sábado, noviembre 01, 2008

1954+54=2008 SI LO SE NO VENGO

No hay más Dios que el Hombre.
El hombre tiene derecho a vivir según su propia ley.
El hombre tiene derecho a vivir como mejor le parezca.
El hombre tiene derecho a vestir como guste.
El hombre tiene derecho a vivir donde elija.
El hombre tiene derecho a viajar a donde quiera por la faz de la Tierra.
El hombre tiene derecho a comer lo que quiera.
El hombre tiene derecho a beber lo que quiera.
El hombre tiene derecho a pensar lo que quiera.
El hombre tiene derecho a hablar como quiera.
El hombre tiene derecho a escribir como quiera.
El hombre tiene derecho a moldear como quiera.
El hombre tiene derecho a esculpir como quiera.
El hombre tiene derecho a trabajar como quiera.
El hombre tiene derecho a descansar como quiera.
El hombre tiene derecho a amar como quiera, donde, cuando y con quien quiera.
El hombre tiene derecho a matar a cualquiera que contravenga estos derechos.
—¡Esto es la anarquía!—exclamó Sir John.
—Exactamente —aseveró Jones—. Es una declaración de guerra contra todo lo que
conocemos como civilización cristiana

WILSON ROBERT ANTON   LAS MASCARAS DE LOS ILLUMINATI    pag 108

Esta guerra se me está
pudriendo entre las manos. La he prolongado por limpiar fondos a España, la represión
se hace mejor en la guerra que en la paz, como siempre he dicho, aunque luego, por
desgracia, habrá que seguir, y sonríe recordando las radios rojas, todas las noches,
con su slogan de «la heroica resistencia de Madrid». Pero las guerras no deben durar
demasiado, igual nos pasó en África, llega un momento en que los soldados ya no
saben por qué luchan, y nosotros casi lo vamos olvidando. No puedo entregarme a la
inercia de la guerra. Ese fantasma loco ha sido una advertencia, si hay alguien detrás
se van a enterar, a ése se le fusila y en seguida tomo Madrid, y llama a Ramón para
que le informe de si hay alguna conspiración en marcha en la ciudad.
Luego coge un mapa y su índice corto y prior va siguiendo, con meandros y
rectificaciones, el camino de Madrid.
Caminos de Castilla, Arlanzón, Carrión, Pisuerga, la vuelta de José Antonio, Caput
Castellae, fugaz, profético, tácito, su sombra torna, el Ausente -¿la sombra de Abel, la
machadiana sombra de Caín?- cruza los campos, incendia los pueblos de himnos y
palabras, los niños y las viejas quieren tocarle, pero sigue su ruta y sus predicaciones,
siempre entre dos luces o bajo el bosque en llamas de las antorchas, a los pueblos no
los han movido nunca más que los poetas, Vivar, Ubierna, Belorado, Castilla falangista
otra vez en armas, horcas y hoces. Dicen que anoche durmió en un ejido y falangistas
agrarios lo velaron de lejos, campamentales, dormidos de pie, sujetos a su viejo fusil
de la guerra. Y a la mañana, cuando van a mirar, ya se había ido.
Querida

FRANCISCO UMBRAL LEYENDA DEL CESAR VISIONARIO  pag.108

Desde su punto de observación cerca del templo de los bailarines naranja, Aleida observó cómo la noche caía en el complejo de templos. Pronto Plumas Brillantes soltó una última advertencia soñolienta desde la cúspide de la aguja de piedra, adonde ella le había permitido regresar esa tarde después de llevarse a los dos manos pálidas al templo más pequeño. Esa tarde Plumas Brillantes había sobrevolado periódicamente la meseta lanzando chillidos amenazantes en el aire vacío. Y en los momentos de mayor agitación, Aleida había advertido punzadas de excitación familiares.

¿El ser volador? ¿Se acercaba oculto por las nubes? Pero al mirar hacia arriba Aleida no lo había avistado. Sólo estaba ese extraño disco metálico en la distancia, flotando en lo alto del cielo. En un momento en que se había acercado demasiado, ella pudo estudiar el símbolo pintado debajo. Luego se alejó para flotar contra las nubes; anómalo, pero no peligroso, al parecer.

Aleida cruzó la plaza de regreso. Esa tarde, al entrar en el templo de los bailarines naranja, había conducido a los manos pálidas a un rincón y se había arqueado en el centro del templo con la cabeza hacia atrás y los ojos fulgurantes. Pero el techo no había respondido con luz a sus exigencias, ni el suelo le había abierto el paso.

