jueves, mayo 31, 2012

UNA TARDE EN EL DENTISTA.

TE CAMBIO UN DIENTE POR UNA NARANJA

NO HAY NADA FIRMADO

RUINA ES PRIMA DE LA TRAICION

AGUJEROS NEGRO DE LUNARES

TODOS TATUADOS Y DISPARANDO CON EL SMARTPHONE-PELIGRO.

SE REPITE LA HISTORIA

JUEGO SUCIO

¿QUIEN ES MAS MALO?

ES MAS LARGA LA MUERTE QUE LA VIDA

PARANOIA

POR DONDE SE SALE

 

 

VLADIMIR NABOKOV 194

Ya se había hecho de noche y en el crepúsculo una bellísima luz mandarina había
llenado las gradas de cristal de un enorme almacén cuando Nikolai observó, al lado
de un portal, una especie de placa blanca que decía: «I. S. WEINER, DENTISTA. DE
PETROGRADO». Y al punto le asaltó el fogonazo de un recuerdo que le dejó
virtualmente escaldado. «Este amiguito nuestro tiene una buena caries y hay que
quitarla.» En la ventana, justo delante del potro de tortura, unas fotos enmarcadas
mostraban unos paisajes suizos... La ventana daba a la calle Moika. «Aclárese, por
favor.» Y el doctor Weiner, un anciano gordo, plácido, con una bata blanca y gafas
perspicaces, sacaba su instrumental tintineante. Solía acudir a él para que le
arreglara la boca y también sus primos, e incluso se decían, cuando se peleaban por
una razón u otra: «¿Y qué te parece si te propino un Weiner?» (Es decir un puñetazo
en la boca.)

JAMES JOYCE-ULISES  194

¡Oh, mira quién es no lo
puedo creer! ¿Qué tal? ¿Qué ha sido de tu vida? Beso y encantada, beso, de verte. Buscando defectos en el

aspecto de la otra. Estás espléndida. Almas gemelas. Mostrándose los dientes la una a la otra. ¿Cuántos te
quedan a ti? No se prestarían ni un grano de sal.
¡Ah!
Son diablos cuando les va a venir eso. Oscuro aspecto diabólico. Molly me decía con frecuencia que sentía
como si las cosas pesaran una tonelada. Ráscame la planta del pie. ¡Ay, así! ¡Ay, qué gusto! Lo siento
yo también. DA gusto descansar alguna vez. A saber si es malo ir con ellas entonces. Seguro en cierto sentido.
Agria la leche, hace saltar las cuerdas del violín.

 

          

VLADIMIR NABOKOV-OBRAS CPMPLETAS   229

Saltó de nuevo mentalmente hasta la imagen del árbol de Navidad y, bruscamente
y sin aparente razón, se acordó del cuarto de estar de la casa de unos comerciantes,
de un gran volumen de artículos y poemas con páginas de cantos dorados (una
edición benéfica para los pobres) que de alguna forma estaba relacionado con
aquella casa, recordó también el árbol de Navidad del cuarto de estar, la mujer que
él amaba en aquel tiempo, y las luces del árbol reflejándose como un temblor de
cristal en sus ojos abiertos al coger una mandarina de una de las ramas más altas.
Habían transcurrido veinte años o quizá más, cómo se fijaban en la memoria
algunos detalles...

JAMES JOYCE-ULISES 229

Señales de todas las cosas
que aquí estoy para leer, huevas y fucos de mar,
la marea que viene, esa bota herrumbrosa.
Verde moco, azul plateado, herrumbre: signos
coloreados. Límites de lo diáfano. Pero él
agrega: en los cuerpos. Entonces él los había
advertido cuerpos antes que coloreados. ¿Cómo?
Golpeando su sesera contra ellos, caramba.
Despacio. Calvo era y millonario, maestro di
color che sanno. Límite de lo diáfano en. ¿Por
qué en? Diáfano diáfano. Si puedes poner los
cinco dedos a través de ella, es una verja, si no,
una puerta. Cierra los ojos y mira

  

                                                  

Archivo:Tumba del Caracol.jpgTumba_del_Caracol.jpg 

BORGES-OBRAS COMPLETAS  229

No es, sustancialmente, una
obra realista; es la frustración o la represión de una obra romántica.
Dos grandes escenas la exaltan: la del amanecer, donde el rico
proceso de la noche está compendiado por una música; la del
asesinato, que nos es presentado indirectamente, en el tumulto
y en la tempestad de los rostros.

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