martes, febrero 18, 2014

COMO CONVERTIR LA TAZITA DE PLATA EN TAZITA DE ORO.

 

  

                        

 

En el Egipto faraónico, la idea de algún tipo de electricidad primaria no parece tan descabellada. Larry Brian Radka, en su obra “The Electric Mirror of the Pharos Lighthouse” demuestra que la cantidad de combustible que se necesitaría para encender el famoso faro de la isla de Faros, o sea el Faro de Alejandría, no se hubiera conseguido ni reuniendo todo el carburante de Egipto. E importarlo habría resultado prohibitivo económicamente. Radka sostiene que el faro debía estar provisto de una lámpara con un arco entre electrodos de carbón, donde una simple chispa eléctrica saltaba entre los extremos afilados de unas barras cargadas con positivo y negativo, produciendo una luz intensa y cegadora. Radka asegura que la fuente debía ser una pila de líquido, conocida como pila de Lalande en el siglo XIX, realizada a base de vidrio, cobre, mercurio y lejía. Si se juntaban varias baterías de este tipo, en serie, bastaría para suministrar el voltaje adecuado y la corriente necesaria para alimentar un faro. Científicamente hablando, este tipo de pila no requiere fuentes energéticas externas, sino que basta con reemplazar componentes internos, cuando se gastan, para retomar su rendimiento.En la obra “Edipo Egipcíaco” escrita por el padre jesuita Atasnasio Kirchner en el 1565, describe parte de un documento hindú con los pasos para construir una batería eléctrica. Aquí se lee lo siguiente: “Colocar una plancha de cobre bien limpia, una vasija de barro, cubrirlo con sulfato de cobre, y luego cubrirlo todo con serrín húmedo, para evitar la polarización. Después poner una capa de mercurio amalgamado con zinc encima del serrín húmedo. El contacto producirá una energía por el doble nombre de Mitra-Varuna. Se dice que una cadena de cien vasijas de este tipo proporciona una fuerza muy activa y eficaz”. También Plutarco observa en el Templo de Júpiter-Amón una “lampara perpetua” y así lo escribió en el Siglo I.

Podría parecer absurda esta teoría, si no fuera porque en Oriente Próximo se descubrió la llamada Pila de Bagdad, por parte del arqueólogo Wilhelm Koening, en 1938, en Khujut Rabu, a las afueras de Bagdad (de ahí el nombre heredado por el ingenio). La tinaja de loza que encontró estaba dotada de un tapón de asfalto, atravesado por una barra de hierro, con la sección inferior interna rodeada de un cilindro de cobre. Determinados zumos, hacían que esta pila generara voltaje. Incluso Arne Eggebrecht, un científico alemán, consiguió realizar galvanizaciones, al aplicar una pequeña corriente eléctrica, a partir de una pila de Lalande, para derretir y adherir una fina capa de algún metal, como el oro, sobre la superficie de otro, como la plata. Y ahora viene lo curioso: las joyas que se encontraron en la tumba de Tutankamon, y que vimos expuestas en una de las salas del Museo del Cairo. Lo extraño es que nadie se haya preguntado cómo es que hay un galvanizado electrolítico en las joyas de este faraón, cuando es imposible unir el oro y la plata, si no es con este método. Es más, algunas de las estatuas macizas de oro de esta época, se ha demostrado que en realidad sólo llevaban un baño de oro, lo que indica el uso de esta tecnología.

Que los antiguos egipcios conocían la electricidad y la aplicaban, no hay duda. La Pila de Bagdad parece ser la reminiscencia de un pasado remoto, en unos tiempos olvidados en la que la tecnología era mucho más avanzada. El Faro de Alejandría, curiosamente, tenía una altura de 280 codos reales del antiguo reino, la misma altura que la Gran Pirámide, construidas ambas con los mismos principios de geometría sagrada.Los llamados “Textos de las Pirámides” mencionan constantemente “luces que nunca se apagan”. Christian Jacq, en una de sus obras, alude a ellas y apunta a que los egipcios desconocían cómo funcionaban estas lámparas, pues no se recargaban como los candiles. Los antiguos egipcios afirmaban, sin rubor, que las lámparas habían sido un regalo de los dioses.Las lámparas, como no podía ser de otra manera, aparecen en el templo de Dendera. Nuestro grupo las vio en los subterráneos del templo, un lugar en el que apenas se puede respirar, y al que debes descender mediante unas escaleras de madera, totalmente precarias. También se podían apreciar en algunas marquesinas, en los techos. El mismo tejado, al que no pudimos subir, por estar protegido por vigilancia, cuenta con una serie de canales o pozos con restos de sustancias de los compuestos de las mencionadas pilas.

En los documentos de Deir El Medina, los que hacen referencia a la contabilidad diaria de todo el instrumental utilizado durante cada jornada de trabajo en la construcción y decoración de las tumba de los reyes, se hace especial hincapié en la necesidad de llevar a cabo una contabilidad estricta de las lámparas utilizadas diariamente en el trabajo. El sentido plural del término hace entender que eran varias las que se gastaban en un día y el balance exacto de las mismas, llevado a cabo por los escribas y los oficiales. Eso quiere decir que estas lámparas no eran candiles, y que se tenía mucho cuidado de las mismas.

El célebre templo de Dendera, consagrado a la diosa Hathor, como hemos dicho, conserva estas bombillas en sus paredes. Las imágenes esculpidas sobre la pared muestran dos individuos enfrentados. Cada uno de ellos carga con una especie de cristal de vidrio, en cuyo interior se observa una serpiente, que nace de una flor de loto. Uno de los tallos o cable va a dar a una caja o batería. En otro lugar del mismo templo de Dendera se repiten las bombillas, pero con la particularidad de que, en esta ocasión, son vigiladas por unos babuinos.La flor de loto que aparece en la base de las “bombillas” es interpretada como luz. Desde el punto de vista simbólico, en el antiguo Egipto la flor de loto, seshen, debe ser entendida como una alegoría del sol y de la creación. La serpiente que aparece en el interior de estas bombillas pudiera ser el símbolo de la energía por antonomasia, aunque se sabe que la serpiente, Apofhis, era el símbolo del mal y que su ocupación habitual se centraba en hacer la vida imposible al dios sol Ra, para impedir que cada mañana lograra volver a iluminar la tierra de Egipto. Por lo tanto, su lugar de operaciones era la noche; las doce horas que tardaba el sol en aparecer otra vez sobre el horizonte. Uno de los integrante sdel equipo, César, me hace saber que la serpiente, en simbología esotérica, tiene la connotación de sabiduría, que también se requiere para minpular cargas eléctricas.Lo que sí es seguro es que uno de los símbolos, que hay junto a la entrada a sala del zodíaco de Dendera, contiene dos de estas bombillas, y que una de ellas parece estar conectada a una jarra o tal vez a una de estas pilas. Cuando le pregunté por ello a un entendido, éste me respondió que era agua volcada desde una jarra. Ahora bien, es cierto que ese símbolo representa el agua, pero hay dos marcas quebradas en lugar de una, como si se tratara del positivo y el negativo de dos cables. Y también es cierto que ese símbolo significa “energía” para los antiguos egipcios.¿Todas estas pruebas no bastan a los escépticos? ¿Todavía puede haber alguien que dude de algún tipo de electricidad básica en el Egipto faraónico? En el mismo Museo del Cairo se puede ver una barcaza o arca de la alianza, una de las muchas que usaron los egipcios, como si se tratara de pilas transportables.

http://www.carlosmesa.com/egipto-arqueologia-prohibida-i/

 

                                    

                     

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