sábado, mayo 05, 2012

LA PELICULA DEL PLUS

      

ISIS SIN VELO        HELENA PETROVNA BLAVATSKY

TOMO IV
                         pág-180             

 

Apártate de mí, Satanás.- (Palabras de Jesús a

Pedro) Mateo, XVI, 23.

... Y tal enredo de patrañas y majaderías que me apartan

de mi fe. Os digo que anoche me tuvo lo menos nueve horas

recitándome los distintos nombres del diablo.- SHAKESPEARE:

Rey Enrique IV, parte 1, acto III.

A la terrible y justa potestad que eternamente mata los

abortos, la llamaron Tifón los egipcios, Samael los hebreos,

Satán los orientales y Lucifer los latinos. El Lucifer de la

Kábala no es un ángel caído y protervo, sino el ángel que

ilumina y regenera después de la caída.- LEVI:

Dogma y ritual de la alta magia.

Aunque el diablo es malo de por sí, los hombres echan

Sobre él todas sus maldades y le maltratan y acusan

Injustamente. DE FOE, 1726,

2012-04-29 12.47.39

JAMES JOYCE-ULISES  180

He leído una interpretación teológica de
lo mismo en alguna parte —dijo absorto—. La
idea del Padre y el Hijo. El Hijo luchando por
identificarse al Padre.
En seguida Buck Mulligan mostró un
rostro gozoso iluminado por amplia sonrisa. Los
miró, su boca bien formada entreabierta de
felicidad, mientras los ojos, de los que se había
borrado súbitamente toda expresión de burla,
parpadearon con loca alegría. Meneó una cabeza
de muñeca de un lado a otro, haciendo temblar
las alas de su panamá, y comenzó a cantar con
voz tonta, tranquila y feliz:
Soy el joven más raro de que nunca
hayan oído hablar.
Mi madre era una judía, mi padre
un pájaro.
Con José el carpintero no puedo
estar de acuerdo

A la salud de los discípulos y el
Calvario.
Levantó un índice de admonición:
Si alguien hay que crea que yo no
soy divino
Tragos no tendrá gratis cuando
produzca vino.
Tendrá que beber agua, que
arrojaré después.
Cuando mi vino en agua convierta
yo otra vez.

Tiró rápidamente del garrote de fresno de
Esteban a modo de despedida y, corriendo
adelante hacia una cresta del acantilado, agitó
las manos a lo largo del cuerpo, como las aletas
o las alas de uno que estuviera por elevarse en
el aire, y entonó:

Adiós, ahora, adiós. Escriban todo lo que
he dicho
y digan a Tom, Dick y Harry que me
levanté de entre los muertos.
Lo que está en la sangre no puede
fallarme para volar...
Adiós... sopla fuerte en el Monte de los
Olivos.

2012-05-04 12.19.33    

VLADIMIR NABOKOV
Cuentos completos     180

 

El quinto día, después de una mala noche, me tomé mi tiempo y me fui a dar un
paseo. Me gustaría que la parte de mi historia que me propongo relatar ahora
pudiera escribirse en cursiva; no, ni siquiera la cursiva serviría: necesito una
tipografía nueva, única. El insomnio me había dejado un vacío excepcionalmente
receptivo en la mente. Parecía que tenía la cabeza de cristal y el ligero calambre
que sentía en las piernas tenía asimismo un carácter vidrioso. Tan pronto como hube
salido del hotel... Sí, ahora creo que he encontrado las palabras adecuadas. Me
apresuro a escribirlas antes de que se desvanezcan. Cuando salí a la calle, vi de
repente el mundo tal y como es realmente. Verá usted, nos consolamos diciéndonos
a nosotros mismos que el mundo no podría existir sin nosotros, en la medida en que
somos capaces de representárnoslo. La muerte, el espacio infinito, las galaxias,
todas estas cosas nos asustan, precisamente porque trascienden los límites de
nuestra percepción. Pues bien, en aquel día terrible en el que, devastado por una
noche de insomnio, salí a una ciudad fortuita y vi las casas, los árboles, los
automóviles, la gente, mi mente se negó abruptamente a aceptarlos como «casas»,
«árboles» y demás —como algo que tuviera conexión alguna con la vida humana
cotidiana. Mi línea de comunicación con el mundo se cortó, yo estaba
completamente solo y el mundo lo estaba a su vez, y ese mundo carecía de sentido.
Vi la esencia real de todas las cosas. Miraba las casas y éstas habían perdido su
significado habitual —quiero decir, todo eso en lo que pensamos cuando miramos
una casa: un cierto estilo arquitectónico, el tipo de habitaciones que hay dentro,

