Significado: mil (Loto de los mil pétalos)
Situación: En la coronilla
Elemento: El sonido cósmico, el pensamiento, la conciencia
Cualidades: Espiritual, sanador
Experiencia: El conocimiento, el entendimiento, la sabiduría, la conciencia, la sanación, la meditación
Guna: Sattvas
Proyección: La unidad, la paz
Cuerpo Sutil: Aura
Glándulas: Pineal
Otras partes del cuerpo: El córtex cerebral, el sistema nervioso central
Funciones: Entendimiento, el saber, la liberación, la iluminación
Características clave: La humildad, la entrega, dar reverencia ante el Infinito
Es a través de este chakra que percibimos un cuerpo infinito de información y la procesamos a través de nuestros seis chakras para darle el reconocimiento y la realización. Este es el proceso activo del séptimo chakra.
Para abrir plenamente el chakra de la coronilla, necesitamos constantemente descubrir y asimilar nueva información. La intuición y el saber empírico deben trabajar juntos para formar la comprensión. El contacto y el contexto deben existir para hacer que la comprensión sea tangible.
No hay mejor actividad para el desarrollo del séptimo chakra que la meditación. Es el acto a través del cual la conciencia es experimentada, y es esencial al espíritu como comer y descansar lo son para el cuerpo.
“Que el Eterno Sol te Ilumine, el Amor te rodee y la Luz Pura Interior guíe tu camino.”
El color violeta del arcángel Zadquiel
El violeta es el séptimo color de los rayos del arco iris. Es el color que provee un punto de transición entre lo visible y lo invisible. Por eso representa la alquimia divina y la transformación de la energía que vuelve lo físico en divino.
El arcángel Zadquiel es el encargado del rayo violeta del espectro de la luz. Zadquiel es el ángel de la benevolencia. Personifica la misericordia de Dios y enseña la confianza en la voluntad divina. Es el arcángel que acompaña al ser humano en sus horas más difíciles. Se le invoca por medio del color violeta.
TEXTOS DE LAS PIRAMIDES 77
LA DIOSA BLANCA ROBERT GRAVES 77
aunque conociera el significado de «un período en el Castillo de
Arianrhod», ¿podría resolver el enigma? ¿Quién pasó allí tres períodos?
Las series de «He estado» o «Yo soy» -la más antigua de ellas indiscutiblemente
precristiana- que aparecen en tantos poemas bárdicos de Gales e Irlanda parecen tener
sentidos diferentes aunque relacionados. La creencia primitiva no es la de la clase baja
de la India en una metempsicosis individual primero un moscón, luego una flor, después
quizá un toro brahmánico o una mujer, según el mérito de cada uno. El «Yo» es el dios
parecido a Apolo en nombre del cual canta el poeta inspirado, no el poeta mismo. A
veces el dios puede referirse míticamente a su ciclo diario como el Sol desde una aurora
hasta la otra; a veces a su ciclo anual desde el solsticio invernal hasta el otro solsticio de
invierno con los meses como estaciones de su avance; y tal vez en ocasiones a su gran
ciclo de 25.800 años alrededor del Zodíaco. Todos estos ciclos son símbolos los unos de
los otros; como hablamos todavía del «anochecer» o el «otoño» de nuestra vida para
referirnos a la ancianidad.
La referencia más común de «he estado» es al ciclo anual, y si examinamos estos
«he estado» estacionales (aunque por razones de discreción el orden ha sido siempre
trastocado deliberadamente) descubrimos habitualmente que contienen una serie
completa de símbolos del ciclo anual.
Soy agua, soy un reyezuelo,
soy un trabajador, soy una estrella,
soy una serpiente;
soy una celda, soy una grieta,
soy un depositario de canción, .
soy una persona instruida, etc.
Aunque se ha creído ver la teoría pitagórica de la metempsicosis, importada de
las colonias griegas de la Francia meridional en la leyenda irlandesa de Tuan
MacCairill, uno de los inmigrantes regios provenientes de España, quien pasó por las
sucesivas metamorfosis de ciervo, jabalí, halcón y salmón antes de nacer como hombre,
esto es improbable: los cuatro animales son símbolos estacionales.
PIERRE LEMAITRE NOS VEMOS ALLA ARRIBA 77
Pero si le daba a Édouard la identidad de un soldado muerto, ese
soldado tornaría a la vida. Así que sus padres lo esperarían.
Pedirían noticias. Se indagaría, y no sería difícil tirar del
hilo. Albert negó con la cabeza imaginando las consecuencias, tanto
para Édouard como para él, si los pillaban por falsificación y uso
de documentos falsos (y seguramente otros muchos cargos que ni
siquiera imaginaba).
Empezó a temblar. Le ocurría a menudo, incluso antes de la guerra:
cuando se asustaba, parecía que tuviera escalofríos. Miró la hora,
qué deprisa pasaba el tiempo. Se estrujó las manos sobre el libro
de registro y siguió pasando páginas.
Dubois, Alfred. Nacido el 24 de septiembre de 1890. Muerto el 25 de
octubre de 1918. Casado, padre de dos hijos, su familia vive en
Saint-Pourçain.
¿Qué hacer, Dios mío? En el fondo, no le había prometido nada a
Édouard, le había dicho «Voy a ver», una frase que no era un
compromiso firme. Era... Albert buscó la palabra sin dejar de pasar
hojas.
Évrard, Louis. Nacido el 13 de junio de 1892. Muerto el 30 de
octubre de 1918. Personas de contacto, sus padres: Toulouse.
Claro, no reflexionaba bastante, no era previsor, se lanzaba a lo
loco, llevado por sus buenas intenciones, y luego... Su madre tenía
razón...