sábado, junio 06, 2015

VOY A CAZAR PARA TI.


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Las características principales de los camaleones que son compartidas por toda la familia son la estructura de sus patas, los ojos, la falta de oído y la lengua. Aunque no tengan oído externo son capaces de detectar vibraciones y sonidos de baja frecuencia, de unos 200Hz.
Todos los camaleones son animales diurnos. Su periodo de mayor actividad es la mañana y el crepúsculo. Los camaleones no son cazadores activos. En vez de eso, prefieren sentarse, quedándose horas inmóviles, esperando que una presa pase por allí.
Los antiguos atribuían a este animal varias propiedades fabulosas. Decían que:
  • la lengua del camaleón arrancada estando vivo servía para ganar un pleito al que la poseía
  • hacía tronar y llover si quemaban su cabeza y su tragadero con leña de roble o bien si se asaba su hígado en una teja roja
  • arrancado el ojo derecho del animal aún vivo y puesto en un vaso con leche de cabra, aclaraba la vista
  • su lengua atada a la cintura de una mujer estando encinta le facilitaba el parto
  • su quijada derecha, llevada habitualmente, alejaba todo temor
  • su cola detenía el curso de los ríos
Esto de la cola es verdad.
Según una antigua leyenda de la mitología malgache, el Camaleón, el mágico y mimético dragón arborícola, capaz de dirigir su telescópica y vigilante mirada en todas direcciones, mientras permanece totalmente inmóvil, fue el encargado por los Dioses de proteger al mundo de la muerte. Pero el Camaleón tenía un defecto, sus movimientos son de una exasperante lentitud, por lo que llegó tarde y la muerte terminó alcanzando el mundo.
Ukulunkulu
Dios de los Zulús del Africa. Conservador de la humanidad. Salió de un tronco primitivo o de un cañaveral, igual que los hombres. Disponía de la muerte y la vida, se cuenta que envió al camaleón Unawabu a los hombres con la noticia de que nunca morirían; pero este animal se entretuvo tanto durante su trayecto, que dio tiempo a que el Gran Espíritu cambiara de parecer y mandara a un lagarto llamado Intulo con la noticia contraria, y se dio tanta prisa éste que llegó antes que el camaleón, decidiendo así, para siempre, el destino de los  hombres. Los Zulús sienten por esta razón, igual antipatía por los camaleones que por los lagartos.
Los mecanismos que regulan la capacidad de muchos camaleones de exhibir cambios de color complejos y rápidos durante las interacciones sociales.

En un estudio publicado en Nature Communications, el equipo dirigido por los profesores Michel Milinkovitch y Dirk van der Marel demuestra que los cambios se producen a través de la puesta a punto activa de un entramado de nanocristales presentes en una capa superficial de células dérmicas llamados iridóforos. Los investigadores también revelan la existencia de una población más profunda de iridóforos con cristales más grandes y menos ordenados que reflejan la luz infrarroja. 

Además de los pigmentos marrones, rojos y amarillos, los camaleones y otros reptiles exhiben los llamados colores estructurales. "Estos colores se generan sin pigmentos, a través de un fenómeno físico de interferencia óptica. Son el resultado de interacciones entre ciertas longitudes de onda y estructuras nanoscópicas, como pequeños cristales presentes en la piel de los reptiles".


No te fíes nunca de que un camaleón tenga los ojos cerrados. Sus párpados son capaces de cubrir casi totalmente sus enormes ojos, dejando una pequeña abertura indetectable que les permite buscar su desayuno sin llamar la atención.
No come animales muertos,tiene que cazarlos el mismo.

                                

   Los órganos visuales de nuestros amigos los camaleones son los más desarrollados del Reino Animal. Pueden mover sus ojos 180 grados en eje horizontal 90 grados en eje vertical. Además cada uno de sus ojos puede moverse independientemente, por ejemplo, uno puede mirar hacia un lado y el otro hacia arriba. La combinación de estos dos factores hace que la visión de nuestro camaleón llegue a alcanzar los casi 360 grados (tienen un único y pequeño punto ciego justo detrás de su cabeza). Como hemos dicho, el camaleón disfruta de una visión doble: un ojo ve unas imágenes y el otro captura imágenes diferentes. Estas dos imágenes llegan a su cerebro de forma independiente ofreciéndole, así, dos imágenes distintas de su entorno y de sus posibles presas o amenazas. Todos sabemos que el camaleón utiliza su rápida lengua para capturar a su presa, pero antes debe "verla" ¿no? Cuando uno de los ojos del camaleón localiza a su presa, el cerebro manda una orden al otro ojo para que, rápidamente, mire al objetivo. En el momento en que el camaleón enfoca la visión con ambos ojos, las imágenes captadas se superponen y la visión se convierte ahora en "binocular". Este tipo de visión permite al camaleón calcular la distancia hacia su presa y, lógicamente, lanzar su tremenda lengua directamente al objetivo.     
http://www.20minutos.es/noticia/2403361/0/camaleon/cambia-color/explicacion-cientifica/      



                                  

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jueves, junio 04, 2015

LA ESCARABAJA.