que sea una casa fea, o una casa cómoda—, todo ese tipo de apreciaciones se había
evaporado, sin dejar en su lugar más que una concha absurda, de la misma forma
que cuando repetimos una palabra de las más habituales durante un tiempo
suficiente sin prestar atención a su significado lo que nos resta no es sino un mero
sonido, un absurdo sonido: casa, asa asa. Pasaba lo mismo con los árboles, lo mismo
con la gente. Entendí el horror del rostro humano. La anatomía, las distinciones
sexuales, la noción de «piernas», «brazos», «vestidos», todo eso quedó abolido, y
frente a mí no había sino un mero algo —ni siquiera una criatura, porque también
eso es un concepto humano, sino sencillamente algo que se movía allí delante. Traté
en vano de dominar mi terror acordándome de cómo cuando era niño, al
despertarme una vez, alcé mis ojos todavía soñolientos mientras apretaba la nuca
contra la almohada y vi, inclinado hacia mí sobre la cabecera de la cama, un rostro
incomprensible, sin nariz, con el bigote negro de un húsar justo debajo de sus ojos
de pulpo, y con dientes que le salían de la frente. Me enderecé en la cama con un
grito e inmediatamente el bigote se transformó en unas cejas y el rostro entero se
convirtió en el de mi madre que había entrevisto al principio y, sin quererlo, del
revés.

 

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DIOSA BLANCA-ROBERT GRAVES    180

 

No es difícil averiguar por qué el gato, el cerdo y el lobo eran considerados
particularmente consagrados a la diosa Luna. Los lobos aúllan a la luna y se alimentan
de carroña, sus ojos brillan en la oscuridad y frecuentan las montañas boscosas. Los ojos
de los gatos también brillan en la oscuridad, se alimentan con ratones (símbolo de
pestilencia.), se aparean públicamente, andan sin que se les oiga, son prolíficos, pero
comen a sus propias crías y sus colores varían, como los de la luna, entre el blanco, el
rojizo y el negro. Los cerdos también varían entre el blanco, el rojizo y el negro, se
alimentan con carroña, son prolíficos, pero devoran a su propia prole y sus colmillos
tienen la forma de media luna.

Palamedes Y Las Grullas
Lo que más me interesa en el desarrollo de este estudio es la diferencia que
aparece constantemente entre el método de pensamiento poético y el prosaico. El
método prosaico fue inventado por los griegos de la época clásica, como una garantía
contra el entorpecimiento de la razón por la fantasía mitográfica. Ahora se ha convertido
en el único medio legítimo de transmitir el conocimiento útil. Y en Inglaterra, como en
la mayoría de los otros países mercantiles, la opinión popular corriente es que la
«música» y la dicción anticuada son las únicas características de la poesía que la
distinguen de la prosa: que cada poema tiene, o debería tener, un significado preciso

equivalente en prosa. Como consecuencia, la facultad poética se atrofia en todas las
personas cultas que no se esfuerzan privadamente por cultivarla, de una manera muy
parecida a como la facultad de comprender las ilustraciones se atrofia en el árabe
beduino

