martes, noviembre 22, 2011

LA ESTRELLA DE MAR Y EL PENALTY

 

  

REGENERACIÓN.
La regeneración es un fenómeno según el cual de un animal amputado
o de la parte separada se produce un individuo completo sin defecto
(Hay, 1966). Este fenómeno está estrechamente relacionado con la reproducción
asexual, pero mientras que la asexualidad es un modo de
reproducción espontáneo, la capacidad de regeneración se da después
de una rotura traumática, no espontánea, sino por acción de fuerzas
externas, lo que supone una capacidad de reorganización y reconstrucción
del todo a partir de una parte o de la parte desde el todo.
Esta capacidad es mayor en animales poco diferenciados y va haciéndose
menor conforme aumenta la diferenciación y especialización
a lo largo de la escala zoológica.
En los estados inferiores de organización animal, les células presentan
totipotencia, es decir, unas células diferenciadas en tejidos son capaces
de desdiferenciarse y comenzar una nueva diferenciación en un
sentido distinto del que tenían. De la capacidad de producir un individuo
completo a partir de un brazo en una estrella de mar, se llega, en otros
animales, a regenerar un miembro —como por ejemplo la cola en algunos
reptiles— o a una simple cicatrización, con aparición de un tejido
distinto de los que existían, que repara el daño sufrido.
Los distintos modos de reproducción asexual pueden resumirse como
la independencia de una o varias células del control fisiológico del
organismo como un todo ordenado y organizado. Supone un aislamiento
de esas células, que comienzan la formación de un nuevo individuo.
Desde el punto de vista evolutivo, la reproducción asexual tiene muy
poco potencial de variación, ya que el organismo hijo es genéticamente
igual al organismo progenitor, no hay posibilidad de variación y por tanto hay muy poca capacidad de adaptación de la especie a posibles cambios ambientales.

VLADIMIR NABOKOV-PALIDO FUEGO   pág 22

Hay una errata... no es que importe mucho:

montaña, no fontana. El toque majestuoso."

¡Vida Eterna... basada en una errata!

Mientras volvía a casa reflexioné: ¿aceptar la sugestión

y dejar de investigar mi abismo?

Pero de pronto vi que allí estaba

la verdadera cuestión, el tema en contrapunto;

nada más que esto: no el texto sino la textura; no el sueño

sino la coincidencia invertida, 810

no el absurdo fútil sino una trama de sentido.

¡Sí! Bastaba que yo pudiera encontrar en la vida

algún vínculo laberíntico, una especie

de estructura concordante en el juego,

un arte plexiforme y algo del mismo

placer que quienes lo jugaban encontraban

No importaba saber quiénes eran. Ningún ruido,

ninguna luz furtiva salía de su intrincada

morada, pero allí estaban, apartados y mudos,

jugando a un juego de mundos, transformando peones 820

en unicornios de marfil y faunos de ébano;

manteniendo aquí una larga vida, extinguiendo

allá una breve; matando a un rey balcánico;

haciendo caer del cielo un gran trozo de hielo formado

en un avión que vuela a gran altura

y causando la muerte de un granjero; escondiendo mis llaves,

mis anteojos o mi pipa. Coordinando estos

acontecimientos y estos objetos con sucesos lejanos

y objetos desaparecidos. Haciendo ornamentos

de accidentes y posibilidades. 830

Con el impermeable puesto entré en casa: Sybil, tengo

la firme convicción... "Querido, cierra la puerta.

¿Tuviste un buen viaje?" Espléndido... pero más aún,

he vuelto convencido de que puedo avanzar a tientas

hacia alguna... alguna... "¿Qué, querido?" Vaga esperanza.

 

Michel Houellebecq

Las partículas elementales    PÁG 22

EL ANIMAL OMEGA

Bruno está apoyado en el lavabo. Se ha quitado la chaqueta del pijama. Los pliegues de su barriguita blanca caen sobre la porcelana del lavabo. Tiene once años. Quiere lavarse los dientes, como todas las noches; espera acabar de asearse sin incidentes. Pero Wilmart se acerca, al principio solo, y empuja a Bruno en el hombro. Bruno empieza a retroceder, temblando de miedo; sabe más o menos lo que viene después. «Dejadme...», dice con voz débil.

