sábado, octubre 22, 2011

LA GAMBA FOSIL

 

                                                              

        

                                     http://es.scribd.com/fullscreen/69870881?access_key=key-1bhdovh6cd3fh64yksfr

Entre  los  purificados,  puros  y  mejores  Bodisatvas    predicaré  el  excelente
Suvarnabhãsa,  rey  de  los  su tras,  muy  profundo  en  la  escucha  y  profundo  en  el
examen.  Ha  sido  bendecido  por  los  Budas  de  las  cuatro  direcciones,  por
Aksobhyarãja en el este, en el sur por Ratnaketu, en el oeste por Amitãbha, en el
norte  por  Dundubhisvara.  Yo  proclamaré  esta  bendición,  la  excelente,  auspiciosa
confesión, cuyo objetivo es  la  ruina de  todos  los demonios, producir  la destrucción
de todos los demonios, conferir toda bendición, destruir todo infortunio, la base de la
omnisciencia,  perfectamente  adornado  con  todo  esplendor.  Para  aquellos  seres
cuyos  sentidos  son  defectuosos,  cuya  vida  es  consumida  o  defectuosa,  acosados
por el  infortunio,  sus  rostros apartados de  los dioses, odiados por gente querida  y
amada.Habiéndose aproximado allí  con el poder de  sus ejércitos  y  con sus  vehículos,  les
proporcionarán  protección,  de  día  y  de  noche,  sin  descanso.

LOS ESPERMATOZOIDES DORADOS

EL FIGÓN DE LA REINA PATOJA
de
Anatole France                             pág. 147

Después que obtuvo de ambos cuanto deseaba, reparando que los
dos lucían una sortija en el dedo anular se las pidió; y volviendo a la caja
que la servía de albergue, sacó de ella una sarta de anillos, y mostrándoselos
a los príncipes, les dijo: «¿Sabéis lo que significan estas sortijas ensartadas?
Pues todas ellas han pertenecido a hombres a quienes concedí los mismos
favores que a vosotros. Hay en la sarta noventa y ocho, bien contadas, que
conservo en memoria de mis aventuras. Con vosotros he tenido ya cien
amantes, hasta el día, a pesar de la vigilancia de este villano genio, que no
me abandona un solo instante. Ha resuelto encerrarme en esa caja de cristal
y me oculta en el fondo del mar; pero aun así logro engañarle cuantas veces
se me antoja.»

LA VOZ CANTANTE

LA CONDICION HUMANA-ANDRE MALRAUX   págs  139  0 147-139=8

Las palabras sólo servían para turbar la familiaridad con la
muerte, que se había albergado en su corazón Ve esta noche; nunca duerme antes del alba.Ve esta noche; nunca duerme antes del alba.Ahora que había matado, tenía derecho a sentir deseo de algo

–Acabemos –dijo–: ¿Tienes los discos, Lu?
Lu-Yu-Shuen, sonriendo y como dispuesto a doblar mil veces el espinazo, colocó sobre dos
«fonos» los dos discos examinados por Katow. Había que ponerlos en movimiento al mismo
tiempo.
–Una, dos, tres –contó Kyo.
El silbido del primer disco cubrió al segundo. De pronto, se detuvo –se oyó: enviar–; luego,
continuó. Otra palabra más: treinta. Nuevo silbido. Luego, hombres. Silbido.
–Perfectamente –dijo Kyo. Detuvo el movimiento, y puso en marcha el primer disco solo.
Silbido: silencio; silbido. Parada. Bien. Etiqueta de los discos de desecho.
En el segundo: Tercera lección. Correr, marchar, ir, venir, enviar, recibir. Uno, dos, tres,
cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, ciento. He
visto correr a diez hombres. Veinte mujeres están aquí. Treinta...
Aquellos falsos discos para la enseñanza de idiomas eran excelentes. La etiqueta estaba imitada a
maravilla. Kyo se hallaba inquieto, sin embargo.

–¿El «Fono» la desfigura?
–No es eso; es que todos reconocen sin trabajo la voz de los demás; pero uno, ¿sabe?, no está
acostumbrado a oírse a sí mismo...Lu se sentía lleno de júbilo chino de explicar una cosa a un espíritu distinguido que la ignora.
«Lo mismo ocurre en nuestro idioma...»

Los discos silbadores eran expedidos por un barco; los discos de texto, por otro. Éstos eran
franceses o ingleses, según que la misión de la región fuese católica o protestante. Los
revolucionarios empleaban algunas veces verdaderos discos impresionados por ellos mismos.

