viernes, octubre 18, 2013

DIAMANTE.

 

diamantes

http://megaricos.com/2012/11/02/los-10-diamantes-mas-grandes-del-mundo-hoy-en-dia/

ALOE VERA: el diamante vegetal 

También llamado sábila, es oriundo de las zonas más desérticas de África, pero está difundido por todo el mundo. Es una planta protectora y portadora de buena suerte para las casas y los negocios. Por eso, se coloca en zonas de paso para detectar y absorber la energía extraña o negativa de las visitas.

Estudios científicos comprobaron que es capaz de absorber muchas de las toxinas que emiten diferentes materiales, como la fibra de vidrio o la pintura y, también, las radiaciones de algunos electrodomésticos. En México y otros países americanos, es costumbre ponerles un lazo de color rojo cuando se invoca al amor, y uno verde, para la buena suerte. También, es frecuente su uso por su gran poder energético, comparable con el del diamante en el mundo mineral. En su sentido místico, se les atribuye la capacidad de purificar las almas

Dónde encontrar un sauce diamante

sauce diamante

http://www.ehowenespanol.com/encontrar-sauce-diamante-hechos_187340/

  El Sutra del Diamante

http://lahermandaddelasflores.blogspot.com.es/2010/11/el-sutra-del-diamante.html

"¡Bien Subhuti! -contestó el Buddha- cuando alguien dice, '¡Quiero seguir el Camino del Bodhisattva porque quiero salvar a todos los seres; sin importarme que sean criaturas que hayan sido formadas en un útero o incubadas en un huevo; que sus ciclos vitales sean tan observables como el de los gusanos, insectos o mariposas, o que aparezcan tan milagrosamente como las setas o los dioses; que sean capaces de pensamientos profundos, o de ningún tipo de pensamientos; hago el voto de conducir a cada uno de los seres al Nirvana

 

John Kennedy Toole

La conjura
de los necios    122

Se le dormían los pies cuando pensaba en una de aquellas zarpas de oso aterrizando directa sobre su cráneo, hundiéndole quizá como a una estaca en el impredecible suelo de la oficina.

Cuatro de los obreros varones abrazaban a Ignatius por los descomunales jamones que tenía por muslos, y, con considerable esfuerzo, estaban subiéndole a una de las mesas de cortar. Sobre los hombros de sus porteadores, Ignatius aullaba instrucciones como si supervisase el cargamento de la mercancía más rara y valiosa.

—¡Arriba y a la derecha, ahí! —gritaba a los de abajo—. Arriba, arriba, cuidado. Despacio. ¿Me tiene bien cogido? —Sí —contestó uno de los porteadores.

—Da la sensación de que no. ¡Por favor! Estoy hundiéndome en un estado de angustia profunda.

Los obreros observaban con interés cómo los cargadores se tambaleaban bajo su carga.

—Ahora hacia atrás —decía nervioso Ignatius—. Hacia atrás hasta que la mesa quede justo debajo de mí.

—No se preocupe, señor R —jadeó un cargador—. Le llevamos derechito a esa mesa.

—Pues no lo parece —contestó Ignatius, mientras su cuerpo chocaba con una columna—. ¡Oh, Dios mío! Me he dislocado el hombro.

Surgió un grito de los otros obreros.

—Eh, más cuidado con el señor R —chilló alguien—. Vais a romperle la cabeza.

—¡Por favor! —gritó Ignatius—. ¡Que alguien ayude! Si no, voy a convertirme de un momento a otro en un saco de huesos rotos.

—Mire, señor R —dijo sin aliento un cargador—, ahora la mesa está justo detrás de usted.

—Probablemente me arrojen a uno de estos  hornos antes de que esta desdichada aventura termine. Sospecho que habría sido mucho más prudente dirigirse al grupo al nivel del suelo.

—Apoye los pies, señor R. Tiene la mesa justo debajo.

—Despacito —dijo Ignatius, echando hacia abajo su enorme pie con mucha precaución—. Bien, así. Muy bien. Cuando esté bien asentado, podéis soltarme.

Ignatius estaba al fin vertical sobre la larga mesa, sujetando la sábana enrollada sobre la pelvis, para ocultar a su público el hecho de que, durante el proceso de carga y descarga, se había sentido un tanto estimulado.

Ned Beauman

Escarabajo Hitler  122

Entonces, Millicent Bruiseland entró dando brincos en la sala. Tenía tantas pecas que Erskine se preguntó si se las habría robado a algún otro niño.

—Deberías estar en el cuarto de los niños, Millicent —dijo la madre de Erskine—. ¿Te has tomado ya el té? ¿Dónde está tu niñera?

—Soy mayor para el cuarto de los niños y, además, ten­go que hablar urgentemente con su hijo.

La conversación continuó cuando Millicent fue hasta Erskine y le susurró:

—Señor Erskine, tengo una noticia de lo más impac­tante. Su amigo Morton me ha pedido que le dé esto a su hermana.

Entonces Millicent le entregó una nota arrugada, que evidentemente había sido escrita por un niño, que decía:

«querida señorita erskine, me gustaría tomar el té de la tarde con sus partes pudendas, atentamente, morton».

—Deshazte de esto inmediatamente, Millicent.

Millicent chasqueó la lengua y luego salió. Kasimir Mowinckel le pidió a su padre la sal y su padre le ignoró.

