En todas las reuniones familiares, al final, siempre se acaba hablando de lo mismo.
Me gustaría saber dónde está el cuerpo de mi padre, nunca regreso del frente.
Si hubieran venido de otra forma, sin destrozar las iglesias, sin hacer las tonterías que hacían.
No querían que hubiera dinero, la ilusión recorría los campos. Fue como un experimento, un nuevo monstruo levantaba la cabeza.
Han pasado los años y lo que nos toca vivir es el fin de una época dominada por el vil metal, con que sorpresa nos obsequiaran durante los próximos años. Un respeto por toda aquella gente que dio su vida. Están desenterrando sus huesos, quizá, tal vez el próximo desfile de la fuerzas armadas, en el homenaje a los caídos se incluya una bandera republicana.
En el 36 un toro rompió el tiempo, ojala nos conduzca por buen camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario