BORGES-OBRAS COMPLETAS 615
Al fin del sueño, él sacaba el revólver del cajón de la inmediata
mesa de luz (y es verdad que en ese cajón guardaba un revólver)
y lo descargaba contra los hombres. El estruendo del arma lo
despertaba, pero siempre era un sueño y en otro sueño el ataque
se repetía y en otro sueño tenía que volver a matarlos.
Una turbia mañana del mes de julio, la presencia de gente
desconocida (no el ruido de la puerta cuando la abrieron) lo
despertó. Altos en la penumbra del cuarto, curiosamente simplificados
por la penumbra (siempre en los sueños del temor habían
sido más claros), vigilantes, inmóviles y pacientes, bajos los ojos
como si el peso de las armas los encorvara, Alejandro Villari y
un desconocido lo habían alcanzado, por fin. Con una seña les
pidió que esperaran y se dio vuelta contra la pared, como si
retomara el sueño. ¿Lo hizo para despertar la misericordia de
quienes lo mataron, o porque es menos duro sobrellevar un acontecimiento
espantoso que imaginarlo y aguardarlo sin fin, o
—y esto es quizá lo más verosímil-- para que los asesinos fueran
un sueño, como ya lo habían sido tantas veces, en el mismo lugar,
a la misma hora?En esa magia estaba cuando lo borró la descarga.
SIGMUND FREUD-OBRAS COMPLETAS 615
El hecho de que el sueño constituye para el alma
una especie de válvula de seguridad y el de que convierte todo lo peligroso en
inofensivo han sido confirmados, ampliados y esclarecidos por nuestra teoría de la doble
realización de deseos. El «retorno al punto embrional de la vida anímica en el sueño» y
la fórmula de H. Ellis: «Un mundo arcaico de vastas emociones y pensamientos
imperfectos», constituyen felices anticipaciones de nuestra teoría de los funcionamientos
primitivos durante el día y libres durante la noche. Asimismo podíamos hacer nuestra
por completo la afirmación de Sully de que el sueño nos presenta nuevamente nuestras
personalidades anteriores sucesivamente desarrolladas, nuestro antiguo modo de ver las
cosas y aquellos impulsos y formas de reacción que nos dominaron hace mucho tiempo.
Como en la teoría de Delage, también en la nuestra lo «reprimido» es la fuerza motora
del sueño.
VLADIMIR NABOKOV
Cuentos completos 615
Aquellas amalgamas ópticas tenían también sus inconvenientes. El coche restaurante
y sus ventanillas panorámicas, con su paisaje de castas botellas de agua
mineral, servilletas dobladas, y barras de falso chocolate (cuyo envoltorio, Cailler,
Kohler, y demás, no encerraba sino madera), se percibía, en principio, como un
puerto fresco al que finalmente se había conseguido llegar tras superar los
obstáculos de azules pasillos vertiginosos, pero a medida que la comida progresaba
hasta el inevitable último plato, empezabas a ver cómo el vagón, con sus
tambaleantes camareros y toda su parafernalia, se veía envainado sin remedio en el
paisaje mientras que el paisaje, a su vez, se veía sometido a un complejo sistema
motor, por el que la luna diurna se empeñaba en seguir el ritmo de tu plato, los
prados lejanos se abrían en forma de abanico, los árboles cercanos se alzaban con
alas invisibles hacia los raíles, mientras que un raíl paralelo a la marcha se suicidaba
de repente por anastomosis, y un ribazo de hierba se elevaba cada vez más junto a
nosotros hasta conseguir que el pequeño testigo de este enfrentamiento de
distintas velocidades se viera obligado a vomitar su porción de omelette aux
confitures de fraises.
JAMES JOYCE-ULISES 438*2=876-615=261
LAS MUJERES
¡Padrecito! ¡Padrecito!
LOS NIÑITOS Y LACTANTES
Palmitas palmitas que viene Poldito
Y trae pastelitos a Leo solito.
(Bloom, inclinándose, le hace así con el dedo delicadamente a Bebé Boardman en el estómago.)
EL BEBÉ BOARDMAN
(hipa, con leche cuajada corriéndole por la boca) Ajoyaya.
BLOOM
(estrechándole la mano a un mozalbete ciego) ¡Mi más que Hermano mío! (echando los brazos a los hombros
de una pareja anciana) ¡Amigos míos queridos! 0úega a las cuatro esquinas con niñosy niñas harapientos)
¡Cucu! ¡Tras! (pasea a unos mellizos en un cochecito) A tapar la calle que no pase nadie (hace
juegos malabares, se saca pañuelos de seda color rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta de
la boca) Roygbiv. 32 pies por segundo. (consuela a una viuda) La ausencia hace al corazón más joven.
(baila elgalop escocés con grotescas cabriolas) ¡Moved las piernas, malditos! (le besa las úlceras a un veterano
paralizado) ¡Honorables heridas! (pone la zancadilla a unpolicíagordo)Q.T.C.: colgado. Q.T.C.:
colgado. (susurra al oído de una camarera vergonzosay ríe amablemente) ¡Ah, picaruela, picaruela! (se
come un nabo crudo que le ofrece Maurice Butterly, agricultor) ¡Bueno! ¡Espléndido! (se niega a aceptar
tres chelines que le ofrece joseph Hynes, periodista) ¡Querido amigo, de ninguna manera! (da su americana
a un mendigo) Por favor acéptela. (participa en una carrera sobre el estómago con ancianas y ancianos
tullidos) ¡Vamos, chicos! ¡Meneadlo, chicas!
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