 

Las baladas del ajo mo yan

Cuando te doblas, se te
levanta el trasero y puedo ver la
línea de tu ropa interior a través de tus
finos pantalones. Eso mismo te
sucede cuando estás en los campos durante el día. Zhang Kou, prueba a
contar el cuento de El Peñasco Rojo.
Quiero cogerte la mano, Jinju. Ya he
cumplido los veintisiete y tú ya
tienes
veinte años. Quiero que seas mi
esposa. Cuando estás con la azada en tu
campo de alubias, yo rocío mi campo
de maíz y mi corazón suena como
los pulgones que se posan sobre las mazorcas durante la temporada seca.
Los campos parecen no tener fin.
Hacia el sur se encuentra el pequeño
monte Zhou, que tiene un cráter
volcánico en cuyo interior se arraciman las nubes
.

DAN BROWN  INFERNO  122

Te pondrás bien —le aseguró
ella, pero su voz temblaba—. Las
visiones recurrentes son habituales
en los casos de amnesia. La función
cerebral que clasifica y cataloga tus
recuerdos ha sufrido una conmoción
temporal, de modo que lo
reconstruye todo en una sola imagen.
—Una imagen muy poco
agradable —añadió él.
—Lo sé, pero hasta que te cures,
esos recuerdos seguirán desordenados y sin catalogar, de
modo que mezclarás pasado,
presente y fantasía. Como en los
sueños
.

 

si los bueyes y los caballos y leones tuvieran manos, / manos como las personas, para dibujar, para pintar, para crear una obra de arte, / entonces los caballos pintarían a los dioses semejantes a los caballos, los bueyes / semejantes a bueyes, y a partir de sus figuras crearían / las formas de los cuerpos divinos según su propia imagen: cada uno según la suya. Jenófanes,  La ilustración es un detalle del Toro Farnese, escultura helenística

 

DURRUTI EN AMIGABLE CHARLA CON JESUS.

 

  kfkfii   

REY JESÚS
DE
ROBERT GRAVES  417

Cerca del pueblo había un barranco llamado Barranco de los
Enredadores, y tradicionalmente se ejecutaba despeñando por él a toda persona que predicara doctrinas nuevas y peligrosas, tuviera algo que ver con la magia, o dijera ser lo que no era.
Apenas terminó el servicio y Jesús salió de la sinagoga, la concurrencia se apoderó de él
y lo condujo hacia el barranco. El ordenó con calma a sus discípulos:
-Volved a casa, hijos míos. Decid a mi madre que iré en seguida.
No luchó con sus captores, sino que echó a andar despreocupadamente al frente. Por otra parte, ellos dejaron en libertad los brazos de Jesús porque observaron que sus propios dedos se entumecían Y acalambraban. Jesús empezó a hablar serenamente con ellos de cosas indiferentes: la cosecha de frutas, el alto precio que se había pagado
recientemente por cierto campo que atravesaban. Todo el mundo guardó silencio
mientras él hablaba; su voz se alzaba incesantemente hasta que llegó a ser un grito que estalló en sus oídos estremeciendo sus orejas, pero luego retornó gradualmente al tono
de la conversación. Pronto dejaron de tener conciencia de lo que decía. Cada hombre buscó apoyo en su vecino, y todos unieron sus brazos. Su voz llegaba hasta ellos en olas
quebradas, como una distante canción traída por el viento, mientras avanzaban
adormecidos colina arriba. Cada vez se acercaban más al barranco: los hombres
dormían sobre sus pies como viejas mulas entre las varas de los carros.
De pronto un violento grito sonó en sus oídos:
-¡Alto! ¡Alto, enredadores de Jerusalén, o sois todos hombres muertos!
Obedecieron, y la larga fila miró estúpidamente el abismo. Tres pasos más y habrían perecido. Desde unos arbustos, a la derecha, oyeron nuevamente la voz de Jesús, que les ordenaba regresar en paz a sus hogares.
Giraron sobre sus talones y huyeron aterrorizados, como si los persiguieran los Shedim.

 

    augustbradley5jpg    

 

CON EL OTOÑO LLEGA UNA GOTA FRIA DE DINERO .

"Vivimos un momento fantástico, llega dinero de todas partes"

 

La vida y la muerte me
están desgastando       MO YAN   417

El sonido del palo partiéndose por la mitad
me recorrió el cráneo hasta llegar a las orejas. Una mitad del palo se cayó
al agua, mientras que la otra mitad todavía seguía en su mano. No tuve
tiempo de pensar en el dolor que sentía en la cabeza. Mis ojos estaban fijos
en lo que quedaba de su palo mientras venía directamente a mi boca. Lo
agarré con los dientes y lo sujeté. Él aplicó todas sus considerables fuerzas
a tratar de tirar del palo hasta que su rostro se puso rojo como un farol
intentando eclipsar a la luna. Yo lo solté, haciendo que saliera volando
hacia atrás y que cayera al agua. Puedes pensar que había planeado hacer
una cosa así, pero en realidad no lo hice. En aquel momento todos los
sonidos, todos los colores y todos los olores se precipitaron sobre mí.

Salté al río, enviando una columna de agua a varios metros por
encima de la superficie. El agua estaba fría y tenía un tacto pegajoso, como
si fuera un licor que hubiera estado envejeciendo durante años. Vi a los
cuatro cazadores flotando en la superficie. Liu Yong y Lü Xiaopo estaban
tan borrachos que no podían funcionar ni pensar con claridad, así que no
había necesidad de que precipitara su partida de este mundo. Zhao
Yonggang era el único hombre auténtico que había entre ellos y, si podía
llegar a tierra firme, le dejaría vivir. Qiao Feipeng era el que se encontraba
más cerca de mí. Trató con todas sus fuerzas de mantener su nariz púrpura
por encima del agua.
Asqueado por el modo en que jadeaba para respirar, le golpeé en la
cabeza con mi pezuña. Después su cuerpo no se movió, salvo su trasero,
que salió flotando a la superficie.
Dejé que la corriente me llevara río abajo. El agua y los rayos de luna
formaban un líquido plateado, como una leche de burra que estuviera a
punto de congelarse. A mi espalda, el motor del barco estaba emitiendo
ruidos alocados, mientras desde la orilla del río llegaba un coro de gritos.
El único que pude distinguir fue:
—¡Disparadle! ¡Disparad!