No había aceptado de buen grado esa negativa. Había brincado en el centro del suelo, el cabello erizado de indignación. Estaban tan cerca, con el cristal refinado en la mano, el secreto de su implantación ya registrado en los tejidos del cerebro

VAN SCYOC.SYDNEY  EL GRITO DE LAS NUBES  pag.108

-Yo no tengo necesidades. Permaneceré aquí hasta que las piedras de

este castillo sean arena; sólo entonces, tal vez, dispondré mi muerte.

-¿Te gustaría morir?

-A veces me gustaría dormir, me gustaría volver a las tinieblas sin cons-

ciencia, sin memoria, sin sueños, sólo rodeada por la tierra blanda, la tie-

rra fresca y oscura. Sí, a veces me gustaría. Los días pueden resultar tediosos,

aburridos pese a que el tiempo nada signifique, a que el transcurso del día

nada signifique, ningún cambio, sólo otro período de luz al que sucederá

otro período de tinieblas, otra luna y las estrellas familiares. Pero los siglos

sí transcurren para la gente que se encuentra libre del hechizo, y es diverti-

do observar a nuestros reyes peleando en nuevas guerras y luego verlos

convertirse en meros recuerdos fragmentarios y hechos distorsionados, mien-

tras los hijos reinan sólo para seguir a los padres. Y, al margen de todo,

yo permanezco inalterable mientras los cambios se suceden en el mundo.

-¿Prefieres estar al margen del mundo?

El ojo de gato centelleó; la oscuridad crecía en la sala. Algo estaba ocu-

rriendo. La música asiática gemía lánguidamente, como parte de ese viento

de pesadilla.

-Todos estamos aislados -dijo la condesa, y su voz también sonó

distante-. Cada uno está solo; yo simplemente soporto durante siglos lo

que los mortales soportan durante años; de día me encierro en mi habita-

ción de la torre. Las ventanas impiden el paso de la luz; sólo arde una an-

torcha; me encierro en mi habitación y recuerdo los años, los siglos que

he vivido. Tengo tanto que recordar... Luego, por la noche, voy a la aldea

GORE VIDAL  EN BUSCA DEL REY  pag.108

Como regla, una buena conversación es siempre igual que un buen ensayo familiar. Su estilo y su contenido son similares a los del ensayo. Los espíritus de zorros, las moscas, la extraña manera de ser de los ingleses, la diferencia entre la cultura oriental y occidental, las librerías en las márgenes del Sena, un aprendiz ninfomaníaco en cierta sastrería, anécdotas de nuestros gobernantes, estadistas y generales, el método de preservar los "Dedos de Buda" (una variedad cítrica): todos éstos son buenos y legítimos temas de conversación. El punto que más tiene en común con el ensayo es su estilo holgazán. Por mucho peso e importancia que tenga el tema, aunque signifique reflexiones sobre el triste cambio o el estado de caos de la patria, o el naufragio de la misma civilización bajo la corriente de alocadas ideas políticas que privan al hombre de libertad, de dignidad humana y hasta de la meta de la felicidad humana, o aunque comprenda conmovedoras cuestiones de verdad y justicia, todas las ideas se expresan en forma casual, despaciosa e íntima. Porque en la civilización, por mucho que se

irrite y se encone un hombre contra los ladrones de nuestra libertad, sólo se nos permite expresar sentimientos con una leve sonrisa en los labios o en la punta de la pluma. Nuestras tiradas realmente apasionadas, en que damos rienda suelta a nuestros sentimientos, deben ser escuchadas solamente por unos pocos de nuestros amigos más íntimos. Por ende, la condición primordial de una verdadera conversación es que podamos ventilar nuestras opiniones con calma, en la intimidad de una habitación, con unos pocos buenos amigos y sin tener alrededor personas que no queremos ver siquiera.

Es fácil ver este contraste entre el verdadero género de la conversación y las otras clases de cortés intercambio de opiniones, si nos referimos al contraste similar entre un buen ensayo familiar y las declaraciones de los políticos. Si bien se expresa una cantidad mucho mayor de sentimientos nobles en las declaraciones de los políticos —sentimientos de democracia, de deseo de servir, interés por el bienestar de los pobres, devoción a la patria, elevado idealismo, amor por la paz y seguridades de infalible amistad internacional— y no se hace una sugestión siquiera de codicia del poder o del dinero o de la fama, hay en ellas cierto olor que nos mantiene a la distancia, como una señora vestida con excesivo lujo y excesivamente pintada. En cambio, cuando escuchamos una verdadera conversación o leemos un buen ensayo familiar, sentimos que hemos visto a una doncella campesina, sencillamente vestida, que lava la ropa junto al río, un poco desordenado el cabello, acaso, y algún botón desprendido, pero encantadora e íntima y agradable de todos modos. Ese es el encanto familiar y el estudiado descuido a que tiende el négligé de la mujer occidental. Algo, de este encanto familiar de la intimidad debe formar parte de todas las buenas conversaciones y todos los buenos ensayos.

