viernes, mayo 18, 2012

LA CRISIS Y LAS PROFECIAS

     

                           

 

 

Sura 17. Al-Isra’ (El Viaje Nocturno)  453

(34) Y no toquéis los bienes del huérfano --sino para mejorarlos-- antes de que este alcance la
mayoría de edad.42 ¡Y cumplid todos los compromisos --pues, ciertamente, [en el Día del Juicio]
habréis de dar cuenta de cada promesa que hayáis hecho!43
(35) Y dad la medida completa cuando midáis, y pesad con una balanza justa:44 esto será [por
vuestro propio] bien, y lo mejor en definitiva.
(36) Y no te ocupes de aquello de lo que no tienes conocimiento:45 ¡en verdad, el oído, la vista
y el corazón --todos ellos-- habrán de responder por ello [en el Día del Juicio]!
(37) Y no camines por la tierra con arrogante presunción: pues, ¡ciertamente, nunca podrás
hender la tierra, ni crecer tan alto como las montañas!
(38) La maldad de todo esto es detestable a los ojos de Dios:46 (39) esto forma parte de ese
conocimiento del bien y el mal que tu Sustentador te ha inspirado.47
Así pues, ¡no pongas junto a Dios a ninguna otra deidad,48 para que no seas arrojado al infierno,
censurado [por ti mismo] y repudiado [por Él]!
(40) ¿ACASO OS HA distinguido vuestro Sustentador dándoos hijos varones y ha tomado
para Sí hijas en forma de ángeles?49 ¡Ciertamente, decís en verdad algo monstruoso!

 

44 Lit., “recta” (mustaqim) --un término que en el Qur’án tiene siempre una connotación espiritual o moral.
Por tanto, esta orden se aplica, como en una frase similar en 6:152, no sólo a las transacciones comerciales
sino a todos los tratos entre los hombres.

49 Lit., “ha tomado para Sí, de entre los ángeles, hembras”: una alusión a la creencia de los árabes antes
del Islam de que los ángeles --considerados como deidades femeninas secundarias-- eran “hijas” de Dios,
y esto a pesar del desprecio de los árabes paganos por la descendencia femenina (cf. 16:57 y las notas
correspondientes). En sus implicaciones más amplias, esta pregunta retórica quiere resaltar el absurdo de
suponer que la divinidad de Dios pueda proyectarse en, o ser compartida por, cualquier otro ser (cf.
6:100-101).

 

 

ROBERT GRAVES-LA DIOSA BLANCA  206 págs*3=618-453=168

Llevan la vaca dorada de Isis, envuelta en un paño negro, siete veces alrededor del
santuario de Osiris, a quien identifica con Dioniso. «Al circuito se le llama `La
búsqueda de Osiris' porque en el invierno la diosa anhela el agua del Sol

(Se acercó a donde estaba su madre tan suavemente como el rocío que en abril cae sobre
el césped.) Pues éste es el verdadero comienzo del año sagrado, cuando la cierva y la
vaca cimarrona paren sus crías y cuando nace el niño Hércules, engendrado en las
orgías del solsticio estival. Hasta ahora ha estado navegando en. su barquilla por las
aguas y ahora se acuesta resplandeciente en la hierba.

 

Captura

Leonie Swann
LAS OVEJAS DE
GLENNKILL    199 págs*3=597-453=144

Echaron a correr hacia la loma, y desde allí vieron que el carnicero
subía a duras penas por el camino y luego por la pradera, directo
hacia Gabriel.
La guadaña cantaba en voz alta, y las ruedas del carnicero
apenas sonaban en la hierba: era muy posible que Gabriel aún no
se hubiese percatado de su presencia. En todo caso no levantó la vista.
El carnicero sudaba. Estuvo un rato mirando cómo la hierba
caía al suelo ante Gabriel, hasta que al final dijo:
—Porque toda carne es como hierba.
La guadaña se detuvo en el aire. Gabriel se volvió y esbozó su
irresistible sonrisa.
—Al revés —replicó—. Toda hierba es como carne, si antes
se la he echado a las bestias.
Las ovejas intercambiaron miradas significativas. Como si lo
hubiese notado, el carnicero se volvió hacia la loma y entornó los
ojos.
Gabriel lo miró.
— ¿Qué te trae por aquí, Ham? —inquirió, cauteloso.
Ham sudaba debido al laborioso trayecto por la hierba, y su
cabello, tan bello y dorado en la casa de Dios, se le pegaba
grisáceo a la frente. Echó una mirada nerviosa alrededor.
— ¿Irás hoy a la lectura del testamento bajo el tilo?

