domingo, enero 17, 2010

NIEVE –TERREMOTO Y EL OBISPO MUNILLA

Comenzó a guardar las piezas de ajedrez a regañadientes. «¡Qué maravillosas
son!», pensó mientras las ordenaba cuidadosamente en sus pequeños compartimientos.
Habían sido especialmente encargadas por su padre. Juan, el carpintero, había
recibido instrucciones precisas de tallarías a tiempo para su décimo cumpleaños,
en el año 905 AH,* (AH: anno hegirae o año de hégira, era de los musulmanes que se
cuenta a partir de
la huida de Mahoma de La Meca a Medina y está compuesta de años lunares de 354
días.
1500 según el calendario cristiano.)
La familia de Juan había estado al servicio del Banu Hudayl durante siglos.
En el año 932 de la era cristiana, el jefe del clan Hudayl, Hamza bin Hudayl, había
huido de Dimashk para llevar a su familia y a sus seguidores a los territorios occidentales
del Islam. Se había establecido en las laderas de las colinas, a treinta kilómetros
de Gharnata. Allí había construido la aldea que luego se conocería como
al-Hudayl, emplazada sobre tierras altas y visible desde una gran distancia. En
primavera, los arroyos de montaña que la rodeaban se convertían en torrentes de
nieve derretida. Los hijos de Hamza cultivaban la tierra y cuidaban sus huertos
en las afueras de la aldea. Cincuenta años después de la muerte de Hamza, sus
descendientes construyeron un palacio rodeado de tierras cultivadas, viñedos y huertos
de almendros,
naranjales, granados y moreras que parecían niños acurrucados en torno a su madre

TARIQ ALI--- A LASOMBRA DE UN GRANADO       pag.5

Nuestras mujeres creen que hay una noche al año en la que se puede ver descender del cielo una fuerte luz que cae sobre el túmulo. Esto sucede en otoño, entre la Navidad y la Asunción de la Virgen. Pero los niños que, crean o no en esta leyenda, permanecen velando cerca de las ventanas que dan a la tumba de Radislav, no han logrado nunca ver el fuego del cielo, pues antes de la medianoche el sueño ha hecho presa en ellos. En compensación, hay viajeros que sin pensar siquiera en la leyenda, han visto, al regresar por la noche a la ciudad, una luz blanca sobre el túmulo, tras el puente

IVO ANDRIC--  UN PUENTE SOBRE EL DRINA    pag.5

El cristianismo -ya desde los tiempos de Jesús- enseña
a odiar todo cuanto no esté al servicio de Dios

El Evangelio fue originariamente un mensaje apocalíptico, escatoló-
gico, una predicación del inminente fin del mundo. La fe de Jesús y de
sus discípulos era, a este respecto, firme como una roca, por lo que cual-
quier cuestión pedagógica carecía de toda relevancia para ellos. No mos-
traban el más mínimo interés por la educación o la cultura. La ciencia y

la filosofía, así como el arte, no les preocupaban en absoluto. Hubo que
esperar nada menos que tres siglos para contar con un arte cristiano. Las
disposiciones eclesiásticas, incluso las promulgadas en épocas posterio-
res, miden con el mismo rasero a los artistas, a los comediantes, a los
dueños de burdeles y a otros tipos de esa misma laya. Pronto se dará el
caso de que el «lenguaje de pescadores» (sobre todo, según parece, el de
las biblias latinas) provoque la mofa a lo largo de todos los siglos, si bien
los cristianos lo defiendan ostensiblemente -eso pese a que también y ca-
balmente Jerónimo y Agustín confiesen en más de una ocasión cuánto
horror les causa el extraño, desmañado y a menudo falso estilo de la Bi-
blia-. ¡A Agustín le sonaba incluso como un cuento de viejas! (En el si-
glo iv algunos textos bíblicos fueron vertidos a hexámetros virgilianos,
sin que ello los hiciera más sufribles.) «Homines sine litteris et idiotae»,
así califican los sacerdotes judíos a los apóstoles de Jesús en la versión
latina de la Biblia.17

Como no sobrevino el Reino de Dios sobre la Tierra, la Iglesia lo sus-
tituyó por el Reino de los Cielos hacia el que los creyentes tuvieron que
orientar su vida entera, entiéndase: según los planes de la Iglesia; entién-
dase, exclusivamente en provecho de la Iglesia; entiéndase, exclusiva-
mente en interés del alto clero. Pues cuando quiera y dondequiera que este
clero hable de Iglesia, de Cristo, de Dios y de la eternidad, lo hace única
y exclusivamente en su provecho. Pretextando abogar por la salud del
alma del creyente, piensa solamente en su propia salud. Y aunque podría
ser que en sus primeros comienzos no identificase siempre ambas cosas,
en todo caso sabía que todo ello le resultaba provechoso

DESCHNER      HISTORIA CRIMINAL DEL CRISTIANISMO     pag.5

—Todos los policías son comunistas —gritó el viejo.

—¿Pero no le dije a usted que se callara? —dijo el policía, furioso.

—Todas las noches me pongo de rodillas y doy gracias a Dios de que estemos protegidos —explicó la señora Reilly a la multitud—. Sin Ja policía, todos estaríamos muertos a estas horas. Estaríamos tumbados en la cama con el cuello cortado de oreja a oreja.

