Ni poniendo aerogeneradores gigantes para engañar al viento.
Ni comiendo cordero sazonado con polvo blanco.
Ni cambiando el color de la bandera.
Ni bebiendo vino mezclado con sangre de inocentes.
Ni cambiando fosiles por bragas.
Ni cantando cuando suena el himno nacional.
Ni toreando a los trabajadores honrados.
No he podido comerme la flor de loto de tu cabeza,Ni la luz de tu frente.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El Rey no estaba en su tesorería,contando su tesoro.Estaba en su estudio en la Place des Vosges,enterándose de muy malas noticias.El chambelán que ocupaba el sillón de enfrente se llamaba Brendan.Entre ambos,en la mesita auxiliar de cristal,unas pinzas y una fotografía con la imagen boca abajo.La habitación en si misma,parecía una foto:durante varios minutos ninguno de los dos hombres se movió ni hablo.Hacia falta alguna vibración para animar la escena.Y esta se produjo:la nota de un diapasón,cuando osciló una de las mil facetas de la gran araña de cristal,que en un instante se reagruparon en el interior de aquella tonelada de vidrio.-!En que mundo tan horrible vivimos Brendan.
MARTIN AMIS PERRO CALLEJERO pag.26
¿Por qué las mulas no tienen hijos? —había preguntado a su hermano Diego en Ibatín, mientras contemplaban el arreo de una tropilla.
—Porque nacen de burro y yegua o de caballo y burra. Son un producto artificial. No se generan a sí mismas. No formaron parte del Arca de Noé.
—¿No?
—No. Son una especie intrusa, porque no aparecieron en el quinto día de la creación como las demás bestias de la naturaleza. Aparecieron mucho después, cuando un burro, en vez de aparearse con una hembra de su misma especie, lo hizo con una yegua.
—¿ Está mal eso?
—Creo que está mal.
—¿Y por qué se crían mulas?, ¿y se venden?, ¿y se usan?
—Por eso mismo. Porque son útiles y fuertes. Son ideales para transportar carga a buen ritmo y para caminar por terreno escarpado. Son un invento para enriquecerse.
MARCOS AGUINIS LA GESTA DEL MARRANO pag.26
Perdone, mi señor, pero el amo dice que debe volver cuanto antes. Le esperan
para desayunar.
-Bien. Súbete a esa mula que llamas caballo y dile que estoy en camino...
No, espera, he cambiado de opinión. Vuelve, yo te alcanzaré en unos minutos y
saludaré a mi padre en persona. No tienes que darle ningún mensaje.
El joven asintió, y cuando estaba a punto de marcharse, al-Zindiq le detuvo.
-Espera, hijo. ¿Tienes sed?
El joven miró a Zuhayr, que asintió con un gesto. Entonces cogió con ansiedad
el vaso de agua que le ofrecían y la bebió de un solo trago.
-Toma, llévate unos dátiles para el camino de vuelta
ALI TARIQ A LA SOMBRA DE UN GRANADO pag.26
Mayarí se había vestido de novia —era el único traje que faltaba—, se había vestido de blanco, se había vestido de novia... ¿Para qué?... ¿Para qué?... ¿Para qué?...
¡Yo sé los versos del agua,
sólo yo, Chipó Chipó;
soy hijo de una piragua
que en el Motagua nació!
¡Yo sé los versos del agua,
sólo yo y sólo yo...,
porque iba en mi piragua
cuando el agua los cantó!
MIGUEL ANGEL ASTURIAS EL PAPA V ERDE pag.26
EL TORO
En el fin de la luna de xabán del año 158, el aire del desierto estaba muy claro y los
hombres miraban el poniente en busca de la luna de ramadán, que promueve la
mortificación y el ayuno. Eran esclavos, limosneros, chalanes, ladrones de camellos y
matarifes. Gravemente sentados en la tierra, aguardaban el signo, desde el portón de un
paradero de caravanas en la ruta de Merv. Miraban el ocaso, y el color del ocaso era el
de la arena.