Ahora se acerca Pelé. Es bajito, recio y tremendamente fuerte. Abofetea con violencia a Bruno, que se echa a llorar. Luego le empujan al suelo, lo cogen de los pies y empiezan a arrastrarlo. Cerca de los servicios, le arrancan el pantalón del pijama. Tiene un sexo menudo, todavía infantil, sin vello. Lo cogen de los pelos entre dos, le obligan a abrir la boca. Pelé le frota una escobilla de váter por la cara. Bruno siente el sabor de la mierda. Grita.

L O S S U E Ñ O S
F R A N C I S C O       pág 22
Q U E V E D O

  El soldado desdichado que habiendo salido de
su tierra para la guerra con bizarría, tallazo, galas y
plumas, vuelve a ella después de muchos años más
desgarrado y rompido que soldado, con un ojo menos,
hecho un monóculo, medio brazo, con una
pierna de palo, y todo él hecho un milagro de cera,
bueno para ofrecido, con el vestido de la munición,
sin color determinado, desconocido y roto, pidiendo
limosna

Sé lo que estás pensando pág 22

John Verdon

No obstante, podrían darte una pista respecto a lo que está ocurriendo, o a por qué está ocurriendo, una vez que te explique mi problema..., o quizá debería decir mi problema aparente. Todo este asunto me tiene un poco perplejo.

«Y más que un poco asustado», pensó Gurney.

Mellery respiró hondo, hizo una pausa y empezó su relato como un hombre que camina con frágil determinación hacia una ola de agua helada.

—Primero debería hablarte de las notas que he recibido.

Buscó en su maletín y sacó dos sobres. Abrió uno, extrajo de él una hoja de papel en blanco con texto escrito a mano por una cara y otro sobre más pequeño del tamaño de una tarjeta de invitación. Le pasó el papel a Gurney

Ésta fue la primera comunicación que recibí, hace unas tres semanas.

Gurney cogió el papel y se apoyó en el respaldo de la silla para examinarlo. A la primera notó la pulcritud de la caligrafía. Las palabras estaban escritas de un modo preciso y elegante: de inmediato le vino a la mente la imagen de la hermana Mary Joseph mientras escribía en la pizarra de su escuela de primaria. Sin embargo, más extraño si cabe que la escrupulosa caligrafía era el hecho de que la nota se había escrito con pluma y tinta roja. ¿Tinta roja? El abuelo de Gurney había usado tinta roja. Tenía frasquitos redondos de tinta azul, verde y roja. Recordaba muy poco de su abuelo, pero recordaba la tinta. ¿Aún se vendía tinta roja para pluma?

Gurney leyó la nota torciendo el gesto, luego volvió a leerla. No había ni saludo ni firma.

¿Crees en el destino? Yo sí, porque pensaba que no volvería a verte y, de repente, un día, allí estaba. Todo volvió: cómo sonaba, cómo se movía, y más que ninguna otra cosa, cómo pensaba. Si alguien te pidiera que pensaras en un número, yo sé en qué número pensarías. ¿No me crees? Te lo demostraré. Piensa en cualquier número del uno al mil: el primero que se te ocurra. Imagínatelo. Ahora verás lo bien que conozco tus secretos. Abre el sobrecito.

Gurney emitió un gruñido evasivo y miró de manera inquisitiva a Mellery, que había estado observándolo mientras leía.

—¿Tienes alguna idea de quién te envió esto?

—Ni la menor idea.

—¿Alguna sospecha?

—No.

—Hum. ¿Participaste en el juego?

—¿El juego? —Estaba claro que Mellery no lo consideraba así—. Si lo que quieres decir es si pensé en un número, sí. En esas circunstancias habría sido difícil no hacerlo.

—¿Así que pensaste en un número?

MI BOMBA ATOMICA PREFERIDA

 

   

 

 DSC00339                     dedo No mires el dedo,mira hacia arriba.