Unas nubes muy bajas, pesadamente amontonadas, sólo dejaban ya aparecer las últimas estrellas
en la profundidad de sus desgarraduras. Aquella vida de las nubes animaba la oscuridad, ora más
ligera, ora más intensa, como si inmensas sombras llegasen, a veces, a profundizar la noche.Del lado de las concesiones –el enemigo–, un resplandor bordeaba los tejados. Lentamente henchido por el prolongado grito de una sirena, el viento, que traía el rumor casi extinto de la
ciudad en estado de sitio y el silbido de los vapores, que volvían hacia los barcos de guerra, pasó
sobre las miserables bombillas eléctricas encendidas en el fondo de los callejones sin salida y de las
callejuelas. En torno a ellas, unos muros en descomposición salían de la sombra desierta, develados
con todas sus manchas por aquella luz a la que nada hacía vacilar y de donde parecía emanar una
eternidad sórdida.

 

James Clavell

Rey de las ratas   pág 147

Tuvo que aceptar el mando de veinte hombres tan mal preparados como él, y marchar por la carretera. De repente,sus veinte hombres se redujeron a tres. Trece habían muerto instantáneamente en una emboscada. Cuatro estaban heridos y yacían en medio de la carretera chillando. A uno le destrozaron la mano y se miraba estúpidamente el muñón, cogía la sangre con el miembro sano e intentaba verterla de nuevo en su brazo. Otro se puso a reír mientras recogía sus intestinos y los volvía a su sitio.

Raylins miró paralizado el tanque japonés que avanzaba por la carretera haciendo fuego con todas sus armas. Después los cuatro heridos fueron meras manchas en el asfalto. Volvió sus ojos hacia los restantes hombres, entre los cuales estaba Ewart; ellos también le miraron. Y, sin previo acuerdo huyeron; aterrorizados hacia la jungla. Raylinsse quedó solo en el horror de la noche plagada de sanguijuelas y ruidos. Le salvó de la locura un niño malayo que le encontró sollozando y le condujo al pueblo. Una vez allí se arrastró hasta el edificio donde habían reunido los restos de un ejército vencido. Al día siguiente los japoneses fusilaron a dos de cada diez. El y unos cuantos más continuaron en el edificio, hasta que los subieron en un camión que los llevó a un campo de concentración, donde se encontraron entre los suyos. Pero Raylins nunca podría olvidar a su amigo Charles, con los intestinos fuera.

Raylins se pasaba la mayor parte del tiempo en tinieblas. Seguía sin comprender porqué no estaba en el Banco contando sus cifras, nítidas y pulcras, y porqué había de estar en un campo donde sólo sobresalía en una cosa: en repartir una cantidad desconocida de

arroz en el número exacto de partes.
—Hola, Peter —dijo Raylins dándole su ración—. ¿Conociste a Charles, verdad?
—Sí, buen muchacho.
Marlowe no lo conocía. Ninguno lo conocía.
—¿Crees que consiguió entrárselos

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS-EL RETORNO   pág.147

 

rata

EL CRIMEN DE UN ACADÉMICO
ANATOLE FRANCE                        0    92 págs    147-92=55

Después de leer pésimamente un discursito que había escrito lo mejor que pude —lo cual no es mucho decir—, fuíme a pasear en los bosques de Ville d'Abray, sin pedirle demasiado apoyo a mi bastón, por un sendero que sombreaba el ramaje y donde la luz cernida formaba discos de oro. Jamás el olor de la yerba y de las hojas húmedas, jamás la belleza del cielo y la serenidad poderosa de los árboles penetraron con tanta violencia en mis sentidos y en mi alma, y la opresión que sentía en aquel silencio, turbado por una especie de zumbido continuo era a la vez sensual y religiosa.Sentado a la orilla del camino, a la sombra de una encina, me prometí no morirme, al menos no con—sentir en morirme antes de haberme sentado nuevamente al pie de otra encina, donde influido por la serenidad pacífica de un extenso paisaje reflexionaré acerca de la naturaleza del alma y los destinos del hombre. Una abeja, cuyo cuerpo oscuro brillaba al sol como una armadura de oro viejo, se posó en una flor de malva de austera belleza y muy abierta sobre su tallo frondoso. No era ciertamente la primera vez que presenciaba yo tan vulgar espectáculo, pero sí era la primera vez que lo veía con una curiosidad afectuosa e inteligente. Reconocí entre el insecto y la flor toda clase de simpatías y mil relaciones ingenuas que hasta entonces nunca sospeché.

