desde el principio, el central
misterio del juego se ve adornado con un otro misterio, el de
que haya números.

 

  

YASUNARI KAWABATA-LO BELLO Y LO TRISTE  140 págs     150-140=10

Oki la dejó en libertad y los hombros de Otoko se agitaron. Nuevos torrentes de lágrimas comenzaron a filtrarse a través de los párpados cerrados.

–¿La vas a cremar, madre?

No hubo respuesta.

–¿A una criaturita tan pequeña?

La madre seguía sin responder.

–¿Dices que yo tenía el pelo renegrido cuando nací?

–Sí, renegrido.

–¿Cómo era el de mi bebé? ¿No me puedes guardar un mechoncito, madre?

–No sé, Otoko –murmuró la madre y, tras una vacilación, dijo abruptamente–: ¡Tendrás otro!

Luego se volvió con el ceño fruncido, como si hubiera deseado tragarse sus propias palabras.

¿Acaso la madre de Otoko, y hasta el propio Oki, no habían deseado en secreto que la criatura no llegara a ver la luz del día?

 

GAO XINGJIAN-LA MONTAÑA DEL ALMA   pág 150

  El dios del Trueno lanza unos rayos,los demonios sin cabeza golpean y saltan sobre la piel de los tambores, como una lluvia de
guisantes, ¡ah!, los altos tocados de plata, los pesados pendientes de plata, el calor que se eleva en
volutas del brasero lleno de carbón vegetal, él se lava las manos y el rostro, la alegría embarga su
corazón, los dioses se sienten dichosos, han desenrollado una escala celestial y el padre y la madre
han descendido, los tambores redoblan con entusiasmo, el granero se abre, nueve vasijas y nueve
tinajas no son bastantes para guardar el grano molido, el fuego arrecia con violencia, las ascuas
están incandescentes, la riqueza está allí, el alma de la Madre ancestral ha venido por fin, es el reino
de la abundancia, nueve cubos humeantes de arroz blanco, todos vienen a hacer albóndigas de arroz,
los tambores se prepararan. Estos se ponen en marcha, los viejos les siguen. Delante, detrás, por
todas partes. El maestro de los tambores cierra la marcha.

el tamborilero blande su hacha,
los antepasados sacan sus espadas
para liberar las almas
de generaciones anteriores,
para evocar a su propia madre
ahuecamos un par de bambúes,
fabricamos dos tambores...

JAMES JOYCE-ULISES  pág 150

—¿Y qué es la muerte? —siguió—. ¿La de
tu madre o la tuya o la mía propia? Tú
solamente viste morir a tu madre. Yo los veo
reventar todos los días en el Mater y en el
Richmond, y cómo los destripan en la sala de
autopsia. Es una cosa bestial y nada más.
Simplemente no tiene importancia

ORHAN PAMUK-EL LIBRO NEGRO pág 150

Entendió cuánta razón tenía al ver en un
periódico de escándalos que compró ese mismo día la cara
absolutamente desfigurada del relojero y su expresión feliz ahora que
había sido despojada por completo de significado y de las letras.
El fotógrafo, al ver que su historia, que había contado mirando
especialmente a los periodistas extranjeros, era recibida con aprecio e interés, decidió coronarla con un último detalle, que reveló como si se
tratara de un secreto militar: años después, el mismo periódico de
escándalos volvió a publicar una fotografía de la misma cara
deshecha como si fuera la de la última víctima de una guerra que
desde hacía años se venía desarrollando en Oriente Medio y debajo
habían añadido una frase muy significativa: «Y dicen que todo esto
es por amor».

lunes, diciembre 05, 2011

EL DRAGON Y LOS TOMATES DORADOS

 

                                 

     

BORGES-.   569

El hecho es que
el idioma español adolece de varias imperfecciones (monótono
predominio de las vocales, excesivo relieve de las palabras, ineptitud para formar palabras compuestas) pero no de la imperfección
que sus torpes vindicadores le atacan: la dificultad. El
español es facilísimo. Sólo los españoles lo juzgan arduo: tal vez
porque los turban las atracciones del catalán, del bable, del
mallorquín, del galaico, del vascuence y del valenciano; tal vez
por un error de la vanidad; tal vez por cierta rudeza verbal
(confunden acusativo y dativo, dicen le mató por lo mató, suelen
ser incapaces de pronunciar Atlántico o Madrid.

