sábado, abril 27, 2013

SI ME DAN A ELEGIR.

 

  

MIGUEL DELIBES   LAS RATAS

Va a llover! ¡El Nini lo dijo! ¡Va a llover!

Y los hombres interrumpían sus tareas y sonreían íntimamente y las mujeres se asomaban a los ventanu­cos y murmuraban: «Que su boca sea un ángel», y los niños y los perros, contagiados, corrían alborozada­mente tras el Pruden y aquellos gritaban a voz en cue­llo: «¡Va a llover! ¡Mañana lloverá! ¡El Nini lo dijo!».

En la taberna corrió el vino aquella noche. Los hombres exultaban y hasta Mamés, el Mudo, se obs­tinaba en comunicar su euforia haciendo constantes aspavientos con sus dedos sobre la boca. Mas la im­paciencia no les permitía a los hombres del pueblo traducir su lenguaje y Mamés gesticulaba cada vez más vivamente hasta que el Antolianole dijo: «Mudo, no vocees así, que no soy sordo». Y todos, hasta el Mamés, rompieron a reír y, a poco, el Virgilín comen­zó a cantar «La hija de Juan Simón» y todos callaron, porque el Virgilín ponía todo su sentimiento, y sólo el Pruden le dio con el codo al José Luis y musitó: «Eh, tú, hoy está cantando como los ángeles».

Al día siguiente, la Resurrección de la Santa Cruz, un nubarrón cárdeno y sombrío se asentó sobre la Cotarra Donalcio y fue desplazándose paulatinamen­te hacia el sudeste.

Y el Nini, apenas se levantó, lo escudriñó atenta­mente. Al fin se volvió hacia el Ratero y le dijo: - Ya está ahí el agua.

Y con el agua se desató el viento y, por la noche, ululaba lúgubremente batiendo los tesos. El brami­do del huracán desazonaba al niño. Se le antojaba que los muertos del pequeño camposanto, conduci­dos por la abuela Iluminada y el abuelo Román, y las liebres y los zorros y los tejos y los pájaros abatidos por Matías Celemín, el Furtivo, confluían en mana­da sobre el pueblo para exigir cuentas. Pero esta vez el viento se limitó a desparramar la gran nube sobre la cuenca y amainó. Era una nube densa, plomiza, como barriga de topo, que durante tres días con tres noches descargó sobre el término. Y los hombres, sen­tados a las puertas de las casas, se dejaban mojar mientras se frotaban jubilosos sus manos encallecidas y decían mirando al cielo entrecerrando los ojos:

-Ya están aquí las aguarradillas. Este año fueron puntuales.

                                                              

         

Mo Yan
RANA

Dos filas de dientes blancos brillaban constantemente.
»La película que vieron esa noche fue Así se templó el acero, una
adaptación de la novela de Ostrovski de mismo título. Tu padre dijo
que al principio trató de observar los movimientos de Wang Xiaoti
y de mi tía, pero, poco a poco, se fue sumergiendo en la historia
de amor y revolucionaria de la pantalla. En aquella época, muchos
alumnos chinos se comunicaban con alumnos soviéticos a través del
correo postal. La alumna que escribía frecuentemente a tu padre se
llamaba Dounia, así que era comprensible que se quedara absorto
en la pantalla. Pero en cualquier caso consiguió verle la cara a Wang
Xiaoti. Mientras cambiaban la cinta, ya que en aquella época no había
más que un proyector en el cine, le invadió un fuerte aroma a
caramelo de frutas, procedente de Wang Xiaoti. Por supuesto, también
oyó los chasquidos de la gente que comía pipas y cacahuetes. En
aquella época, estaba permitido comer en el cine y daba igual si lo
que comías tenía o no envoltorio. El suelo estaba cubierto de las cáscaras
de pipas y de cacahuetes, y de los envoltorios de los caramelos
.

 

  Captura

viernes, abril 26, 2013

EL LUNAR DE TOTH.

 

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                          LUNAR

 

Magia Gitana Los Lunares su significad​o

http://foro.univision.com/t5/Santeria/Magia-Gitana-Los-Lunares-su-significado/td-p/227163243

Sura 17. Al-Isra’ (El Viaje Nocturno)

(13) Y a cada ser humano le hemos atado al cuello su destino;17 y en el Día de la Resurrección
le sacaremos un registro que encontrará abierto; (14) [y se le dirá:] “¡Lee este registro tuyo! ¡Hoy te
bastas tú mismo para ajustarte cuentas!”18
(15) Quien elija seguir el camino recto, lo sigue sólo en beneficio propio; y quien elija extraviarse,
se extravía sólo en detrimento propio; y nadie habrá de soportar la carga de otro.19