El insecto harto de néctar, huyó; describió al huir una trayectoria vio—lenta. Yo me levanté y me sostuve sobre mis pies lo mejor que pude.
Adiós —dije a la flor y a la abeja—. Ojalá viva el tiempo necesario para adivinar el secreto de vuestras armonías

 

EL FIGÓN DE LA REINA PATOJA
de
Anatole France                                pág 147

Después que obtuvo de ambos cuanto deseaba, reparando que los
dos lucían una sortija en el dedo anular se las pidió; y volviendo a la caja
que la servía de albergue, sacó de ella una sarta de anillos, y mostrándoselos
a los príncipes, les dijo: «¿Sabéis lo que significan estas sortijas ensartadas?
Pues todas ellas han pertenecido a hombres a quienes concedí los mismos
favores que a vosotros. Hay en la sarta noventa y ocho, bien contadas, que
conservo en memoria de mis aventuras. Con vosotros he tenido ya cien
amantes, hasta el día, a pesar de la vigilancia de este villano genio, que no
me abandona un solo instante. Ha resuelto encerrarme en esa caja de cristal
y me oculta en el fondo del mar; pero aun así logro engañarle cuantas veces

Robert Graves
La Diosa Blanca   pág 147

Foroneo, el Dioníso de la
Primavera, inventor del fuego. Fundó la ciudad de Argos, el emblema de la cual, según
Apolodoro, era un sapo; y Micenas, la principal fortaleza de la Argólida, se llamaba así,
según Pausanias, porque Perseo, prosélito del culto de Dioniso, encontró una seta en
aquel lugar. Dioniso tenía dos fiestas: la Anthesterion, o «aparición de las flores» en la
primavera, y en el otoño Mysterton, que probablemente significa «aparición de las
setas» (mykosterion), a las que llamaban Ambrosía («alimento de los dioses»). ¿Fue
también Foroneo el descubridor del fuego divino que residía en la seta, y por
consiguiente Frineo («siendo sapo»), así como Ferino («siendo primavera»)?

kioto  pág 125      147-125=22

 

Cuando Chieko salió de la casa, con el cesto al brazo, vio entrar por la
puerta de la tienda a un joven.
—¡Vaya, el del Banco!
El joven del Banco no había reparado en ella.
Dado que el empleado iba periódicamente a la casa, aquella visita no
tenía por qué llamarle la atención. De todos modos, aminoró el paso.
Pasó ante la verja de la tienda rozando cada uno de sus listones con las
yemas de los dedos. Cuando se acabó la reja, Chieko se volvió una vez
más y miró hacia arriba. Su mirada tropezó con el viejo rótulo de la
tienda, colocado bajo la celosía de la ventana del primer piso. El rótulo
estaba protegido por un tejadillo. Era, al mismo tiempo, signo
representativo de un comercio antiguo y acreditado, y adorno.
Los oblicuos rayos del sol de primavera, empañado por la bruma,
iluminaban los antiguos signos dorados del rótulo. Aquella luz le daba
un aire casi de soledad y abandono. Los gruesos nudos corredizos de
las recias y desteñidas cortinas de algodón de la tienda, se destacaban
nítidamente.

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viernes, octubre 21, 2011

EL ARTE DE MATAR

 

 

                

