VIOLENCIA DE GENERO
ANA ORANTES, una mujer granadina maltratada, fue quemada viva por su marido tras relatar su historia en televisión. La difusión del suceso a través de los medios de comunicación puso de manifiesto el drama de las víctimas del terrorismo doméstico en toda su crueldad. Desde entonces, las cifras revelan una tendencia creciente. Entre 1999 y 2003, 246 mujeres murieron a manos de sus maridos, parejas o ex compañeros, según el Instituto de la Mujer. La cifra de víctimas asciende a 315, si seguimos el recuento de la Red Estatal de Organizaciones Feministas contra la Violencia de Género, basado en las noticias aparecidas en la prensa. Murieron apuñaladas, atropelladas, quemadas vivas, descuartizadas, lanzadas al vacío... En muchos casos, tras soportar malos tratos durante años en silencio. En muchos otros, después de denunciar agresiones y amenazas en múltiples ocasiones. Ni el sistema judicial ni las Fuerzas de Seguridad supieron o pudieron protegerlas. Como ellas, miles de mujeres viven bajo amenaza de muerte. En los seis primeros meses de 2004 se han contabilizado 21.865 denuncias por delitos de lesiones y malos tratos en el ámbito familiar, una cifra espectacular si la comparamos con las 8.605 del mismo semestre de 2003. Además, las detenciones efectuadas por las Fuerzas de Seguridad por este tipo de delitos han pasado de 2.731 a 11.411 en esos mismos periodos. La cantidad de solicitudes de órdenes de protección también han hecho saltar las alarmas: desde el 1 de agosto de 2003, fecha en la que se aprobó la orden de protección inmediata contra la violencia doméstica, los jueces han recibido 7.869 solicitudes (de las que acordaron 6.004) y han dictado 4.987 órdenes de alejamiento. En 2004, 72 mujeres fueron asesinadas, lo que puso en pie de guerra a las asociaciones que luchan contra la violencia de género, quienes exigían medidas inmediatas y efectivas, que garanticen la seguridad de las mujeres. SOLUCIONES URGENTES El Gobierno del PSOE se comprometió a dar prioridad a este tema que, pese a haber provocado en los últimos años muchas más bajas que el terrorismo, figura en el puesto 19 de las preocupaciones de los españoles, según el barómetro del CIS del pasado mes de marzo. El Consejo de Ministros aprobó el 7 de mayo de 2004 un paquete de 10 medidas urgentes contra esta lacra. Entre ellas, la reasignación de 200 policías y 250 guardias civiles para proteger a las víctimas, la implicación de la Policía Local en dicha protección y la petición a la Fiscalía General del Estado de que extreme las medidas de vigilancia. La prometida Ley Integral de medidas de protección conta la violencia doméstica fue aprobada el 22 de diciembre. Entrará en vigor en enero de 2005. La violencia doméstica es un problema generalizado, que afecta a una de cada cinco europeas. Los expertos calculan que sólo se denuncia un 10% de estas agresiones. Esta cifra se reduce aún más en el colectivo de mujeres inmigrantes, que unen a su condición de víctimas la de irregulares, lo que les impide solicitar una ayuda que podría salvarles la vida. Aunque las víctimas del terrorismo doméstico son mayoritariamente mujeres, los niños y los mayores, por su vulnerabilidad, son objeto también de agresiones. En cuanto a los hombres, sólo el 5% de las muertes masculinas se debe al ataque de sus parejas y del índice total de violencia doméstica, los maltratados representan también un 5%. Ante la magnitud del fenómeno, en todo el mundo se están llevando a cabo campañas de sensibilización para acabar con la violencia sexista, una de las grandes asignaturas pendientes de nuestra sociedad.
PEDOFILIA
La dieta determina el género de los fetos humanos
A mayor consumo de calorías mayor probabilidades de dar a luz a varones
Un estudio llevado a cabo en el Reino Unido con más de 700 mujeres embarazadas ha revelado que la ingesta de alimentos energéticos por parte de las madres propicia el nacimiento de varones. Por el contrario, si se consumen pocas calorías, el organismo percibe que hay escasez de recursos y entonces las mujeres tienden a dar a luz más niñas, que en el futuro asegurarán la descendencia de nuestra especie (dado que un solo varón puede fecundar a muchas mujeres). Esta investigación podría explicar por qué cada vez nacen menos niños y más niñas en los países desarrollados: los cambios en las dietas y la escasa calidad de los alimentos podrían ser la causa. Por Yaiza Martínez.
