domingo, octubre 26, 2008

ELLA

ELLA NUNCA SERÁ MONARQUICA,MAJESTAD.


Aconteció después que, dondequiera me viese esta mujer, tornábase

su semblante compasivo y palidecía como amorosamente, por lo

cual a menudo recordábame a mi nobilísima amada, que con semejante

palidez se me mostraba. Y en verdad digo que muchas veces, no pudiendo

llorar ni desahogar mi tristeza, procuraba ver a tan compasiva

señora, la cual diríase que con su presencia hacía brotar lágrimas de

mis ojos. Por ello ganáronme deseos de escribir algunos versos dirigidos

a ella. Y entonces compuse este soneto, que empieza. «Color de

amor y de piedad talante.» No el menester dividirlo, por cuanto resulta

claro con lo antedicho.

Color de amor y de piedad talante,

nunca tornó tan admirablemente

un rostro de mujer por mí frecuente

llanto de devoción, mirar amante,

como vos los tomáis, señora, ante

la gravedad de mi decir doliente,

tanto, que al veros túrbase mi mente

y el corazón sospecho que no aguante.

Y están mis pobres ojos con recelo

de veros mucho y por diversos modos

por ansias de llorar que en ellos moran.

Pero, aunque tanto fomentéis su anhelo

que por las ansias se consumen todos,

es- llorar ante vos- cosa que ignoran.

Dante La vida nueva pag,54


En uno de los capítulos precedentes hemos hablado largamente del nexo privilegiado existente entre el cristianismo y la historia, de la historicidad del cristianismo, y nos hemos referido a Schelling, el cual, en susVorlesungen über die Methode des akademischen Studiums,expuso con singular fuerza la idea de que el cristianismo es, ante todo, históri­co, revelación a través de la historia. Al mismo tiempo, hemos dicho que el cristianismo es, por su misma naturaleza, excepcionalmente dinámico y no estático, que es una fuerza que irrumpe en la historia y, por consiguiente, se diferencia profundamente del mundo antiguo, que, dada su tendencia contemplativa, era fundamentalmente estático. Este dinamismo fuetan grande que incluso estuvo presente en los casos en que se apostataba del cristianismo. En tales casos, el dinamis­mo se expresaba bajo otras formas, por ejemplo, bajo la forma de rebelión, de sublevación contra el destino; una rebelión tan violenta sólo aparece en el interior del período cristiano de la historia, pues el dinamismo cristiano engendra también a veces un dinamismo contrario y erróneo. Esta historicidad y dinamicidad excepcionales del cristianis­mo están ligadas ante todo a la circunstancia de que el hecho central de la historia cristiana (la aparición de Cristo) es un hecho único e irrepetible que funda el carácter específico de todo lo «histórico». Toda la historia universal camina hacia este hecho central e irrepetible y parte de él. Este carácter único e irrepetible de lo «histórico», este nexo de la historia celeste con la terrena, tiene en el mundo cristiano una configuración histórica muy compleja, en la que se refractan todas las fuerzas fundamentales de la historia espiritual precedente. En esta configuración se da sobre todo lainteracción de los principios judío y helénico. Sólo el conflicto y la interacción de ambos principios expli­can la aparición del cristianismo en la historia. Dentro del cristianismo prevalecen alternativamente uno u otro principio.

Nicolai Berdiaev El sentido de la Historia pag.54


Ellos, los sueños, indican el camino

con símbolos y señales de toda clase,

en cada hecho, en cada momento,

entre las cosas y entre las personas,

en los dolores y en los placeres,

en los triunfos y en los fracasos.

Lo soñado, nos enseña, dormidos o despiertos,

a vernos,

a escucharnosa darnos cuenta.

Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos

o en relámpagos de lucidez enceguecedora.

 

 

Y así crecemos,

nos desarrollamos,

evolucionamos...

 

 

Y un día, mientras transitamos

este eterno presente que llamamos vida,

las semillas de nuestros sueños

se transformarán en árboles,

y desplegarán sus ramas

que, como alas gigantescas,

cruzarán el cielo,

uniendo en un solo trazo

nuestro pasado y nuestro futuro.

 

 

Nada hay que temer,

... una sabiduría interior las acompaña...

porque cada semilla sabe...

cómo llegar a ser árbol.

JORGE BUCAY Cuentos para pensar pag,54

















 

 



 







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