miércoles, junio 10, 2015

BAMBÚ.



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El bambú es una planta muy peculiar. Durante sus siete primeros años (si, siete años) crece hacia abajo, expandiendo sus raíces hasta lo más profundo.
¿Para qué?. Se está preparando para después ser capaz de alcanzar el mayor de los desarrollos.
En un periodo de 6 semanas puede alcanzar una altura superior a los 30 metros.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después.
Ser el Número Uno no es fácil, hay que prepararse mucho para ello, y el bambú lo consigue gracias a siete años de profundizar sus raíces.

La floración en muchas de estas especies también es inusual, ya que ocurre en ciclos muy variables, incluso se reporta una especie que lo hace cada 120 años. Aun cuando los tallos individuales viven por sólo una o unas pocas décadas, alguna forma de "reloj genético" que hace que muchas veces los tallos florezcan todos al mismo tiempo.
¿Por qué el bambú crece rápidamente?
¿Por qué el bambú crece rápidamente?

                                             




Kaguya (かぐや o también 輝夜, Luz Brillante) o Kaguya Hime (輝夜姫, Princesa Luz Brillante) es el nombre de una princesa del folclore japonés que provenía de la luna y nació dentro de un tronco de bambú para satisfacer la necesidad filial de una pareja de ancianos que ya no podían tener hijos.

Historia

Una antigua leyenda japonesa explica que había una vez un anciano que vivía con su esposa. Un día fue a una plantación de bambú para recolectar brotes, y se encontró allí con un árbol de bambú que tenía luz en su interior. Se preguntó por qué y sintió una gran curiosidad acerca de lo que habría dentro.
Cuidadosamente cortó el bambú y se quedó asombrado al encontrar a un precioso bebé en el interior. Decidió recogerla y llevarla a su casa. Consultó con su mujer que hacer con el bebé, y llegaron a la conclusión de que era un regalo de los dioses. Decidieron llamar a la niña Kaguya-Hime (Princesa de la Luz Brillante). A partir de aquel día, cada vez que el anciano cortaba bambú, encontraba oro dentro de él, no tardó en hacerse rico y construir una gran casa.
Varios años después, el bebé creció y se convirtió en una hermosa joven. Todo el mundo la conocía porque era elegante y bella. Cinco príncipes llegaron a su casa para pedir su mano en matrimonio. Ella era reacia a casarse, así que les propuso varias tareas imposibles para llevar a cabo antes de conseguir casarse con ella.
El primero quedó encargado de traer el cáliz sagrado de Buda que se encontraba en la India. Al segundo príncipe se le encargó encontrar una legendaria rama hecha de plata y oro. El tercero tenía que intentar conseguir la legendaria túnica hecha con el pelo de la rata de fuego, que se dice que está en China. Al cuarto, una joya de colores que brillaba al cuello de un dragón. Al último príncipe, le encargó una concha preciosa que nace de las golondrinas



La leyenda del bambú

En las colinas del distrito de Kucheng, los árboles más valiosos son generalmente marcados con el nombre del propietario. Una manera común de transportar agua de las fuentes en la montaña para las villas es a través de ductos hechos de tubos de bambú, ensamblados unos con otros.
Un bellísimo árbol se hallaba entre decenas de otros en una hermosa colina; su tronco era oscuro y brillante, sus ramas se balanceaban con la brisa de la tarde.
Mientras lo admirábamos, oímos un leve rozar de hojas y un suave murmullo: “Ustedes me hallan hermoso, admiran mi tronco altivo y mis ramas graciosas, pero de nada me puedo jactar, pues todo lo debo al cuidado de mi amo. Fue él quien me plantó aquí en esta fértil colina, donde mis raíces bajaron hasta las fuentes ocultas y beben continuamente de su agua de vida, recibiendo alimento, refrigerio, belleza y fuerza para todo mi ser.”“Amo –replicó el árbol– soy todo tuyo. ¿Pero de qué utilidad te puede ser alguien como yo?”. “Necesito de ti –le dijo el amo– para llevar mis aguas de vida a los lugares secos”. “Pero Señor, ¿cómo puedo hacer eso? Puedo ir hasta tus fuentes de agua y beber de ellas para nutrirme yo mismo. Puedo extender los brazos hacia el cielo y recibir tus lluvias refrescantes, creciendo fuerte y bello, y regocijarme porque tanto la fuerza como la belleza vienen de ti, y proclamar a todos que eres un buen amo. Pero, ¿cómo puedo dar agua a otros? Solamente bebo lo suficiente para sustentarme. ¿Cómo tendría para dar a otros?”.