JAMES JOYCE
ULISES   417

El acólito cantaba los responsos en
sobreagudo. He pensado muchas veces que sería
mejor tener muchachos sirvientes. Hasta los
quince, más o menos. Después, naturalmente...

Eso era agua bendita, supongo. Sacándole
sueños a sacudidas. Debe estar aburrido de este
trabajo, sacudiendo esa cosa sobre todos los
cadáveres que le traen. Sería bueno que pudiera
ver sobre qué lo está sacudiendo. Cada día
mortal una nueva remesa: hombres de edad
madura, mujeres viejas, chicos, mujeres
muertas de parto, hombres con barbas, hombres
de negocios calvos; jóvenes tuberculosas con
esmirriados pechos de gorrión. Todo el año rezó
lo mismo sobre todos ellos y les sacudió agua
encima: duerme. Ahora sobre Dignam.
—In paradisum.
Dijo que iba a ir al paraíso o que está en
el paraíso. Se lo dice a todos. Cansadora tarea.
Pero tiene que decir algo.

 

LOS MERCADOS ESTAN LOCOS

DISTINTA CASA CON LOS MISMOS CIMIENTOS.

 

                                                                     

jueves, octubre 17, 2013

ULTRASONIDOS.

 

 

800px-Vasnetsov_Sirin_Alkonost[1]  

Michel Houellebecq

Las partículas elementales  151

El cementerio estaba a un centenar de metros por encima del pueblo. Dos hombres en traje de faena llevaban el ataúd. Habían elegido el modelo básico, de pino blanco, que tenían almacenado en una sala municipal; los servicios funerarios parecían notablemente bien organizados en Saorge. Caía la tarde, pero el sol seguía calentando. Bruno y Michel andaban juntos, a dos pasos por detrás de los hombres; el Hippie Gris iba con ellos, quería acompañar a Jane a su última morada. El camino era pedregoso, árido, y todo aquello debía de tener algún sentido. Un ave rapaz —seguramente un cernícalo— planeaba despacio en el aire, a media altura. —Esto debe de ser un hervidero de serpientes... —concluyó Bruno. Cogió una piedra blanca muy afilada. Justo antes de entrar en el recinto funerario, como para confirmar sus palabras, apareció una víbora entre dos matorrales que crecían contra el muro del recinto; Bruno apuntó y tiró con todas sus fuerzas. La piedra se estrelló contra el muro, fallando por poco la cabeza del reptil.

—Las serpientes tienen su lugar en la naturaleza... —observó el Hippie Gris con cierta severidad.

—¡Me meo en la naturaleza, hombre! ¡Me cago en ella! —Bruno estaba otra vez fuera de sí—. Naturaleza de mierda..., ¡que le den por culo! —Siguió farfullando con violencia durante unos minutos. Sin embargo se portó correctamente mientras bajaban el cuerpo a la fosa, conformándose con menear la cabeza y contener algunas risitas, como si el acontecimiento le sugiriese ideas inesperadas, pero todavía demasiado vagas como para expresarlas de forma explícita

Miguel de Cervantes
DON QUIJOTE DE LA MANCHA  151

Pasamonte, que no era nada bien sufrido, estando ya enterado que don
Quijote no era muy cuerdo, pues tal disparate había acometido como el de
querer darles libertad, viéndose tratar de aquella manera, hizo del ojo a los
compañeros y, apartándose aparte, comenzaron a llover tantas piedras sobre
don Quijote, que no se daba manos a cubrirse con la rodela, y el pobre de
Rocinante no hacía más caso de la espuela que si fuera hecho de bronce.
Sancho se puso tras su asno, y con él se defendía de la nube y pedrisco que
sobre entrambos llovía. No se pudo escudar tan bien don Quijote que no le
acertasen no se cuantos guijarros en el cuerpo, con tanta fuerza, que dieron
con él en el suelo; y, apenas hubo caído, cuando fue sobre él el estudiante y le
quitó la bacía de la cabeza, y diole con ella tres o cuatro golpes en las espaldas
y otros tantos en la tierra, con que la hizo pedazos. Quitáronle una ropilla que
traía sobre las armas, y las medias calzas le querían quitar si las grebas no lo
estorbaran. A Sancho le quitaron el gabán y, dejándole en pelota, repartiendo
entre sí los demás despojos de la batalla, se fueron cada uno por su parte, con
más cuidado de escaparse de la Hermandad que temían que de cargarse de la
cadena e ir a presentarse ante la señora Dulcinea del Toboso.
Solos quedaron jumento y Rocinante, Sancho y don Quijote; el jumento,
cabizbajo y pensativo, sacudiendo de cuando en cuando las orejas, pensando
que aún no había cesado la borrasca de las piedras que le perseguían los oídos;

Rocinante, tendido junto a su amo, que también vino al suelo de otra pedrada;
Sancho en pelota y temeroso de la Santa Hermandad; don Quijote, mohinísimo
de verse tan malparado por los mismos a quien tanto bien había hecho
.