YASUNARI KAWABATA-KIOTO   pág 574

¿Si?En esta sucursal no venden los auténticos chales de Tatsumura.

Estaban en el barrio de Shimokawara-machi,una zona de lujosas residencias.Al entrar,Chieko se puso a mirar las piezas de seda colocadas en las estanterías ,No eran géneros de fabricación propia,sino que procedían de la firma “Kaneko”¿Te gustaría vestir a  la europea?-pregunto.Oh,no madre.Solo quería ver las sedas que le gustan a los extranjeros.

GEORGES CONCHON-EL ESTADO SALVAJE    pág 574

Los mismos individuos permanecían más tiempo junto a los cristales,como si les apremiaran menos para que cedieran su sitio.Solo entonces concibió que acababa de franquear la pleamar,y lo que estaba viviendo era el inicio de un reflujo,porque en ellos,de repente, el afán de empujar había dominado la pasión de ver;y luego,esto otro;que aquella fantástica corriente  ya no era tan ciega como antes ,que en ella intervenía una inteligencia,una voluntad,el mismo propósito nacido sin duda en el mismo instante en millares de cerebros.No podía ver nada ,pero todo lo que creía adivinar lo confirmaba en su nuevo terror.Empezaba a ver arboles que no existían.

CORAN-Sura 24. An-Nur (La Luz)   pág 574

(62) LOS [VERDADEROS] CREYENTES son sólo aquellos que han llegado a creer en Dios y en
Su Enviado, y que, cuando están [ocupados] con él en un asunto de interés para toda la

comunidad,88 no se retiran [de lo que ha sido decidido] hasta haber pedido [y obtenido] su
permiso.89
En verdad, los que [no se abstienen de la acción acordada sin que antes] te pidan
permiso --¡ [sólo] esos son los que [verdaderamente] creen en Dios y en Su Enviado!
Así pues, cuando te pidan permiso por alguna razón [válida], concédeselo a quien de
ellos quieras [concedérselo],90 y pide a Dios perdón por ellos: pues, ¡ ciertamente, Dios es
indulgente, dispensador de gracia!91

89 E.d., su permiso para abstenerse de participar, por razones válidas, en una línea de acción o política
acordadas por la mayoría de la comunidad (aamma ichtamaú lahu min al-amr: Tabari). Por un desarrollo
lógico de este principio, llegamos a algo parecido al concepto de "oposición leal", que implica la
posibilidad de disentir en un punto de política comunal o estatal, pero manteniendo una absoluta lealtad a
la causa común. (Pero véase también la nota 91.)
90 E.d., después de haber sopesado las razones aportadas por el individuo o individuos en cuestión y los
intereses del conjunto de la sociedad

Susan Sontag   El amante del volcán  331 págs   331*2=661-574=88

Por un momento, sólo un momento, se vio como un loco, disfrazado de ser racional.
¿Cuántas veces ha subido a la montaña? ¿Cuarenta? ¿Cincuenta? ¿Un centenar?
Jadeante, un amplio sombrero protegiendo su delgada cara del sol, se paró y miró
hacia el cono. Desde la cima del volcán... muy por encima de la ciudad, del golfo, de
sus islas.
Estaba muy arriba, mirando abajo. Un punto humano. Lejos de toda obligación de
afinidad, de identificación: el juego de la distancia.
Antes, todo le afirmaba. Sé, luego existo. Colecciono, luego existo. Estoy interesado
en todo, luego existo. Mira todo lo que conozco, todo lo que me importa, todo
cuanto preservo y transmito. Yo construyo mi propia herencia.
Las cosas le habían vuelto la espalda. Dicen: no existes.
La montaña dice: no existes.
Los curas dicen: El volcán es la boca del infierno.
¡No! Estas monstruosidades, volcanes o «igníferas montañas», lejos de ser
emblemas o presagios del infierno, son válvulas de seguridad para los fuegos y
vapores que de otra manera causarían estragos incluso con mayor frecuencia de la
que lo hacen.