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El MITO HOPI DE LA CREACIÓN

Los hopi que sobreviven habitan en Arizona, Estados Unidos. Sus profecías le han tributado celebridad; en ellas se inspira el famoso film de Godfrey Reggio, Koyaanisqatsi. Aún a comienzos del siglo XX, mantenían celosamente la pureza de sus ritos ancestrales. Uno de los momentos más radiantes de su mitología es su mito de la creación que a continuación presentamos en este espacio poblado de mitos de Temakel.
     Al comienzo del tiempo, una chispa de conciencia se encendió en el espacio infinito. Esta chispa era el espíritu del sol, llamado Tawa. Y Tawa creó el primer mundo: una enorme caverna poblada únicamente por insectos. Tawa observó durante unos instantes cómo se movían y sacudiendo la cabeza pensó que aquella población hormigueante era más bien estúpida. Entonces les envió a la Abuela Araña que dijo a los insectos:
    -Tawa, el espíritu del sol que os ha creado, está descontento de vosotros porque no comprendéis en absoluto el sentido de la vida. Así que me ha ordenado que os conduzca al segundo mundo, que está por encima del techo de vuestra caverna. 
    Los insectos se pusieron a trepar hacia el segundo mundo. La ascensión era larga, tan larga y tan penosa que, antes de llegar al segundo mundo, muchos de ellos se habían transformado en animales poderosos. Tawa los contempló y dijo:
     -Estos nuevos vivientes son tan estúpidos como los del primer mundo. Tampoco parecen capaces de comprender el sentido de la vida. 
    Entonces pidió a la Abuela Araña que los condujera al tercer mundo. En el transcurso de este nuevo viaje algunos animales se transformaron en hombres. La Abuela Araña enseñó a los hombre la alfarería y el arte del tejido. Los instruyó convenientemente y en la cabeza de hombres y mujeres comenzó a despuntar un deste llo, una vaga idea del sentido de la vida. Pero los brujos malvados, que sólo se sentían a gusto en las tinieblas, extinguieron aquel destello de luz y cegaron a los humanos. Los niños lloraban, los hombres peleaban y se lastimaban: habían olvidado el sentido de la vida. Entonces la Abuela Araña volvió a ellos y les dijo:
    -Tawa, el espíritu del sol, está muy descontento de vosotros. Habéis desperdiciado la luz que había brotado en vuestras cabezas. Por consiguiente, deberéis ascender al cuarto mundo. Pero esta vez, tendréis que encontrar por vosotros mismos el camino. 
    Los hombres, perplejos, se preguntaban cómo podrían subir al cuarto mundo. Durante largo tiempo permanecieron en silencio. Al fin, un anciano tomó la palabra: 
    -Creo haber oído ruido de pasos en el cielo. 
    -Es cierto -asintieron los demás-. También nosotros hemos oído el caminar de alguien allá arriba.
     Así pues, enviaron al «pájaro gato» a explorar el cuarto mundo que parecía habitado. EI pájaro gato se coló por un agujero del cielo y pasó al cuarto mundo, donde descubrió un país semejante al desierto de Arizona. Sobrevoló el país y divisó a lo lejos una cabaña de piedra. Al aproximarse, vio delante de la cabaña a un hombre que parecía dormir, sentado contra la pared. El pájaro gato se posó junto a él y el hombre despertó. Su rostro era extraño, pavoroso; completamente rojo, cubierto de cicatrices, quemaduras y costras de sangre, con unos trazos negros pintados sobre los pómulos y sobre la nariz. Sus ojos estaban tan hundidos en las órbitas que eran casi invisibles, a pesar de lo cual el pájaro gato vio brillar en ellos un resplandor aterrador. Reconoció a aquel personaje: era la Muerte. La Muerte miró detenidamente al pájaro gato y le dijo gesticulando: 
    -¿No tienes miedo de mí? 
    -No-respondió el pájaro-. Vengo de parte de los hombres que habitan el mundo que está debajo de éste. Quieren compartir contigo este país. ¿Es eso posible? 
    La Muerte reflexionó unos momentos. 
    -Si los hombres quieren venir -dijo finalmente con aire sombrío-, que vengan. 
    El pájaro gato volvió a bajar al tercer mundo y contó a los hombres lo que había visto. 
    -La Muerte acepta compartir con vosotros su país-les comunicó. 
    -¡Gracias le sean dadas! -respondieron los hombres-. ¿Pero cómo podremos subir hasta allá arriba? Pidieron consejo a la Abuela Araña y ésta les dijo: 
    -Plantad un bambú en el centro de vuestro poblado y cantad para ayudarle a crecer.
     Así hicieron los hombres y el bambú creció. Cada vez que los cantores tomaban aliento entre dos estrofas, se formaba un nudo en el tallo del bambú. Cantaban sin cesar y la abuela araña danzaba y danzaba para ayudar a que el bambú creciera bien derecho. Del alba hasta el crepúsculo cantaron sin tregua hasta que, por fin, la Abuela Araña exclamó: 
    -¡Mirad! ¡La punta del bambú ha pasado por el agujero del cielo! 
    Entonces los hombres empezaron a trepar por el bambú, alegres como niños. Nada llevaban consigo, estaban desnudos, tan desprovistos como el primer día de su vida. 
-¡Sed prudentes! -les gritó la abuela-. ¡Sed prudentes! 
    Pero ya no le oían, estaban demasiado arriba. Alcanzaron el cuarto mundo y en él construyeron poblados, plantaron maíz, calabazas y melones, hicieron jardines y huertos. Y esta vez, para no olvidar el sentido de la vida, inventaron las leyendas.


Según una leyenda griega sin fuente literaria conocida, una muchacha llamadaCYNARA, fue seducida por Zeus y transportada al Olimpo, como tantas otras.
    Sus cabellos eran de color gris ceniza y sus ojos entre verdes y violetas como los de Liz Taylor.
    Cansada del papel de amante, y atribulada por la salud de su madre, se marchó de la residencia divina y volvió a su isla de Kynaros.Zeus se enfadó y la metamorfoseó: unas escamas coriáceas fueron envolviéndola y se transformó en ALCACHOFA (Cynara scolymus)
     Su nombre está relacionado con la voz griega kyon (perro) pues las hojas que envuelven a su delicioso corazón tienen forma de dientes cánidos.La CYNARA es la planta de la que proceden CARDOS y ALCACHOFAS.






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