NABOKOV-.569

EL DRAGÓN
«El dragón» («Drakon»), escrito en noviembre de 1924, se publicó por primera vez
en traducción francesa de Vladimir Sikorsky.
D. N.
NAVIDAD
«Rozhdestvo» se escribió en Berlín a finales de 1924 y se publicó en dos capítulos,
en Rul’ , el 6 y el 8 de enero de 1925; posteriormente se incluyó en Vozvrashchenie
Chorba, Berlín, Slovo, 1930. Se parece extrañamente al problema de ajedrez
conocido como jaque propio.
V. N., Details of a Sunset and Other Stories, 1976

LA PELEA

«La Pelea» («Draka») se publicó en Rul’ el 26 de septiembre de 1925, en una
traducción francesa de Gilíes Barbedette y en mi traducción inglesa («The Fight»)
en el New Yorker, el 18 de febrero de 1985.

CORAN- Sura 24. An-Nur (La Luz) 569

(35) Dios es la Luz de los cielos y de la tierra. La parábola de Su luz es como50 un nicho
que contiene una lámpara; la lámpara está [encerrada] en cristal, el cristal [brilla] como una
estrella radiante:51 [una lámpara] que se enciende gracias a un árbol bendecido --un olivo que no es del este ni del oeste52 --cuyo aceite [es tan brillante que] casi alumbra [por sí solo]
aunque no haya sido tocado por el fuego: ¡ luz sobre luz!53
Dios guía hacia Su luz a quien quiere [ser guiado];54 y [con tal fin] Dios plantea parábolas
a los hombres, pues [sólo] Dios tiene pleno conocimiento de todo.55

EDGAR ALLAN POE  569

EL DIABLO EN EL CAMPANARIO
¿Qué hora es?
(Expresión antigua)
Todos saben de una manera vaga que el lugar más bello del mundo es — o era,
desgraciadamente — el pueblo holandés de Vondervotteimittiss. Sin embargo, como se
encuentra a cierta distancia de todas las grandes vías, en una situación por decirlo así
extraordinaria, probablemente lo haya visitado un corto número de mis lectores. Por está
razón considero oportuno, para entretenimiento de aquellos que no hayan podido hacerlo,
entrar en algunos pormenores con respecto a él

J.M.COETZE-EN MEDIO DE NINGUNA PARTE   569

13. El Ángel, ya que así se le llama a veces, el Ángel Negro
que viene a llevarse a los hijos de los nativos morenos para
salvarlos de sus garrotillos y sus fiebres. Toda su severidad
doméstica se transforma en compasión incesante cuando
pasa a cuidar de los enfermos. Noche tras noche toma
asiento entre los niños que sollozan, junto a las mujeres que
se esfuerzan por traer otro niño al mundo, en combate con
el sueño. «¡Un ángel venido del cielo!», le dicen con intensos ojos de adulación. Canturrea su corazón. En tiempo
de guerra alivia las últimas horas de los heridos. Mueren con
una sonrisa en los labios, mirándole a los ojos, aferrados a
su mano. Sus reservas de compasión son ilimitadas.
Necesita que lo necesiten. Cuando nadie lo necesita, se
siente aturdido y perplejo. ¿No lo explica eso todo?

JAMES JOYCE-ULISES   569

—Debe de haber luna nueva —dijo—.
Siempre está mal entonces. ¿Sabe lo que hizo
anoche?
Su mano dejó de revolver. Sus ojos se
fijaron en él, abiertos en alarma, sin embargo
sonrientes.
— ¿Qué? —preguntó el señor Bloom.
Déjala hablar. Mírala bien a los ojos. Te
creo. Confía en mí.
—Me despertó de noche —siguió—. Un
sueño que había tenido, una pesadilla. Indiges.
—Dijo que el as de espadas estaba
subiendo las escaleras.
—¡El as de espadas! —exclamó el señor
Bloom.

Ella sacó de su cartera una postal
doblada.
—Lea eso —dijo—. Lo recibió esta
mañana.
¡Qué es! —preguntó el señor Bloom
tomando la tarjeta—.
¿ESTAS LISTO?

