viernes, enero 02, 2015

TIGRE LEON CORDERO.



Cinco razones por las cuales los tigres son una especie en peligro


Caza por deporte

Medicina

La piel del tigre una vez fue la principal razón de la caza furtiva, pero los cazadores de hoy están más preocupados por la obtención de huesos y otras partes, ya que la demanda de seudomedicina en China, Taiwán y Corea del Sur sigue en aumento. Se cree que los órganos del tigre son una cura para muchas enfermedades humanas. Debido a esto, su caza ha aumentado junto con la demanda de medicinas alternativas.

Débil aplicación de la ley

Pérdida de hábitat

Amenazas genéticas

Los tigres se conocen comúnmente por su endogamia, permitiendo que sólo el 40 por ciento de la población de tigres se reproduzca. Esto resulta en un desequilibrio de los sexos con un exceso de machos o hembras que sobreviven a la edad adulta. También da lugar a la pérdida de la variabilidad del ADN, el cual resulta en el deterioro genético. A causa de este deterioro genético, un menor número de crías nacen y su tasa de supervivencia es mucho menor, poniendo en peligro la raza.

Endogamia

Se denomina endogamia (del griego Endon "dentro", y Gamos, "casamiento") al matrimonio, unión o reproducción entre individuos de ascendencia común; es decir, de una misma familia, linaje o grupo (religioso, étnico, geográfico). Si el matrimonio se realiza entre individuos de la misma clase social se denomina homogamia. Las bodas entre hermanos, o padres e hijos, son incesto, y no se consideran formalmente endogamia (suelen ser tabú en casi todas las sociedades), sin embargo, las bodas entre primos o familiares lejanos sí son consideradas endogámicas. Así mismo, se entiende como comportamiento endogámico, el rechazo a la incorporación de miembros ajenos a un grupo social en particular.
En biología, la endogamia se refiere al cruzamiento entre individuos de una misma raza dentro de una población aislada, tanto geográfica, como genéticamente.

Detectada en La Yesa una mutación genética que aumenta el colesterol.

'Hasta los años trreinta no había ni siquiera carreteras, y parece ser que los parientes se casaban entre sí', explica el doctor Real. Esta tesis viene avalada por la insólita presencia de un paciente homocigoto (sólo se conocen cinco casos descritos en el mundo), que presenta la mutación tanto en los genes hereditarios paternos como maternos.


  
Entre el tigre y el cordero

El tigre
¡Tigre! ¡Tigre! ardor brillante
de los bosques de la noche,
¿qué mano o qué ojo inmortal
osó idear tu tremenda simetría?
¿En qué cielos o abismos distantes
se encendió el fuego de tus ojos?
¿qué alas lo avivaron?
¿qué mano pudo asir tal fuego?
¿Qué fuerza y qué arte
torcieron las fibras de tu pecho?
Y para que latiera tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿y qué pies terribles?
¿Con qué martillo? ¿con qué tenazas?
¿en qué horno se forjó tu mente?
¿En qué yunque? ¿qué puño terrible
pudo templar tu terror letal?
Cuando las estrellas lanzaron sus flechas
y como lágrimas regaron el cielo
¿sonrió Él al ver su obra?
¿El mismo que te creó a ti, creó al cordero?
¡Tigre! ¡Tigre! ardor brillante
de los bosques de la noche,
¿qué mano o qué ojo inmortal
osó idear tu tremenda simetría?
WILLIAM BLAKE

Pienso en un tigre. La penumbra exalta
la vasta Biblioteca laboriosa
y parece alejar los anaqueles;
fuerte, inocente, ensangrentado y nuevo,
él irá por su selva y su mañana
y marcará su rastro en la limosa
margen de un río cuyo nombre ignora
(en su mundo no hay nombres ni pasado
ni porvenir, sólo un instante cierto.)
BORGES



El cordero
Por William Blake
Corderito, ¿quién te hizo?
¿Sabes quién te hizo, corderito?
¿Quién te dio la vida y te alimentó
en el prado junto al arroyo?
¿Quién te dio ese hermoso manto
de lana tersa y reluciente?
¿Quién te dio esa voz tan tierna
que llena de júbilo los valles?
Corderito, ¿quién te hizo?
¿Sabes quién te hizo, corderito?
Yo te lo diré.
Yo te lo diré, corderito.
Le han llamado con tu nombre
pues a sí mismo se nombró Cordero,
Él, que es humilde y manso.
Se hizo niño.
Yo soy un niño; tú, un cordero.
Nos llamamos con el mismo nombre.
¡Corderito, que Dios te bendiga!
¡Que Dios te bendiga, corderito!
Para ver un mundo en un grano de arena
y un paraíso en una flor silvestre,
sostén el infinito en la palma de la mano
y la eternidad en una hora.


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