(T.E. Lawrence mostró en una ocasión a los miembros de un clan un dibujo,
hecho con lápices de colores, que representaba a su jeque. Se lo pasaron de mano en
mano, pero el que más se acercó a sospechar lo que representaba fue un hombre que
tomó el pie del jeque por el cuerno de un búfalo.) Y de la incapacidad para pensar
poéticamente -para resolver el lenguaje en sus imágenes y ritmos originales y volver a
combinarlos en varios planos de pensamiento simultáneos en un sentido múltiple- se
deriva la imposibilidad de pensar claramente en prosa. En prosa se piensa en sólo un
plano al mismo tiempo, y ninguna combinación de palabras necesita contener más de un
solo sentido; sin embargo, las imágenes residentes en las palabras deben relacionarse
firmemente si el pasaje ha de producir algún efecto. Se olvida esta sencilla necesidad y
lo que pasa hoy día por simple prosa consiste en ensartar mecánicamente grupos de
palabras estereotipadas sin tener en cuenta las imágenes contenidas en ellas. El estilo
mecánico, que comenzó en las oficinas, se ha infiltrado en la universidad y algunos de
sus ejemplos más zombiescos se dan en las obras de eruditos y teólogos eminentes

 

 2012-04-29 12.41.21

C ORAN-MAHOMA                      180

Sura 5 Al-Ma’ida (El Ágape)

(27) Y RELÁTALES, como exposición de la verdad, la historia de los dos hijos de Adán35 --
como ambos ofrecieron un sacrificio, y fue aceptado el de uno de ellos pero no el del otro.
[Y Caín] dijo: “¡Ten por seguro que te mataré!”
[Abel] respondió: “Ciertamente, Dios sólo acepta de aquellos que son conscientes de Él.
(28) Aún si levantaras tu mano para matarme, yo no levantaré mi mano para matarte: en verdad,
temo a Dios, el Sustentador de todos los mundos. (29) Prefiero, en verdad, que cargues
con todas las ofensas que yo he cometido y también con las ofensas cometidas por ti:36 [pero]
entonces estarías destinado al fuego, pues ese es el pago a los malhechores.”
(30) Pero la pasión37 del otro le impulsó a matar a su hermano; y le mató, convirtiéndose
así en uno de los perdedores.
(31) Entonces, Dios envió un cuervo que se puso a escarbar en la tierra, para mostrarle
como ocultar el cadáver de su hermano. [Y Caín] exclamó: “¡Pobre de mí! ¿Es que no voy a

ser capaz de hacer lo que ha hecho este cuervo,38 y enterrar el cadáver de mi hermano?” --y le
remordió la conciencia.39

35 E.d., la historia de Caín y Abel, que se menciona en Génesis 4 1-16. El pronombre en "relátales" se
refiere a los seguidores de la Biblia y, evidentemente, está conectado con el versículo 15 de este sura, "ha
venido a vosotros Nuestro Enviado, para aclararos mucho de lo que [os] habéis estado ocultando [a vosotros
mismos] de la Biblia", cuyo significado ha sido explicado en la nota 28 más arriba. La enseñanza de
esta historia bíblica --enseñanza que los seguidores de la Biblia se han estado "ocultando a sí mismos"--
está resumida en el versículo 32.
36 Lit., "mi ofensa y la tuya". Es evidente, por varios ahadiz bien autentificados, que si una persona muere
de una muerte violenta que no es atribuible, directa o indirectamente, a sus malas acciones, sus ofensas
anteriores le son perdonadas (la razón de esto es, obviamente, que no tuvo tiempo de arrepentirse, como
hubiera podido hacer de haber seguido con vida). En casos de homicidio no provocado, recaen sobre el
homicida --además de la culpa del crimen-- las ofensas que su víctima haya podido cometer y de las que
queda absuelto: esta convincente interpretación de este versículo ha sido señalada por Muyahid (citado
por Tabari).
37 Entre los muchos significados atribuibles a nafs (cuyo significado primordial es: "alma" o "mente" o
"yo"), está también el de "deseo" o "determinación pasional" (Qamus; véase también el Asas de Samajshari);
la mejor traducción, en este contexto, parece ser la de "pasión".