Se arrodilló en la especie de foso que rodeaba el cono, colocó sus palmas sobre los
polvorientos cascotes, luego se tendió, boca abajo, al amparo del viento, y posó la
mejilla en tierra. Estaba silenciosa. El silencio hablaba de muerte. Lo mismo hacía la
espesa luz, estática, amarillenta; lo mismo el olor del sulfuro que emanaba de las
fisuras, las piedras apiladas, la tefrita, la hierba seca, las láminas de nubes en el cielo
de color gris añil, el mar plano. Todo habla de muerte.
Adoptemos una visión positiva. La montaña es un emblema de todas las formas de
muerte al por mayor: el diluvio, la gran conflagración (sterminator Vesevo, como
diría el gran poeta), pero también de la supervivencia, de la persistencia humana. En
este aspecto, la naturaleza desbocada también produce cultura, crea artefactos, a
fuerza de matar, de petrificar historia. En semejantes desastres hay mucho que
apreciar.

JAMES JOYCE-ULISES   pág 574

Caído de la luna. Vive en el limbo. Se
dejó alcanzar sin manifestar sorpresa y adelantó
su oscura barba gris hacia ella, meneando su
floja mandíbula mientras hablaba
afanosamente.
Colibrillo. Tiene gente en la azotea.
El señor Bloom siguió andando
tranquilamente, viendo delante de él en la luz
del sol apretada pieza de cráneo, el bastón, el
paraguas y el guardapolvo bamboleantes. Cada
loco con su tema.

   

lunes, noviembre 21, 2011

EL RELEVO

     

BORGES-OBRAS COMPLETAS  pág 938

AD4M CAST FORTH
¿Hubo un Jardín o fue el Jardín un sueño?
Lento en la vaga luz, me he preguntado,
Casi como un consuelo, si el pasado
De que este Adán, hoy mísero, era dueño,
No fue sino una mágica impostura
De aquel Dios que soñé. Ya es impreciso
En la memoria, el claro Paraíso,
Pero yo sé que existe y que perdura,
Aunque no para mí. La terca tierra
Es mi castigo y la incestuosa guerra
De Caínes y Abeles y su cría.
Y, sin embargo, es mucho haber amado,
Haber sido feliz, haber tocado
El viviente Jardín, siquiera un tifa.

 

CORAN- pág 938

(24) Espera, pues, pacientemente el juicio de tu Sustentador22 y no obedezcas a ninguno de ellos
que sea un pecador obstinado o un ingrato; (25) y recuerda el nombre de tu Sustentador23 mañana y

tarde (26) y durante parte de la noche,24 y póstrate ante Él, y proclama Su infinita gloria durante la
larga noche.25
(27) Ciertamente, [quienes no tienen presente a Dios] aman esta vida pasajera, y dan la espalda a
[la idea de] un Día cargado de aflicción.
(28) [Se niegan a reconocer que] somos Nosotros quienes les hemos creado y hemos fortalecido
su constitución26 --y [que], cuando queramos, podemos sustituirlos a todos por otros de su
especie.27

 

24 E.d., en todo momento durante el tiempo de vigilia.
25 E.d., “cuando estés oprimido por la angustia y todo a tu alrededor parezca oscuro”.
26 E.d., hemos dotado a sus cuerpos y mentes de la capacidad de disfrutar de “esta vida pasajera”.
27 E.d., por otros seres humanos que tengan los mismos poderes físicos y mentales, pero que hagan mejor
uso de ellos

domingo, noviembre 20, 2011

UN RAYO EN LAS URNAS

 

 

                                        

                                        

                                                

CORAN-  pág 155

(92) Y RESULTA inconcebible que un creyente mate a otro creyente, salvo que sea por error.114
Y quien mate por error a un creyente deberá liberar a un esclavo creyente y pagar una compensación
a la familia de la víctima,115 a menos que esta renuncie a la misma como limosna.
Si la víctima, aun siendo creyente, pertenecía a una gente que está en guerra con vosotros,116 [la
expiación se reducirá a] liberar a un esclavo creyente; mientras que si pertenecía a una gente con la
que os une un pacto, [consistirá en] el pago de una compensación a la familia de la víctima además
de liberar a un esclavo creyente.117 Y quien no disponga de medios, deberá [en su lugar] ayunar
dos meses consecutivos.118
[Esta es] la expiación prescrita por Dios: y ciertamente Dios es omnisciente, sabio.
(93) Pero quien mate intencionadamente a otro creyente tendrá por retribución el infierno y
en él permanecerá; sufrirá la condena y el rechazo de Dios y Dios le preparará un castigo terrible.
(94) [Así pues,] Oh vosotros que habéis llegado a creer, cuando salgáis [a combatir] por la causa
de Dios, usad vuestro discernimiento y no digáis a quien os ofrece el saludo de paz: “Tú no
eres creyente”,119 --movidos por el deseo de los beneficios de esta vida: pues junto a Dios hay
grandes botines.

HARUKI MURAKAMI –1Q84    pág 155

AOMAME
El cuerpo es el templo del ser humano
Personas que dominen la técnica de patear testículos, como Aomame, seguro que
se pueden contar con los dedos de una mano. Cada día estudiaba diferentes modelos
de patadas, y no faltaba el entrenamiento práctico. Lo más importante al dar una
patada en los testículos es eliminar todo sentimiento de duda. Hay que atacar de
súbito la parte más frágil del oponente, despiadadamente y con ferocidad. Como
cuando Hitler, haciendo caso omiso de la declaración de neutralidad de Holanda y
Bélgica e invadiendo estos países, desveló los puntos débiles de la Línea Maginot y
no le resultó difícil conseguir que Francia capitulara. No se puede vacilar. Un titubeo
momentáneo puede resultar fatal.
De manera general podríamos decir que, excepto ése, apenas hay métodos para
que una mujer venza a un hombre de mayor estatura y con más fuerza en un
combate de uno contra uno. Aomame estaba plenamente convencida. Esa porción de
cuerpo es el punto más débil que posee —o que lleva colgando— ese ser vivo
llamado hombre. Y en la mayoría de los casos no estaba protegida de manera eficaz.
Sería una pena desaprovechar tal ventaja.
Era obvio que Aomame, siendo mujer, no podía entender qué tipo de dolor, en
concreto, era el que se sentía cuando a uno le pateaban los testículos a conciencia. Ni
siquiera podía suponerlo. Pero que debía de ser un dolor considerable se lo
imaginaba, más o menos, por la reacción y el semblante de aquellos a los que había
dado patadas. Por mucha fuerza que tuvieran los hombres, por muy tipos duros que
fueran, parecían incapaces de soportar aquel dolor. Como si fuera acompañado de
una gran pérdida de amor propio.
—Es un dolor como si el mundo fuera a acabarse de un momento a otro. No se
puede comparar con nada más. Es diferente de un simple dolor —le dijo cierto hombre tras reflexionar, al pedirle Aomame una explicación. Ella le dio vueltas a
aquel símil durante un buen rato. ¿El fin del mundo?
—Entonces, en otras palabras, ¿que el mundo se vaya a acabar de un momento a
otro es como si te dieran una buena patada en los testículos? —preguntó Aomame.

 

Susan Sontag   El amante del volcán  pág 155

Soñé que estaba en un teatro... no. Soñaba que había conseguido entrar en un
castillo y había encontrado una habitación secreta... no. Recuerdo, sí, que estaba en
un peñasco, debajo de mí un furioso torrente... no. Atravesaba un mar a lomos de un
delfín y oí una voz que me llamaba, la voz de una sirena... no. Soñé, soñé...
Ella debió adivinar que lo inventaba para distraerla. A él aquellos sueños no le
parecían convincentes; eran como cuadros. No le importaba inventarlos. Sólo
deseaba que fueran unas invenciones mejores. Buscaba una forma poética...

En ocasiones es aceptable no decir la verdad, toda la verdad, cuando se describe o
interpreta el pasado. En ocasiones es necesario.

Según las normas de la pintura histórica de aquella época, el artista debe preservar
la verdad sustancial de un tema frente a las exigencias de una verdad literal, es
decir, inferior. Con un gran tema, es la grandeza del tema lo que el pintor debe
esforzarse en representar. Así, por ejemplo, elogiaron a Rafael por representar a los
apóstoles como nobles de cuerpo y semblante, no como las figuras mezquinas,
torpes, que según él asumía las sagradas escrituras nos cuentan que fueron. «Se dice
que Alejandro era de baja estatura: un Pintor no debería representarlo así», declaró
Sir Joshua Reynolds. Un gran hombre no tiene una apariencia mezquina o vulgar, no
es un lisiado o un cojo, no bizquea ni tiene una nariz abultada ni usa una peluca
repugnante... o, en caso afirmativo, ello no forma parte de su esencia. Y la esencia
de un tema es lo que el pintor debe mostrar.
A nosotros nos gusta destacar las facetas cotidianas de los héroes. Sus esencias nos
parecen antidemocráticas. Nos sentimos oprimidos por la vocación de grandeza.
Consideramos el interés por la gloria o la perfección como un síntoma de carencia
de salud mental y hemos decidido que los protagonistas de grandes hazañas, los
llamados superfiguras, deben su excedente de ambición a un defecto de crianza
(tanto por insuficiente como por demasiada). Queremos admirar, pero creemos
tener derecho a no ser intimidados. Nos disgusta sentirnos inferiores a un ideal
determinado. Así, no importaban las esencias. Los únicos ideales permitidos son los
saludables: aquellos a los que todo el mundo puede aspirar, o que imaginamos
cómodamente que uno mismo los posee.

ANATOLE FRANCE-LOS DIOSES TIENEN SED    pág 155

EL sábado, a las siete de la mañana, el ciudadano Blai se, provisto de bicorne, de chaleco escarlata, de botas amarillas con vuelta, estaba llamando con su fusta a la puerta del taller. La ciudadana Gamelin estaba conversando tranquilamente con el ciudadano Brotteaux, mientras que Evariste se estaba haciendo el nudo de la corbata delante de un trozo de espejo.

-¡Buen viaje, señor Blaise! -dijo la ciudadana-. Pero, puesto que vais a pintar paisajes, llevaos al señor Brotteaux, que pinta también.

-¡Pues bien! -dijo Jean Blaise-, ciudadano Brot­teaux, venid con nosotros.

Después de haberse asegurado de que no estorbaría, Brotteaux, sociable y amigo de las diversiones, accedió.

La ciudadana Elodie había subido los cuatro pisos para poder abrazar a la ciudadana Gamelin, a la cual llamaba mamaíta. Iba completamente vestida de blanco y olía a la­vanda.

MICHEL HOUELLEBEQ-LA POSIBILIDAD DE UNA ISLA   155

—Se han obtenido resultados interesantes con algunos nematelmintos —empezó—, simplemente centrifugando las neuronas implicadas e inyectando el aislado proteico en el cerebro de un nuevo sujeto: se obtiene una reconducción de las reacciones de evitación, especialmente las vinculadas a los choques eléctricos, e incluso del recorrido en ciertos laberintos simples.
En ese momento, me dio la impresión de que las vacas sacudían la cabeza; pero él tampoco veía a las vacas.
—Es obvio que estos resultados no se pueden aplicar a los vertebrados, y todavía menos a los primates evolucionados, como el hombre. Supongo que recuerda lo que dije el primer día del curso sobre las redes neuronales

Pues bien, podemos considerar la reproducción de un dispositivo semejante, no en los ordenadores tal como los conocemos, sino en un cierto tipo de máquina de Turing, que podríamos llamar autómatas de cableado difuso, con los que trabajo actualmente. Al contrario que las calculadoras clásicas, los autómatas de cableado difuso son capaces de establecer conexiones variables, evolutivas, entre unidades de cálculo adyacentes; por lo tanto son capaces de memorización y aprendizaje. A priori, no hay límite para el número de unidades de cálculo que pueden enlazarse, y por lo tanto tampoco hay límite para la complejidad de las redes. En esta fase, la dificultad, y es considerable, consiste en establecer una relación biyectiva entre las neuronas de un cerebro humano, en los primeros minutos tras el fallecimiento, y la memoria de un autómata no programado. Como el ciclo de vida de este último es poco más o menos ilimitado, la siguiente etapa consiste en reinyectar la in-formación en sentido inverso, hacia el cerebro del nuevo clon; es la fase de downloading, que no presentará, estoy seguro, ninguna dificultad particular una vez que se haya perfeccionado el uploading.
Caía la noche; las vacas se alejaron poco a poco camino a sus pastos, y yo no podía evitar la idea de que no estaban de acuerdo con el optimismo del Sabio.