El Vellocino De Oro
Robert Graves           151

Si Hércules quiere vengarse sobre alguno de nosotros, que sea sobre aquellos
dos tracios. Por lo visto Jasón, Argo, Tifis y los demás están sumidos en un trance divino y no
pueden ser considerados responsables. En cuanto a ti, Idas, un día vas a decir una burla de más: y la
burla volverá volando a tu boca como si fuera un genio, y te picará la lengua.
Continuaron navegando en un silencio que no tardó en romper la voz rasposa de Ascálafo de Orcómeno.
-Oigo un extraño ruido que viene de la proa, como si fuera una canción -dijo-. ¿No será la rama de Zeus?
-No es más que el viento que agita el cordaje -dijo Equión.
Pero Mopso, el adivino, subió a la proa, hizo callar a la tripulación y escuchó atentamente. Por fin asintió con la cabeza y habló:
-La rama dice: «Hércules ha quedado atrás por designio del propio Zeus. La cólera de Hércules
allanará nuestro camino de regreso. Zeus también tiene una tarea preparada para que la ejecute
Polifemo en la desembocadura del Cío. Cesad, hijos míos, de pelearos entre vosotros, y proseguid
vuestro viaje devotamente en busca del objeto sagrado que hace mucho tiempo una yegua robó a un carnero. »
Esto resolvió el asunto y volvió a restablecerse la paz entre los argonautas

TEXTO DE LAS PIRAMIDES   151

image

 

Ángel, Lanza, Ala, Estatua, De Oro, Corona, Santa  

GRAVES, ROBERT LA DIOSA BLANCA, 151

El Alfabeto De Árboles (Segunda Parte)
Las vocales del alfabeto Beth-Luis-Nion forman una serie estacional
complementaria, y como las vocales de Boibel-Loth representan estaciones del año. Yo
considero que son árboles consagrados particularmente a la Diosa Blanca, que
gobernaba el año y a la que estaba consagrado el número cinco; pues Gwion, en su poema Kadeir Taliesin («La cátedra de Taliesin»), que era la cátedra que reclamaba
como jefe de los Poetas de Gales después de haber desconcertado a Heinin y los otros bardos, describe la Caldera de la Inspiración, o caldera de Cerridwen, como:

Fragante caldera de los Cinco Arboles36
En Creta, Grecia y el Mediterráneo Oriental en general los árboles sagrados son
representados como columnas, por lo que estos cinco árboles pueden ser los mismos que las cinco columnas con estrías verticales y espirales adorando a las cuales aparece un hombre en un sello cilíndrico de Micenas37. En el Evangelio de Tomás gnóstico recién
descubierto se mencionan cinco árboles del Paraíso, pero éstos son símbolos de los cinco inmortales: Abrahán, Isaac, Jacob, Enoch y Elías.

EVANGELIO SEGÚN TOMÁS

(texto copto de Nag Hammadi)

19. Dijo Jesús: «Dichoso aquel que ya existía antes de llegar a ser. Si os hacéis mis discípulos (y) escucháis mis palabras, estas piedras se pondrán a vuestro servicio. Cinco árboles tenéis en el paraíso que ni en verano ni en invierno se mueven y cuyo follaje no cae: quien los conoce no gustará la muerte».

29. Dijo Jesús: «El que la carne haya llegado a ser gracias al espíritu es un prodigio; pero el que el espíritu (haya llegado a ser) gracias al cuerpo, es prodigio [de prodigios]. Y yo me maravillo cómo esta gran riqueza ha venido a alojarse en esta pobreza».

30. Dijo Jesús: «Dondequiera que hubiese tres dioses, dioses son; dondequiera que haya dos o uno, con él estoy yo».

77. Dijo Jesús: «Yo soy la luz que está sobre todos ellos. Yo soy el universo: el universo ha surgido de mí y ha llegado hasta mí. Partid un leño y allí estoy yo; levantad una piedra y allí me encontraréis».

82. Dijo Jesús: «Quien esté cerca de mí, está cerca del fuego; quien esté lejos de mí, está lejos del Reino».

83. Dijo Jesús: «Las imágenes se manifiestan al hombre, y la luz que hay en ellas permanece latente en la imagen de la luz del Padre. Él se manifestará, quedando eclipsada su imagen por su luz».

 

 

      

miércoles, octubre 16, 2013

LA QUINTA DEL BIBERON.

 

 

JAMES JOYCE
ULISES                  372

El colapso, que Bloom atribuía a inanición
gástrica y a ciertos compuestos químicos de
variables grados de adulteración y fuerza
alcohólica, acelerada por el esfuerzo mental y la
velocidad del movimiento circular acelerado en
una atmósfera relajante. Esteban lo atribuía a
la reaparición de una nube matinal (percibida
por ambos desde dos puntos diferentes de observación, Sandycove y Dublín) no mayor al
principio que una mano de mujer.
¿Había un punto sobre el cual sus
opiniones fueran iguales y negativas?
La influencia de la luz de gas o de la luz
eléctrica sobre el crecimiento de los árboles
paraheliotrópicos contiguos.
¿Había Bloom discutido temas similares
en el pasado durante deambulaciones
nocturnas?

STEPHEN R. LAWHEAD

TALIESIN    372

El muchacho contempló el fuego con ojos relucientes.

—¿Lo veremos alguna vez?

—No en este mundo. En el Otro Mundo es posible. El espíritu vive eternamente, antes del nacimiento y después de la muerte. Este mundo no es más que una breve resi­dencia, Taliesin, y dudo que los hombres lo recuerden cuando pasan a otra vida, al igual que olvidamos nuestra existencia anterior a la presente.