El buen estilo de conversación es, por consiguiente, un estilo de intimidad y despreocupación, en que las partes han perdido su dureza y han olvidado del todo cómo visten, cómo hablan, cómo estornudan, y en que todos colaboran y sienten igual indiferencia en cuanto al camino que toma la conversación. Podemos entablar una verdadera conversación solamente cuando encontramos a nuestros amigos más íntimos y estamos dispuestos a abrirnos el corazón. Uno ha puesto los pies sobre una mesa vecina, otro se sienta en el alféizar de una ventana, y otro más se ha sentado en el suelo, apoyado en un almohadón que quitó al sofá, dejando así descubierta la tercera parte del asiento. Porque solamente cuando están sueltos los pies y las manos, y cómodo el cuerpo, puede estar cómodo el corazón también. Entonces es cuando:

Ante mis ojos hay amigos que conocen mi corazón,

Y a mi lado nadie hay que me lastime los ojos.

LIN YUTANG  LA IMPORTANCIA DE VIVIR   pag.108

Nico. Crisiseconomica.dolarpapelhigienico

EL LIBRO POLEMICO DE LA REINA


La relación de la Reina con el club Bilderberg
de Menéame: publicadas de henry_chinasky

(...) El secretismo Bilderberg sirve para que los asistentes puedan "decir con libertad lo que piensan sin que se difunda", explica la Reina, que, además, niega que allí se conjuren conspiraciones. "Allí nadie es reina ni canciller ni presidente de gobierno o chairman de una multinacional... Allí no hay rangos", dice. Eso sí, aunque no es una "organización mundial ejecutiva", admite que "se corta mucho bacalao".

noticia original

viernes, octubre 31, 2008

RELANZANDO LA MONARQUIA

Yo siempre fui republicana

images Lo que querais,o Franco o Yo

sofia La derecha en España no tiene buena cabeza,espero darle un aire nuevo

principe-felipe Que dificil es ser principe,entre Grecia(con sus Dioses) y España con sus toros.


miércoles, octubre 29, 2008

ELLA


ELLA



Brown está demasiado abatido o apurado o, quizás, olvidado de las abyecciones humanas. Hace un año y medio que inició el crucero desconectándose del mundo en lo que no tuviera directa relación con la guerra a Fernando VII. Actúa con una confianza que no responde a su personalidad. O actúa la parte alienada de su personalidad. Margina el sentido común y pone rumbo a Antigua. Lo sigue Stirling en su Brazen. Mientras navegan entre las Barbados y ¡Martinica, el inglés arrima de súbito su buque y le manda un bote a las órdenes de un guardiamarina con los saludos y la solicitud del hablarle. Brown accede a pasar a la Brazen para conocer la inquietud de Stirling. Pero apenas salta a cubierta es tomado prisionero. Los piratas actúan con celeridad. Luego abordan la Hércules y dominan su tripulación, desmoralizada, tullida, entregada. Enseguida proceden a un minucioso saqueo incautándose hasta de la ropa y la vajilla personal del comandante. A los forcejeos y maldiciones de Brown y sus oficiales, el impávido capitán inglés responde: —Así tratamos a los filibusteros...

Otra vez lo agredía Inglaterra. Sus patentes estaban en orden. El alambicado gobernador de Bridge Town le contó que el 23 de abril de 1816 los almirantes de Su Graciosa Majestad habían resuelto mantener estricta neutralidad entre España y sus provincias disidentes

MARCOS AGUINIS EL COMBATE PERPETUO pag.54


escucho y no lo escucho, conozco este discurso mil veces reiterado y lo olvido enseguida, veo los anónimos, múltiples ruidos de la ciudad, porque los ruidos se ven, y el camino de ag A pesar de todo, en realidad no se movió —corroboró el caballero siguiendo las líneas del cuaderno con el lápiz—, el Artista furioso, intentó golpearlo otra vez, el Estudiante juró que lo denunciaría en una carta anónima, la sesión ordinaria del Comité Central lo amonestó con severidad, y el Banquero lo llamó aparte para reprenderlo en voz baja, en una cueva de Alfama, Contamos contigo, la confianza de los camaradas es la misma pero tienes que disciplinarte y controlar la lengua, Antunes, y a medida que el revoluciona rio hablaba el Hombre, inclinado en la ventana, iba observando los tejados que bajaban hasta el río, el hervidero de abánicos en los palomares, el barro del margen con embarcaciones menudas en el espejo canceroso de los limos, pensando Lo ua de partida poblado de canoas, y lo que me apetece y nadie adivina es irme por él rumbo a la infancia hasta tumbarme, con un cigarrillo en los dedos, al lado del hijo del guardés en los bancales de Benfica, mirando las aspas del molino que se mueven sin prisa por encima de las acacias.