                                                                               


El escarabajo era sagrado para los egipcios porque era  la criatura, junto con el ser humano, que mejor expresaba el orden divino, solo que estos pequeños coleópteros conseguían además resucitar.

Las hembras de un escarabajo valoran más el cortejo de los machos que su capacidad de lucha

                                         

Una vez que una gran cantidad de escarabajos hembras ha llegado al árbol, comienzan a vibrar y producir feromonas de agregación para atraer a otros machos y hembras no apareadas. Las nuevas hembras llegan y hacen lo mismo. A medida que llegan los machos, entran en las galerías, y comienzan a vibrar para dejar que las hembras sepan que han llegado, y también para advertir a los demás que la hembra en esa galería “tiene dueño”. En este punto, la hembra deja de producir feromonas de agregación y comienza a producir feromonas anti-agregación para disuadir a los demás escarabajos.

Contrariamente a las predicciones, los machos con una buena calidad genética no son buenos fertilizando huevos. Un nuevo estudio sobre el escarabajo 'Callosobruchus maculatus' llevado a cabo por el sueco Göran Arnqvist y el danés Trine Bilde muestra que cuando una hembra se aparea con varios machos, aquéllos con escasa calidad genética tienen más éxito a la hora de fertilizar los huevos.
Scarabaeus.sacer.jpg
El escarabajo sagrado (Scarabaeus sacer) es una especie de insecto coleóptero de la familia Scarabaeidae que se habita en las dunascosteras y pantanos de la cuenca del Mediterráneo. Es escarabajo pelotero que recoge bolas de estiércol que hace rodar hasta un nido subterráne para alimentar a sus crías. Este comportamiento inspiró a los antiguos egipcios, al cual compararon con el dios del sol Jepri, y consideraron al S. sacer como animal sagrado.
La cabeza del S. sacer tiene un amplio distintivo de seis proyecciones, se asemeja a los rayos.
El Escarabajo sacer es el más famoso de los escarabajos para los antiguos egipcios, era un símbolo de Jepri, la manifestación del dios del sol Ra en el amanecer, a partir de una analogía entre el comportamiento del escarabajo de hacer rodar una pelota de excrementos por el suelo y la tarea Jepri de rodar el sol por el cielo.
Los egipcios también observaron los escarabajos jóvenes salen de la bola de estiércol, y por error dedujeron que el escarabajo hembra era capaz de reproducir sin necesidad de un macho. De esto, se estableció un paralelo con su dios Atum, que también engendró solo

Escarabajos joya copulan con botellas de cerveza vacías al preferirlas a las hembras.

Según los investigadores, estas botellas (stubbies como se les conoce en Australia) se asemejan a una “super-hembra” escarabajo: grande y marrón anaranjado en su color, con una superficie ligeramente con hoyuelos en la parte inferior (diseñado para evitar que la botella se deslice fuera de su alcance ) y que refleja la luz de la misma forma que las cubiertas de las alas de las hembras.
Las botellas, en suma, resultan irresistible para los machos escarabajo, haciendo caso omiso de sus verdaderas parejas. Tal es así que los machos se afanan en montar a las botellas, negándose a soltarlas. Incluso se meten dentro y no quieren salir, friéndose a la postre hasta la muerte bajo el sol y siendo devorados por las hormigas hambrientas.

Escarabajos que saben contar

El insecto reconoce cuántos competidores tiene en el momento de la cópula con la hembra

El 'Tenebrio molitor' usa una habilidad que se creía hasta ahora exclusiva de vertebrados.


El Ruido de las Cosas al
Caer                                      Juan Gabriel Vásquez

«Mierda», dice el piloto. «Arriba, chico, arriba.»
¿En qué piensa Elena Fritts? ¿Piensa en Ricardo Laverde?
¿Piensa en la temporada de fiestas que se le viene
encima? ¿Piensa en sus hijos?
«Mierda», dice el capitán en la cabina, pero Elena Fritts
no puede oírlo. ¿Tienen hijos Elena Fritts y Ricardo
Laverde? ¿Dónde están esos hijos, si es que existen, y
cómo han cambiado sus vidas después de la ausencia de su
padre? ¿Conocen las razones de esa ausencia, han crecido
envueltos en una red de mentiras familiares, de
sofisticados mitos, de cronologías revueltas?
«Arriba», dice el capitán.
«Todo va bien», dice el copiloto.
«Arriba», dice el capitán. «Suavemente, suavemente.»
El automático se ha desconectado. La palanca empieza a
sacudirse entre las manos del piloto, señal de que la
velocidad del avión no basta para mantenerlo en el aire.
«Más arriba, más arriba», dice el capitán.
«OK», dice el copiloto.
Y el capitán: «Arriba, arriba, arriba».
De nuevo suena la sirena.
«Pulí up», dice la voz electrónica.
Hay un grito entrecortado, o algo que se parece a un
grito. Hay un ruido que no logro, que nunca he logrado
identificar: un ruido que no es humano o es más que
humano, el ruido de las vidas que se extinguen pero
también el ruido de los materiales que se rompen. Es el
ruido de las cosas al caer desde la altura, un ruido
interrumpido y por lo mismo eterno, un ruido que no
termina nunca, que sigue sonando en mi cabeza desde esa
tarde y no da señales de querer irse, que está para
siempre suspendido en mi memoria, colgado en ella como
una toalla de su percha.
Ese ruido es lo último que se oye en la cabina del vuelo
965.
Suena el ruido, y entonces se interrumpe la grabación.
Me tomó un buen rato recuperarme. No hay nada tan obsceno
como espiar los últimos segundos de un hombre.


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martes, junio 02, 2015

DÍAS DIFÍCILES DE OLVIDAR.


 
2 de junio  2  6  2015.


Lolita
Vladimir Nabokov

Un anuncio de
una revista pornográfica me llevó a la oficina de cierta mademoiselle Edith, que
empezó ofreciéndome la elección de un alma gemela en un álbum más bien sucio
(«regardez-moi cette belle brune!»): Cuando aparté el álbum y me las arreglé de
algún modo para soltar mi criminal anhelo, me miró como si hubiera estado a
punto de mostrarme la puerta. Sin embargo, después de preguntarme qué precio
estaba dispuesto a desembolsar, consintió en ponerme en contacto con una
persona qui pourrait arranger la chose. Al día siguiente, una mujer asmática,
groseramente pintada, gárrula, con olor a ajo, un acento provenzal casi burlesco
y bigote negro sobre los labios rojos, me llevó hasta el que parecía su propio
domicilio. Allí, después de juntar las puntas de sus dedos gordos y besárselas
para significar que su mercancía era un pimpollo delicioso, corrió teatralmente
una cortina, descubriendo lo que consideré como la parte del cuarto donde solía
dormir una familia numerosa y desaprensiva. En ese momento, sólo había allí
una muchacha de por lo menos quince años, monstruosamente gorda, cetrina,
de repulsiva fealdad, con trenzas espesas y lazos rojos, sentada en una silla
mientras mecía ficticiamente una muñeca calva. Cuando sacudí la cabeza y traté
de huir de la trampa, la mujer, hablando a todo trapo, empezó a levantar la
sucia camisa de lana sobre el joven torso de giganta. Después, viéndome
resuelto a marcharme, me pidió son argent. Entonces se abrió una puerta en el
extremo del cuarto y dos hombres que habían estado comiendo en la cocina se
sumaron a la gresca. Eran deformes, con los pescuezos al aire, morenos, y uno
de ellos usaba anteojos negros. A sus espaldas espiaban un muchachuelo y un
niño que andaban de puntillas, con las piernas torcidas y embarradas. Con la lógica insolente de las pesadillas, la enfurecida alcahueta señaló al de los
anteojos negros y dijo que había estado en la policía, lui, de modo que me
convenía hacer lo que se me había dicho. Me dirigí hacia Marie –ése era su
nombre estelar–, que por entonces había trasladado tranquilamente sus pesadas
ancas hasta un banquillo frente a la mesa de la cocina para seguir con la sopa
interrumpida, mientras el niño de puntillas recogía la muñeca. Con una oleada de
piedad que dramatizó mi ademán idiota, deslicé un billete en su mano
indiferente. Ella transfirió mi dádiva al exdetective, mientras se me permitía
retirarme.
Resultado de imagen de AMOR ENTRE DELFINES

LA MÚSICA QUE LE GUSTA A LAS PALOMAS.


