lunes, enero 25, 2010

RENOVACION DE GUARDIOLA-TIEMPO DE ESPERA CON ZAPATERO-ULTIMATUM A RAJOY.

Willie y yo tuvimos una de esas peleas que hacen historia en la vida de una pareja y merecen ser nombradas -como la «guerra de Arauco», así llamamos en la familia a una que mantuvo a mis padres en armas durante cuatro meses-, pero ahora, que han pasado muchos años y puedo mirar hacia atrás, le concedo la razón a Willie. Si me alcanzan las páginas contaré otros torneos épicos en que nos hemos enfrentado, pero creo que ninguno fue tan violento como el de Sabrina, porque fue un choque de personalidades y culturas. No quise oír sus razones, me encerré en una ira sorda contra el sistema legal, el juez, la visitadora social, los americanos en general y Willie en particular. Los dos escapamos de la casa; él se quedaba trabajando en su oficina hasta bien entrada la noche, y yo cogí una maleta y me fui donde Tabra, quien me recibió sin alharaca.

Nos conocíamos desde hacía varios años, Tabra fue la primera amiga que hice al llegar a California. Un día ella fue a teñirse el cabello color berenjena, como lo llevaba entonces, y la peluquera le comentó que una semana antes había llegado una nueva clienta que quería el mismo color, dos casos únicos en su larga carrera profesional. Agregó que se trataba de una chilena que escribía libros, y le dio mi nombre. Tabra había leído La casa de los espíritus y le pidió que le avisara la próxima vez que yo apareciera en su salón, pues deseaba conocerme. Eso ocurrió muy pronto, porque me cansé del color antes de lo esperado; parecía un payaso mojado. Tabra se presentó con mi libro para que se lo firmara y se llevó la sorpresa de que yo llevaba puestos unos pendientes hechos por ella. Estábamos destinadas a congeniar, como dijo la peluquera.

ISABEL ALLENDE-LA SUMA DE LOS DIAS      pag.12

Estaban vivos. ¡Qué maravilloso es estar vivo! Haber llegado a un paso de la muerte y estar vivos. Qué más podían pedir. Una plena sensación de grandeza nacida de ellos y ya en peligro mayor por las olas que los expul­saban, con todos los sonidos de la cólera divina, espadas gigantescas de los ciegos ángeles del mar, de lo que fue un paraíso, fragmento del edén en un espejo...

El último paso en el islote y el primero en la playa y un sollozo de mujer, un sollozo de prisionera atada. El llanto le goteaba las pestañas.

—Geo...

—Mayarí...

Sus pobres nombres.

—El mejor paseo —murmuró, mientras Geo la abraza­ba— es aquel del que se puede no regresar... Si no me llamas hubiera seguido hasta desaparecer...

—Hablas como si hablaras dormida...

—¿Y para qué despertar?

—No me parece cuerda una persona que está siempre soñando...

—Los de tu raza, Geo, están despiertos siempre, pero nosotros, no; de día y de noche soñamos. Un sueño me parece el que nos hayamos encontrado. Si hubiéramos es­tado despiertos no nos encontramos. Y esa vez hablaste poco. Yo te miraba. ¿No te fijaste? Mudo, perdido en tus pensamientos, te veía con un contento extraño, mientras Kind predicaba que el progreso aquí, que el progreso allá... Otro sueño... Pero vamos andando, que se nos hace tarde...

MIGUEL ANGEL ASTURIAS – EL PAPA VERDE    pag.12

Siendo los contendientes de la misma región, participando todos del carácter escéptico —poco aficionado al fanatismo— que los distinguía del resto de los españoles y estando unidos por lazos de toda índole, bien podían haber llegado, por reciprocidad, a una suerte de inspirado entendimiento gracias al cual habían acertado a mantener entre ellos el estado de guerra sin necesidad de llevarlo hasta la lucha armada; y que ambos sabían que tal statu quo les preservaría del combate y la destrucción, pues el día en que uno triunfase sobre el otro, todos —vencedores y vencidos— se verían arrastrados a la verdadera guerra en otro teatro de operaciones, exonerados de aquella paradisíaca drôle de guerre regionata que en todas partes concitaba tan encontrados como desmesurados sentimientos

JUAN BENET-HERRUMBROSAS LANZAS   pag.12

¡Curioso! —observó el aparecido sacando la voz sobre los lamentos del Pelele.