ANTONIO ANTUNES TRATADO DE LAS PASIONES DEL ALMA pag.54


Tenemos la obligación de recordar a los muertos. Esa es la ley fundamental. Si no los recordásemos, perderíamos el derecho a llamarnos humanos. ¿Me captas, Walt?

Sí, señor, le capto. No pasa un día en que no piense en nuestros seres queridos y en lo que les hicieron. Sólo que...

Sólo qué, Walt?

Sólo que el tiempo pasa, y cometeríamos una injusticia con el mundo si no pensásemos también en nosotros

PAUL AUSTER MR. VERTIGO pag.54



Porque

en el más apartado límite irradia la belleza;

desde la más apartada lejanía irradia sobre el hombre,

alejada del conocimiento, alejada de la pregunta,

sin esfuerzo

ya sólo perceptible a la mirada,

la unidad del mundo establecida por la belleza,

fundada sobre el hermoso equilibrio de la supralejanía

que penetra todos los puntos del espacio, saciándolos con la lejanía,

y —simplemente demoníaca— disuelve no sólo lo más contradictorio

en la igualdad de rango y en la igualdad de importancia,

sino que —aún más demoníaca— en cada punto

colma también la lejanía del espacio con lejanía de edades,

detenida la balanza del flujo del tiempo en cada punto

una vez más su detención saturnal,

no eliminación del tiempo, pero sí su ahora eterno,

el ahora de la belleza, como si contemplándolo pudiera

el hombre, aun erguido y creciendo hacia arriba, volver a hundirse

en su escucha oscuramente tendida,

nuevamente tendida entre las profundidades del arriba y del abajo,

nuevamente una sola cosa con la mirada escucha, que envía,

como si la profundidad permitiera una nueva participación, que

libre de conocimiento y pregunta

en la edad primigenia y antes de ella pudiera prescindir del conocimiento y de la pregunta,

renunciando a distinguir el bien y el mal,

huyendo del deber humano de conocer,

huyendo a una nueva y por eso falsa inocencia,

HERMANN BROCH LA MUERTE DE VIRGILIO pag.54

Las páginas fotocopiadas se paran aquí, pero a ti ahora te importa sólo poder continuar la lectura. En alguna parte tendrá que encontrarse el volumen completo; tu mirada gira alrededor buscándolo pero se desalienta en seguida; en esta oficina los libros aparecen en forma de materiales brutos, piezas de recambio, engranajes para desmontar y volver a montar. Ahora comprendes la negativa de Ludmilla a seguirte; te asalta el temor de haber pasado también tú «al otro lado» y de haber perdido esa relación privilegiada con el libro que es sólo la del lector: el poder considerar lo que está escrito como algo terminado y definitivo, al que no hay nada que añadir o que quitar. Pero te consuela la confianza que Cavedagna sigue nutriendo en la posibilidad de una lectura ingenua, incluso aquí en medio.

El anciano redactor reaparece tras las cristaleras. Agárralo por una manga, dile que quieres seguir leyendo Mira hacia abajo donde la sombra se adensa.

Ah, quién sabe dónde habrá ido a parar... Todos los papeles del caso Marana han desaparecido. Sus mecanogramas, los textos originales, cimbro, polaco, francés. Desaparecido él, desaparecido todo, de un día para otro.

¿Y no se ha sabido nada más de él?

Sí, ha escrito... Hemos recibido muchas cartas... Historias que no hay quien se las crea... No se las voy a contar porque yo mismo estoy en ayunas. Habría que pasar horas leyendo toda la correspondencia.

ITALO CALVINO SI UNA NOCHE DE INVIERNO UN VIAJERO pag.54

Se puede imaginar, no ciertamente por la calidad y condimento de los

manjares, sino por los nombres pomposos que les han puesto: arroz a la

Muley-Abbas, sardinas a la bayoneta, almendras de espingarda, vino del

Serrallo, higos del Morabito, pasas de Castillejos. En otra tienda se

juega pacíficamente al tresillo. En la inmediata, se pasa revista a óperas

enteras, cuyos dúos, y hasta las mismas arias, se cantan a coro. En la de

más allá, algunos hombres melancólicos duermen o velan en la cama desde

que se puso el sol. Pero en todas ellas, en medio del juego o de las

conversaciones más animadas, sobresaliendo entre el canto y las risas,

óyense constantemente los mismos dolorosos estribillos: ahora en mi casa;

el año pasado a estas horas; cuando yo era niño; si escapo de la guerra;

cuando vuelva a España; el día que me despedí; me escribe mi mujer; mi

padre, que esté en gloria; y lo demás que podéis figuraros.

Conque hagamos punto. Creo haber demostrado que también aquí ha sido

hoy día de Nochebuena. ¿Cómo no, si esto es ya territorio español, suelo

cristiano, patrimonio de Jesucristo.

PEDRO ANTONIO DE ALARCON DIARIO DE UN TESTIGO DE GUERRA EN AFRICA pag.54


Explicación de las extrañas palabras que la voz dirigió a Lanzarote

«Decidme ahora -le dice el anciano- ¿cómo os han ido las aventuras del Santo Grial?» Le cuenta y le explica las tres frases que le dijo la voz en la capilla cuando fue llamado piedra, madera e higuera. «Y, por Dios -continúa-, decidme el significado de estas tres cosas, pues no hay palabras. que yo desee saber tanto como éstas, por eso os ruego que me lo digáis, pues bien sé que conocéis la verdad.» Comienza entonces el hombre bueno a pensar durante un buen rato y, cuando habla, le dice: «Ciertamente, Lanzarote, me extraña que esas tres palabras os hayan sido dichas, pues habéis sido siempre de los hombres más maravillosos de este mundo y por eso se os dicen más palabras admirables que a los demás. Y ya que deseáis saber la verdad, os la diré a gusto; escuchad:

"Me habéis contado que se os dijo: Lanzarote, más duro que piedra, más amargo que madera, más inútil y vano que la higuera, vete de aquí.

CARLOS ALVAR DEMANDA DEL SANTO GRIAL pag.54



Y ahora una voz rota, abriéndose paso desde un disco gastado, proponiendo sin saberlo la vieja invitación renacentista, la vieja tristeza anacreóntica, un carpe diem Chicago 1929.

You so beautiful but you gotta die come day,

You so beautiful but you gotta die some day,

All I want’s a little lovin’ be fore you pass away.

De cuando en cuando ocurría que las palabras de los muertos coincidían con lo que estaban pensando los vivos (si unos estaban vivos y los otros muertos).You so beautiful. Je ne veux pas mourir sans avoir compris pourquoi j’avais vécu.Un blues, René Daumal, Horacio Oliveira, but you gotta die some day, you so beautiful but —Y por eso Gregorovius insistía en conocer el pasado de la Maga, para que se muriera un poco menos de esa muerte hacia atrás que es toda ignorancia de las cosas arrastradas por el tiempo, para fijarla en su propio tiempo, you so beautiful but you gotta, para no amar a un fantasma que se deja acariciar el pelo bajo la luz verde.

JULIO CORTAZAR RAYUELA pag.54

Sí. Dije que estaba cerca de la Casa del Pueblo, donde la estatua del leñador.

¿Y se marcharon?

Sí, nos fuimos a cenar. Emma tenía hambre.

Mi querida señora Magnus –dijo Sejer–, ¿pretende usted hacerme creer que llamó para denunciar el hallazgo de un cadáver y que la policía no le pidió que esperara hasta que acudiese?

¡Pero Dios mío, yo no soy responsable de los fallos que la gente comete en su trabajo! Sería un tío joven y sin experiencia, yo qué sé. ¡No es culpa mía!

¿Así que le pareció que se trataba de un hombre joven?

No lo sé, no me fijo en esas cosas.

Los artistas siempre se fijan en esas cosas –r eplicó Sejer secamente–. Son observadores, reparan en todo, captan todos los detalles. ¿No es así?

Ella no contestó. Apretó la boca tanto que parecía una fina raya en su rostro.

Voy a decirle algo –dijo Sejer en voz baja–. No la creo.

Es su problema.

¿Quiere que le diga por qué? –preguntó Sejer.

No me interesa.

Porque –prosiguió, bajando aún más la voz– ése es precisamente el tipo de llamada con el que sueñan todos, en medio de la larga y aburrida guardia de la tarde. El hallazgo de un cadáver. No hay nada que les entusiasme más, que les interese más, que un hombre muerto en el río una tarde cualquiera, entre conflictos vecinales, robos de coches y las roncas voces de los borrachos del calabozo. ¿Lo entiende usted?

Ese sería una excepción, supongo.

Me he encontrado con muchas cosas raras en mi institución –admitió Sejer, estremeciéndose con sólo pensarlo–, pero como esa nunca.

Ella se había detenido del todo y lo miraba obstinada.

