sábado, octubre 16, 2010

EL LUNAR Y LA CIUDAD QUE TENIA UN RIO

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Así que allí estaba yo, acunada por la nieve y dispuesta a morir, cuando de repente sentí algo que goteaba y me dije esto no puede ser, debo estar alucinando otra vez, en el Himalaya nada gotea, todo está congelado. Bastó ese ruidito para que no entrara en el sueño eterno. Abrí los ojos y busqué la fuente de aquel sonido. Pensé: ¿se estará descongelando el glaciar? La oscuridad parecía casi absoluta, pero no tardé en descubrir que sólo eran mis ojos que tardaban en acostumbrarse. Después vi la luna detenida en una baldosa, en una sola, como si me estuviera aguardando. Yo estaba sentada en el suelo, con la espalda apoyada en la pared. Me levanté. La llave de uno de los lavamanos del baño de mujeres de la cuarta planta no estaba bien cerrada. La abrí del todo y me mojé la cara. La luna entonces cambió de baldosa.

ROBERTO BOLAÑO    AMULETO   PAG,56 

Sin la espuela del viento

sobre la fronda,
ni la estrella que quiere
ser hoja.
Una enorme luz
que fuera
luciérnaga
de otra,
en un campo de
miradas rotas.
Un reposo claro
y allí nuestros besos,
lunares sonoros
del eco,
se abrirían muy lejos.
Y tu corazón caliente,
nada más.

GARCIA LORCA  LIBRO DE POEMAS    pag 56 

El calor es insoportable pesado. La luna, casi llena, está rodeada de un halo amarillento
como de pus. El aire está cargado de electricidad y no se mueve ni una hoja: todo anuncia la
tormenta. Alejandra da vueltas y vueltas en la cama, desnuda y sofocada, tensa por el calor,
la electricidad y el odio. La luz de la luna es tan intensa que en el cuarto todo es visible.
Alejandra se acerca a la ventana y mira la hora en su relojito: las dos y media. Entonces mira
hacia afuera: el campo aparece iluminado como en una escenografía nocturna de teatro; el
monte inmóvil y silencioso parece encerrar grandes secretos; el aire está impregnado de un
perfume casi insoportable de jazmines y magnolias. Los 'perros están inquietos, ladran
intermitentemente sus respuestas se alejan y vuelven a acercarse, en flujos y reflujos. Hay
algo malsano en aquella luz amarillenta y pesada, algo como radiactivo y perverso

ERNESTO SABATO      SOBRE HEROES Y TUMBAS    pag.56

La película transportaba a Gregory a otra dimensión y por un par de horas se convertía en El Zorro o el Llanero Solitario, y todos sus sue-ños se cumplían; por arte de magia el bueno se recuperaba de ma-chucones y heridas, se soltaba de las amarras y los cepos, triunfaba sobre sus enemigos por sus propios méritos y se quedaba con la chi-ca, los dos besándose en primer plano mientras a su espalda brillaba el sol o la luna y una orquesta de cuerdas y vientos dejaba oír su música lánguida. No había que preocuparse; el cine no era como su barrio; en las películas sólo cabían sorpresas agradables y el malo era siempre vencido por el bueno y pagaba sus crímenes con la muerte o la prisión. A veces se arrepentía y después de una inevita-ble humillación reconocía sus errores, se alejaba escoltado por una música de escarmiento, por lo general trompetas y timbales.

ISABEL ALLENDE    EL PLAN INFINITO     pag 56.

Además, aquella bestezuela antipática había comenzado a tirarle de la pernera del
pantalón y él se limitó a empujarla..., bueno, a apartarla de un puntapié, seguramente, y
entonces aquel maldito animal le pinchó con la lanza que llevaba. ¿A quién se le ocurriría
darle a los animales instrumentos así? Sólo a un lunático... De modo que le soltó otro
puntapié y el bicho quedó fuera de combate

PIPER BEAN     ENCUENTRO EN ZARATRUSTRA    pag.56

Ambos vivían en el
mundo, moviéndose y actuando, ella en American Airlines y él en la NASA, pero cada uno
en una órbita que definía la localización del centro: allí donde ambos se encontraban.
Shirley giraba alrededor de este centro: una luna atada a la influencia planetaria de ellos
dos. Los espacios que circundaban a los tres, siempre cambiantes, siempre variables,
conservaban una simplicidad pitagórica, una unidad centrada en el dos...