—Eso es una gran verdad, sí, señor —confirmó una mujer entre la multitud.

—Deberíamos rezar un rosario por las fuerzas del orden.

La señora Reilly dirigía ahora sus comentarios a la multitud. Ignatius le acarició torpemente el hombro, susurrando frases de aliento.

—¿Pero rezaríamos un rosario por un comunista? —añadió la señora Reilly.

—No —contestaron fervorosamente vanas voces. Alguien dio un empujón al viejo.

—Es cierto, señora —grito el viejo—. Ll intentaba detener a su hijo. igual que en Rusia. Son todos comunistas.

—Vamos —dijo el policía al viejo. Y le agarró rudamente por la espalda del abrigo.

—¡Oh, Dios mío! —dijo Ignatius, observando al pálido y pequeño policía que intentaba sujetar al viejo—. Tengo los nervios hechos migas.

—¡Socorro! —gritó el viejo, apelando a la multitud—. Esto es un abuso. ¡Es una violación de la Constitución!

JOHN KENNEDY TOOLE  LA CONJURA DE LOS NECIOS    pag.5

—Que nadie se llame a engaño: aunque ostento la cartera de Agricultura, me ocupo de asuntos que competen a Interior. De la agricultura se encarga el ministro de Marina. Un truquillo que hemos urdido para eludir responsabilidades. Lo digo porque sé que puedo contar con tu discreción —volvió a señalarme con un dedo en cuya punta había quedado prendida una pelotilla—, de la que el comisario Flores me ha dado, no sin cierto retintín, óptimas referencias. Prescindiré, pues, de todo preámbulo. Por lo demás, todo el mundo sabe la situación por la que atraviesa el país, y soy optimista al emplear la palabra atraviesa, porque nada hace prever que vayamos a salir por el otro lado. El marxismo nos acecha, el capitalismo nos zahiere y somos blanco de terroristas, espías, agentes provocadores, especuladores rapaces, bucaneros, fanáticos, separatistas y algún judío de los que nunca faltan. Impera la violencia, cunde el pánico, la moral ciudadana se va al garete, el Estado surca galernas y las instituciones se asientan sobre arenas movedizas. No me tomen por derrotista: aún percibo a lo lejos destellos de esperanza. —Se hurgó el seno y extrajo un escapulario de franela que besó con ejemplar unción—. Ella no nos abandonará en este trance. ¿Qué les parece si hacemos una pausa para tomar unas copas?

EDUARDO MENDOZA    EL LABERINTO DE LAS ACEITUNAS     pag.5

Todas las rosas son blancas,
tan blancas como mi pena,
y no son las rosas blancas.
que ha nevado sobre ellas.
Antes tuvieron el iris.
También sobre el alma nieva.
La nieve del alma tiene
copos de besos y escenas
que se hundieron en la sombra
o en la luz del que las piensa.

GARCIA LORCA    LIBRO DE POEMAS     PAG.5

Para esa época, Melquíades había envejecido con una rapidez asombrosa. En sus primeros viajes parecía tener la misma edad de José Arcadio Buendia. Pero mientras éste conservaba su fuerza descomunal, que le permitía derribar un caballo agarrándolo por las orejas, el gitano parecía estragado por una dolencia tenaz. Era, en realidad, el resultado de múltiples y raras enfermedades contraídas en sus incontables viajes alrededor del mundo. Según él mismo le contó a José Arcadio Buendia mientras lo ayudaba a montar el laboratorio, la muerte lo seguía a todas partes, husmeándole los pantalones, pero sin decidirse a darle el zarpazo final. Era un fugitivo de cuantas plagas y catástrofes habían flagelado al género humano. Sobrevivió a la pelagra en Persia, al escorbuto en el archipiélago de Malasia, a la lepra en Alejandría, al beriberi en el Japón, a la peste bubónica en Madagascar, al terremoto de Sicilia y a un naufragio multitudinario en el estrecho de Magallanes. Aquel ser prodigioso que decía poseer las claves de Nostradamus, era un hombre lúgubre, envuelto en un aura triste, con una mirada asiática que parecía conocer el otro lado de las cosas. Usaba un sombrero grande y negro, como las alas extendidas de un cuervo, y un chaleco de terciopelo patinado por el verdín de los siglos

GABRIEL GARCIA MARQUEZ     CIEN AÑOS DE SOLEDAD     pag.5

Rusia posee el gran complejo de inferioridad de un país pequeño, resultado en parte de la
centralización de la vida nacional. De aquí la bobería de signo positivo y «vital» de los periódicos
oficiales y de la radio incluso cuando tienen que dar la noticia de un terremoto: nunca se informa
acerca de las víctimas, sino que únicamente se entonan alabanzas a las demás ciudades y repúblicas,
que han dispensado sus fraternales cuidados proporcionando tiendas y sacos de dormir a la zona
afectada. O bien, en el caso de una epidemia de cólera, es muy posible que uno sólo se entere de
ella a través de los últimos éxitos de nuestra maravillosa medicina, confirmados con la invención de
una nueva vacuna.

JOSEPH BRODSKY      MENOS QUE UNO        pag.5