17 La palabra ta’ir significa literalmente un “pájaro” o, mejor dicho, un “ave voladora”. Los árabes del
período pre-islámico eran dados a intentar determinar un buen o mal augurio y, en general, a predecir el
futuro en base a los diversos aspectos del vuelo de los pájaros y así el término ta’ir acabó usándose, figuradamente,
en sentido de “fortuna”, tanto buena como mala, o “destino”. (Véase, acerca de esto, sura 3,
nota 37, y sura 7, nota 95.) Debe, sin embargo, tenerse presente que el concepto coránico de “destino” se
relaciona menos con las circunstancias externas y los acontecimientos de la vida del hombre que con la
dirección que su vida toma en función de sus decisiones morales: en otras palabras, está relacionado con
su destino espiritual, el cual depende, a su vez-- como a menudo señala el Qur’án-- de las inclinaciones,
actitudes y acciones conscientes de dicha persona (incluida su abstención de acciones moralmente reprobables
o, por el contrario, la omisión deliberada de buenas acciones). Por ello, el destino espiritual del
hombre depende de él mismo y está inseparablemente ligado al desarrollo general de su personalidad; y
puesto que es Dios quien ha hecho al hombre responsable de su conducta en la tierra, dice de Sí: “a cada
ser humano le hemos atado al cuello su destino”.

 

MO YAN   RANA

Captura

2

 

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DOLOR

 

     

JESUS,3000 AÑOS ANTES DE CRISTO     CLAUDE-BRIGITE-CARCENAC-PUJOL

Hu está en tu boca

Sia está en tu corazón

Tu lengua es el joyero de Maat,

Sobre tus labios,un dios está sentado.

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jueves, abril 25, 2013

LAS COSTUMBRES SEXUALES DE LOS INSECTOS Y LA DEPRESION POSTPARTO.

 

 

                                          

 

 

    

EL ULTIMO ENCUENTRO

Sandor Marai

El fuego ya ardía en medio del patio y se elevaba un humo maloliente, el humo penetrante de la hoguera, alimentada con excrementos de camello. Todos nos sentamos alrededor del fuego sin decir palabra. Krisztina era la única mujer entre nosotros. A continuación, trajeron un cordero, un cordero blanco; el anfitrión sacó su cuchillo y lo mató con un movimiento imposible de olvidar... Ese movimiento no se puede aprender; ese movimiento oriental todavía conserva algo del sentido simbólico y religioso del acto de matar, del tiempo en que ese acto significaba una unión con algo esencial, con la víctima. Con ese movimiento levantó su cuchillo Abraham contra Isaac en el momento del sacrificio; con ese movimiento se sacrificaba a los animales en los altares de los templos antiguos, delante de la imagen de los ídolos y deidades; con ese movimiento se cortó también la cabeza a san Juan Bautista... Es un movimiento ancestral. Todos los hombres de Oriente lo llevan en la mano. Quizás el hombre haya nacido con ese movimiento al separarse de aquel ser intermedio que fue, de aquel ser entre animal y hombre... según algunos antropólogos, el hombre nació con la capacidad de doblar el pulgar y así pudo empuñar un arma o una herramienta. Bueno, quizás empezara por el alma, y no por el dedo pulgar, yo no lo puedo saber... El hecho es que aquel árabe mató el cordero, y de anciano de capa blanca e inmaculada se convirtió en sacerdote oriental que hace un sacrificio. Sus ojos brillaron, rejuveneció de repente, y se hizo un silencio mortal a su alrededor. Estábamos sentados en torno del fuego, mirando aquel movimiento de matar, el brillo del cuchillo, el cuerpo agonizante del cordero, la sangre que manaba a chorros, y todos teníamos el mismo resplandor en los ojos. Entonces comprendí que aquellos hombres viven todavía cercanos al acto de matar: la sangre es una cosa conocida para ellos, el brillo del cuchillo es un fenómeno tan natural como la sonrisa de una mujer o la lluvia. Aquella noche comprendimos (creo que Krisztina también lo comprendió, porque estaba muy callada en aquellos momentos, se había puesto colorada y luego pálida, respiraba con dificultad y volvió la cabeza hacia un lado, como si estuviera contemplando sin querer una escena apasionada y sensual), comprendimos que en Oriente todavía se conoce el sentido sagrado y simbólico de matar, y también su significado oculto y sensual. Porque todos sonreían, todos aquellos hombres con rostro de piel oscura, de rasgos nobles, todos entreabrían los labios y miraban con una expresión de éxtasis y arrobamiento, como si matar fuera algo cálido, algo bueno, algo parecido a besar. Es extraño, pero, en húngaro, estas dos palabras, matanza y beso, ölés y ölelés, son parecidas y tienen la misma raíz.