38 Lit., "de ser como este cuervo".
39 Lit., "se volvió de los que sienten remordimiento". La idea de enterrar el cadáver de su hermano muerto,
que le fue sugerida a Caín por el cuervo que escarbaba en la tierra, le hizo darse cuenta de la atrocidad
de su crimen.

jueves, mayo 03, 2012

PUENTE DE MAYO

   Dinero Hecho A Mano  arte gente  dinero

CALIGRAFIA DE LOS SUEÑOS-JUAN MARSE   123

Él siempre ha preferido creer
que ocurrió simplemente porque el dedo,
obedeciendo a un secreto impulso suicida de índole
melómano depresivo, no quiso retirarse a tiempo.
Seré el re y el sol en el teclado marfileño de la fama
o no seré nada en esta vida, le habría dicho el dedo
antes de inmolarse, una entelequia verbal enredada
en el pentagrama, pero que él percibe como algo
más real que el mismo taller con todo lo que
contiene, más real incluso que su casa y la
parroquia y el corro de chavales contadores de
aventis en el jardín de Las Ánimas o en las laderas
de la Montaña Pelada. Era el suicidio lejos del
teclado y las partituras, lejos del piano y del
cuaderno Cósumb, todo eso que maldiciendo su
suerte hubo de abandonar porque en casa no había
dinero para más clases. Mecido por este
resentimiento y por la ensoñación melódica, apenas
nota el tirón en el metacarpo del dedo índice y el
consiguiente estropicio de las tres falanges,
súbitamente tragadas y trituradas por los rodillos
junto con el oro.
La sangre no brota de inmediato, lo hace unos

segundos después de desaparecer el dedo, y nadie
en el taller lo oye gritar o lamentarse, entre otras
cosas porque, sorprendentemente, no le duele.
Desconecta la máquina y no quiere mirar la mano
todavía, no se atreve; la levanta a la altura de los
ojos pero no quiere verla, y cuando por fin se
decide, la contempla como si fuera una cosa ajena
a él, un apéndice carnal extraño a su cuerpo. Con la
mano alzada se vuelve despacio hacia el operario
más cercano, que se horroriza al ver brotar el chorro
de sangre. Él no ha sentido nada, apenas un
pellizco

 

JAMES JOYCE-ULISES-553

Tinas de cerveza oscura, maravilloso. Las
ratas entran también. Se emborrachan hasta
hincharse grandes como perro ovejero flotando.
Borrachas muertas de cerveza. Beben hasta que
se ponen a vomitar como cristianos. ¡Imagínese
beberse eso! Ratones, pipones. Bueno,
naturalmente, si supiéramos todas las cosas.
Mirando hacia abajo vio gaviotas
aleteando fuertemente, dando vueltas entre las
desvaídas paredes del muelle. Mal tiempo
afuera. ¿Si me tirara? El hijo de Reuben J. debe
de haber tragado una buena panzada de ese
jarabe de albañil. Un chelín

y ocho peniques de
más. ¡Hum! .Es el modo raro que tiene de hacer
las cosas. Sabe asimismo contar bien un cuento.
Giraron más bajo. Buscando comida.
Esperen.
Tiró en medio de ellas una pelota de
papel arrugado. Elías treinta y dos pies por seg
está lleg. Ni un poquito. La pelota se balanceó

despreciada sobre la marejada, flotó debajo del
puente más allá de los pilares. No son tan
tontas. También el día que tiré ese pastellilo
rancio del Rey de Eirin lo recogieron en la estela
cincuenta yardas a popa. Viven gracias a su
ingenio. Dieron vueltas, batiendo alas.
Y sintiendo del hambre el acicate
La famélica gaviota el vuelo abate.
Así. es como escriben los poetas, sonidos
similares

