ROBERT GRAVES EL VELLOCINO DE ORO 90
Espero junto a un campo florido hasta que veo
que una abeja cargada con miel se dirige a su colmena. Me coloco detrás de ella y voy señalando su ruta con ramitas, pues las abejas vuelan exactamente en línea recta cuando regresan a la colmena.
Al poco rato sale otra abeja en su viaje de regreso desde otro lado del campo. También señalo su camino; y junto al punto de intersección encuentro abejas que vuelan desde todas direcciones. Muy cerca de allí encuentro la colmena.
Butes era un hombre amable, y cualquiera que fuera la conversación en la que tomaba parte,
siempre conseguía que al final se hablase de abejas o de miel. Era raro que fuera sacerdote de Atenea y no de Apolo, patrón de las hermandades de la Abeja. Llevaba la cabeza afeitada y siempre iba vestido de blanco, porque esto ejercía un efecto calmante sobre las abejas, o al menos eso creía él.
En la otra hoguera algún genio invisible provocó ásperas discusiones entre los compañeros: sobre la naturaleza del fuego, sobre la época apropiada para plantar el sésamo, y sobre si los osos de Arcadia eran más feroces que los del monte Parnes en Atica o si los osos blancos de Tracia eran más fieros que ambos. Al oírse los gritos enfadados con que Falero y Argo defendían la ferocidad del oso ático contra los ataques verbales de los dos arcadios, Equión y el gran Anceo, y las malhumoradas protestas de los tracios Calais y Zetes, parecía que eran ellos los osos. Pero Orfeo los hizo callar,diciendo que ningún oso era feroz por naturaleza y que, sin embargo, todos los osos podían dar
muestras de ferocidad: las hembras si veían algún peligro para sus crías, los machos por celos sexuales, y los dos cuando eran sacados de su sueño invernal por el chocar de las ramas y el ladrido de los perros.
-De todas las bestias -dijo Orfeo-, el oso es el más parecido al hombre
EL SOL Y LA LUNA BELLEZAS DEL TALMUD 90
Hija de la belleza, arroja
la envidia de tu corazón. La
envidia precipitó a los ánge
les del cielo, y la luz de la
luna, precioso ornato de la
noche, cubrió de tinieblas
De la mente del Eterno, la palabra de la Creación salió
"Dos grandes luminarias brillarán en el cielo, y reinas de la
tierra, gobernarán al fugitivo tiempo."
Dijo y fue. Semejante un esposo que sale de la cámara
nupcial, como héroe que se adelanta por triunfal camino,
surgió el sol, luz primera Su manto era un esplendor divino;
en torno a la cabeza llevaba una guirnalda de múltiples
colores.
1 Esta bella parábola fue imitada por el celebre poeta alemán Herder, >
la traducción que sigue reproduce tal imitación Nótese que en hebreo las
palabras que significan sol y luna son femeninas
Llenóse de júbilo la tierra, suaves perfumes exhalaron los
campos, y las flores se abrieron mas hermosas
La segunda luz, la luna, se estremeció de envidia, porque
la luz hermana la igualaba en esplendor ¿A que dos reinas
sobre un mismo trono? ¿Y por que nací yo después de mi
compañera?"
Yde repente, con el interno temblor se apagó su luz, que
huyó volando por los campos del cielo convertida en sartas
de estrellas
Blanca como un cadáver estaba la luna, llena de vergüenza
frente a las peregrinas celestes, y rogaba lastimera "Piedad
de mí. Señor de los seres, piedad."
Yun ángel del Señor se apareció a la avergonzada, lle
vando la palabra del divino consejo "¿Por qué envidiaste el
resplandor del sol? !Infeliz! ¡Nunca podrás ya lucir como él;
y siempre que la tierra pase por delante de ti quedarás como
ahora, toda o en parte, oscurecida!
"Pero, sin embargo, ¡oh cuitada!, no te lamentes más:
Dios piadoso ha perdonado tu error y lo ha vuelto en bien. Vé
— me dijo— y di a la arrepentida' También ella será reina de
su luz; las lágrimas de su arrepentimiento serán bálsamo
para los fatigados; y para los deslumhrados por la fuerza
solar y serán alivio."
Consolada quedo la luna; y hela ya circundada de la luz
que ahora irradia. Sigue por el silencioso camino que ahora
recorre; reina de la noche y de las estrellas, lamenta el antiguo
error; y apiadada de toda lágrima, va al encuentro de los
miserables para confortarlos.
Hija de la belleza, arroja la envidia de tu corazón. La envidia
precipitó a los ángeles del cielo, y la luna, precioso
ornamento de la noche, cubrió de tinieblas.
DANTE LA DIVINA COMEDIA 90
Como la navecilla deja el puerto
detrás, detrás, así ésta se alejaba;
y luego que ya a gusto se sentía,
en donde el pecho, ponía la cola,
y tiesa, como anguila, la agitaba,
y con los brazos recogía el aíire.
No creo que más grande fuese el miedo
cuando Faetón abandonó las riendas,
por lo que el cielo ardió, como aún parece;
ni cuando la cintura el pobre Ícaro
sin alas se notó, ya derretidas,
gritando el padre: «¡Mal camino llevas!»;
que el mío fue, cuando noté que estaba
rodeado de aire, y apagada
cualquier visión que no fuese la fiera;
ella nadando va lenta, muy lenta;
gira y desciende, pero yo no noto
sino el viento en el rostro y por debajo.
Oía a mi derecha la cascada
que hacía por encima un ruido horrible,
y abajo miro y la cabeza asomo.
Entonces temí aún más el precipicio,
pues fuego pude ver y escuchar llantos;
por lo que me encogí temblando entero.
Y vi después, que aún no lo había visto,
al bajar y girar los grandes males,
que se acercaban de diversos lados.
Como el halcón que asaz tiempo ha volado,y que sin ver ni señuelo ni pájaro
hace decir al halconero: «¡Ah, baja!»,
lento desciende tras su grácil vuelo,
en cien vueltas, y a lo lejos se pone
de su maestro, airado y desdeñoso,
de tal modo Gerión se posó al fondo,
al mismo pie de la cortada roca,
y descargadas nuestras dos personas,
se disparó como de cuerda tensa.
TEXTOS DE LAS PIRAMIDES 90
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