Una investigación reciente realizada por científicos de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Exeter y de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, ha proporcionado las primeras evidencias científicas de la relación entre la dieta de las madres y el sexo de sus bebés. Según publica la universidad de Exeter en un comunicado, este estudio ha mostrado una clara relación entre el consumo de alimentos energéticos en el momento de la concepción y el nacimiento posterior de varones, y podría explicar el descenso de la tasa de nacimiento de niños en los países industrializados. En los seres humanos, la determinación del género viene determinada principalmente por los espermatozoides del varón, que son los que llevan el cromosoma X o Y, mientras que el óvulo femenino sólo tiene cromosomas X (el varón será un individuo XY y la mujer un individuo XX). Sin embargo, parece que las madres pueden favorecer el desarrollo de un sexo u otro en los fetos mediante un mecanismo aún no bien comprendido en el caso de los mamíferos. Lo que se sabe, según los científicos, es lo que se ha podido descubrir en investigaciones de fertilización in vitro: que altos niveles de glucosa ayudan al crecimiento y desarrollo de embriones masculinos e inhiben el desarrollo de embriones femeninos. Más calorías, más varones Llevados a los humanos, por ejemplo, una dieta sin desayuno rebajaría los niveles de glucosa en el organismo de la madre, y, por tanto, ésta sería más proclive a dar a luz a niñas. La investigación de los científicos británicos se centró en 740 mujeres del Reino Unido, embarazadas, que aún no conocían el sexo de sus hijos. A éstas se les pidió que presentaran un registro de sus hábitos alimenticios antes y durante los estadios iniciales del embarazo y, posteriormente, se las dividió en tres grupo en función del número de calorías consumidas por día en ese periodo de tiempo. Así, se descubrió que el 56% del grupo de mujeres que mayor cantidad de alimentos energéticos había consumido en dicho periodo había tenido hijos varones posteriormente, en comparación con el 45% de las mujeres del grupo con menor ingesta de alimentos energéticos de los tres. Además de consumir más calorías, las mujeres con niños habían tendido a tomar mayor cantidad y variedad de nutrientes, como potasio, calcio o sodio. Disponibilidad de recursos También pareció haber una fuerte relación entre el hecho de tomar un desayuno con cereales cada mañana y el dar a luz a niños. El consumo de alimentos energéticos durante el resto del embarazo no se relacionó con el género de los fetos. Según han explicado los científicos en la revista especializada Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, el ajuste de la tasa de crías de un género u otro por parte de las madres se produce en algunas especies animales, y ha sido relacionado con la disponibilidad de recursos alimenticios. En el caso de los humanos, hay una serie de factores (como la baja fecundidad o el inmenso esfuerzo de la madre al concebir) que podrían haber propiciado la evolución de una variación “opcional” de la ratio de géneros en los fetos en función de los recursos. Sin embargo, aún se sabe muy poco de este mecanismo natural de gestión o regulación de los sexos. Según los científicos, los resultados de esta investigación respaldan la hipótesis de que la naturaleza primaría la descendencia masculina cuando hay abundancia de recursos y la femenina cuando hay escasez. Alimentos selectivos Durante los últimos 40 años se ha producido, en los países industrializados, un pequeño pero constante declive del nacimiento de varones. Una de las razones podría ser, según los investigadores, el cambio en nuestra dieta, principalmente la cada vez menor calidad de los alimentos que consumimos. Por otro lado, resulta cada vez más común que la gente se salte los desayunos. Para Fiona Mathews, directora de la investigación, ésta podría ayudar a explicar porqué en los países desarrollados, en los que tantas mujeres jóvenes optan por seguir dietas bajas en calorías, la proporción de nacimiento de varones decae. De cualquier manera, existe un mecanismo natural que hace que las mujeres controlen el sexo de sus bebés, simplemente “comiendo” de una manera u otra, aseguran los investigadores. Para ellos, la constatación de este hecho tiene un interés particular ahora que se habla de la posibilidad de “elegir” el sexo de los hijos de manera artificial por medio de la manipulación del esperma, sin que haya razones médicas para tal elección. Más niñas Los científicos llevan tiempo tratando de averiguar las razones por las que nacen menos varones en los países industrializados. De hecho, hace unos años, la revista Nature se hizo eco de un estudio realizado por la Universidad de Sao Paulo que reveló que la contaminación atmosférica también aumentaba el número de nacimiento de niñas, en detrimento del número de nacimiento de varones. El análisis por áreas de contaminación (alta, baja o mediana) de la ciudad de Sao Paulo desveló que, entre 2001 y 2003, nacieron un 48.4% de niñas en las áreas menos contaminadas, frente a un 49.3% de las áreas más contaminadas. Los científicos señalaron entonces el grado de estrés que provoca la contaminación como causa de esta diferencia de proporciones, puesto que se sabe que en casos de desastres naturales o crisis sociales graves aumenta la proporción de nuevos nacimientos de niñas. La razón, según los especialistas, que cuantas más niñas hay más bebés nacerán en el futuro, ya que los varones pueden inseminar a muchas mujeres. De esta forma, se aumentarían las posibilidades de repoblación.
jueves 08 Mayo 2008
jueves 08 Mayo 2008
Yaiza Martínez
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Fuente
http://www.tendencias21.net
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