  DONDE ESTA

BORGES-973

Se la tienen bien jurada
Más de un taura y más de un pillo;
En una esquina del Sur
Lo está esperando un cuchillo.
No un cuchillo sino tres,
Antes de clarear el día,
Se le vinieron encima
Y el hombre se defendía.
Un acero entró en el pecho
Ni se le movió la cara;
Alejo Albornoz murió
Como si no le importara.
Pienso que le gustaría
Saber que hoy anda su historia
En una milonga. El tiempo

Es olvido y es memoria

 

JOYCE 973

Y mirad, mientras ellos bebían su copa de
alegría, un mensajero como un dios entró
velozmente, radiante como el ojo del cielo, un
joven gentil y detrás de él pasó un anciano, de
noble porte y continente, llevando los
pergaminos sagrados de la ley, y con él su
señora esposa, una dama de incomparable
linaje, la más hermosa de su raza.

VLADIMIR NABOKOV-973

Hacia las ocho, en el preciso momento en que Graf, después de poner la mesa, se
asomó a la ventana, ocurrió lo siguiente: en la esquina de la calle, donde se había
reunido un pequeño grupo de hombres delante de la taberna, se oyeron una serie
de gritos airados, seguidos por una serie de tiros repentinos. Graf tuvo la impresión
de que una bala perdida silbaba delante de su rostro y que casi le rompía las gafas, y

con un grito aterrorizado se metió dentro. Se oyó el timbre del portal. Temblando,
Graf asomó la cabeza, y al mismo tiempo, Ivan Ivanovich Engel, vestido con su bata
amarillo canario, corrió hasta el vestíbulo. Era un mensajero con el telegrama que
llevaba todo el día esperando. Engel lo abrió con ansiedad —y su rostro se iluminó
de alegría.
«Was dort für Skandale?», preguntó Graf, dirigiéndose al mensajero, pero éste,
extrañado sin duda por el mal alemán de su interlocutor, no le entendió, y cuando
Graf, con mucha cautela, volvió a mirar por la ventana, la acera de delante de la
taberna había quedado desierta salvo por los porteros que contemplaban la calle,
sentados en sus sillas frente a sus correspondientes portales y una doncella con las
piernas al aire que paseaba un caniche rosa.

 2012-04-30 18.16.43

 

    DSC00199

VLADIMIR-199

Pero dime, ¿tienes suficiente dinero? ¿No tendrás problemas con eso?
Estaba entretenida ajustándose una cinta de la manga y le contestó distraída y sin
mirarle.

—Sí... Claro que sí. Me dejó unos cuantos paquetes de acciones extranjeras, un
hospital y una cárcel antigua. ¡Una cárcel! Pero tengo que advertirte que sólo tengo
lo suficiente para vivir. Por lo que más quieras, deja ya de hacer ese ruido con la
pipa. Tengo que advertirte que... que no puedo... ya me entiendes, Nikolai... me
resultaría muy difícil mantenerte.
—¿Pero qué estás diciendo, madre? —exclamó Nikolai (en ese momento, como si
fuera un sol estúpido que surgiera desde detrás de una nube igualmente estúpida,
volvió la luz eléctrica)—. Bueno, ya podemos apagar las velas; era como estar en el
Mausoleo Mostga. Verás, tengo algo de dinero, y, en cualquier caso, me gusta ser
libre como un animal... Ven, siéntate, deja de moverte por todo el cuarto

JAMES JOYCE-ULISES  199

No llores más, adolorido pastor, no
llores más,
porque Lycidas, tu pena, no está
muerto
a pesar de estar hundido debajo del
piso de las aguas.
Debe de ser un movimiento entonces, una
actualización de lo posible como posible. La
frase de Aristóteles se formó a sí misma dentro
de la charla de los versos y flotó hasta el silencio
estudioso de la biblioteca de Santa Genoveva,
donde él había leído, al abrigo del pecado de
París, noche tras noche. Codo con codo, un frágil
siamés consultaba con atención un manual de
estrategia. Mentes alimentadas y alimentadoras
a mi alrededor, bajo las lámparas

incandescentes prisioneras, con antenas
latiendo apenas, y en la oscuridad de mi mente
un perezoso del otro mundo de mala gana,
resistiéndose a la claridad, levantando sus

pliegues escamados de dragón. El pensamiento
es el pensamiento del pensamiento. Claridad
tranquila. El alma es en cierta forma todo lo que
es: el alma es la forma de las formas. Repentina
tranquilidad, vasta, incandescente: forma de
formas