 

VLADIMIR NABOKOV
Cuentos completos     453

La diferencia entre soñar un mundo con un orden nuevo y soñar con ordenarlo uno
mismo a nuestra conveniencia es profunda y fatal; sin embargo, ninguno de sus
amigos, incluido mi hermano, era capaz de distinguir, aparentemente, entre la
rebelión abstracta de sus espíritus y el despiadado deseo de poder de su amigo. Un
mes después de la muerte de mi hermano, él desapareció, transfiriendo su actividad
a las provincias del norte (el grupo de mi hermano fue debilitándose hasta
desaparecer y, hasta donde yo se, ninguno de sus miembros se dedicó a la política),
y muy pronto corrieron rumores de que el trabajo que había hecho allí, tanto en sus
objetivos como en sus métodos, había resultado ser diametralmente opuesto a todo
lo que se había dicho, pensado y esperado en aquel círculo inicial de jóvenes.
Cuando recuerdo su aspecto en aquellos años, encuentro extraño que nadie notara
la larga sombra angular de traición que arrastraba tras de sí por donde iba, cuyos
bordes se agazapaban bajo los muebles cuando se sentaba, y que interfería
extrañamente con la sombra del barandal de la escalera en la pared, cuando le
acompañaban hasta la puerta con una lámpara de mano. ¿O quizá fuera la
oscuridad de nuestros tiempos presentes la que se proyectaba en aquella sombra?
Yo no sé si les gustaba, pero en cualquier caso, mi hermano y los otros confundieron
sus silencios taciturnos con la intensidad de una fuerza espiritual. La crueldad de sus
ideas parecía una consecuencia natural de las calamidades enigmáticas que había
sufrido; y toda su cascara de despreocupación presuponía, por así decir, un núcleo
limpio y brillante. Y será mejor que confiese que incluso yo albergué en una ocasión
la fugaz impresión de que aquel hombre era capaz de piedad; sólo más tarde
determiné su verdadero cariz. Aquellos que gustan de las paradojas fáciles hace
tiempo que tomaron nota del sentimentalismo de los verdugos; y en verdad, que
delante de las carnicerías la acera está siempre un tanto húmeda.

  

 

JORGE LUIS BORGES-OBRAS COMPLETAS  453

Es una revelación cotejar el don Quijote de Menard con el de
Cervantes. Éste, por ejemplo, escribió (Don Quijote, primera parte,
noveno capítulo) :
. . . la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito
de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo
presente, advertencia de lo por venir.
Redactada en el siglo diecisiete, redactada por el "ingenio lego"
Cervantes, esa enumeración es un mero elogio retórico de la historia.
Menard, en cambio, escribe:
. . .la verdad, cuya madre es la historia émula del tiempo, depósito
de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo
presente, advertencia de lo por venir.
La historia, madre de la verdad; la idea es asombrosa. Menard,
contemporáneo de William James, no define la historia como una
indagación de la realidad sino como su origen. La verdad histórica,
para él, no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que- sucedió.

 

                                      

jueves, mayo 17, 2012

EL PAÑUELO EN EL ESPEJO

 

 

JAMES JOYCE-ULISES  668

—No sé si podré. Jueves, tenemos
nuestra reunión. Si puedo escaparme a tiempo.
Cajapetacayogui en las habitaciones de
Dawson. Isis Develada. Su libro de Pali que
tratamos de empeñar. De piernas cruzadas bajo
un árbol parasol eleva el trono un logos aztecas,
azteca, funcionando en planos astrales, su
superalma, mahamahatma. Los fieles
hermetistas esperan la luz, maduros para el
noviciado budista circulatierralrededor de él.
Louis H. Victory, T. Caulfield Irwin. Las damas
del loto los vigilan en los ojos sus glándulas
pineales fulgurantes. Henchido de su dios se

eleva al trono, Buda bajo plátano. Tragador de
almas, engolfador. Almas masculinas, almas
femeninas, multitudes de almas. Engolfados con
gritos gemidores, arremolinador
arremolinándose, ellos se lamentan.
En quintaesenciada trivialidad
durante años en esta caja de carne
un alma femenina moró.

JORGE LUIS BORGES—OBRAS COMPLETAS  668

Temblaron los umbrales y las puertas,
Donde la majestad negra y oscura
Las frías desangradas sombras muertas
Oprime en ley desesperada y dura;
Las tres gargantas al ladrido abiertas,
Viendo la nueva luz divina y pura,
Enmudeció Cerbero, y de repente
Hondos suspiros dio la negra gente.
Gimió debajo de los pies el suelo,
Desiertos montes de ceniza canos,
Que no merecen ver ojos del cielo,
Y en nuestra amarillez ciegan los llanos.
Acrecentaban miedo y desconsuelo
Los roncos perros, que en los reinos vanos
Molestan el silencio y los oídos,
Confundiendo lamentos y ladridos.

LA VISITA DE UN ANGEL

                               

BORGES-OBRAS COMPLETAS   526

Quienes escriben que la secta del Fénix tuvo su origen en Heliópolis,
y la derivan de la restauración religiosa que sucedió a la
muerte del reformador Amenophis IV, alegan textos de Heródoto,
de Tácito y de los monumentos egipcios, pero ignoran, o
quieren ignorar, que la denominación por el Fénix no es anterior
a Hrabano Mauro y que las fuentes más antiguas (las Saturnales
o Flavio Josefo, digamos) sólo hablan de la Gente de la Costumbre
o de la Gente del Secreto. Ya Gregorovius observó, en los
conventículos de Ferrara, que la mención del Fénix era rarísima
en el lenguaje oral; en Ginebra he tratado con artesanos que no
me comprendieron cuando inquirí si eran hombres del Fénix,
pero que admitieron, acto continuo, ser hombres del Secreto. Si
no rne engaño, igual cosa acontece con los budistas; el nombre
por el cual los conoce el mundo no es el que ellos pronuncian.
Miklosich, en una página demasiado famosa, ha equiparado
los sectarios del Fénix 'a los gitanos. En Chile y en Hungría hay
gitanos y también hay sectarios; fuera de esa especie de ubicuidad,
muy poco tienen en común unos y otros. Los gitanos son chalanes,
caldereros, herreros y decidores de la buenaventura; los sectarios
suelen ejercer felizmente las profesiones liberales

Los gitanos
configuran un tipo físico y hablan, o hablaban, un idioma secreto;
los sectarios se confunden con los demás y la prueba es que no
han sufrido persecuciones. Los gitanos son pintorescos e inspiran
a los malos poetas.

 

 

                                     

ROBERT GRAVES-LA DIOSA BLANCA  526

El nombre divino de Alpha, escrito con cuatro letras, resulta ser «Acab» en la
lista de nombres de letras de O'Flaherty; lo que indica Achab (Ahab) rey de Israel,
nombre que tenía también el profeta que aparece en los Hechos de los Apóstoles como
«Agabo». Es el nombre «Agabo» el que explica el enigma secundario «he sido locuaz
antes que me dotaran con el habla», pues Agabo (quien, según el seudo-Doroteo, era
uno de los setenta discípulos) es mencionado dos veces en los Hechos de los Apóstoles.
En la primera mención (Hechos, XI) «vaticinó por el Espíritu una grande hambre».
Gwion pretende comprender por significó (vaticinó) que Agabo hizo señas, es decir que
profetizó con gestos en esa ocasión, en tanto que en Hechos, XXI dijo en voz alta: «Esto
dice el Espíritu Santo». Pero Achab no es un nombre divino; en hebreo significa
solamente «hermano del padre». Sin embargo, Acab significa en hebreo «cigarra», y la
cigarra de oro era entre los griegos del Asia Menor un símbolo divino de Apolo, el dios Sol.