 

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MO YAN   RANA

beso

REY JESUS   ROBERT  GRAVES

El Rey Adán

Estaban ahora en una cámara construida, en forma de colmena, de grandes losas de
caliza sin tallar, con pinturas en rojo y ocre de espirales, dobles espirales, cruces
gamadas, gamadas invertidas y relámpagos bifurcados. En el centro había un pilar de
forma fálica y a su lado un par de esqueletos agazapados, uno sin cráneo, y entre ambos
la cornamenta dorada de un antílope. De los tres nichos de la cámara, en el de la derecha
no había nada; en el de la izquierda había dos vasijas rayadas de sacrificio, un trípode de
marfil, y la máscara de un hombre pálido y barbado de mejillas hundidas; en el del
centro se veía un arcón pequeño, con anillos para ser transportado con dos varas,
chapado en oro y rematado por querubines dorados. Al frente se abría un túnel largo y
estrecho que se alejaba hacia la oscuridad. Había dos estrechas tabletas de piedra apoyadas contra la pared, cerca de la entrada; una de sardo rojo edomita y otra de
mármol dorado númida, que tenían grabadas a ambos lados numerosas imágenes
pequeñas.
Sangre negra cubría el fondo de las vasijas rayadas. Jesús dijo a Maria la Peluquera en tono de
acusación:
-Es sangre de toro.
Ella le preguntó burlonamente:
-¿No has leído que Moisés elevó un circulo de doce pilares, y un décimo tercero en el
centro, a manera de altar, y que sacrificó toros, y que recogió la sangre en estas mismas
vasijas?

He leído lo que he leído. Pero esta sangre no es aquélla. Tú vienes aquí a lamer la
sangre de toro de las vasijas y a profetizar por la boca de esa máscara de muerte en que
está enclavada la quijada de Adán.
-Hago lo que hago obedeciendo a mi señora


Amerika, 1927)

Franz Kafka

Ciertamente había también algunos que deseaban dormir a toda costa –Karl generalmente estaba entre ellos–, y éstos, en vez de apoyar la cabeza sobre la almohada, la cubrían o la envolvían con la misma; pero cómo podía conservarse el sueño si el vecino más próximo se levantaba, a altas horas de la noche, para dirigirse a la ciudad en busca del placer; si se lavaba ruidosamente, rociándolo todo con agua, en el lavabo que estaba instalado a la cabecera de la propia cama; si no sólo se calzaba las botas con estrépito, sino que además intentaba asentárselas mejor golpeando el suelo con el tacón –casi todos, a pesar de la horma americana de su calzado, gastaban zapatos demasiado estrechos–, si hasta terminaba por alzar finalmente, en busca de algún detalle de su atavío, la almohada del durmiente, debajo de la cual éste, claro es que ya despierto, sólo aguardaba el momento de lanzarse sobre el importuno. Ahora bien, todos ellos eran deportistas, muchachos jóvenes y en su mayor parte fuertes, que no perdían oportunidad alguna que pudiesen aprovechar para sus ejercicios deportivos. Y si durante la noche se incorporaba uno de un salto, despertado de su profundo sueño por un tremendo estrépito, podía estar seguro de encontrar en el suelo, junto a su cama, a dos luchadores; y de pie sobre todas las camas a la redonda, bajo una luz penetrante, a los peritos, en camisa y calzoncillos.

Cierta vez, a raíz de una demostración nocturna de boxeo de este tipo, uno de los púgiles fue a caer sobre Karl; éste estaba durmiendo y lo primero que vio al abrir los ojos fue la sangre que al muchacho le salía de la nariz y que se derramaba sobre toda la ropa de la cama antes de que nada pudiera hacerse para evitarlo.

A menudo se pasaba Karl las doce horas, casi íntegramente, intentando lograr unas horas de sueño, aunque por otra parte también implicaba para él un atractivo grande el poder participar de las diversiones de los demás; pero continuamente se le figuraba que los otros todos ellos, le llevaban ventaja en la vida, una ventaja que él debía compensar mediante una aplicación mayor en el trabajo, y también con pequeñas renuncias.

 

Ash-Shams (El Sol)

(1) ¡CONSIDERA el sol y su radiante esplendor, (2) y la luna cuando refleja su luz!1
(3) ¡Considera el día cuando descubre el mundo,2 (4) y la noche cuando lo cubre de oscuridad!
(5) ¡Considera el cielo y su maravillosa creación,3 (6) y la tierra y su vasta extensión!
(7) ¡Considera al ser del hombre,4 y cómo está formado con arreglo a su función,5 (8) y
cómo está imbuido de flaquezas morales y también de conciencia de Dios!6(9) Dichoso será, en verdad, quien purifique este [ser], (10) y realmente perdido estará
quien lo cubra [de oscuridad].