                                         


EL ULTIMO ENCUENTRO
Sandor Marai  53

«La vida está llena de obligaciones, la música también
hay que soportarla. No es de buena educación contradecir a las señoras.» La madre
ejecutaba la pieza con pasión: tocaban la Polonesa-Fantasía de Chopin. Era como si
todo se hubiese revuelto en el salón. El padre y el hijo sentían, sentados en sus
sillones en aquel rincón, en su espera paciente y disciplinada, que en los dos
cuerpos, en el cuerpo de Konrád y en el de la madre, estaba sucediendo algo. Era
como si la rebeldía de la música hubiese elevado los muebles, como si una fuerza
invisible hubiera movido las pesadas cortinas desde el otro lado de las ventanas; era
como si todo lo que había sido enterrado en los corazones humanos, todo lo
corrompido y descompuesto reviviera, como si en el corazón de cada uno se
escondiese un ritmo mortal que empezara a latir en un momento dado de la vida
con una fuerza inexorable. Los oyentes disciplinados comprendieron que la música
podía ser peligrosa. Los otros dos, la madre y Konrád, sentados al piano, no hacían
caso de los peligros. La Polonesa-Fantasía era tan sólo un pretexto para desatar en
el mundo unas fuerzas que todo lo mueven, que lo hacen estallar todo, todo lo que
la disciplina y el orden humanos intentan ocultar. Estaban sentados al piano, rígidos
y erguidos, con sus cuerpos tensos, ligeramente inclinados hacia atrás, como si la
música hiciera surcar los aires a unos invisibles corceles de fábula que arrastraran
una carroza ardiente, avanzando en medio de una tormenta, por encima del mundo,
galopando; y ellos dos parecían tener bien sujetas, con el cuerpo erguido y las
manos firmes, las riendas de aquellas fuerzas desatadas. De repente, la música
terminó con un golpe seco. Un rayo de sol crepuscular penetró por la ventana
abierta; en su halo luminoso bailaban unas motitas doradas de polvo, como si los
corceles celestiales de la música ya lejana hubiesen levantado el polvo del camino
del cielo que lleva a la nada y a la destrucción.

PAUL AUSTER
El Palacio de la Luna  53

El clarinete todavía estaba allí, guardado en su estuche junto a mi cama. Ahora
me avergüenza reconocerlo, pero casi caí en la tentación de venderlo. Peor aún, un día
llegué a llevarlo a una tienda de música para averiguar cuánto valía. Cuando vi que no
me darían por él lo suficiente para pagar un mes de alquiler, abandoné la idea. Pero ésa
fue la única razón que me evitó la indignidad de llevar a cabo la venta. Cuando pasó el
tiempo, comprendí lo cerca que había estado de cometer un pecado imperdonable. El
clarinete era mi último lazo con el tío Victor y por ser el último, porque no había más
rastros de él, llevaba dentro de sí toda la fuerza de su alma. Siempre que lo miraba
sentía esa fuerza en mi interior. Era algo a que agarrarme, una tabla de náufrago que me
mantenía a flote.
Varios días después de mi visita a la tienda de música, un desastre menor estuvo
a punto de ahogarme. Los dos huevos que iba a poner en un cacharro con agua para
hacerme mi comida diaria se me resbalaron de los dedos y se rompieron en -el suelo.
Eran los dos últimos huevos que tenía en casa y no pude remediar la sensación de que
esto era lo más cruel, lo más terrible que me había sucedido nunca. Los huevos se
estrellaron con un ruido desagradable. Recuerdo que me quedé allí parado viendo con
horror cómo rezumaban y se extendían por el suelo. Las claras translúcidas penetraron
en las grietas y de pronto había suciedad por todas partes, un lodo viscoso de baba y
cáscara. Una yema había sobrevivido milagrosamente a la caída, pero cuando me
agaché para recogerla, se me escapó de la cuchara y se partió. Me sentí como si hubiera
estallado una estrella, como si un gran sol hubiese muerto de repente. El amarillo se
extendió sobre la clara y luego empezó a girar en espiral, convirtiéndose en una inmensa
nebulosa, en un desecho de gases interestelares. Era demasiado para mí, la última e
imponderable gota. Cuando sucedió esto, me senté y me eché a llorar.


                                                  BUDA  CARTER SCOTT  53

                           
   EL RUIDO DE LAS COSAS AL CAER  J.G.VASQUEZ 53



YO,OTRO   CRONICA DEL CAMBIO   IMRE KERTÉSZ  53