WILLIAM SHKESPEARE-HAMLET   pág 188

SEPULTURERO 1.º.- No, deja, yo te diré. Mira, aquí está el agua.
Bien. Aquí está un hombre. Muy bien... Pues señor, si este hombre va y
se mete dentro del agua, se ahoga a sí mismo, porque, por fas o por
nefas, ello es que él va... Pero, atiende a lo que digo. Si el agua viene
hacia él y le sorprende y le ahoga, entonces no se ahoga él a sí propio...
Compadre Rasura, el que no desea su muerte, no se acorta la vida.
SEPULTURERO 2.º.- ¿Y qué hay leyes para eso?
SEPULTURERO 1.º.- Ya se ve que las hay, y por ellas se guía el
juez que examina estos casos.
SEPULTURERO 2.º.- ¿Quieres que te diga la verdad? Pues mira, si
la muerta no fuese una señora, yo te aseguro que no la enterrarían en
sagrado.
SEPULTURERO 1.º.- En efecto dices bien y es mucha lástima que
los grandes personajes hayan de tener en este mundo especial privilegio,
entre todos los demás cristianos, para ahogarse y ahorcarse cuando
quieren, sin que nadie les diga nada... Vamos allá  con el azadón...
Ello es que no hay caballeros de nobleza más antigua que los jardineros,
sepultureros y cavadores, que son los que ejercen la profesión de Adán.
SEPULTURERO 2.º.- Pues qué, ¿Adán fue caballero ?
SEPULTURERO 1.º.- ¡Toma! Como que fue el primero que llevó
armas... Pero, voy a hacerte una pregunta y si no me respondes a
cuento, has de confesar que eres un...
SEPULTURERO 2.º.- Adelante.
SEPULTURERO 1.º.- ¿Cuál es el que construye edificios más
fuertes, que los que hacen los albañiles y los carpinteros de casas y
navíos?
SEPULTURERO 2.º.- El que hace la horca, porque aquella fábrica
sobrevive a mil inquilinos.

ANDRÉ MALRAUX-LA CONDICION HUMANA  pág 188

A través de la bruma, el auto se introdujo en la larga avenida enarenada que conducía a una casa
de juego. «Tengo tiempo de subir –pensó Clappique–, antes de ir al Black-Cat.»

Lo que sabían los policías era algunas
veces falso; pero la coincidencia resultaba demasiado evidente.

esta vez no
hay armas a la vista. Tratemos, primero, de desenvolvernos solos.» El auto se detuvo. Clappique,
vestido de smoking, entregó dos dólares. El chófer, descubriéndose, le dio las gracias, con una
ancha sonrisa; la carrera costaba un dólar.

–Esta liberalidad va encaminada a que te puedas comprar un sombrero hongo.
Y, con el índice levantado, anunciador de verdad:
–He dicho: hongo. El chófer partía de nuevo.
–Porque, desde el punto de vista plástico, que es el de todos los buenos espíritus –continuaba
Clappique, plantado en medio de la grava–, este personaje exige un buen sombrero hongo.
El auto había partido. No se dirigía más que a la noche, y, como si ésta le hubiese respondido, el
perfume de los bojes y de los evónimos subió del jardín. Aquel perfume amargo era Europa. El
barón se palpó el bolsillo derecho, y, en lugar de su cartera, sintió su revólver: la cartera estaba en el
bolsillo izquierdo

 

ANATOLE FRANCE-EL FIGON DE LA REINA PATOJA  pág.188

En la actualidad los hombres comen sin filosofía. No se alimentan como
seres razonables. No les preocupa. ¿En qué piensan? Viven casi todos
estúpidamente, y aun aquellos capaces de reflexión, se entretienen en
simplezas tales como la controversia y la poética. Representaos, señores, a
los hombres en sus comidas, desde los remotos tiempos en que cesó su
trato con los silfos y las salamandras. Abandonados por los genios del aire,
incurrieron en la ignorancia y en la barbarie. Sin cultura y sin arte, vivían
desnudos y miserables en las cavernas, al borde de los torrentes o en los
árboles de los bosques. La caza era su única industria. Cuando habían
sorprendido o cobrado corriéndole a un animal tímido, devoraban su presa,
todavía palpitante.
También comían la carne de sus compañeros y de sus parientes débiles,
y las primeras sepulturas de los humanos fueron tumbas vivientes de
entrañas hambrientas y sórdidas. Después de muchos siglos de ferocidad
apareció un hombre divino a quien los griegos han llamado Prometeo. No
es punto dudoso que este sabio haya tenido tratos en las moradas de las
ninfas con el pueblo de las salamandras. Por éstas supo, y sin duda enseñó a
los desgraciados mortales, el arte de producir y de conservar el fuego. Entre las numerosas ventajas del celestial obsequio, una de las más dichosas fue la
de cocer los alimentos más ligeros y más sutiles. Y es, en gran parte, por los
efectos de una alimentación sometida a la acción del fuego, por lo que los
humanos llegaron a ser, lenta y gradualmente, inteligentes, industriosos,
reflexivos y aptos para cultivar las artes y las ciencias. Pero esto fue sólo el
primer paso, y es triste pensar que tantos millones de años hayan
transcurrido, sin dar el segundo. Desde los tiempos en que nuestros
antepasados asaban cuartos de oso en una lumbre de malezas y al abrigo de
una roca, no hemos realizado un verdadero progreso en cocina. Porque,
seguramente, vosotros no estimáis las invenciones de Lúculo y aquella
maciza torta a la cual Vitelio daba el nombre de escudo de Minerva; ni
tampoco nuestros asados, nuestras carnes mechadas y todos esos guisados
que se resienten de la antigua barbarie. »En Fontainebleau, la mesa del rey,
donde sirven un ciervo entero con su piel y su cornamenta, ofrece para el
filósofo un espectáculo tan grosero como el de los trogloditas, acurrucados
en las cenizas, royendo huesos de caballo. Las brillantes pinturas del
comedor, la guardia, los oficiales rica y lujosamente engalanados; los
músicos, que tocan en las tribunas piezas de Lambret y de Lulli; los
manteles de seda, las vajillas de plata, las copas de oro, los cristales de
Venecia, las antorchas, los centros de mesa cincelados y recargados de
flores, no pueden modificar vuestra impresión ni producir un asombro que
disimule la verdadera naturaleza de la carnicería inmunda donde los
hombres y las mujeres se reúnen ante cadáveres de animales, huesos
triturados y carnes destrozadas, para repartírselo todo con avidez. ¡Oh!
¡Cuan poco filosófica resulta semejante alimentación! Tragamos con una
glotonería estúpida los músculos, la grasa, las entrañas de los animales, sin
distinguir, entre esas sustancias, las partes que verdaderamente son propias
para nuestra nutrición y las que en mayor abundancia habría que desechar,
e ingerimos en nuestro estómago, indistintamente, lo bueno y lo malo, lo
útil y lo nocivo. En esto precisamente convendría establecer una
separación, y si se encontrara entre toda la Facultad un solo médico
químico y filósofo, no nos veríamos obligados a sentarnos en esos festines
repugnantes