¿Está pintando un cuadro? –preguntó de repente.

Claro. Como ya sabe, vivo de eso.

Ella no se sentaba, por lo que él tampoco podía hacerlo.

No debe de ser fácil.

KARIM FOSSUM EL OJO DE EVA pag.54

Discurriendo de este modo llegamos al castillo. El tejado aparecía

cubierto por un resplandor rojizo entre las tinieblas. De una de las

chimeneas salían chispas, formando haces, para caer en lluvia de oro bajo

un humo espeso y negro que ocultaba el firmamento. Ambos creímos que

las llamas devoraban el edificio. Mi buen maestro se mesaba sus cabellos y

sollozaba, exclamando:

¡Mi Zózimo, mis papiros y mis manuscritos griegos! ¡Socorro,

socorro! ¡Mi Zózimo!...

Volando más que corriendo por la gran avenida, sobre los charcos de

agua que reflejaban los resplandores del incendio, atravesamos el parque,

sepultado en una sombra espesa. Estaba en calma y desierto. En el castillo

todo parecía dormir. Oíamos el rugido del fuego al subir de dos en dos los

peldaños de la escalera, deteniéndonos a veces para observar la procedencia

de tan espantoso ruido.No había incendio alguno, pero sí un fuego terrible en un gran horno de

reverbero, que después supe se llamaba atanor. Toda aquella sala, bastante

espaciosa, estaba llena de botellas de vidrio, sobre las cuales serpenteaban

tubos de cristal en forma de pico de pato; retortas semejantes a rostros

mofletudos con narices como trompas; crisoles, matraces, probetas,

alambiques y vasos de formas desconocidas.

Mi maestro dijo, secándose el rostro, luciente como un ascua:

¡Ah, señor! Hemos creído que el castillo ardía como paja seca. A Dios

gracias, la biblioteca no se ha quemado. Pero veo que practicáis, caballero,

el arte espagírico.

No os ocultaré —respondió el señor de Astarac— que en él he

realizado grandes progresos, sin hallar el thelema que dará perfección a mis

trabajos. En el momento mismo en que empujabais la puerta, recogía,

señores, el espíritu del mundo y la flor del cielo, que es la verdadera fuente

de juventud. ¿Entendéis algo de alquimia, señor Coignard

Y dirigiéndose a un viejo y desvencijado cofre, adosado a la pared, lo

abrió, sacando una moneda de cobre con la efigie del difunto rey, y nos

llamó la atención sobre una mancha redonda que la atravesaba de parte a

parte.

Es el efecto de la piedra —d ijo—, que ha cambiado el cobre en plata.

Pero aquí no tiene gran importancia.

Dirigióse nuevamente al viejo cofre, sacando de él un zafiro del tamaño

de un huevo, un ópalo de una magnitud maravillosa y un puñado de

esmeraldas admirablemente bellas.

Ved ahí —exclamó— algunas de mis obras, las cuales os demostrarán

suficientemente que el arte espagírico no es el delirio de un cerebro huero.

En el fondo de la taza en que estaban las piedras había también cinco o

seis diamantes pequeños, de los cuales no nos habló el señor de Astarac. Mi

buen maestro le preguntó si también eran obra suya.

ANATOLE FRANCE EL FIGON DE LA REINA PATOJA pag.54


Como la discusión se prolongaba sin ofrecer

mucha luz, y los bienaventurados no hacían otra

cosa que repetir siempre lo mismo, decidieron

consultar a Santa Catalina de Alejandría. Era lo

acostumbrado en casos difíciles. En la Tierra, Santa

Catalina había confundido a cincuenta doctores,

muy sabios, con su profundo conocimiento de la

filosofía de Platón, las Sagradas Escrituras y la

Retórica.

VII. CONTINUACION DE LA ASAMBLEA

Presentóse Santa Catalina en la asamblea con la

frente ceñida por una corona de esmeraldas, zafiros

y perlas. Vestía un traje de tisú de oro y llevaba al

costado una rueda resplandeciente.

Invitóla el Señor a que hablase, y dijo:

-Señor, para resolver el problema que os dignáis

someterme no estudiaré las costumbres de los

animales en general, ni siquiera las de las aves en

particular.Solamente haré notar a los doctores, confesores

y pontífices reunidos en esta Asamblea, que la

distinción entre el hombre y el animal no es

absoluta, puesto que existen monstruos que

proceden a la vez del animal y del hombre: tales son

las quimeras, mitad ninfas y mitad serpientes, las tres

gorgonas, los caprípedos, las estilas y las sirenas que

cantan en el mar y tienen busto de mujer y cola de

pescado. Tales son también los centauros, noble

raza de monstruos, uno de los cuales, no lo ignoráis,

guiado por las luces de la razón, supo encaminarse

hacia la beatitud eterna, y le habréis visto algunas

veces, entre nubes doradas, mostrar su pecho

heroico al encabritarse

LA ISLA DE LOS PINGUINOS ANATOLE FRANCE pag.54

El nacimiento de la moral cristiana

Encontramos la raíz «askein» (infra) una sola vez en todo el Nuevo Testamento, y puesta en boca de Pablo, ese hombre supuestamente calvo y patizambo, que además sufría crisis alucinatorias, tal vez de origen epiléptico. Pese a todo, y en total contradicción con el Evangelio, sus cartas nos atruenan con la mortificación, el aniquilamiento de los afectos, el odio al cuerpo. La sarx, la carne, aparece como el auténtico asiento del pecado. En el cuerpo no hay «nada bueno»; es un «cuerpo para la muerte» todo lo que quiere «significa muerte» y «enemistad contra Dios». El cristiano tiene que «atormentar y someter» «crucificar» y «matar» al cuerpo, y así sucesivamente.

Repetidamente, Pablo —quizás un impotente desde su infancia, o al menos un hombre repleto de complejos sexuales— combate la «lujuria» (porneia), el «vicio» las «obras de la oscuridad» las «orgías y bacanales» la «lujuria y los libertinajes» el «trato con gentes lujuriosas» a los «lujuriosos» a los «adúlteros» a los «libertinos y pederastas» —el Nuevo Testamento llama a los homosexuales «perros»—, «los actos de impureza, fornicación y libertinaje». Estos pecados están por encima de todos los demás. Luego ya vienen la idolatría, la hostilidad, la violencia, la desave-nencia y lo demás. Repetidamente se lee: «mortificad vuestros miembros apegados a lo terrenal, en los que habitan la lujuria, la inmoralidad, las pasiones, los malos deseos (...)». «¡Huid de la fornicación! Cualquier otro pecado que el hombre comete queda fuera de su cuerpo, mas quien fornica peca contra su propio cuerpo».

KARLHEINZ_DESCHNER HISTORIA SEXUAL DEL CRISTIANISMO pag.54

-¡Oh reina del cielo! Ahora tú seas aquella santa Ceres, madre primera

de los panes, que te alegraste cuando te halló tu hija, y quitado el manjar bestial

antiguo de las bellotas, mostraste manjar deleitoso, que moras y estás en las

tierras de Atenas; o ahora tú seas aquella Venus celestial, que en el principio

del mundo juntaste la diversidad de los linajes, engendrando amor entre ellos y,

acrecentando el género humano con perpetuo linaje, eres honrada en el templo

sagrado de Paphos, cercado de la mar; o ahora tú seas hermana del Sol, que

con tus medicinas amansando y recreando el parto de las mujeres preñadas,

criaste tantas gentes, y ahora eres adorada en el magnífico templo de Efeso; o

ahora tú seas aquella temerosa Proserpina a quien sacrifican con aullidos de

noche y que comprimes las fantasmas con tu forma de tres caras, y refrenándote

de los encerramientos de la tierra, andas por diversas montañas y arboledas y

eres sacrificada y adorada de diversas maneras; tú alumbras todas las ciudades

del mundo con ésta tu claridad mujeril, y criando las simientes alegres con tus

húmidos rayos, dispensas tu lumbre incierta con las vueltas y rodeos del Sol;LA DIOSA BLANCA,-

Las vocales no relatan una fábula, sino que caracterizan el progreso de Hércules

a lo largo de las cinco estaciones del año, simbolizadas por los cinco pétalos de la

cúpula del loto: Nacimiento, Iniciación, Casamiento, Descanso de los Trabajos y

Muerte:

ACHAIVA La Hilandera, un título de Deméter, la Diosa Blanca. (Compárese

también Acra en el mito romano de Hércules, y Aao. el coco griego

que devoraba a los niños recién nacidos.)

OSSA Fama. (También el nombre de una montaña sagrada de Magnesia y de

una colina sagrada en Olimpia.)

URANIA La Reina del Cielo. La palabra se deriva tal vez de auras, montaña, y

ana. reina. Pero Ura (aura) significa la cola de un león (consagrado a

Anatha, la diosa de la Montaña, Reina del Cielo), y como el león

expresa la ira con la cola, la palabra puede significar «La Reina con

Cola de León»; ciertamente, el nombre griego de la corona de áspid de

Egipto que llevaban los Faraones por derecho materno era «Uraeus»,

que significa «de

Cola de León», y el Aspid estaba consagrado a la misma diosa.