—Yo la recordaré —declaró Taliesin.

—Quizá —replicó Hafgan en el mismo tono de voz, sus ojos grises brillaban bajo la luz del fuego mientras obser­vaba al chico.

Bajo aquel resplandor trémulo, el rostro de éste parecía adquirir un aspecto diferente. Ya no correspondía al de un niño, sino a un semblante eterno, ni joven ni viejo, al rostro de un dios joven e inmortal, más allá del tiempo y de la edad.

Taliesin se abrazó las rodillas y empezó a balancearse hacia adelante y hacia atrás. Contempló con atención las llamas y afirmó:

—Tuve muchas formas diferentes antes de nacer: fui rayo de sol en una hoja, el haz de luz de una estrella, la linter­na luminosa en el cayado de un pastor.

Fui un sonido en el viento, una palabra, un libro de palabras.

»Fui un puente sobre siete ríos. Un sendero en el mar. Una barquilla de hule en las aguas. Un bote de cuero que surcaba las brillantes olas.

»Fui una burbuja en la cerveza, una mota de espuma en la copa de mi padre.

»Fui una cuerda en el arpa de un bardo durante nueve novenas de años; una  melodía entonada en primavera por los labios de una doncella.

»Fui una chispa en una hoguera, una llama en una fo­gata durante el Beltane... una llama... una llama...

La voz se apagó, para convertirse de nuevo en la voz de un niño. Taliesin dejó caer los hombros y todo su cuerpo se estremeció, a pesar de que no era una noche fría.

—No te preocupes, Taliesin —indicó Hafgan con suavidad—. No te esfuerces por ir en su busca, déjalo fluir. El awen viene o no, no puedes forzarlo.

El muchacho cerró los ojos y apoyó la cabeza sobre las rodillas.

Estuve a punto de recordarlo —replicó, su voz casi un quejido.

Hafgan colocó su mano sobre el hombro del joven y lo obligó a echarse junto al fuego.

—Duerme, Taliesin. El mundo te esperará aún un poco más.

VLADIMIR NABOKOV
Cuentos completos   372

—¡Nos ha pasado sus billetes falsos, el muy rufián! —exclamó Gustav y corrió,
desnudo, al armario donde guardaba la caja del dinero.
—No te preocupes, nosotros los pasaremos también —dijo su hermano—. Si no es
alguien experto, no notará la diferencia.
—Sí, ¡pero qué rufián! —repetía Gustav sin cesar.
¡Mi pobre Romantovski! Y yo que creía con ellos que eras de verdad un ser
excepcional. Creía, déjame confesarlo, que eras un poeta extraordinario a quien la
pobreza le obligaba a vivir en aquel distrito siniestro. Creía, apoyándome en
algunos indicios, que cada noche, trabajabas con empeño un par de versos o que
dabas luz a una idea y que con ello celebrabas una victoria invulnerable sobre los
dos hermanos. ¡Mi pobre Romantovski! Todo se ha terminado ya— ¡Ay! Me temo
que los obreros que yo había reunido se han evaporado. El álamo joven se oscurece
y se va, para volver a su lugar de origen, del que lo habíamos sacado. La pared de
ladrillo se disuelve. La casa cierra uno tras otro sus pequeños balcones, y luego se
vuelve, y se aleja en la distancia. Todo se aleja en la distancia. La armonía y el
significado se desvanecen. El mundo vuelve a irritarme una vez más con su
abigarrado vacío
.

Graves, Robert El Vellocino de Oro  372

por desgracia, sagrada ninfa -dijo Anceo-, nuestros señores adoran al
Triple Dios como deidad soberana y odian en secreto a la Triple Diosa.
La ninfa se preguntó si no habría entendido mal sus palabras.
-Y ¿quién podría ser el dios padre? -preguntó-. ¿Cómo es posible que una tribu adore a un
padre? ¿Qué es un padre sino el instrumento que una mujer utiliza de vez en cuando para su placer y para poderse convertir en madre?
Empezó a reír con desdén y exclamó:
-Por el Benefactor, juro que esta historia es la más absurda que jamás he oído. ¡Padres, nada menos! Supongo que estos padres griegos amamantan a sus hijos y siembran la cebada y cabrahigan las higueras y dictan las leyes y, en una palabra, realizan todas las demás tareas de responsabilidad propias de la mujer, ¿no?
Estaba tan irritada que dio unos golpecitos con el pie sobre una piedra y la cara se le oscureció con el calor de su sangre.
Al advertir su irritación cada uno de los hombres-cabra tomó silenciosamente una piedrecita
de su zurrón y la colocó en la tira de cuero de su honda. Pero Anceo respondió en tono apacible y suave, bajando de nuevo la mirada. Comentó que en este mundo había muchas costumbres extrañas y muchas tribus que a los ojos de otros parecían estar dementes.

