Llegó el día en que confesé que simplemente me era imposible estirar el arco de la manera indicada.
«No lo consigue -aclaró el maestro- porque no respira bien. Después de inspirar, haga bajar el aliento suavemente, hasta que la pared abdominal esté moderadamente tensa, y reténgalo allí un rato. Luego espire de la manera más lenta y uniforme que le sea posible y, después de un breve intervalo, vuelva a aspirar con rapidez y continúe así inspirando y espirando con un ritmo que poco a poco se instalará por sí solo. Si ejecuta esto de manera correcta, sentirá que el tiro se vuelve cada día más fácil, pues esta respiración no sólo le permitirá descubrir el origen de toda fuerza espiritual, sino que hará brotar ese manantial cada vez
más abundantemente y lo encauzará a través de sus miembros con tanta o más facilidad cuanto más relajado esté». Como para demostrármelo, armó su fuerte arco y me invitó a colocarme detrás de él y a palparle los músculos de los brazos. En efecto, estaban tan libres de tensión como si no estuviera haciendo esfuerzo alguno.
Relámpago del Catatumbo, la fábrica de ozono de laMadre Naturaleza. Este fenomeno es capaz de producir1.176.000 relámpagos por año produciendo el 10% dela capa de ozono del planeta.
Este fenómeno se caracteriza por ser un relámpago casi continuado y silente (especialmente por las grandesdistancias), que se produce en nubes de gran desarrollo vertical formando arcos eléctricos entre los 2 y los 10 kilómetros de altura (o más), a medida que los vientos alisios penetran en la superficie del lago en horas de la tarde (cuando la evaporación es mayor) y se ven obligados a ascender por el sistema montañoso de Perijá (de3.750 msnm) y la Cordillera de Mérida, el ramal venezolano de los Andes (de 5.000 msnm, aproximadamente). Elorigen de este fenómeno está en el efecto orográfico de estas cordilleras que encierran y frenan a los vientos
La gravedad curva la trayectoria de los rayos de luz y por tanto, la posición aparente de un objeto cambia. En teoría se pueden incluso producir imágenes múltiples de un objeto. En 1937, Zwicky demostraba que es mucho más fácil detectar lentes gravitacionales a escala galáctica que a escala estelar. En estas lentes la radiación de un objeto muy lejano, es curvada por el campo gravitacional generado por una galaxia más próxima produciendo imágenes múltiples del objeto. En 1979 (42 años más tarde) Walsh, Carswell y Weymann anunciaron la detección de la primera lente gravitacional. Estos astrónomos detectaron una imagen doble de uno de los objetos mas lejanos del Universo, el quasar QSO0957+561. Posteriormente se detectó una galaxia más cercana que es la que actúa como lente curvando la trayectoria de la radiación proveniente del quasar y produciendo las dos imágenes. En la actualidad se conocen múltiples casos de lentes gravitacionales. Probablemente la más conocida es la denominada Cruz de Einstein
CRUZ DE EINSTEIN
Una cruz de Einstein muestra cuatro veces la explosión de una estrella
Hace 50 años, se predijo que la luz de una explosión estelar podría seguir varios caminos a la vez alrededor de una lente gravitacional. Los astrónomos acaban de encontrar ese escenario en un cúmulo de galaxias, donde la luz de una remota supernova se presenta en cuatro imágenes en forma de cruz frente al telescopio espacial Hubble. El hallazgo ayudará a medir la expansión cósmica y poner a prueba la teoría de la relatividad general de Einstein
VLADIMIR NABOKOV
Cuentos completos 243
—Esas palomas, sabes, se pusieron a volar en torno a la reina. Ella trataba de
ahuyentarlas sin dejar de sonreír y sin perder la compostura.
Shock se levantó, se tambaleó, se apoyó ligeramente con dos dedos en el borde de
la mesa, y dijo, como si quisiera dar por finalizada la historia:
«No me encuentro bien, Nora. Eso que he bebido era veneno. No deberías
haberme sido infiel».
La garganta se le hinchó en espasmos convulsivos y, llevándose un pañuelo a los
labios, salió del comedor. Nora se levantó de un salto; las cuentas de ámbar de su
largo collar se enredaron con el cuchillo de postre que descansaba sobre el plato y
se lo llevaron por delante.
«Está montando otro de sus números», pensó amargamente. «Me quiere asustar,
me quiere atormentar. No, buen hombre, esta vez no te va a servir de nada. ¡Ya
verás!»