 

      

JAMES JOYCE-ULISES  522

¿Qué opina realmente de esa turba
hermética, los poetas del ópalo callado: A. E., el
místico maestro? Esa mujer Blavatsky lo
empezó. Era una linda valija vieja de
triquiñuelas. A. E. ha estado contando a cierto
periodista yanqui que fue usted a verlo en las
primeras horas de la mañana para consultarlo
acerca de los planes de la conciencia. Magennis
cree que debe de haberle estado tomando el pelo
a A. E. Ese Magennis es un hombre de la más
elevada moral.
Hablando de mí. ¿Qué dijo? ¿Qué dijo de
mí? No preguntes.
—No, gracias —dijo el profesor MacHugh
haciendo a un lado la cigarrera con un gesto—.

BORGES-522

Dios no quería que se
propalara en la tierra Su terrible secreto. Runeberg comprendió
que no era llegada la hora. Sintió que estaban convergiendo sobre
él antiguas maldiciones divinas; recordó a Elias y a Moisés, que
en la montaña se taparon la cara para no ver a Dios; a Isaías,
que se aterró cuando sus ojos vieron a Aquel cuya gloria llena la
tierra; a Saúl, cuyos ojos quedaron ciegos en el camino dé Damasco;
al rabino Simeón ben Azaí, que vio el Paraíso y murió;
al famoso hechicero Juan de Viterbo, que enloqueció cuando
pudo ver a la Trinidad; a los Midrashim, que abominan de los
impíos que pronuncian el Shem Hamephormh, el Secreto Nombre
de Dios. ¿No era él, acaso, culpable de ese crimen oscuro? ¿No
sería ésa la blasfemia contra el Espíritu, la que no será perdonada?
(Mateo 12:31). Valerio Sorano murió por haber divulgado el

oculto nombre de Roma; ¿qué infinito castigo sería el suyo, por
haber descubierto y divulgado el horrible nombre de Dios?
Ebrio de insomnio y de vertiginosa dialéctica, Nils Runeberg
erró por las calles de Malmó, rogando a voces que le fuera deparada
la gracia de compartir con el Redentor el Infierno.
Murió de la rotura de un aneurisma, el primero de marzo de
1912. Los heresiólogos tal vez lo recordarán; agregó al concepto
del Hijo, que parecía agotado, las complejidades del mal y del
infortunio.
1944

 

VLADIMIR NABOKOV-522

en Indochina, los números de la lotería los extrae un
mono. Yo soy ese mono. Otra metáfora: en un país de hombres honestos había una
yola atracada en la costa que no pertenecía a nadie; y como todo el mundo asumía
que era propiedad de alguien la tal yola adquirió para todos una forma de
invisibilidad. Yo conseguí meterme en ella. Pero quizá la formulación más sencilla
sería que yo dijera que en un momento de juego y no necesariamente de juego
matemático, no necesariamente, y le advierto que las matemáticas son un juego
constante de la pídola sobre sus propios hombros mientras sigue procreando, yo me
entretenía combinando diversas ideas y, en un momento dado, di con la
combinación necesaria y ésta explotó, como Berthold Schwartz. Y yo, de alguna
forma, sobreviví; quizá otro en mi lugar hubiera sobrevivido, también. Sin embargo,
tras el incidente con mi amable médico no tengo el menor deseo de que me
moleste la policía de nuevo.
—Veo que se va calentando usted, Falter. Pero volvamos al principio: ¿Qué es
exactamente lo que le lleva a estar convencido de estar ante la verdad? El mono ese
del que acaba de hablarme no forma parte realmente de los números de la lotería.
—Las verdades y las sombras de verdades —dijo Falter— en el sentido de especies,
no de especímenes, son tan poco frecuentes en el mundo, y las que están
disponibles son tan triviales o están tan contaminadas que, ¿cómo lo diría?, el
espanto y la consiguiente renuncia a percibir la Verdad, la reacción instantánea de
todo el ser sigue siendo un fenómeno desconocido y poco estudiado. Bueno, en
algunos niños, cuando un niño se despierta y vuelve en sí después de un ataque de
escarlatina y experimenta una descarga eléctrica de realidad, de relativa realidad