FRANCO ESE…
Mirando hacia atrás con ira
F. Mateu                              0   168 págs.   188-168=20

¿POR QUE FALTANDO A VUESTRO JURAMENTO
NOS ARRASTRASTEIS A UNA GUERRA FRATICIDA?
Vos, erais un profesional, sabíais lo canallesco, lo infame, lo inhumano
y vergonzoso que es una guerra y más una guerra entre hermanos
¿Por qué nos llevasteis a ella?
¿Por qué faltasteis a vuestro juramento prestado solemnemente a la
República que era el poder legalmente constituido y por tanto un estado

de derecho, para con vuestra rebelión y a base de mucha sangre y muchas
lágrimas, establecer un estado que nunca ha pasado de estado de
hecho?
Contestáis a esta pregunta y en multitud de discursos diciendo que
«Fuisteis a salvar a España del comunismo, del desorden y de la anarquía
y en contra de una conjuración judeo – marxista – masónica - separatista...»

En la obra de R. Hochhuth, EL VICARIO, el autor pone en boca del
Nuncio de S.S. Pío XII en Berlín las siguientes palabras: «Pronto comprenderá
él (se refiere a Hitler) lo que sus amigos el señor Franco y el
señor Mussolini han entendido hace tiempo: que sólo con nosotros,
sólo con la Iglesia y no actuando contra nosotros, el fascismo es invencible.»

jueves, octubre 20, 2011

LA FUENTE

 

DSC00334

ANATOLE FRANCE-EL FIGON DE LA REINA PATOJA  pags.197    0    197*5=985-805=180 

   No seáis tan simple como el campanero de la catedral de Séez, que,
habiendo ido a sacar del pozo unas botellas de vino puesto a refrescar,
viéndose reflejado en el agua, desgañitóse gritando: «¡Aquí, señores!
¡Ayudadme! ¡Asoman por el pozo los antípodas y se beberán nuestro vino
si nosotros no lo remediamos!»

El señor de la
Musardiére dio cita a una doncella en un establo. Ella acudió a la cita y él
consintió que saliera de allí como había entrado. ¿Sabéis por qué?
—Lo ignoro —dijo el cura—; pero dejémosle.
—De ningún modo —replicó el abate—. Sabed que se abstuvo de
gozarla por temor a engendrar un caballo y verse procesado por este
motivo.
—¡Ah! —dijo el barbero—. Más fácil era que engendrase un asno.
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ROBERT GRAVES-LA DIOSA BLANCA  208 págs 0    208*4=832-805=27

La palabra inglesa
book, por ejemplo, proviene de una palabra gótica que significa letras y, como la
alemana buchstabe, se relaciona etimológicamente con la palabra beech, y el motivo es
que las tabletas para escribir eran de madera de haya.