—Curioso, ¿por qué?... Después de todo, somos los pobres los más conformes. ¡Y qué remedio, pues! Verdá es que con eso de la escuela los que han aprendido a ler andan inflenciados de cosas imposibles. Hasta mi mujer resulta a veces triste porque dice que quisiera tener alas los domingos.

MIGUEL ANGEL ASTURIAS-EL SEÑOR PRESIDENTE      pag.12

¿La misma gente?

Soot le miró interrogante.

–¿Vamos a hacerles otra vez las mismas preguntas?

–¿Qué quieres decir?

Sejer levantó una ceja.

–Quiero decir que habrá que encontrar a gente nueva; si no las respuestas serán otra vez las mismas. Porque en realidad nada ha cambiado, ¿no?

–¿Ah, no? Quizá no hayas seguido este asunto muy de cerca, pero lo cierto es que hemos encontrado al tipo. Matado como un cochinillo. ¿Y dices que nada ha cambiado?

Luchó consigo mismo para ocultar un tono arrogante.

–Lo que quiero decir es que no obtendremos respuestas diferentes a pesar de haber encontrado al desaparecido.

–Eso –exclamó Sejer, al que se le había puesto un nudo en la garganta del tamaño de un melón– está por ver, ¿no?

Karlsen cerró la carpeta con un golpe seco.

KARIM FOSSUM-EL OJO       pag.12

Esteban se inclinó y se contempló en el
espejo que le ofrecían, agrietado por una
rajadura torcida, con los cabellos en punta.
Como él y otros me ven. ¿Quién me eligió esta
cara? Este desgraciado para desembarazarse de
sabandijas. También me lo pregunta a mí.
—Lo robé de la pieza de la maritornes —
declaró Buck Mulligan—. Se lo merece. En
obsequio a Malachi, la tía siempre elige criadas
feas. No lo induzcas en tentación. Y su nombre
es Úrsula.
Riendo otra vez, apartó el espejo de los
ojos atentos de Esteban.
—¡Qué rabia tendría Calibán al no ver su
imagen en un espejo! exclamó—. Si Wilde
estuviera vivo para verte...
Echándose para atrás y señalando,
Esteban dijo con amargura:
—Es un símbolo del arte irlandés. El
espejo agrietado de un sirviente.

JAMES JOYCE-ULISES         pag.12

El momento de ser introducidos por la fuerza en los vagones, el viaje, la llegada a Auschwitz, la selección, el baño y la entrega de la ropa. Todo esto es una serie obligatoria de instantes, como los elementos obligatorios son perfectamente consignados y documentados en las pasiones medievales. A todo esto, queda una gran pregunta: ¿cómo superar el abismo aparentemente insalvable entre la materia y el principio organizador, cómo eludir el drama que no deja de guiñar astutamente el ojo desde detrás de la estilización,

que en la situación concreta simplemente no existió y que es introducido forzosamente por la mirada retrospectiva, por la «historia» que aprehende a posteriori unos hechos que, en un principio, transcurrieron de manera muy diferente.

Dios (al hojear un libro de Mary MacCarthy): ¡por el amor de Dios!, lo importante no es si existe o no, sino solamente por qué creemos que existe o no existe.

IMRE KERTSZ-DIARIO DE LA GALERA       pag.12

Todo viaja hacia su
difuminación y se pierde y pocas cosas dejan huella, sobre todo si no se
repiten, si acontecen una sola vez y ya no vuelven, lo mismo que las que se
instalan demasiado cómodamente y vuelven a diario y se yuxtaponen,
tampoco esas dejan huella.

JAVIER MARIAS-MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MI       pag.12

Ésta le comunicó a su marido el diagnóstico del oftalmólogo: la visión de Eeyore era comparable a la de los ratones; cada ojo tenía un campo de visión diferente; también como los ratones, no percibía los

colores; además, no podía distinguir con claridad los objetos situados a más de un metro, defecto que, tal como estaban las cosas, era imposible de corregir porque el niño no mostraba ningún deseo de ver con claridad las cosas que tenía a distancia.

—Ésta es seguramente la razón por la que Eeyore mira el televisor tan de cerca, pegando casi la cara a la pantalla, durante los anuncios publicitarios, ¿verdad?

KENZABURO OE-DINOS COMO SOBREVIVIR A NUESTRA LOCURA      pag.12