                   

                                           

domingo, diciembre 04, 2011

EL NIDO Y LA RUEDA

 

 

                                                                  DSC00414

 ojo  ojojo       Espiral sin Fin

 

 

BORGES-OBRAS     532

Alguna vez durmió y en sus sueños estaba el ímpetu del tren. Ya
el blanco sol intolerable de las doce del día era el sol amarillo
que precede al anochecer y no tardaría en ser rojo. También el
coche era distinto; no era el que fue en Constitución, al dejar
el andén: la llanura y las horas lo habían atravesado y transfigurado.
Afuera la móvil sombra del vagón' se alargaba hacia el horizonte.
No turbaban la tierra elemental ni poblaciones ni otros
signos humanos. Todo era vasto, pero al mismo tiempo era íntimo
y, de alguna manera, secreto. En el campo desaforado, a veces no había otra cosa que un toro. La soledad era perfecta y tal vez
hostil, y Dahlmann pudo sospechar que viajaba al pasado y no
sólo al Sur. De esa conjetura fantástica lo distrajo el inspector,
que al ver su boleto, le advirtió que el tren no lo dejaría en la
estación de siempre sino en otra, un poco anterior y apenas conocida
por Dahlmann

DETECTIVES SALVAJES pág. 532

Mientras tanto don Octavio caminaba. Caminaba en círculos cada vez más grandes y a veces se salía de la senda y pisaba la hierba, una hierba enferma de tanto ser pisoteada y que los jardineros ya ni debían de cuidar.

Entonces fue cuando vi a ese hombre. También caminaba en círculos y sus pasos seguían la misma senda, sólo que en sentido contrario, así que por fuerza tenía que cruzarse con don Octavio. Para mí, fue como una alarma en el pecho. Me levanté y puse en alerta todos mis músculos por si era necesario intervenir, no por nada hice un cursillo de karate y judo hace unos años con el doctor Ken Takeshi, que en realidad se llamaba Jesús García Pedraza y había sido miembro de la policía federal. Pero no fue necesario: cuando el hombre se cruzó con don Octavio ni siquiera levantó la cabeza.

 

EL DON DEL ÁGUILA  pág 110    110*5=550-532=18

Carlos Castaneda     

Lo mismo sucedió cuando traté de bajar las escaleras. No sabía cómo caminar. Simplemente no podía dar un solo paso. Era como si me hubieran soldado las piernas. Podía verlas si me inclinaba, pero no podía moverlas hacia de­lante o lateralmente, ni elevarlas hacia el pecho. Era como si me hubiesen pegado al escalón superior. Me sentí como uno de esos muñecos inflados, de plástico, que pueden inclinarse en cualquier dirección hasta quedar horizontales, sólo para er­guirse nuevamente por el peso de sus bases redondeadas.

Hice un esfuerzo supremo por caminar y reboté de escalón en escalón como torpe pelota. Me costó un increíble esfuerzo de atención llegar a la planta baja. No podría describirlo de otra manera. Se requería algún tipo de atención para conservar los linderos de mi visión y evitar que ésta se desintegrase en las fugaces imágenes de un sueño ordinario.

Cuando finalmente llegué a la puerta de la calle no pude abrirla. Lo traté desesperadamente, pero sin éxito; entonces recordé que había salido de mi cuarto deslizándome, flotando como si la puerta hubiese estado abierta. Con sólo recordar esa sensación de flotación, de súbito ya estaba en la calle. Se veía oscuro: una peculiar oscuridad gris-plomo que no me per­mitía percibir ningún color. Mi interés fue atrapado al instante por una inmensa laguna de brillantez que se hallaba exacta­mente frente a mí, al nivel de mi ojo. Deduje, más que divisé, que se trataba de la luz de la calle, puesto que yo sabía que en la esquina había un farol de siete metros de altura.

 

SUSAN SONTAG-EL AMANTE DEL VOLCAN  331 págs   532-331=201

Una habitación con espejos es una temible tentación. Más lo es una
habitación con un dosel de espejos rotos, con tantas facetas como un ojo de mosca,
en el que se ven a sí mismos multiplicados, sobrepuestos, deformados; pero las
deformidades creadas por espejos sólo les hacen reír.
Y cuando el Cavaliere salió para mirar otras habitaciones y dar una vuelta por el
parque, y se percatan de que ahora sólo quedan ellos dos, cuando el padre se ha ido
y los niños están solos en la casa de la risa, permanecen en silencio, la obesa dama y
el hombre bajo con un solo brazo, e intentan mirar únicamente a los espejos, pero
una ráfaga de felicidad que parece no tener límites, éxtasis sin barreras, les
envuelve, y agotados por la tensión del deseo, hilarantes de dicha, se vuelven uno
hacia el otro y se besan (y se besan y se besan), y su giro, su beso, fue hecho añicos,
multiplicado por Ios espejos de arriba.

