El tercer ojo tiende a reforzar la vibración a lo largo de los canales de energía. Cuanto más se está en el ojo, más se siente la vibración en los meridianos, lo cual es lógico, dado que el ojo es el principal conmutador del cuerpo de energía. Al operar el conmutador se activan circulaciones de la vibración por todo el cuerpo.¡Pero lo contrario también es cierto! Cuando se despierte una fuerte vibración en los meridianos podrá sentirse mejor la vibración en el ojo. Con frecuencia, con solo frotar las manos y estimular la energía de la "picazón" en las mismas puede sentirse un inmediato estímulo en el ojo, el cual aparece más tangible, más denso, más "cristalizado" y más activo.
Siéntese en postura de meditación con la espalda recta. Si se está sentado en una silla, no hay que reclinarse sobre el respaldo.
Mantenga los ojos cerrados durante la práctica.
Frote las manos entre sí durante unos cuantos segundos y permanezca inmóvil, con las palmas de las manos hacia arriba, y hágase consciente de la vibración en las manos y en el ojo. Respire con la fricción en la garganta para amplificar la vibración y para conectar las palmas de las manos con el ojo.
Haga que la mano esté recta y firme. Comience a frotar a lo largo de la línea del meridiano con el puente de la palma de la mano.
Permanezca absolutamente inmóvil y hágase consciente de la vibración en la línea que se acaba de frotar. Conecte la vibración en la línea con la vibración en el ojo. Emplee la fricción en la garganta para intensificar la vibración y la conexión.
A continuación, trate de hacerse consciente del flujo natural de la vibración a lo largo de la línea. Una vez más, conecte este flujo con el tercer ojo y amplifíquelo con la fricción.
Trate de ubicar el camino de este meridiano más allá del área que se ha frotado. Sienta el flujo de energía en la mano (o en el pie). Entonces, siéntalo en el tronco, en el cuello y en la cabeza.
Trate de aumentar el flujo mediante la contracción de las "manitas" de energía a lo largo de toda la línea (sección 4.10). Cuanto más progrese en las circulaciones energéticas, más se convertirá esta fase en la fundamental.
Repita la secuencia completa en el mismo meridiano del lado opuesto del cuerpo.
A medida que nos familiaricemos con el proceso, también se podrá optar por frotar ambos meridianos con rapidez, uno detrás del otro, y entonces hacernos conscientes de la vibración e implementar la secuencia completa en ambos lados a la vez.
- Lograr mover conscientemente la vibración mediante la contracción de las "manitas" de energía, requiere un trabajo paciente. Hay que perseverar, perseverar, perseverar... hasta que la sensación se haga cada vez más clara y tangible. Hay que practicar diariamente, contrayendo los "músculos etéricos" alrededor de la línea, poniendo la energía en movimiento, y entonces dichos "músculos" se irán fortaleciendo.
- En las circulaciones energéticas, primero se realiza una acción, como frotar un meridiano. A ello sigue un efecto posterior: una fase de "quietud conectada". Durante esta fase es cuando ocurre lo más importante: el movimiento de energía, la onda. Frotar, o cualquier otro movimiento, es como tirar la red; y permitir el movimiento de energía durante la etapa de inmovilidad, es como coger el pez.
en la fase de inmovilidad que sigue al frotamiento, mientras se conecta con la vibración a lo largo de la línea, trate de percibir el sonido (no físico) de la vibración.
No hay que escuchar con los oídos, sino con el ojo, ¡en el entrecejo! Hay algo que llega con la vibración, como si fuera un zumbido o el sonido de una línea de alta tensión.
Recuerde nuestra principal clave para alcanzar la clarividencia: sentir la luz en lugar de intentar verla. Con frecuencia, la visión surge cuando se deja de tratar de ver. Del mismo modo, no hay que intentar oír el zumbido sino tratar de sentirlo.
Hay que estar muy inmóvil en el ojo. Como de costumbre, no hay que concentrarse. Si se insiste demasiado, no ocurrirá nada. Hay que cultivar una actitud abierta y receptiva.Cuandoquiera que haya una vibración, habrá un sonido. El sonido es como el aspecto más elevado de la vibración. En realidad, sería más exacto decir que la vibración es la manifestación más baja del sonido. Verdaderamente, los sonidos llegan primero y entonces se densifican en vibraciones. Conforme se desarrolle esta percepción, el universo completo podrá sentirse como una vasta melodía, materializándose a sí misma mediante la densificación de los sonidos en vibraciones cada vez más densas. Esto conducirá a una lectura diferente de los primeros versos del evangelio de Juan: "Al principio era el Verbo; y el Verbo estaba con Dios; y el Verbo era Dios... Todas las cosas fueron creadas por Él".
MANOS JUNTAS
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