viernes, marzo 26, 2010

Que pasaba en el 36,con los anarquistas y la Iglesia

Abusos Sexuales y El Vaticano

jueves, marzo 25, 2010

¿VUELVEN A UTILIZAR LOS ATAUDES?

La esquina de Dunphy. Coches fúnebres
estacionados ahogando su aflicción. Una pausa
al costado del camino. Excelente lugar para un
bodegón. Espera que haremos un alto aquí en el

—Ala cabeza del pelotón en la vuelta de
Dunphy —exclamó el señor Dedalus, asintiendo
con la cabeza—. Copa Gordon Bennett.
—¡Dios sea loado! —dijo Martín
Cunningham piadosamente.
¡Patapum! Patas arriba. Ataúd que
rebota en el camino. Estalla y se abre. Dignam
arrojado y rodando tieso por el polvo, metido en
un hábito pardo demasiado grande para él.

Cara
roja: ahora gris. La boca se abre. Preguntando
qué es lo que pasa. Es lógico cerrarla. Abierta.
queda horrible. Después las entrañas se
descomponen rápidamente. Será mejor obturar
todos los orificios. Sí, también. Con cera.
Esfínter relajado. Sellarlo todo.

JAMES JOYCE       ULISES                  pag.266

Luego se tomó un
vaso de agua de la llave, agua de las montañas de Sonora, y
mientras esperaba que el agua bajara por su garganta dejó de
temblar, un temblor imperceptible que sólo él era capaz de sentir,
y se puso a pensar en los acuíferos de la Sierra Madre que corrían
en medio de una noche interminable hacia la ciudad, y
también pensó en los acuíferos que subían desde sus escondites
más cercanos a Santa Teresa, y en el agua que teñía los dientes
con una suave película ocre. Y cuando se hubo tomado el vaso
de agua miró por la ventana y vio la sombra alargada, sombra de
ataúd, que el libro colgante de Dieste proyectaba sobre el patio.

ROBERTO BOLAÑO    2666     pag.266

—¿Quedan lejos los montes Kunlun de aquí?
¿Por qué le preguntaste acerca de los montes Kunlun? Son las montañas de los antepasados
donde vive la Reina Madre de Occidente. Ésta está representada en los ladrillos pintados
encontrados en las tumbas de los Han bajo la forma de un personaje de cabeza de tigre, con cuerpo
humano y cola de leopardo. Y los pesados ladrillos de los Han son perfectamente reales.
—¡Ah!, si avanzas todo recto, llegarás a los montes Kunlun.
Dijo esto como si señalara los retretes o una sala de cine. Te armaste de valor para seguir
preguntando:
—Pero todo recto, ¿no está muy lejos de aquí?
—Todo recto...
Esperando que prosiguiera, echaste una mirada a sus cuencas rehundidas. Su boca desdentada se
abrió por dos veces, luego se volvió a cerrar. Imposible saber si había dicho algo, o si únicamente se
disponía a hablar.
Hubieras querido emprender la huida pasando por su lado, pero temiendo que se enfureciera
optaste por mirarle fijamente y adoptar un aire de perfecta humildad, como si escucharas sus
enseñanzas. Pero no te enseñó nada. Sin duda no tenía nada que enseñarte. Sentiste que los
músculos de tu rostro estaban demasiado tensos en esa inmovilidad, relajaste las comisuras de los
labios y adoptaste un aire más jovial. Pero no notaste ninguna reacción por su parte. Entonces,
moviste un pie para desplazar tu centro de gravedad y avanzaste insensiblemente. Te acercaste a sus
cuencas rehundidas, sus pupilas permanecían fijas, como si fueran falsas, tal vez no era más que una
momia.
Los cadáveres perfectamente conservados de las tumbas Chu de Jiangling o de Mawangdui
estaban sin duda en la misma posición que él.

XINGJIAN,GAO     LA MONTAÑA DEL ALMA           pag.266

Se queda quieto entre las niñas arrodilladas, esperando a los chulos.
Y, cuando por fin ellos vienen, él saca y se lleva a los labios su inquieta trompeta:
Azraeel, el exterminador.
Cuando el chorro de fuego ha salido de la boca de su trompeta dorada y consumido a los
hombres que se acercaban, envolviéndolos en un capullo de fuego, sin dejar ni los zapatos
chisporroteando en la acera, Gibreel comprende.
Echa a andar, dejando atrás la gratitud de las prostitutas, en dirección al barrio de
Brickhall, con Azraeel otra vez en su amplio bolsillo. Las cosas empiezan a verse claras.
Él es el arcángel Gibreel, el ángel de la Recitación, que posee el poder de la revelación.
Él puede llegar al corazón de los hombres y las mujeres, extraer sus más íntimos deseos y
hacerlos realidad. Él es el que otorga deseos, el que sofoca concupiscencias, el que realiza
sueños. Él es el genio de la lámpara y su amo es el Roc.
¿Qué deseos, qué imperativos hay en el aire de la noche? Él los aspira. Y asiente, sí, sea.
Que haya fuego. Ésta es una ciudad que se ha purificado en las llamas, que ha expiado sus
culpas ardiendo hasta los cimientos.