GREGORY BENFORD  EN EL OCEANO DE LA NOCHE     pag.56

»Aquí mi historia se confunde y se pierde. Sé que perseguí al delator a través de
negros corredores de pesadilla y de hondas escaleras de vértigo. Moon conocía la casa
muy bien, harto mejor que yo. Una o dos veces lo perdí. Lo acorralé antes de que los
soldados me detuvieran. De una de las panoplias del general arranqué un alfanje; con esa
media luna de acero le rubriqué en la cara, para siempre, una media luna de sangre.
Borges: a usted que es un desconocido, le he hecho esta confesión. No me duele tanto su
menosprecio.
Aquí el narrador se detuvo. Noté que le temblaban las manos.
-¿Y Moon? -le interrogué.

JORGE LUIS BORGES   FICCIONES    pag.56

Si uno le tiraba una pelota de béisbol, la devolvía golpeando manzanos y echando
abajo cosechas enteras. Podía saltar muros de huertas de dos metros de alto; subirse a un
árbol y descender cargado de duraznos con más rapidez que cualquier otro de la pandilía.
No era un matasiete. Era bueno. Tenía el pelo oscuro y rizado, y dientes blancos como la
crema. Recordaba las letras de todas las canciones de cowboys y se las enseñaba a uno, si
uno quería. Conocía los nombres de todas las flores silvestres, y cuándo salía y se ponía la
luna, y cuándo subían o bajaban las mareas. Era, en verdad, el único dios vivo en todo
Green Town, Illinois, y del siglo veinte que conocía Douglas Spaulding.

RAY  BRADBURY     EL VINO DEL ESTIO     pag.56

   Toma agua,me hubiera gustado conocerte ahora.

'Round Midnight  Miles Davis.

       

                                                      TURIA               

Juzgamos que no debemos omitir, al mencionar reiteradamente la palabra Turia, la explicación etimológica de la misma.
Turia es una palabra de la lengua ibera, si bien latinizada en su fonética. Dicen los investigadores que por la lengua vasca podemos conocer su origen y significado. Los iberos debieron llamar a nuestro río Tchuria o Txuria, es decir, con ese primer fuerte fonema vivo aún en la lengua vasca. Pero que, ante la imposibilidad de pronunciarlo así por los romanos conquistadores de Valencia, suavizaron ese sonido inicial y lo dejaron en Turia.
Turia significa blanco. Porque Tchuria o Txuria en vasco significa blanco, lo mismo que Ajuria o Atxuria significa «lo blanco».
Y es bien curioso que cuando llegan los árabes, a ese río que le están llamando blanco los nativos, lo traducen a su lengua arabiga y le llaman Guadalaviar, o también Guadalaviad, cuya traducción o significación castellana es, sencillamente «río Blanco». El mismo significado, por tanto, que el que tuvo en su origen ibérico.
Y hay razón para que así se llame; porque nuestro Turia tiene cómo único afluente importante el que se llama sencillamente río Blanco, el cual atraviesa la zona de Chelva. Y es en Chelva donde existen los importantísimos y extensos yacimientos minerales de caolín. Entonces, la explicación es lógica; cuando abundantes lluvias en el río Blanco de Chelva disolvían y arrastraban los caolines, éstos hacian que las aguas que llegaban a Valencia vinieran blancas y al verlas así los ribereños les daban el nombre de río Blanco; Guadalaviar los árabes, Tchuria los iberos y al fin Turia los que decimos ser de estirpe romana y de lengua neolatina.
Recordemos que también el afluente principalísimo del gran Nilo, es el Nilo Blanco y éste se llama en Egipto Guadalaviar como a nuestro río Turia, lo bautizaron los árabes, diremos mejor, los egipcios que poblaron en el 722 Valencia y la Huerta.

                                                   

miércoles, octubre 13, 2010

ARTEFACTOS VOLADORES

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   COMO ARRIBA ES ABAJO

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NO ME PIDAS QUE TE QUIERA

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