-Me gustaría mostraros los mosinos de la costa del mar Negro, sagrada ninfa -le dijo-, con sus castillos de madera y sus niños tatuados que son increíblemente gordos y se alimentan de tortas de
castañas. Viven junto a las amazonas que son tan raras como ellos... Y en cuanto a los griegos, su razonamiento es el siguiente: ya que las mujeres dependen de los hombres para su maternidad –pues no les basta el viento para llenar de nueva vida sus matrices, como ocurre con las yeguas ibéricas-,los hombres son, en consecuencia, más importantes que ellas.-Pero es un razonamiento de locos -exclamó la ninfa-. Es como si pretendieras que esta astilla de pino es más importante que yo misma porque la utilizo para mondarme los dientes. La mujer, y no el hombre, es siempre la principal: ella es el agente, él siempre el instrumento. Ella da las
órdenes, él obedece. ¿No es acaso la mujer quien elige al hombre y le vence con la dulzura de su presencia, y le ordena que se acueste boca arriba en el surco y allí, cabalgando sobre él, como sobre
un potro salvaje domado a su voluntad, toma de él su placer y cuando ha terminado le deja tumbado
como un hombre muerto? ¿No es la mujer quien gobierna en la cueva, y si cualquiera de sus
amantes la enoja por su malhumor o su pereza le amonesta tres veces consecutivas para que coja todas sus cosas y se marche al alojamiento de su hermandad?
-Con los griegos -dijo Anceo y con voz apagada apresuradamente la costumbre es
exactamente la contraria. Cada hombre elige a la mujer que desea convertir en la madre de su hijo (pues así le llama), la venció con la fuerza de sus deseos y le ordena que se acueste boca arriba en el
lugar que más le convenga y entonces, montándose, toma de ella su placer. En la casa es él el amo,y si la mujer le enoja por su forma de importunarle o por su comportamiento obsceno, la golpea con
la mano; y si con esto no consigue que cambie su conducta, la manda a casa de su padre con todas las cosas que ha traído consigo y da sus hijos a una esclava para que se los críe. Pero, sagrada ninfa,
no os enfadéis, ¡os lo ruego por la diosa! Yo soy pelasgo, detesto a los griegos y sus costumbres y únicamente estoy obedeciendo vuestras instrucciones, como es mi deber, al contestaros a estas
preguntas.La ninfa se contentó con decir que los griegos debían ser las personas más impías y más
asquerosas del mundo, peor aun que los monos africanos -sí, en efecto, Anceo no se estaba burlando de ella-. Volvió a interrogarle acerca de la siembra de la cebada y la cabrahigadura de las higueras:¿cómo se las arreglaban los hombres para obtener pan o higos sin la intervención de la diosa?

 

                      REFERENDUM

                    


 

ELLA NO QUERIA.

 

 Captura

                                                               

                                                          

Las baladas del ajo  Mo Yan 845

ella se comportaba como si no
hubiera nadie a su alrededor.
Un par de guardias se acercó a las
hileras de bancos y comenzó a
golpear a los durmientes en las
nalgas y en los muslos con los palos
de las
escobas. «Arriba —apremiaron—,
levantaos todos». La mayoría de los
receptores de los golpes se
incorporó, se frotó los ojos y acabó sus
cigarrillos; pero algunos de ellos
sólo se incorporaron, luego se
volvieron
a tumbar y prosiguieron con su siesta
interrumpida en cuanto
desaparecieron los guardias
.

JORGE LUIS BORGES
OBRAS COMPLETAS   845

 

Nadie en la noche indescifrable tema
Que yo me pierda entre las negras flores
Del parque, donde tejen su sistema
Propicio a los nostálgicos amores
O al ocio de las tardes, la secreta
Ave que siempre un mismo canto afina,
El agua circular y la glorieta,
La vaga estatua y la dudosa ruina.
Hueca en la hueca sombra, la cochera
Marca (lo sé) los trémulos confines
De este mundo de polvo y de jazmines,
Grato a Verlaiñe y grato a Julio Herrera.
Su olor medicinal dan a la sombra
Los eucaliptos: ese olor antiguo
Que, más allá del tiempo y del ambiguo
Lenguaje, el tiempo de las quintas nombra.
Mi paso busca y halla el esperado
Umbral. Su oscuro borde la azotea
Define y en el patio ajedrezado

La canilla periódica gotea.
Duermen del otro lado de las puertas
.Aquéllos que por obra de los sueños
Son en la sombra visionaria dueños
Del vastó ayer y de las cosas muertas.
Cada objeto conozco de este viejo
Edificio: las láminas de mica
Sobre esa piedra gris que se duplica
Continuamente en el borroso espejo

 

 

Les aseguro que cada vez que lo hicieron con uno de estos pequeños, lo hicieron conmigo"

DON QUIJOTE DE LA MANCHA  845

venía el barbero y traía una bacía de azófar,
y quiso la suerte que, al tiempo que venía, comenzó a llover y, porque no
se le manchase el sombrero, que debía de ser nuevo, se puso la bacía sobre la
cabeza y, como estaba limpia, desde media legua relumbraba. Venía sobre un
asno pardo, como Sancho dijo, y esta fue la ocasión que a don Quijote le pareció
caballo rucio rodado, y caballero y yelmo de oro; que todas las cosas que
veía con mucha facilidad las acomodaba a sus desvariadas caballerías y mal
andantes pensamientos. Y, cuando él vio que el pobre caballero llegaba cerca,
sin ponerse con él en razones, a todo correr de Rocinante le enristró con el lanzón
bajo, llevando intención de pasarle de parte a parte; mas, cuando a él llegaba,
sin detener la furia de su carrera, le dijo:
—¡Defiéndete, cautiva criatura, o entriégame de tu voluntad lo que con
tanta razón se me debe!

