martes, noviembre 22, 2011

MI BOMBA ATOMICA PREFERIDA

 

   

 

 DSC00339                     dedo No mires el dedo,mira hacia arriba.

YASUNARI KAWABATA-KIOTO   pág 574

¿Si?En esta sucursal no venden los auténticos chales de Tatsumura.

Estaban en el barrio de Shimokawara-machi,una zona de lujosas residencias.Al entrar,Chieko se puso a mirar las piezas de seda colocadas en las estanterías ,No eran géneros de fabricación propia,sino que procedían de la firma “Kaneko”¿Te gustaría vestir a  la europea?-pregunto.Oh,no madre.Solo quería ver las sedas que le gustan a los extranjeros.

GEORGES CONCHON-EL ESTADO SALVAJE    pág 574

Los mismos individuos permanecían más tiempo junto a los cristales,como si les apremiaran menos para que cedieran su sitio.Solo entonces concibió que acababa de franquear la pleamar,y lo que estaba viviendo era el inicio de un reflujo,porque en ellos,de repente, el afán de empujar había dominado la pasión de ver;y luego,esto otro;que aquella fantástica corriente  ya no era tan ciega como antes ,que en ella intervenía una inteligencia,una voluntad,el mismo propósito nacido sin duda en el mismo instante en millares de cerebros.No podía ver nada ,pero todo lo que creía adivinar lo confirmaba en su nuevo terror.Empezaba a ver arboles que no existían.

CORAN-Sura 24. An-Nur (La Luz)   pág 574

(62) LOS [VERDADEROS] CREYENTES son sólo aquellos que han llegado a creer en Dios y en
Su Enviado, y que, cuando están [ocupados] con él en un asunto de interés para toda la

comunidad,88 no se retiran [de lo que ha sido decidido] hasta haber pedido [y obtenido] su
permiso.89
En verdad, los que [no se abstienen de la acción acordada sin que antes] te pidan
permiso --¡ [sólo] esos son los que [verdaderamente] creen en Dios y en Su Enviado!
Así pues, cuando te pidan permiso por alguna razón [válida], concédeselo a quien de
ellos quieras [concedérselo],90 y pide a Dios perdón por ellos: pues, ¡ ciertamente, Dios es
indulgente, dispensador de gracia!91

89 E.d., su permiso para abstenerse de participar, por razones válidas, en una línea de acción o política
acordadas por la mayoría de la comunidad (aamma ichtamaú lahu min al-amr: Tabari). Por un desarrollo
lógico de este principio, llegamos a algo parecido al concepto de "oposición leal", que implica la
posibilidad de disentir en un punto de política comunal o estatal, pero manteniendo una absoluta lealtad a
la causa común. (Pero véase también la nota 91.)
90 E.d., después de haber sopesado las razones aportadas por el individuo o individuos en cuestión y los
intereses del conjunto de la sociedad

Susan Sontag   El amante del volcán  331 págs   331*2=661-574=88

Por un momento, sólo un momento, se vio como un loco, disfrazado de ser racional.
¿Cuántas veces ha subido a la montaña? ¿Cuarenta? ¿Cincuenta? ¿Un centenar?
Jadeante, un amplio sombrero protegiendo su delgada cara del sol, se paró y miró
hacia el cono. Desde la cima del volcán... muy por encima de la ciudad, del golfo, de
sus islas.
Estaba muy arriba, mirando abajo. Un punto humano. Lejos de toda obligación de
afinidad, de identificación: el juego de la distancia.
Antes, todo le afirmaba. Sé, luego existo. Colecciono, luego existo. Estoy interesado
en todo, luego existo. Mira todo lo que conozco, todo lo que me importa, todo
cuanto preservo y transmito. Yo construyo mi propia herencia.
Las cosas le habían vuelto la espalda. Dicen: no existes.
La montaña dice: no existes.
Los curas dicen: El volcán es la boca del infierno.
¡No! Estas monstruosidades, volcanes o «igníferas montañas», lejos de ser
emblemas o presagios del infierno, son válvulas de seguridad para los fuegos y
vapores que de otra manera causarían estragos incluso con mayor frecuencia de la
que lo hacen.

Se arrodilló en la especie de foso que rodeaba el cono, colocó sus palmas sobre los
polvorientos cascotes, luego se tendió, boca abajo, al amparo del viento, y posó la
mejilla en tierra. Estaba silenciosa. El silencio hablaba de muerte. Lo mismo hacía la
espesa luz, estática, amarillenta; lo mismo el olor del sulfuro que emanaba de las
fisuras, las piedras apiladas, la tefrita, la hierba seca, las láminas de nubes en el cielo
de color gris añil, el mar plano. Todo habla de muerte.
Adoptemos una visión positiva. La montaña es un emblema de todas las formas de
muerte al por mayor: el diluvio, la gran conflagración (sterminator Vesevo, como
diría el gran poeta), pero también de la supervivencia, de la persistencia humana. En
este aspecto, la naturaleza desbocada también produce cultura, crea artefactos, a
fuerza de matar, de petrificar historia. En semejantes desastres hay mucho que
apreciar.

JAMES JOYCE-ULISES   pág 574

Caído de la luna. Vive en el limbo. Se
dejó alcanzar sin manifestar sorpresa y adelantó
su oscura barba gris hacia ella, meneando su
floja mandíbula mientras hablaba
afanosamente.
Colibrillo. Tiene gente en la azotea.
El señor Bloom siguió andando
tranquilamente, viendo delante de él en la luz
del sol apretada pieza de cráneo, el bastón, el
paraguas y el guardapolvo bamboleantes. Cada
loco con su tema.

   

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