(H) ESUCHIA Reposo. La palabra ha sido abreviada probablemente en honor del dios

celta Esus, que aparece en un bajorrelieve galés recogiendo ramas

festivas, con la mano izquierda donde debía estar la derecha

IACHEMA Gritando o silbando.

GRAVES ROBERT LA DIOSA BLANCA pag.54









domingo, octubre 26, 2008

ELLA

ELLA NUNCA SERÁ MONARQUICA,MAJESTAD.


Aconteció después que, dondequiera me viese esta mujer, tornábase

su semblante compasivo y palidecía como amorosamente, por lo

cual a menudo recordábame a mi nobilísima amada, que con semejante

palidez se me mostraba. Y en verdad digo que muchas veces, no pudiendo

llorar ni desahogar mi tristeza, procuraba ver a tan compasiva

señora, la cual diríase que con su presencia hacía brotar lágrimas de

mis ojos. Por ello ganáronme deseos de escribir algunos versos dirigidos

a ella. Y entonces compuse este soneto, que empieza. «Color de

amor y de piedad talante.» No el menester dividirlo, por cuanto resulta

claro con lo antedicho.

Color de amor y de piedad talante,

nunca tornó tan admirablemente

un rostro de mujer por mí frecuente

llanto de devoción, mirar amante,

como vos los tomáis, señora, ante

la gravedad de mi decir doliente,

tanto, que al veros túrbase mi mente

y el corazón sospecho que no aguante.

Y están mis pobres ojos con recelo

de veros mucho y por diversos modos

por ansias de llorar que en ellos moran.

Pero, aunque tanto fomentéis su anhelo

que por las ansias se consumen todos,

es- llorar ante vos- cosa que ignoran.

Dante La vida nueva pag,54


En uno de los capítulos precedentes hemos hablado largamente del nexo privilegiado existente entre el cristianismo y la historia, de la historicidad del cristianismo, y nos hemos referido a Schelling, el cual, en susVorlesungen über die Methode des akademischen Studiums,expuso con singular fuerza la idea de que el cristianismo es, ante todo, históri­co, revelación a través de la historia. Al mismo tiempo, hemos dicho que el cristianismo es, por su misma naturaleza, excepcionalmente dinámico y no estático, que es una fuerza que irrumpe en la historia y, por consiguiente, se diferencia profundamente del mundo antiguo, que, dada su tendencia contemplativa, era fundamentalmente estático. Este dinamismo fuetan grande que incluso estuvo presente en los casos en que se apostataba del cristianismo. En tales casos, el dinamis­mo se expresaba bajo otras formas, por ejemplo, bajo la forma de rebelión, de sublevación contra el destino; una rebelión tan violenta sólo aparece en el interior del período cristiano de la historia, pues el dinamismo cristiano engendra también a veces un dinamismo contrario y erróneo. Esta historicidad y dinamicidad excepcionales del cristianis­mo están ligadas ante todo a la circunstancia de que el hecho central de la historia cristiana (la aparición de Cristo) es un hecho único e irrepetible que funda el carácter específico de todo lo «histórico». Toda la historia universal camina hacia este hecho central e irrepetible y parte de él. Este carácter único e irrepetible de lo «histórico», este nexo de la historia celeste con la terrena, tiene en el mundo cristiano una configuración histórica muy compleja, en la que se refractan todas las fuerzas fundamentales de la historia espiritual precedente. En esta configuración se da sobre todo lainteracción de los principios judío y helénico. Sólo el conflicto y la interacción de ambos principios expli­can la aparición del cristianismo en la historia. Dentro del cristianismo prevalecen alternativamente uno u otro principio.

Nicolai Berdiaev El sentido de la Historia pag.54


Ellos, los sueños, indican el camino

con símbolos y señales de toda clase,

en cada hecho, en cada momento,

entre las cosas y entre las personas,

en los dolores y en los placeres,

en los triunfos y en los fracasos.

Lo soñado, nos enseña, dormidos o despiertos,

a vernos,

a escucharnosa darnos cuenta.

Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos

o en relámpagos de lucidez enceguecedora.

 

 

Y así crecemos,

nos desarrollamos,

evolucionamos...

 

 

Y un día, mientras transitamos

este eterno presente que llamamos vida,

las semillas de nuestros sueños

se transformarán en árboles,

y desplegarán sus ramas

que, como alas gigantescas,

cruzarán el cielo,

uniendo en un solo trazo

nuestro pasado y nuestro futuro.

 

 

Nada hay que temer,

... una sabiduría interior las acompaña...

porque cada semilla sabe...

cómo llegar a ser árbol.

JORGE BUCAY Cuentos para pensar pag,54