SURA 55
Ar-Rahmán (El Más Misericordioso)  845

 

EN EL NOMBRE DE DIOS, EL MÁS MISERICORDIOSO, EL DISPENSADOR DE GRACIA:


(1) EL MÁS MISERICORDIOSO (2) ha impartido este Qur’án [al hombre].
(3) Ha creado al hombre: (4) le ha impartido el pensamiento y el lenguaje.1
(5) [Por mandato Suyo] el sol y la luna siguen sus cursos señalados;2 (6) [ante Él] se postran
las estrellas y los árboles.
(7) Ha elevado los cielos, y ha establecido una medida [para todas las cosas],3 (8) para que vosotros
[también, Oh hombres,] no excedáis nunca la medida [de lo correcto]: (9) ¡sopesad, pues,
[vuestras acciones] con equidad, y no os quedéis cortos en la medida!
(10) Y ha preparado la tierra para todas las criaturas: (11) hay en ella frutas, y palmeras de fruto
recubierto, (12) y grano que crece sobre sus tallos, y plantas aromáticas

 

 

 

martes, octubre 15, 2013

LOS MALVADOS NO SABEN SONREIR.

 

                                                       

imagesCA0AUBC7imagesCA6Y4HT5 

En griego antiguo existían dos palabras para la risa: «γελάω» («gelao», 'brillo', 'resplandor de alegría') y «καταγελάω» («katagelao», 'risa de arriba hacia abajo'). Como puede intuirse, la primera hace alusión a la «risa sana», y la segunda a la «risa despectiva».

La risa puede inducirse estimulando el núcleo subtalámico, y se ha comprobado en pacientes con enfermedad de Parkinson. Un trabajo reciente realizado por Itzhak Fried et al., de la Universidad de California, ha permitido localizar una zona del cerebro llamada área motora suplementaria, que, al estimularse por medio de electrodos, produce la sonrisa y, con una estimulación más intensa, la risa a carcajadas. El área motora suplementaria es una zona muy cercana al área del lenguaje. Este mecanismo se descubrió de forma accidental mientras se trataba a una joven con epilepsia.

Se han realizado experimentos para determinar exactamente en qué zona reside el sentido del humor. En un estudio, presentado en 2000 por científicos de la Universidad de Rochester, sometieron a 13 voluntarios a resonancia magnética funcional al tiempo que les realizaban diversas preguntas. Sus conclusiones fueron que dicha característica residía en una pequeña región del lóbulo frontal. No obstante, otro equipo londinense realizó la misma prueba sobre 14 individuos a los que se les contaba chistes, y los resultados fueron que la zona cerebral que se activaba era el córtex prefrontal ventral junto con otras regiones implicadas en el proceso del lenguaje cuando la gracia del chiste residía en un juego de palabras.

  • Algunos indicadores relacionados con el estrés disminuían durante los episodios de risa, relacionados con la disminución de los niveles de epinefrina y cortisona.
  • La risa incrementaba la producción de anticuerpos y la activación de células protectoras como los linfocitos o los linfocitos T citotóxicos, que producen la inmunidad celular, importante para evitar la formación de tumores.
  • Las carcajadas o risas alegres y repetitivas mejoraban el estado de humor, reducían los niveles de colesterol en sangre y regulaban la presión sanguínea

Científicos japoneses del Unitika Central Hospital sometieron a 26 individuos con dermatitis alérgica a los ácaros del polvo a distintos alergenos, y posteriormente les pasaron la película Tiempos modernos, de Charles Chaplin. Unos días después realizaron el mismo experimento pero con una película no cómica. Los resultados mostraron que la reacción alérgica era menor en el caso de la película de Charlot

La risa como signo patológico

Si bien la risa se considera en general beneficiosa para la salud, existen paradójicamente también problemas de salud que cursan con episodios de risa.

Existe una risa patológica (no controlable, con incontinencia y labilidad afectiva) que caracteriza ciertas enfermedades del sistema nervioso central, como es el caso de tumores, esclerosis múltiple, ictus, demencias (Alzheimer) y afección de las conexiones entre el cerebro, el bulbo raquídeo y el cerebelo. Enfermedades mentales como la esquizofrenia, manía y drogadicción también pueden presentarse con risa patológica (crisis de risa incontrolada) y ser tratadas con antidepresivos de última generación, como la paroxetina

 

La risa en otros animales

Contrariamente a la creencia popular, y a lo que se creía en general hasta bien recientemente, la risa no está restringida a los humanos. Según un estudio publicado en la revista Science por Jaak Panksepp, existe la risa animal, y no sólo en los primates. También estudió perros y ratas y encontró que en sus juegos emitían sonidos muy similares a las risas de los bebés. En parte se puede deber a que el sistema límbico, que maneja la risa, es una de las partes menos evolucionadas del cerebro humano que compartimos en buena medida con otros animales

Platón y Aristóteles, entre otros autores que escribieron sobre la risa, tenían una visión más oscura sobre ella. Ellos, por ejemplo, encontraban divertidas las ejecución|ejecuciones públicas, algo que actualmente es políticamente incorrecto, del mismo modo que también se reían, además de con las personas de su grupo, de personas de otros grupos, como por ejemplo, otras etnias o razas. En la actualidad, nuestro propio lenguaje matiza tal diferencia: no es lo mismo reírse con alguien, que reírse de alguien. Para Robert Provine, la risa ridiculizadora es un mecanismo instintivo ancestral diferente de la risa de grupo que servía para modular la conducta de los individuos que no pertenecían al grupo propio, con la finalidad de que éstos se adaptasen y se integrasen en el mismo. La antropóloga Verena Alberti utiliza los términos «risa de acogida» y «risa de exclusión».

