viernes, enero 11, 2008

LAS RATAS




Ratas de Nueva York
Tanto varones como hembras tienen relaciones sexuales 20 veces al día. Una pareja de ratas puede dar lugar a una familia de 50 en tan sólo seis meses

Alfons Luna
NUEVA YORK/AFP


Foto

Las ratas de Nueva York se mueven entre los bajos fondos y los fastos de Manhattan y se alimentan de restos de hamburguesas y patatas fritas cuando no están fornicando, explica Robert Sullivan en su libro "Ratas", resultado de un año de observación del mundo roedor.

"Las ratas han conquistado todo continente conquistado por los hombres, principalmente con la ayuda de los hombres", afirma este periodista neoyorquino en la introducción de su tercer libro "Rats: observations on the history & habitat of the city most unwanted inhabitants", pendiente de traducción al español.

Fue de la mano del hombre que la rata común o "rattus norvegicus", la especie predominante en la ciudad, desembarcó en Estados Unidos en plena guerra de la independencia (1776-1782).

"Mi teoría es que llegaron en los barcos de los mercenarios alemanes contratados por los ingleses", explicó Sullivan a la AFP.

La rata noruega --"el tipo que la bautizó tenía algún problema con Noruega", porque es una especie danesa, reveló el autor-- se asentó en Nueva York cuando los ingleses quemaron la ciudad antes de batirse en retirada.

Tras descubrir un callejón por el que merodeaban libremente, muy cerca de Wall Street, Sullivan empezó a apostarse cada noche en un rincón para seguir sus movimientos.

Sus observaciones, sumadas a la rica historia de la relación entre la Gran Manzana y las ratas, son la base de este ensayo.

El primer exterminador profesional de ratas de Nueva York y Estados Unidos fue Walter "tiro seguro" Isaacsen, que abrió un comercio en el barrio de Brooklyn en 1857.

El tamaño medio de un ejemplar adulto en la ciudad es de unos 40 centímetros de la cola a la cabeza y su peso es de 400 gramos, si bien los exterminadores municipales se topan a menudo con individuos de medio metro y 800 gramos.

Las ratas son noctámbulas y aunque la "norvegicus" no tiene una vista sobresaliente, sustituye esta carencia con un olfato prodigioso.

Un ejemplo de ello es que suele atacar a los niños en la cara porque es capaz de oler los restos de comida que suelen adornar sus comisuras.

Se estima que el 26% de todas las rupturas de cables eléctricos y el 18% de las averías en cables telefónicos son causados por mordeduras de los roedores.

Según un estudio citado por Sullivan, el 25% de los incendios de origen desconocido son causados por ratas.

Las ratas suelen merodear por estaciones de metro próximas a hamburgueserías y otros restaurantes de comida rápida a la caza de patatas fritas y otros restos que la gente deja tras de sí o tira al suelo.

Morir como rata en la gran ciudad

Al igual que a los humanos, Nueva York ofrece a las ratas un amplio repertorio de formas de morir: desde el atropello a los disparos --Sullivan descubrió que son muchos los que se dedican a cazar ratas a tiros--, pasando por el más convencional bastonazo en la cabeza cuando asoman por el inodoro.

La primera causa de muerte entre los bichos es la ingestión de veneno y la más sobredimensionada es la del gato cazador. Los gatos, afirma Sullivan en el libro, comen ratones, pero "difícilmente atacarán a ratas adultas, una rata adulta repelería fácilmente el ataque de un gato".

Sin embargo, Sullivan es pesimista sobre la suerte de la batalla contra las ratas. Para él no se trata de una cuestión de veneno, sino de "no generar basura, y eso es algo que nos cuesta a los humanos".

Eso sin contar con la capacidad extrema de resistencia del enemigo, ese animal "asqueroso" y que "casi todo el mundo odia", "porque se alimenta de nuestra basura, asoma furtivamente desde nuestros sótanos y vive en lugares que nos parecerían chocantes".

"Las ratas de Nueva York", continuó en la entrevista, "son como las de las grandes ciudades, sobreviven contra todo pronóstico" y en ello juegan un papel esencial sus enormes dotes reproductivas.

"Si las ratas no están comiendo, entonces están normalmente practicando el sexo", dice el libro.

En definitiva, afirmó Sullivan, "pensamos en las ratas como intrusos, cuando en realidad son nuestros vecinos más próximos".

Las ratas son "como el sumum de los inmigrantes", comparó el escritor, "no importan a nadie, tienen que vivir en los peores sitios, apañárselas para comer, y son tratadas sin respeto".


No hay comentarios: