Aproximadamente las dos terceras partes de las aves migradoras se desplazan durante la noche. Por lo general, estas aves vuelan a tal altura que pasan desapercibidas y sólo algunas noches podemos oír los reclamos de las diferentes especies que están pasando.
Lo realmente interesante es el notable aumento en la frecuencia de observación durante las épocas de migración, en primavera y otoño. Cuenta Lynes, en sus recopilaciones sobre migrantes en pleno mar, que en cierta ocasión, navegando de noche muchas millas al oeste de la Isla de Creta, su buque fue invadido por golondrinas que se posaban sobre las cabezas de los tripulantes, dejándose coger fácilmente con las manos [Bernis, Migración en Aves(1966)]. Tampoco es raro oír noticias referentes a aves que durante la noche se estrellan con faros, torres de televisión y edificios iluminados. Baste reseñar el texto que aparece en el nº 40 de la revista La Ilustración Española y Americana (1887), de autor desconocido, en el que se narra cómo el faro de la Estatua de La Libertad actúa como un señuelo para las aves migradoras que son atraidas y deslumbradas por aquel intenso foco de luz y cómo los empleados del faro recogieron durante la mañana del 30 de Octubre de 1887, época de migración de las aves, la enorme cantidad de 1.475 pájaros muertos, de más de cien especies distintas.
Un estudio llevado a cabo por más de 600 observadores, al Norte y Sur de Los Alpes, viene a mostrar novedosos resultados Sorprendentemente, la mayoría de migrantes nocturnos prefieren no cruzar las cimas de las montañas, sino desviarse por las direcciones fijadas a lo largo de las líneas montañosas .
Sistema de navegación de las aves durante la emigración
Las principales diferencias entre el vuelo nocturno y diurno está condicionado por los métodos de navegación u orientación empleados por las aves para orientarse en su vuelo, ya que si para llegar las aves a su destino, lo que hacen con una precisión milimétrica, de modo que un ave puede hacer un vuelo de más de 2.000 kilómetros para ir al mismo lugar donde nidificó en el pasado año, emplea unos sistemas de navegación muy complejos y aún insuficientemente conocidos para el hombre.
La mayoría de los biólogos ofrecen varias teorías, y sugieren que las aves usan una o una combinación de ellas en su navegación sobre largas distancias.
El uso de referencias terrestres ha sido siempre una teoría popular.
El uso de referencias terrestres ha sido siempre una teoría popular.
En cuanto al uso del sol , las aves, como los seres humanos, poseen un reloj interno que les permite rastrear el diario ciclo luz-oscuridad. Junto con este reloj interno, las aves parecen usar las sombras del sol para lograr un sentido de posición. Por medio de estos dos mecanismos las aves serían capaces de usar el sol como una brújula.
El uso de las estrellas. Parece también ser la razón del porqué muchas aves migran de noche, y que han aprendido a usar las estrellas para la navegación. Las aves se pueden orientar en relación a la estrella polar, y, a diferencia de la brújula solar, esta “brújula estelar” no depende del tiempo. Parece que las aves jóvenes usan este patrón de rotación para distinguir el norte del sur.
Los científicos han detectado minúsculos cristales de magnetita a lo largo de la vía olfativa en el cerebro de algunas aves. Los biólogos aún no saben cómo las aves pueden percibir la posición de los cristales de magnetita en su cabeza y hay pocos datos experimentales al respecto. (Algo interesante es que algunos investigadores dicen que los seres humanos también tienen la habilidad de sentir el campo magnético.) Vale la pena notar dos observaciones. Primera, con referencia a las palomas mensajeras: “Algunas pruebas cuidadosas con palomas mensajeras y otras aves que ponen de manifiesto la habilidad de juzgar la dirección, demuestran que las aves son afectadas por un campo magnético cambiante....Si las palomas mensajeras son puestas en libertad donde el campo magnético de la tierra es extrañamente fuerte, su habilidad de orientación es totalmente trastornada.
Los investigadores han encontrado que cerca de, o esencialmente en el cráneo de cada paloma mensajera existe una minúscula pieza de tejido de 1 mm por 2 mm (alrededor de 1/16 pulgada por 1/8 pulgada) que es algo magnética. Algunas investigaciones realizadas dentro de este tejido con un microscopio electrónico revelaron la presencia de más de 10 millones de minúsculos cristales, cada uno cuatro veces más largo que ancho. Otros exámenes demostraron que estos cristales eran de magnetita, el compuesto de hierro y oxígeno que se usa para hacer las agujas de las brújulas”.
Las aves y las palomas mensajeras pueden rastrear el sol, la luna y las estrellas, usando su movimiento aparente como brújula. También usan otros sentidos para poder detectar débiles campos magnéticos a base de minúsculos cristales en sus cabezas. Ellas siguen tenues olores como lo hace el salmón retornando a su río de nacimiento desde el océano. Pueden ver luz polarizada y usar la presión barométrica . Junto con la memoria e impulsos genéticos para dirigirse en cierta dirección, las aves usan una combinación de estos sentidos para cruzar continentes y océanos .
Las aves y las palomas mensajeras pueden rastrear el sol, la luna y las estrellas, usando su movimiento aparente como brújula. También usan otros sentidos para poder detectar débiles campos magnéticos a base de minúsculos cristales en sus cabezas. Ellas siguen tenues olores como lo hace el salmón retornando a su río de nacimiento desde el océano. Pueden ver luz polarizada y usar la presión barométrica . Junto con la memoria e impulsos genéticos para dirigirse en cierta dirección, las aves usan una combinación de estos sentidos para cruzar continentes y océanos .
La magnetita (o piedra imán) es un mineral de hierro constituido por óxido ferroso-diférrico (Fe3O4) que debe su nombre de la ciudad griega de Magnesia. Su fuerte magnetismo se debe a un fenómeno de ferrimagnetismo: los momentos magnéticos de los distintos cationes de hierro del sistema se encuentran fuertemente acoplados, por interacciones antiferromagnéticas, pero de forma que en cada celda unidad resulta un momento magnético no compensado. La suma de estos momentos magnéticos no compensados, fuertemente acoplados entre sí, es la responsable de que la magnetita sea un imán.
En seres vivos: la magnetita es usada por diferentes animales para orientarse en el campo magnético de la tierra. Entre ellas las abejas y los moluscos. Las palomas tienen en el pico pequeños granos de magnetita que determinan la dirección del campo magnético y les permiten orientarse. También pequeñas bacterias tienen cristales de magnetita de 40 hasta 100 nm en su interior, rodeadas de una membrana dispuestas de modo que forman una especie debrújula y permiten a las bacterias nadar siguiendo líneas del campo magnético.