ANDRE MALRAUX-LA CONDICION HUMANA  139  págs  0 155-139=15

Abandono y silencio. Cargadas con todos los ruidos de la mayor ciudad de China, las ondas
zumbadoras se perdían allí, como en el fondo de un pozo los sonidos procedentes de las
profundidades de la tierra: todos los de la guerra, y las últimas sacudidas nerviosas de una multitud

que no quiere dormir. Pero era lejos donde vivían los hombres; allí, nada quedaba del mundo, como
no fuese una noche, en la cual Chen se ponía de acuerdo con su instinto, como adquiriendo una
amistad súbita: aquel mundo nocturno, inquieto, no se oponía a su crimen. Mundo en que los
hombres habían desaparecido; mundo eterno. ¿Volvería el día, acaso, sobre aquellas tejas podridas,
sobre todas aquellas callejuelas, en el fondo de las cuales una linterna iluminaba un muro sin
ventanas o un nido de hilos telegráficos? Existía un mundo del crimen, y él se hallaba en ese
mundo, como en el calor. Ninguna vida; ninguna presencia; ningún ruido próximo. Ni siquiera los
gritos de los modernos comerciantes; ni siquiera los ladridos de los perros abandonados...
Por fin, una tienda mugrienta: Lu-Yu-Shuen y Hemmelrich, Fonos. Había que volver entre los
hombres... Esperó algunos minutos, sin entregarse por completo, y por fin golpeó un postigo. La
puerta se abrió casi inmediatamente: era una tienda llena de discos alineados con cuidado, con un
vago aspecto de biblioteca pobre; luego, la trastienda, grande, desnuda, y cuatro camaradas en
mangas de camisa

NOTA

JUAN JOSÉ MILLÁS-EL ORDEN ALFABETICO    129 págs     155-129=26

Cuando el aburrimiento dispersaba a la gente, o la mayoría de mis amigos
se ponía a jugar al fútbol, yo me sentaba sobre una piedra, junto a la charca que
había en el descampado, y observaba los movimientos de una araña que había
construido su tela entre dos juncos. Si tenía paciencia, veía caer en ella
pequeños insectos, a los que el animal inyectaba un veneno paralizante antes de
envolverlos en una especie de capullo de seda donde se mantenían frescos hasta
la hora de la comida. A base de observar, fui distinguiendo toda la vida que se
agitaba en aquella pequeña charca, pues había ranas también y escarabajos y un
bicho de patas larguísimas que llamábamos zapatero.
Pronto advertí que, aunque todos aquellos animales fueran muy distintos
y produjeran la impresión de ser independientes entre sí, cada uno estaba atado
a los demás por un hilo invisible que en el otro lado de la vida no habría sido
capaz de adivinar, como si formaran sobre el tablero de la charca un puzzle en
el que cada una de las piezas, aisladamente considerada, no tuviera sentido. Si
no hubiera mosquitos, la araña, que se alimentaba de ellos, desaparecería
también. Pero sin mosquitos y sin arañas tampoco habría ranas, y así
sucesivamente. I
A veces, contemplaba a mis amigos y me preguntaba si también ellos
llevaban una doble vida; si su cuerpo se encontraba en otro lugar, además de
estar en éste. Pero no me atrevía a indagar, pues siempre tuve de mí mismo la
imagen de una persona solitaria, a la que sucedían cosas especiales que no
podía comunicar a los demás. En cierta ocasión, cerca de la charca, al levantar
una piedra, vi un escarabajo y después de observarlo durante mucho tiempo
comprendí que teníamos algunas cosas en común

silla