sin duda, porque vosotros, los humanos no poseéis otra. Fíjese en cualquier axioma,
es decir, cualquier cadáver de verdad relativa. Y ahora analice la sensación física
que evocan en usted las palabras «el negro es más oscuro que el marrón» o «el hielo
está frío». Su pensamiento es demasiado perezoso para pretender siquiera por
cortesía levantar el trasero de su asiento, como si fuera el mismo maestro el que
fuera a entrar en la clase por centésima vez en el transcurso de la misma clase en la
vieja Rusia. Pero, en mi infancia, un día en el que hubo una inmensa helada, chupé
el cerrojo reluciente de un postigo. Dejemos de lado el dolor físico, o el orgullo
ante el descubrimiento recién hecho, si se trata de una cosa agradable —todo eso
no es la reacción real ante la verdad

 

 

 

 

                  

 

 

NABOKOV-382

su memoria conservaba las formas femeninas de una estatua que
mostraba su trasero granulado y blanco como el azúcar a través de los cuadros de
gasa del cristal de una ventana. Unos atlantes pardo-oliváceos con un torso en el
que se destacaban prominentes las costillas sostenían un balcón: el peso de sus
músculos de piedra y sus bocas retorcidas en expresión de dolor le parecieron a
nuestro colegial una alegoría del proletariado esclavizado. En una o dos ocasiones,
en aquel muelle, a comienzos de la ventosa primavera del Neva, atisbo a la pequeña
de los Godunovs con su fox-terrier y su institutriz; sus figuras parecían un auténtico
remolino en movimiento y, sin embargo, sus siluetas eran de todo punto nítidas:
Tanya llevaba botas anudadas hasta la rodilla y un abrigo corto azul marino con
gruesos botones de latón, y al caminar a paso rápido delante de él, los pliegues de
su falda marinera chasqueaban —¿contra qué? Creo que contra la correa de perro
que llevaba—, y el viento del Ladoga movía las cintas de su gorra de marinero, y un
poco detrás de ella corría su institutriz, con una chaqueta de astracán, la cintura
doblada, un brazo extendido, la mano metida en un manguito de pieles negras
apretadas.

JAMES JOYCE ULISES-382

El señor Dedalus se estiró para saludar.
Desde la puerta del Red Bank el disco blanco de
un sombrero de paja relampagueó en respuesta:
pasó.
El señor Bloom revisó las uñas de su
mano izquierda, luego las de su mano derecha.
Las uñas, sí. ¿Hay algo más en él que ella ve?
Fascinación. El peor hombre de Dublín. Eso lo
conserva en pie. Ellos sienten a veces lo que es
una persona. Instinto. Pero un tipo como ése.
Mis uñas. Precisamente las estoy mirando: bien
recortadas. Y después: pensando solo. El cuerpo
se está poniendo un poquito blando. Me daría

cuenta de eso recordando. Lo que da lugar a eso,
supongo que es la piel, que no puede contraerse
con la suficiente rapidez cuando la carne cae
para afuera. La forma todavía está allí.
Hombros. Caderas. Regordeta. Vistiéndose la
noche del baile. La camisa mordida por las
mejillas traseras.
Apretó las manos entre sus rodillas y,
satisfecho, dejó errar la mirada vacía sobre sus
caras.
El señor Power preguntó:
—¿Cómo anda la gira de conciertos,
Bloom?