Davies observó
también que en todos los lenguajes célticos árboles significa letras; que los colegios
druídicos eran fundados en bosques y sotos; que una gran parte de los misterios
druídicos se relacionaba con ramas de diferentes clases, y que el alfabeto irlandés más
antiguo, el Beth-Luis-Nion («Abedul-Fresno silvestre-Fresno») toma su nombre del
primer árbol de una serie de árboles cuyas iniciales forman el orden de sucesión de sus
letras.

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YASUNARI KAWABATA-KIOTO   125 págs. 0  125*7=875-805=70

Chieko había leído varias veces el excelente libro de Osaragi Jiro, La
encantadora Kioto. En él se dice: «El bosque de los cedros, del que
procede la madera del cedro de la Montaña del Norte, con sus esbeltos
troncos delicadamente alineados que sostienen verdes cúpulas leves
como nubes, es cual una música que lanza al aire árboles en lugar de
notas.» Y ahora volvía esta frase a su memoria.
Más que la música y la algarabía de la fiesta, impregnaba su corazón la
música simétrica y suave de aquella ladera, el cántico de los árboles.
Sus notas parecían resonar en muchos arco iris tendidos sobre la
Montaña del Norte.

El invitado de Omi, rendido por el vino, dejó oír pronto sus ronquidos a
través de las puertas correderas.
—¡Shige! —murmuró Takichiro desde su colchón—. ¿Querrá nuestro
huésped cedernos a su hijo?
—¿En calidad de dependiente? ¿O se dice ahora socio?
—En calidad de hijo adoptivo, para Chieko...

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Agua – español                                        

Eau - frances
Wasser - aleman
Vann - noruego
Amanzi - zulu (Sud Africa)
Maima - hebreo
Ma'a - arabe
Mizu - japones
Thuk - camboyano
Paani - hindu
Nusc - vietnamita
Mul - coreano
Air - indonesio

Water - ingles
Vatn - islandes
Vandou - lituano
Vesi - estoniano y finlandes
Woda - polaco
Apa - rumano
Acqua - italiano
Vand - danes
Vis - hungaro
Uji - albanes
Su - turco y azeri
Eau - frances
Wasser - aleman
Vann - noruego
Amanzi - zulu (Sud Africa)
Maima - hebreo
Ma'a - arabe
Mizu - japones
Thuk - camboyano
Paani - hindu
Nusc - vietnamita
Mul - coreano
Air - indonesio

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HARUKI MURAKAMI-1Q84    683 pags. 0   805-683=122

Tengo se imaginó a los viejos en la cumbre de una montaña, bebiendo agua
de las cantimploras, todos orgullosos.
A pesar de sus cuerpos diminutos, la Little People bebía muchísima agua. Y no
era el agua del grifo la que les gustaba, sino el agua de la lluvia y el agua de un
arroyo cercano. Por eso, al mediodía, ella cogía un cubo de agua en el arroyo y se lo
daba de beber a la Little People. Cuando llovía, ponía el cubo bajo el canalón y dejaba
que se llenara, puesto que, aunque ambas procedían de la Naturaleza, la Little People
prefería el agua de la lluvia al agua del arroyo

miércoles, octubre 19, 2011

V AVENIDA

 

ANATOLE FRANCE-EL CRIMEN DE UN ACADEMICO  pág.120

El rey de Thulé conservaba una copa de oro que su madre le había regalado. Próximo a morir, y seguro de que bebía en ella por última vez, arrojó la copa al mar. Conservo este cuaderno de recuerdos como el viejo príncipe de los brumosos mares con­servó su copa cincelada, y del mis­mo modo que él arrojó su joya de amor, quemaré a tiempo este libro de reflexiones. No será una avari­cia altiva ni un orgullo egoísta lo que me obligue a destruir este mo­numento de una vida humilde, sino el temor de que las cosas que fueron para mí queridas y sagradas resul­ten, por falta de arte, vulgares y ridículas.

ANDRE MALRAUX-LA CONDICION HUMANA pág.120

No hay que considerar el asesinato, en fin, como la vía principal de la verdad política.

–Propondré, en la primera reunión del Comité Central, el reparto inmediato de tierras –dijo Kyo, tendiendo la mano a Vologuin–, la destrucción de los créditos.