La risa forma parte del vocabulario universal humano, y si queremos comprender cómo el cerebro produce el sonido deberíamos analizar comportamientos que todo el mundo tiene de la misma manera; o sea, que estudiar la risa —si queremos comprender el comportamiento humano— será como usar el E. coli, o la mosca de la fruta, para comprender el mecanismo de la genética. En lugar de afrontar la inmensa complejidad de la naturaleza, intentamos concentrarnos en una pequeña molécula, que es una parte, a la que se puede acceder mejor

Como demuestra la ciencia, la risa y el humor son tan antiguos como los seres humanos, y encontramos diversos testimonios de la tradición oral que así lo atestiguan:

Según la tradición de los Ainos, un grupo étnico del norte de Japón, «en los orígenes de la humanidad las mujeres no menstruaban, sino los hombres». Los bantúes de África meridional, ante la inminencia de algún peligro grave, efectúan un ritual en el que las mujeres jóvenes se visten de hombres y realizan las tareas de los pastores para la diversión —y la distensión— de todos. Según se cuenta que observó Knud Rasmussen, los niños esquimales Netsilik Inuit celebraban juegos en los que imitaban a los hechiceros de la comunidad, empleando las mismas fórmulas para alejar los malos espíritus, lo cual desataba la risa incontrolada de los adultos.

En todos los casos, la blasfemia no produce horror entre el público, sino la risa, bajo el sobreentendimiento de que los dioses o los espíritus saben comprender una broma

«Los hombres de valor no deberían representarse como poseídos por la risa, y aún menos deberíamos permitir tal representación de los dioses».

Platón

En La República, Platón señala que la risa debe estar limitada por la razón. No deben reírse, por tanto, ni los guardianes ni las personas de mérito. La risa es un exceso que debe evitarse, manteniendo un estado de templanza y equilibrio sin reacciones desmedidas.

Aristóteles no condena la risa despectiva cuando esta va dirigida a una persona sin virtud. Escribe, por ejemplo:

«[...] veremos claramente cuán digno de risa es el varón magnánimo si no es hombre dotado de virtud, y cuán lejos está de ser digno que le hagan honra, pues es malo».

Aristóteles

A los hombres que no pueden contener las emociones, los llama afeminados. Hablando de las personas virtuosas, escribe, también:

«Porque no es de maravillar que uno sea vencido de deleites o pesadumbres fuertes y excesivas, antes es de perdonar y haber compasión de él, si resistiendo fue vencido, [...] y de la misma manera los que procuran detener la risa, de un golpe la despiden. [...] Pero es de maravillar cuando lo es en aquellas en que los más pueden resistir, y él no es bastante a resistir, no por la naturaleza de su género ni enfermedad [...] Hay, pues, una manera de incontinencia que es una desenfrenada temeridad, y otra que es flaqueza».

Aristóteles

Y termina hablando de los más propensos a descontrolarse:

«Pero los que más incontinentes son de desenfrenada incontinencia, son los repentinos y los melancólicos. Porque aquellos por su presteza y estotros por la fortaleza del afecto, no escuchan razón, por ser muy prontos en seguir sus imaginaciones».

http://es.wikipedia.org/wiki/Risa

      

REY JESÚS
DE
ROBERT GRAVES 455

Entonces empezó a circular el rumor
de que Jesús había comenzado su ministerio poco después de descender del monte
Tabor, donde se había iniciado en los ritos del demonio Belcebú, y de que lograba sus
milagros invocando su poder. Belcebú es uno de los «nombres de escarnio» que tanto
abundan en la literatura sagrada judía. Mediante una leve alteración de las letras, un
titulo de honor se convierte en otro de deshonor. Del mismo modo se cambió el
honorable nombre de Laban, el caudillo del Carmelo con cuya viuda se casó el rey
David -Laban significa «hombre blanco»- por Nabal, «tonto». Y por una modificación
análoga, la estatua de Zeus Olímpico instalada por Antioco Epifanes en el templo de
Jerusalén no se llama «la estatua del señor del cielo» sino «la abominación de la
desolación». Y así también Belcebú, «el señor de las moscas» es una deformación de
Baal Zebul, «el señor de Zebulón» o Atabyrius, a quien había recurrido en una ocasión
Ahazias, rey de Judá, para que le sanase las heridas internas que había sufrido al caer de
una alta ventana.
Jesús se burló del ataque
.

La vida y la muerte me
están desgastando        455
   

Me cepillé los dientes y me lavé la
cara. Me afeité y me corté los pelos de la nariz. A continuación estudié mi
reflejo en el espejo, la mitad rojo, la mitad azul: realmente desagradable.
Me di unas palmaditas suaves en la mitad azul y maldije: ¡Menuda mierda!
La seguridad en mí mismo estaba al borde de venirse abajo. Escuché varias
veces algunas pisadas ligeras que se acercaban a mi oficina y abrí
rápidamente la puerta para saludarla. Pero el vestíbulo siempre estaba
vacío. Así que me recosté donde siempre se sentaba ella y esperé
consumido por la impaciencia, ojeando nervioso el libro que le había
entregado. Casi podía verla sentarse allí a leer. Su olor estaba impregnado
en ese libro, sus huellas dactilares se encontraban por todas partes...
Por fin, escuché que llamaban a mi puerta y sentí que el frío me invadía el
cuerpo. Estaba temblando de los pies a la cabeza y me castañeteaban los
dientes. Me precipité hacia la puerta y la abrí. La sonrisa que lucía en su
rostro se abrió paso hasta mi alma. Lo olvidé todo, las palabras que había
pensado decirle, la advertencia velada de Pang Kangmei, todos mis temores.
La cogí en mis brazos y la besé. Ella también me besó