Empezaron a hablar de ello,diciendo que si uno de ellos se mudara de sitio,su rival arrendaría inmediatamente una casa enfrente de su hotel.
Y ya que hablaban de hoteles,recordaron los días primeros en que no había un solo hotel en Jerusalén.Itzjak estaba sentado,apretando con el índice de la mano derecha el meñique de la mano izquierda.
S.J.AGNON—AYER Y ANTAYER pág.1052
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