 

       

JAMES JOYCE-ULISES  526

Empezó:
—Señor presidente, señoras y señores:
grande fue mi admiración al escuchar las
afirmaciones dirigidas a la juventud de Irlanda
hace un instante por mi docto amigo. Me pareció

haber sido transportado a un país alejado de
este país, a una edad remota de esta edad, que
me hallaba en el antiguo Egipto y que estaba
escuchando el discurso de algún sumo sacerdote
de esa nación dirigido al juvenil Moisés.
Sus oyentes dejaron en suspenso los
cigarrillos para escuchar, los humos
ascendiendo en frágiles tallos que florecían con
su discurso. Y que nuestros humos retorcidos.
Nobles palabras se aproximan. Veamos.
¿Podrías tú hacer la prueba?
—Y me pareció que escuchaba la voz del
sumo sacerdote egipcio, levantada en un tono de
igual arrogancia y de igual orgullo. Escuché sus
palabras y su significado me fue revelado.

 

 

 

 

                     

 

Sura 21. Al-Anbiya’ (Los Profetas)  526

(81) Y [sometimos]a Salomón el viento tempestuoso, que soplaba por mandato suyo hacia la
tierra que habíamos bendecido:75 porque somos Nosotros quienes tenemos conocimiento de todo.
(82) Y entre las fuerzas rebeldes [que le sometimos]76 había algunos que buceaban para él [en el
mar] y ejecutaban además otros trabajos: pero éramos Nosotros quienes los vigilábamos.77
(83) Y [recuerda a] Job, cuando invocó a su Sustentador: “¡La desgracia ha hecho presa en
mí: pero Tú eres el más misericordioso de los misericordiosos!”78 –(84) y entonces le respondimos,
apartando de él la desgracia que le afligía; y le dimos una nueva descendencia,79
doblando su número como misericordia Nuestra, y como recordatorio para todos los que
Nos adoran.

75 Esta es al parecer una alusión a las flotas de veleros que transportaban ingentes riquezas hasta las costas
de Palestina (“la tierra que habíamos bendecido”) y que hicieron proverbial la riqueza de Salomón.
76 Mi traducción de shaiatín (lit., “satanes”) por “fuerzas rebeldes”, en este contexto, se basa en el sentido
figurado del término shaitán como algo “rebelde”, “excesivamente orgulloso” o “insolente” (cfr. Lane IV,
1552) –que en este caso posiblemente se refiera a enemigos sometidos y esclavizados o, más probablemente,
a fuerzas “rebeldes” de la naturaleza que Salomón fue capaz de domeñar y utilizar; no obstante,
véase también la nota siguiente.
77 El Qur’án alude aquí, como en varios otros pasajes relativos a Salomón, a las numerosas leyendas poéticas
que desde tiempos remotos han estado asociadas con su nombre y que entraron a formar parte del
legado cultural judeo-cristiano y árabe mucho antes de la llegada del Islam. Aun que es posible, sin lugar
a dudas, interpretar de forma “racional” dichos pasajes, no lo considero realmente necesario. Estos relatos
legendarios de la sabiduría y poderes mágicos de Salomón estaban tan profundamente arraigados en la
imaginación de la gente, que habían adquirido realidad cultural propia y se prestaban inmejorablemente
como vehículo para la exposición parabólica de ciertas verdades éticas de las que se ocupa este libro: y
así, sin negar ni confirmar su carácter mítico, el Qur’án las utiliza como marco para la idea de que Dios es
la fuente suprema de todo el poder y la gloria humanos, y que todos los logros del ingenio humano, aunque
a veces rayen en lo milagroso, no son sino expresión de Su transcendental poder creador.
78 La historia de Job (en árabe, Aiub), que describe su felicidad y prosperidad primeras, sus tribulaciones
posteriores, la pérdida de todos sus hijos y de su hacienda, su inmunda enfermedad y su desesperación
total y, finalmente, la recompensa de Dios por haber sido paciente en la adversidad, aparece narrada en
detalle en el Antiguo Testamento (Libro de Job). Esta epopeya bíblica, altamente filosófica, es con toda
probabilidad una traducción o paráfrasis en hebreo –como puede verse por el lenguaje empleado—de un
poema nabateo (e.d., del norte de Arabia), porque “Job, autor del más extraordinario poema producido en
el mundo semítico antiguo, era árabe y no judío, como lo indican la forma de su nombre (Iiyob) y el escenario
de su libro, ubicado en el norte de Arabia” (Philip K.Hitti, History of the Arabs, Londres 1937, pp.
42-43). Dado que Dios le “habló”, Job ocupa en el Qur’án un lugar entre los profetas, como personificación
de la suprema virtud de la paciencia frente a la adversidad (sabr
).

