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LAS BELLEZAS DEL TALMUD
Traducción: R.Cansinos-Assens
Desgarrado por inenarrables dolores, el pobre mártir sufría y callaba. Su hija, desesperada, gritaba:
— ¿Esta es la recompensa a tu virtud?
Respondía el maestro mártir:
— Si yo sólo sufriese el fuego, quizá me lamentase. Pero
ves tú este sacro libro que conmigo va a hacerse ceni-
zas? El vengador de éste será mi vengador.
Sus discípulos, sobrecogidos de profunda admiración, le contemplaban extáticos, y observando la imperturbable serenidad de su semblante, decían:
-
¡Maestro! ¿Qué arcana visión te sonríe en la mente?
-
(Hijos míos! Veo el pergamino de este libro convertirse
en cenizas, pero la sagrada palabra volar ilesa al cielo.
-¡Maestro! Tu martirio es demasiado horrible y largo. Abre la boca y haz que las llamas penetren en tu pecho y te den más pronto muerte.
— ¡Hijos míos! Dios me ha dado este alma: Espero a que él
la recoja, no a que yo la suelte. (Talmud Havodá Zará, pág.
18.)
VLADIMIR NABOKOV
Cuentos completos
Dioses
Esto es lo que veo ahora mismo en tus ojos: una noche lluviosa, una calle angosta,
unas farolas que se pierden en la distancia. El agua se desliza vertiginosa por las
laderas de los tejados empinados hasta los desagües. Debajo de la boca de
serpiente de cada uno de los desagües hay un cubo con un aro verde. Las hileras de
cubos bordean las paredes negras a ambos lados de la calle. Yo los observo mientras
se van llenando de mercurio frío. El mercurio pluvial va creciendo hasta
desbordarse. Las bombillas desnudas brillan en la distancia, sus rayos erizados en la
lluviosa oscuridad. Los cubos ya se están desbordando.
Y así logro entrar en tus ojos nublados, hasta llegar a una callejuela angosta de
negra luz tenue donde la lluvia nocturna borbotea y susurra. Sonríeme. ¿Por qué me
miras con expresión tan sombría y siniestra? Ya es de mañana. Las estrellas no han
cesado de chillar con sus voces infantiles toda la noche mientras que en el tejado
alguien laceraba y acariciaba un violín con un arco afilado. Mira, el cielo cruza la
pared lentamente como una vela al viento. Tú emanas una niebla ahumada que
todo lo envuelve. El polvo comienza a tejer remolinos en tus ojos, millones de
palabras doradas. ¡Sonreiste!
Salimos al balcón. Es primavera. Abajo, en medio de la calle, un chico de rizos
amarillos trabaja a toda prisa, dibujando a un dios. El dios se extiende de una a otra
acera. El chico agarra un trozo de tiza en la mano, un trocito de carboncillo blanco,
y en cuclillas, sin dejar de dar vueltas, dibuja con amplios trazos en el suelo. Este
dios blanco tiene grandes botones también blancos y los pies abiertos. Crucificado
en el asfalto, mira hacia el cielo con ojos abiertos. Su boca es tan sólo y también un
simple arco blanco. Un puro, del tamaño de un leño, ha aparecido en su boca. Con
trazos helicoidales el chico dibuja unas espirales que quieren representar el humo.
Contempla su obra, brazos en jarras. Añade un nuevo botón... El marco de una
ventana suena en algún lugar; y una voz de mujer, enorme y feliz, llama al
muchacho. El niño se desprende de la tiza con una patada y corre a casa. El dios
blanco, geométrico, queda abandonado en el asfalto violeta, mirando al cielo.
Sura 55. Ar-Rahmán (El Más Misericordioso)
Sura 55. Ar-Rahmán (El Más Misericordioso)
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(56) En esos [jardines] habrá jóvenes de mirada recatada, a las que ningún hombre o ser invisible
ha tocado hasta entonces27 --(57) ¿cuál, pues, de los poderes de vuestro Sustentador negaréis?—(
58) [hermosas] como rubíes y perlas. (59) ¿Cuál, pues, de los poderes de vuestro Sustentador
negaréis?
(60) ¿Acaso puede la recompensa del bien ser otra cosa que el bien? (61) ¿Cuál, pues, de los
poderes de vuestro Sustentador negaréis?
(62) Y además de esos dos, habrá [otros] dos jardines28 --(63) ¿cuál, pues, de los poderes de
vuestro Sustentador negaréis?—(64) dos [jardines] de un profundo verdor.29 (65) ¿Cuál, pues, de
los poderes de vuestro Sustentador negaréis?
(66) En [cada uno de] esos dos [jardines] brotarán dos fuentes. (67) ¿Cuál, pues, de los poderes
de vuestro Sustentador negaréis?
(68) En ambos habrá fruta [de todas clases], palmeras y granados. (69) ¿Cuál, pues, de los poderes
de vuestro Sustentador negaréis?
(70) En esos [jardines] tendrán compañeras buenas y hermosas –(71) ¿cuál, pues, de los poderes
de vuestro Sustentador negaréis?-- (72) puras30 y modestas, en [espléndidos] pabellones --
(73) ¿Cuál, pues, de los poderes de vuestro Sustentador negaréis?—(74) [compañeras] a las que
ningún hombre o ser invisible ha tocado hasta entonces. (75) ¿Cuál, pues, de los poderes de
vuestro Sustentador negaréis?
(76) [En ese paraíso morarán,] reclinados sobre verdes praderas y alfombras de exquisita belleza.
(77) ¿Cuál, pues, de los poderes de vuestro Sustentador negaréis?
(78) ¡BENDITO sea el nombre de tu Sustentador, pleno de majestad y gloria!