Del fondo del desierto vertiginoso (cuyo sol da la fiebre, así como su luna da el pasmo)
vieron adelantarse tres figuras, que les parecieron altísimas. Las tres eran humanas y la
del medio tenía cabeza de toro. Cuando se aproximaron, vieron que éste usaba una
máscara y que los otros dos eran ciegos.
Alguien (como en los cuentos de las 1001 Noches) indagó la razón de esa maravilla.
Están ciegos, el hombre de la máscara declaró, porque han visto mi cara
Mi padre aclaró el sentido de sus palabras refiriendo la impresión que tuvo días antes, en casa de un amigo, frente a un cuadro de Z., el pintor español. El dibujo, la composición, el colorido, le habían parecido francamente malos y, sin embargo, el cuadro en sí le repugnaba menos que otros cuadros de Z. Se acercó y comprendió que era la obra de un imitador de Z., un discípulo sin ningún talento.
—Cuando se toma un camino equivocado —dijo— mientras más oficio y dotes naturales se poseen, se hacen cosas cada vez más detestables. Se avanza más y más en el error.
JOSÉ BIANCO LAS RATAS pag.26
Picasso quiso ser comunista.
No por eso dejó de ser el rey de todos
nosotros. De aquí a diez, años
se dirá que, como pintor, Picasso
no era tan bueno como todo eso,
ni Bouguereau tan malo. Un día,
Picasso me dijo: «En cualquier
caso, resultamos tan buenos,
y útiles como aquellos bufones que
los reyes de España mantenían
en su Corte y cuyas opiniones
respetaban». A lo que respondí yo:
«Hoy en día somos los
únicos seres poseídos por una
voluntad real».
SALVADOR DALI LOS CORNUDOS DEL VIEJO ARTE MODERNO pag.26
Una consecuencia adicional que aparece ya en el trabajo de 1907 se refiere al corrimiento de la
luz hacia el rojo. Así como hay una dilatación del tiempo debida a la velocidad, también la hay
debida a la aceleración —al menos por la velocidad producida por la aceleración— del principio
de equivalencia sigue que debe haber una dilatación del tiempo debida a la presencia de un
campo gravitatorio. Supongamos ahora que observamos luz que nos llega del Sol; puesto que
los átomos que la produjeron están sujetos a un intenso campo gravitatorio, la luz que
recibimos debe ser más roja (es decir, de menor frecuencia o de paso más lento) que la
generada con los mismos métodos en la Tierra.
ALBERT EINSTEIN NAVEGANTE SOLITARIO pag.26
—Es muy probable —agregó— que la salamandra haya entrado aquí por
vos o por vuestro discípulo. La he visto claramente desde la calle, al pasar
por delante de este figón. Sería mucho más visible si el fuego fuera más
vivo. Por eso es por lo que hay que escarbar la lumbre con energía cuando
se cree que hay una salamandra en la chimenea.
Al primer movimiento que hizo el desconocido para remover de nuevo
el rescoldo, el hermano Ángel, alarmado, cubrió la sopera con su hábito y
cerró los ojos.
—Caballero —prosiguió el hombre de la salamandra—, permitid que
vuestro joven discípulo se acerque al hogar y diga si no ve algo semejante a
una mujer por encima de las llamas.
En aquel momento, el humo que se remontaba por la chimenea
retorcíase con gracia extremada, formando redondeces que pudieran
representar caderas y un talle perfectamente dibujados para quien tuviera
el espíritu predispuesto. No mentí en absoluto diciendo que algo veía
Apenas formulé tal respuesta, cuando el desconocido, levantando uno
de sus desmesurados brazos, me aplicó un puñetazo en un hombro con
tanta fuerza, que creí me había roto la clavícula.
Hijo mío —me dijo al punto con voz muy dulce y contemplándome
benévolo—, he debido produciros esta fuerte impresión, para que nunca
olvidéis que visteis una salamandra. Éste es un signo de que estáis
predestinado a ser un sabio, y quizá un mago. También vuestro rostro hace
augurar favorablemente de vuestra inteligencia
ANATOLE FRANCE EL FIGON DE LA REINA PATOJA PAG.26
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
PODEIS SEGUIR.