Lit., “cuando le sigue (talaha)”, e.d., al sol. Según el gran filólogo Al-Farra’, que vivió en el siglo II de la
hégira, “el significado es que la luna deriva su luz del sol” (citado por Rasi).

martes, abril 23, 2013

INVESTIGAZIONES

 

Vladimir Nabokov    Lolita

¿Quieres decir que nunca... ?
Sus rasgos se torcieron en una mueca de enfadada incredulidad.
—Nunca has... –empezó nuevamente–. Déjame, ¿quieres? –dijo con un
gemido vibrante, apartando vivamente su hombro dorado de mis labios.
(Era muy curiosa esa tendencia suya –que después persistió largo tiempo–
a considerar cualquier caricia, salvo los besos en la boca, como una «bobería
romántica» o «anormal».)—¿Quieres decir –insistió, ahora de rodillas sobre mí– que nunca lo hiciste
cuando eras niño?
—Nunca –respondí verazmente.
—Bueno –dijo Lolita–, pues aquí empezamos.
Pero no he de abrumar a mis lectores con el informe detallado de la
presunción de Lolita. Básteme decir que no percibí huella de modestia en esa
hermosa y recién formada, profundamente, definitivamente depravada por la
coeducación moderna, las costumbres juveniles, los juegos en torno al fuego del
campamento y todo el resto. Consideraba el acto en sí apenas como parte de un
mundo furtivo de jovenzuelos, desconocido para los adultos. Lo que los adultos
hacían con miras a la procreación no era cosa suya. Sólo el orgullo impidió a
Lolita batirse en retirada; pues en mi extraña actitud fingí estupidez suprema y
la dejé conducirse a su antojo... al menos mientras me fue posible. Pero en
verdad éstas son cuestiones que no vienen al caso; no me interesa el llamado
«sexo». Cualquiera puede imaginar esos elementos de animalidad. Una tarea
más importante me reclama: fijar de una vez por todas la peligrosa magia de las
nínfulas.

                                   

 

VLADIMIR NABOKOV

La defensa

Las urnas que se levantaban sobre pedestales de piedra en las cuatro esquinas de la terraza se amenazaban unas a otras en diagonal. Las golondrinas volaban hacia las alturas; su vuelo recordaba el movimiento de unas tijeras cortando a toda velocidad algún dibujo. Sin saber qué hacer con su tiempo, Luzhin vagabundeó por un sendero al lado del río; de la orilla opuesta le llegaron gritos jubilosos y una visión de cuerpos desnudos. Se ocultó tras el tronco de un árbol y con el corazón desbocado contempló aquellos destellos de blancura. Un pájaro hizo crujir las ramas; Luzhin, asustado, se alejó rápidamente del río y volvió a la casa. Almorzó con el ama de llaves, una anciana taciturna de rostro amarillento que desprendía siempre un suave olor a café. Después, reclinado en el gran sofá del salón, escuchó adormilado toda clase de ruidos ligeros, desde el grito de una oropéndola en el jardín hasta el zumbido de una abeja que había entrado por la ventana o el tintineo de los platos en una bandeja procedente del dormitorio de su madre, y esos nítidos sonidos fueron extrañamente transformados en su duermevela hasta asumir la forma de brillantes y enmarañados trazos sobre un fondo oscuro; al tratar de desenmarañarlos se quedó dormido. Le despertaron los pasos de una sirvienta enviada por su madre... El dormitorio de ésta era oscuro y poco atractivo.

Su madre le atrajo hacia sí, pero él se puso tenso y se apartó con tanta fuerza que se vio obligada a soltarlo.

—Ven, cuéntame algo —le dijo con suavidad. El por toda respuesta se encogió de hombros y comenzó a rascarse la rodilla con un dedo—. ¿No me quieres decir nada? —le preguntó con voz aún más suave. Luzhin miró hacia la mesita de noche, se metió una boule-de-gomme en la boca y comenzó a chuparla... tomó luego una segunda, una tercera y otra y otra más, hasta que tuvo la boca llena de dulces bolitas que chocaban entre sí.

jaca 

TIEMPO DE CENIZAS JORGE MOLIST

Joan subió a la habitación,donde un medico vecino le atendió al rato.Dijo que la herida de la espalda era superficial,se aseguró de que estuviera bien desinfectada y comprobó que el golpe recibido en el hombro izquierdo no había roto ningún hueso.Joan había sido muy afortunado y podría hacer vida normal.

domingo, abril 21, 2013

HIERRO

 

 

 

TEXTO DE LAS PIRAMIDES

 

piramides 1

              

piramides 2