SALMAN RUSHDIE    LOS VERSOS SATANICOS       pag.266

Un batallón de la 4 de Navarra es sorprendido en un intento de ataque hacia el
sector de Corbera, en dirección a la Venta de Camposines. El fuego combinado de
varias unidades republicanas le provoca casi el exterminio de sus combatientes.
Franco ha sido espectador de la matanza, y toma nota de la experiencia para su
texto ABC de la batalla defensiva: lo sucedido es un «ejemplo típico de la fortaleza de
las posiciones ocultas a los observatorios». Los asaltantes son «una de nuestras más
brillantes unidades», que tenía por misión romper el frente profundamente fortificado
que el enemigo ofrece. «Un detenido reconocimiento fotográfico aéreo había permitido
señalar todas las obras que el enemigo tenía; desde nuestros observatorios vimos la
eficacia de nuestros fuegos de artillería y de mortero, sacar de las posiciones al enemigo
y replegarse sobre la contrapendiente; la aviación propia aumentó los efectos
destructores y los morales; llegó el momento de lanzar el ataque; brillantemente, las
fuerzas se dirigieron a cruzar la gran barrancada que de las posiciones enemigas les
separaba; mas cuando llegaron a media ladera, el fuego certero de unas ametralladoras
disimuladas entre las piedras del barranco, enfilando los pasos de la vereda que a él
conducía, crearon el episodio suficiente para detener nuestra acción sin que nuestras
baterías y nuestros órganos de fuego pudieran localizarlas y destruirlas, por cuanto se
encontraban flanqueándose mutuamente en el fondo de la barrancada, en la zona
desenfilada de las vistas de nuestros observatorios. Este suceso hizo perder los efectos
de aquella intensísima preparación y fracasar la operación ese día.»2

MARTINEZ REVERTE    LA BATALLA DEL EBRO     pag.266

“Sería absurdo suponer que el asesinato (si se trata de un asesinato) pudo ser consumado lo bastante pronto para permitir a los perpetradores arrojar el cuerpo al río antes de media noche; es absurdo, decimos, suponer tal cosa, y a la vez (como estamos resueltos a suponer) que el cuerpo no fue tirado al río hasta después de medianoche...” Frase bastante inconsistente en sí, pero no tan ridícula como la impresa.

EDGAR ALLAN POE     CUENTOS        pag.266

—El tercer día del enfrentamiento entre los ejércitos de Irán y Turan, dispuestos los unos
frente a los otros perfectamente armados y equipados en las faldas del monte Hamaran, los
turaníes enviaron al campo de batalla al hábil Sengil para que averiguara quién era el misterioso
guerrero iraní que en cada uno de los días precedentes había matado a un gran guerrero de Turan
—así comencé el relato—. Cuando Sengil desafió al misterioso guerrero, el otro aceptó: los
ejércitos de ambos bandos los contemplaban conteniendo el aliento con sus armaduras brillando al
sol de mediodía cuando los caballos armados de los dos héroes se lanzaron el uno contra el otro a
tal velocidad que las chispas que brotaron de las armaduras quemaron la piel de los animales. La
lucha duró largo rato. El turaní lanzaba flechas y el iraní manejaba con habilidad su espada y su

montura y por fin el misterioso iraní sujetó por la cola el caballo de Sengil el turaní y lo derribó; lo
alcanzó mientras trataba de huir, lo agarró por detrás de la armadura y le apresó el cuello. Mientras
aceptaba su derrota, el turaní, curioso por saber la identidad del misterioso guerrero, le preguntó
desesperado lo que todos querían saber desde hacía días: «¿Quién eres?». «Para ti, me llamo
Muerte», le contestó el misterioso guerrero. ¿Quién era?
—El legendario Rüstem —contestó Mariposa alegre como un niño.
Le besé en el cuello

ORHAN PAMUK     ME LLAMO ROJO         pag.266