CUENTOS 1

Edgar Allan Poe

Traducción de Julio Cortázar   313págs     532-313=201

—Perfecto: ya sé que eres zurdo. Pues tu ojo izquierdo está del mismo lado que tu mano izquierda. Supongo que ahora sabrás encontrar el ojo izquierdo del cráneo o el sitio donde estuvo el ojo. ¿Ya lo tienes?

Siguió una larga pausa, tras de la cual dijo, por fin, el negro:

—¿El ojo izquierdo de la calavera está del mismo lado que la mano izquierda de la calavera? Pero la calavera no tiene mano izquierda... ¡Bueno, no importa! Ya tengo el ojo izquierdo... ¡Aquí está! ¿Qué hago ahora?

—Pasa el escarabajo por él y déjalo caer hasta donde alcance el hilo... pero ten cuidado de no soltar el extremo.

—¡Ya está, massa Will! Es muy fácil pasar el bicho por el agujero. ¡Mírelo cómo baja!

 

 

VLADIMIR NABOKOV
Cuentos completos     532 págs

Si la inauguración del puente, cuyos planos, que sin duda habían
requerido de su aprobación real, ni siquiera recordaba, le parecía simplemente una
festividad vulgar, lo era porque nadie se había preocupado tan siquiera de averiguar
si le interesaba aquel intrincado fruto de la tecnología suspendido en el espacio,
que, sin embargo, hoy debería cruzar majestuosamente en un reluciente
descapotable con un radiador dentado, un auténtico suplicio; y además estaba el
ingeniero aquel del que todo el mundo le venía hablando desde el momento en el
que se le ocurrió mencionar (sin más, sencillamente para esquivar alguna pregunta
o persona inoportuna) que le hubiera gustado practicar el alpinismo, en el caso de
que aquella isla hubiera tenido alguna montaña que escalar (el viejo volcán de la
costa, muerto hacía tiempo, no contaba y, además, para empeorar las cosas, habían
construido en la cima un faro —que, por cierto, tampoco funcionaba). Aquel
ingeniero, cuya dudosa fama prosperaba en los salones de cortesanas y cortesanos,
atraídos por su tez de miel y su hablar insinuante, había propuesto elevar la llanura
del centro de la isla para transformarla en un macizo montañoso mediante el
procedimiento de inyectar aire subterráneo. A los habitantes de la localidad elegida
se les permitiría permanecer en sus viviendas mientras se trabajaba en el suelo. Los
pusilánimes que prefiriesen abandonar la zona de pruebas, donde se apiñaban sus
casitas de ladrillo y mugían de asombro sus vacas rojas, al notar el cambio de altura,
recibirían el castigo de tener emplear mucho más tiempo en regresar por los
escarpes recién fo mados, del que habían empleado en su reciente retirada sobre el
llano condenado. Los prados se fueron hinchando lentamente; las piedras movían

sus redondos lomos; un arroyo letárgico se desvió bruscamente de su cauce y, ante
su sorpresa, se convirtió en una cascada alpina; los árboles empezaron a caminar en
fila hacia las nubes y muchos de ellos (los abetos, por ejemplo) disfrutaron del viaje;
los aldeanos, apoyados en las balaustradas de sus porches, saludaban con el pañuelo
mientras admiraban la evolución neumática del paisaje. Y de este modo, la montaña
comenzó a crecer más y más hasta que el ingeniero ordenó que detuvieran el
bombeo de aquellas monstruosas válvulas. El rey, sin embargo, no esperó a que
cesaran, sino que volvió a dormirse, y apenas tuvo tiempo de lamentar el hecho de
que, como no hacía sino refrenar la prontitud con la que sus consejeros apoyaban la
realización de cualquier plan descabellado (mientras que, por otro lado, sus
derechos más naturales y más íntimamente humanos se veían constreñidos por leyes

estrictas), no hubiera dado autorización para el experimento, y ahora era demasiado
tarde, el inventor se había suicidado, tras patentar una horca para uso doméstico
(eso es, al menos, lo que le contó el espíritu del sueño al durmiente).