                 

VLADIMIR NABOKOV-CUENTOS  526

si usted me preguntara una sola cosa, si conozco,
en términos humanos, lo que hay después de la muerte, esto es, si usted tratara de
evitar el absurdo en el que acabaría por desvanecerse la competencia entre dos
conceptos opuestos pero básicamente similares, una respuesta negativa mía le
llevaría a concluir lógicamente que su vida no puede acabar en la nada, mientras
que una respuesta afirmativa le haría llegar a la conclusión contraria. En uno y otro
caso, como verá, usted permanecería en la misma situación que antes, porque un
«no» seco le probaría a usted que yo no sé del tema más que usted, mientras que un
húmedo «sí» sugeriría que usted acepta la existencia de un cielo internacional del
que su razón no puede menos que dudar.
—No hace más que evadir por todos los medios una respuesta directa, pero déjeme
que observe, sin embargo, que cuando se trata del tema de la muerte, al menos no
me responde con un «frío».
—Ya está usted otra vez en las mismas —suspiró Falter—. ¿No acabo de explicarle
que cualquier tipo de deducción, cualquiera, entiende usted, se ajusta a la curvatura
del pensamiento? Es correcta, mientras permanezca en la esfera de las dimensiones
terrenas, pero cuando se intenta ir más allá, el error crece en proporción a la
distancia cubierta. Y no es eso todo: su mente interpretará cualquier respuesta que
yo pueda darle exclusivamente desde un punto de vista utilitario, porque usted es
incapaz de concebir la muerte más que a imagen de su propia tumba, y esto a su vez
distorsionará hasta tal punto el sentido de mi respuesta que la convertirá, ipso facto,
en una mentira.

Por lo tanto observemos el decoro incluso en nuestras transacciones
con lo transcendental. No puedo expresarme con más claridad, y usted debería
estar agradecido de que le conteste con indirectas. Veo que al menos usted se ha
dado cuenta de que en la formulación misma de la pregunta hay una pequeña
trampa, una trampa, que, por cierto, es en sí misma más terrible que el propio
miedo a la muerte. En su caso es particularmente fuerte, ¿no es así?
—Sí, Falter. El terror que siento al pensar en mi futura falta de conciencia sólo es
comparable a la repugnancia que me inspira la imagen mental de la
descomposición de mi cuerpo.

  

 

miércoles, mayo 16, 2012

PROXIMA PARADA

                Captura

JAMES JOYCE-ULISES  674

Una lámpara de vestal.
Aquí pondera él cosas que no fueron: lo
que César habría llevado a cabo si hubiera
creído al augur: lo que pudo haber sido:
posibilidades de lo posible como posible: cosas
no conocidas: qué nombre llevaba Aquiles
cuando vivía entre las mujeres.
Ideas de ataúdes alrededor de mí, en
cajas de momias, embalsamadas en especia de
palabras. Tot, dios de las bibliotecas, un dios
pájaro, coronado de luna. Y yo escuché la voz de
ese sumo sacerdote egipcio. En cámaras
pintadas cargadas de tejas libros.
Están inmóviles. No hace mucho activo
en los cerebros de los hombres. Inmóviles: pero
una picazón de muerte está en ellos, para
contarme un cuento lacrimógeno al oído y para
urgirme a que yo cumpla su voluntad.
—Ciertamente —meditó Juan Eglinton—,
de todos los grandes hombres él es el más
enigmático

Esculturas gigantes de insectos  

JORGE I.U1S BORGES—OBRAS COMPLETAS  674

Las verdaderas, las que formulan
íntimas conexiones entre una imagen y otra, han existido siempre;
las que aún podemos inventar son las falsas, las que no vale
la pena inventar. Ésta que digo es la que asimila los sueños
a una función de teatro. En el siglo xvn, Quevedo la formuló
en el principio del Sueño de la muerte; Luis de Góngora, en el.
soneto Varia imaginación, donde leemos:
El sueño, autor de representaciones,
en su teatro sobre el viento armado,
sombras suele vestir de bulto bello.
En el siglo xvm, Addison lo dirá con más precisión. "El alma,
cuando sueña —escribe Addison—, es teatro, actores y auditorio."

 

 

Esculturas gigantes de insectos                 Esculturas gigantes de insectos