sábado, octubre 18, 2008

OPIO-ORO-DINERO-FIN

La guerra del Opio o Guerra anglo-china ocurrió entre 1839 y 1860 y fue el resultado de los conflictos comerciales entre China y el Reino Unido. China estaba intentando prohibir el consumo de drogas, particularmente del destructivo opio que generaba fuertes adicciones entre su población con las graves consecuencias sociales y económicas mientras que Gran Bretaña contrabandeaba el opio procedente de la India británica y lo introducía en China.
Durante el siglo XVI China y Europa comenzaron su intercambio comercial marítimo. Se establecieron colonias portuguesas en India y Macao, España adquirió las Filipinas, y el comercio creció aceleradamente. Desde Manila partían galeones cargados con las riquezas de Oriente.
El emperador Qing intentó limitar el contacto con Occidente permitiendo que solamente Cantón estuviese abierto al comercio, imponiendo a los europeos pesados trámites y restricciones para la venta de sus productos y protegiendo sus propios monopolios de producción de la competencia, con lo que los precios subieron y la demanda china de productos europeos bajó; España inició la venta de opio a los chinos, junto con tabaco y maíz para equilibrar el déficit.
En el Reino Unido, había gran demanda de té, seda y porcelana chinas, pero los productos británicos no estaban posicionados en China, por lo que el país tenía un fuerte déficit comercial y los artículos chinos tenían que pagarse con plata. Para compensar el déficit, siguió el ejemplo de España, vendiendo a los chinos el opio que se cultivaba en la India británica. El comercio del opio creció y la plata británica disminuyó en China.
En 1729, el emperador Yongzheng prohibió su comercio, por la gran cantidad de adictos que generaba. La prohibición generó el conflicto, pues mientras el emperador chino veía en la droga un peligro para la población, los británicos veían en el comercio del opio una manera de compensar el comercio con China, pues la droga les generaba ganancias cercanas al 400 por ciento. Las guerras que se entablaron por esta razón y los acuerdos y tratados que les siguieron, llevaron a abrir los puertos chinos al comercio y a colapsar la economía china.
La droga se cultivaba en China desde el siglo XV, se mezclaba con tabaco de acuerdo con una receta inventada por los españoles, los holandeses dominaron el mercado a partir del siglo XVII y el consumo se generalizó tras el contrabando británico en el XVIII. Tras percatarse de los problemas de salud vinculados con el opio, en 1829 el gobierno imperial chino prohibió su consumo; la droga comenzó a circular clandestinamente.
El Emperador Daoguang, alarmado ante el creciente y desenfrenado consumo de Opio en China , encomendó a Lin Hse Tsu su combate. Lin Hu Tsu ordenó la destrucción de cerca de veinte mil cajas de opio y envió un correo a la Reina Victoria pidiendo que respetase las reglas del comercio internacional, no introduciendo más opio a suelo chino. Por toda respuesta, en noviembre de 1839, la reina Victoria envío a la flota británica para atacar a la armada china en Hong Kong, iniciándose la contienda, de la resultaría derrotada China. En la guerra del Opio estarían implicadas otras naciones, como Francia, aliada y socia comercial de Gran Bretaña y Alemania.
Tras perder, China se vio obligada a tolerar el comercio del opio y a firmar tratados unilaterales y humillantes en los que se le forzaba a abrir sus puertos, en el Tratado de Nankín, China cedió Hong Kong a Gran Bretaña y amplió el territorio de concedido a los portugueses.
El sentimiento de vergüenza y humillación provocaría otras rebeliones en China como la Rebelión Taiping en 1850 y que se consideró una segunda guerra del opio, la Rebelión Boxer en 1899, y finalmente el levantamiento armado encabezado por Sun Yan-set y el Kuomintang, que traería como consecuencia el derrocamiento, en 1911, de la Dinastía Qing.
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L´esputnic


Con medio siglo de retraso se publica una novela corta inédita de Salvador Dalí…
L’Esputnic du paubre (sic) (El sputnik del pobre) es un relato surrealista, futurista, ecologista (¿?), escrito en un francés macarrónico, salpicado de faltas de ortografía, vulgarismos catalanes, rescatado por Michel Déon, el gran escritor que puso en un francés de gran estilo varias obras literarias del pintor de genio.
A finales de los años cincuenta del siglo pasado, Dalí entregó a su editor francés el manuscrito original de El sputnik del pobre. Los rusos habían lanzado en 1957 Sputnik 1, el primer satélite artificial de la historia. A partir de tal acontecimiento, el pintor escribió, en mayúsculas, en un cuaderno escolar, una suerte de relato onírico y futurista: ¿qué hacer con las basuras terrestres..? ¿lanzarlas al espacio, en un satélite artificial..?
Ni que decir tiene: a partir de la anécdota, Dalí dejó correr su delirante imaginación, escribiendo en un francés que roza lo incomprensible, con docenas de faltas de ortografía y giros “surrealistas” por página. Encantado con el resultado de su trabajo, entregó a su editor (Fasquelle) sus dos copias originales. Horror de horrores: ¡el editor perdió los originales de Dalí..! Y el relato futurista y ecologista de Dalí se dio por perdido.
LA PLUMA FRANCESA DE DALÍ Más de medio siglo más tarde, Michel Déon, buen novelista desconocido en España, ha rescatado entre sus papeles personales uno de los originales del relato de Dalí. Y su hija, editora en La Table Ronde, publica la obra daliniana, en facsímil. Se trata de una pequeña joya delirante, que tiene una larga historia.
Antes de consagrarse como escritor de la más alta escuela, Déon trabajó mucho para Dalí. Fue Deón quien puso en francés correcto y elegante varias obras de Dalí. Y esa complicidad creó entre ellos profundos lazos de amistad, durante veinte o treinta años. Déon fue la “pluma” francesa de Dalí. El francés de Dalí en media docena de libros es el francés de Michel Déon. Dalí tenía un francés escrito muy pintoresco, gutural, infantil, rozando lo grotesco. Déon dio una nobleza cierta a la obra francesa del genio del Ampurdán.
El Sputnik del pobre quizá no tenga un puesto capital en la historia de las literaturas. Pero es un testimonio último de las tribulaciones literarias de un legado de genio. No es poco.
Le Figaro, 16 octubre 08, Michel Déon :

jueves, octubre 16, 2008

EL ROBO




En todas las reuniones familiares, al final, siempre se acaba hablando de lo mismo.


Me gustaría saber dónde está el cuerpo de mi padre, nunca regreso del frente.


Si hubieran venido de otra forma, sin destrozar las iglesias, sin hacer las tonterías que hacían.


No querían que hubiera dinero, la ilusión recorría los campos. Fue como un experimento, un nuevo monstruo levantaba la cabeza.


Han pasado los años y lo que nos toca vivir es el fin de una época dominada por el vil metal, con que sorpresa nos obsequiaran durante los próximos años. Un respeto por toda aquella gente que dio su vida. Están desenterrando sus huesos, quizá, tal vez el próximo desfile de la fuerzas armadas, en el homenaje a los caídos se incluya una bandera republicana.


En el 36 un toro rompió el tiempo, ojala nos conduzca por buen camino.