¡Qué fastidio que Shock hubiera descubierto su secreto! Pero por lo menos ahora
tendría la oportunidad de revelarle todos sus sentimientos, de gritarle que lo
odiaba, que lo despreciaba con toda su furia, que no era una persona sino un
fantasma de goma, que no aguantaba ya vivir con él ni un minuto más, que...
El prestidigitador estaba sentado en la cama, acurrucado y castañeteando
angustiado, pero consiguió esbozar una débil sonrisa cuando Nora entró en tromba
en la habitación.
—Así que pensabas que te iba a creer —dijo, sin aliento—. ¡No, esto es lo último!
Yo también sé engañar. Me repeles, eres el hazmerreír de todo el mundo con tus
trucos fallidos...
Shock, sonriendo inútilmente todavía, intentó levantarse de la cama. El pie rozó
contra la alfombra. Nora se puso a pensar qué otra cosa se le ocurría para insultarle.
—No lo hagas —dijo Shock a duras penas—. Si he hecho algo que... por favor,
perdóname...
En su frente se destacaba, tensa, una vena. Se encogió todavía más, empezó a hacer
ruidos con la garganta, el mechón de su pelo, todo húmedo, empezó a moverse, y el
pañuelo que se apretaba contra los labios se empapó de bilis y de sangre.
—¡Deja de tratar de engañarme haciendo el idiota! —gritó Nora y dio un golpe
tremendo con el pie.
Él consiguió enderezarse. Tenía el rostro pálido como la cera. Tiró el pañuelo hecho
trizas a un rincón.
—Espera, Nora... No entiendes... Éste es, de verdad, mi último truco... No haré
ninguno más.
Y de nuevo un espasmo le quebró el rostro sudoroso, terrible. Se tambaleó, se cayó
en la cama y apoyó la cabeza en la almohada. Ella se le acercó, se le quedó mirando,
frunciendo el ceño. Shock yacía tumbado con los ojos cerrados y los dientes firmes
le crujían. Cuando se inclinó sobre él, sus párpados temblaron, la miró vagamente,
sin reconocer a su esposa, pero de repente la reconoció y sus ojos relampaguearon
con una húmeda luz de dolor y ternura.
En aquel instante Nora, supo que le quería más que a nada en el mundo. Se vio
repentinamente abrumada por la piedad y también por el horror. Empezó a dar
vueltas por la habitación, echó agua en un vaso, lo dejó en el lavabo, volvió
corriendo hasta su marido que había alzado la cabeza y se llevaba la punta de las
sábanas a los labios, temblando con todo el cuerpo mientras vomitaba, mirando sin
ver con ojos vacíos ya velados por la muerte. Entonces Nora, en un gesto animal,
corrió al cuarto de aliado, al teléfono y, con él en la mano, durante un buen rato no
hizo sino marcar números equivocados, mientras sollozaba sin aliento y volvía a
marcar y a equivocarse golpeando el teléfono una y otra vez contra la mesa;
finalmente, cuando por fin respondió la voz del médico al otro lado del teléfono,
Nora gritó que su marido se había envenenado, que se estaba muriendo: y al decido
inundó el auricular con una tormenta de lágrimas, tras lo cual, dejándolo de
cualquier manera, volvió corriendo al dormitorio.
El prestidigitador, impecable y lustroso, con un chaleco blanco y unos pantalones
negros impecablemente planchados, estaba frente al espejo de cuerpo entero
anudándose cuidadosamente la corbata. Vio a Nora en el espejo y, sin darse la
vuelta, le hizo un guiño distraído sin dejar de silbar suavemente y de anudar con sus
dedos transparentes las puntas negras de su corbata de lazo negra.
Roberto Bolaño 2666 243
Con motivo de
la boda de su hermana Suzanne con su íntimo amigo Jean Crotti,que se casaron en París el 14 de abril de 1919, Duchamp mandó por
correo un regalo a la pareja. Se trataba de unas instrucciones para
colgar un tratado de geometría de la ventana de su apartamento y fijarlo
con cordel, para que el viento pudiera «hojear el libro, escoger los
problemas, pasar las páginas y arrancarlas». Como se puede ver,
Duchamp no sólo jugó al ajedrez en Buenos Aires. Sigue Tomkins:
Puede que la falta de alegría de este Ready-made malheureux,
como lo llamó Duchamp, resultara un regalo chocante para unos recién
casados, pero Suzanne y Jean siguieron las instrucciones de Duchamp
con buen humor. De hecho, llegaron a fotografiar aquel libro
abierto suspendido en el aire –imagen que constituye el único testimonio
de la obra, que no logró sobrevivir a semejante exposición a los
elementos– y más tarde Suzanne pintó un cuadro de él titulado Le
ready-made malheureux de Marcel