Transmitido por tierra, el estremecimiento de las máquinas de imprenta, regulado, dominado, como el del motor de un navío, los penetraba, de los pies a la cabeza; en la ciudad adormecida, la delegación velaba, con todas sus ventanas iluminadas por las que atravesaban unos bustos negros. Caminaron, con sus dos sombras semejantes delante de ellos: el mismo tamaño y el mismo efecto del cuello de la tricota.

    Se acordó de los musulmanes chinos, a quienes había visto, en noches semejantes, prosternados en las estepas de espliego quemado, aullar esos cantos que desgarran desde hace miles de años al hombre que sufre y sabe que morirá.

¿Sueñas mucho? –continuó.

–No. O, por lo menos, no me acuerdo de los sueños.

–Yo sueño casi todas las noches. Hay también distracción, hay el ensueño. Cuando me dejo llevar de él, veo, a veces, la sombra de un gato, en el suelo: más terrible que cualquier cosa verdadera. Pero no hay nada peor que los sueños.

En la soledad de la calle, el estruendo ahogado de un auto lejano se perdió con el viento, cuya recaída abandonó entre los olores alcanforados de la noche el perfume de los vegetales.

Si no hubiese más que eso... No. Es peor. Bestias.

Chen repitió:

–Bestias. Pulpos, sobre todo. Y me acuerdo siempre.

–¿Hace mucho tiempo que dura eso?

Lo único que me da miedo –miedo– es dormirme. Y me duermo todos los días.

–¿El matar cambia tus sueños?No lo sé.

Pero era aquélla la primera vez que encontraba la fascinación de la muerte, en aquel amigo apenas visible que hablaba con voz distraída –como si sus palabras hubiesen sido suscitadas por la misma fuerza de la noche que su propia angustia, por la intimidad todopoderosa de la ansiedad, del silencio y del cansancio... Sin embargo, su voz acababa de cambiar.

–¿Piensas en ello... con inquietud?

Vaciló.

–Busco una palabra que sea más fuerte que gozo. No la hay. Una especie de... ¿cómo diríamos?... de... no sé. No hay más que una cosa que sea aún más profunda. Más lejos del hombre y más cerca de... ¿Conoces el opio?

–Apenas.

–Entonces, mal puedo explicártelo. Más cerca de lo que vosotros llamáis... éxtasis. Sí, un éxtasis, pero espeso. Profundo. No ligero. Un éxtasis hacia... hacia abajo.

   

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martes, octubre 18, 2011

EL CALAMBRE

 

1 

http://www.collegehumor.com/video/6002746/how-music-works

GERORGES CONCHON-EL ESTADO SALVAJE  pág.529

En el circulo de Galinga-dijo-,existía una religiosa,una sor María del Niño Jesús,y nunca se había visto una mujer tan mala.En la Maternidad,ya se fuese madre o bebé  nadie escapaba a su furor,había que ofrecer la espalda…..

YASUNARI KAWABATA-KIOTO  pág 529

Pero,¿como secaran la ropa  en el piso de arriba?

Se habla del trabajo muy a la ligera,pero quiero enseñarte donde trabajan las muchachas de este pueblo,Masako.-Y Chieko volvió a levantar la mirada hacia los cedros-Allí arriba han empezado a podar los arboles.¿Y que es podar?.Para criar buenos cedros hay que cortar las ramas sobrantes con un machete.Se suben a los arboles con escaleras,pero una vez arriba saltan como monos.

WILLIAM SHAKESPEARE-HAMLET   389  0   529-389=140

HAMLET-Y tú deberías haberme creído,porque aunque la virtud llegue a injertarse en este duro tronco,nunca desaparecerá el sabor original.

 

EDGAR ALLAN POE-EL ESCARABAJO DE ORO –504 pags.  0  529-504=25

Jupiter a las ordenes de su amo,comenzó a abrir un sendero en dirección a un gigantesco tulipero,que se encontraba,junto con ocho o diez robles,Los sobrepasaba a todos por ,la belleza de su follaje,por su forma,por la extensión de sus ramas y su imponente apariencia.Cuando llegamos a este árbol,Legrand se dirigió a Jupiter para preguntarle si podía treparlo.Si,amo,Jup trepa cualquier árbol que ha visto en su vida¿Hasta donde tengo que trepar? !Llévate el escarabajo¡ ¿El bicho de oro?¿Para qué tengo que subir con el bicho?

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