Hemisferio izquierdo
El hemisferio izquierdo es la parte motriz capaz de reconocer grupos de letras formando palabras, y grupos de palabras formando frases, tanto en lo que se refiere al habla, la escritura, la numeración, las matemáticas y la lógica, como a las facultades necesarias para transformar un conjunto de informaciones en palabras, gestos y pensamientos. John Hughlings Jackson neurólogo británico, ya en 1878 describió el hemisferio izquierdo como el centro de la facultad de expresión. Dependiendo de su severidad, una embolia que afecte a esta estructura puede producir pérdidas funcionales, pérdida funcional del habla y afectar destrezas motoras en el lado derecho del cuerpo. Según la teoría psicolingüística el proceso de construcción de una frase está regido por un cierto número de ideas relacionadas entre sí, pero el mecanismo que permite a la mente agrupar palabras para formar frases gramaticales no está totalmente descifrado. El hemisferio almacena conceptos que luego traduce a palabras (amor, amour, amore, love, liebe) más bien que una memoria textual. Es decir, el cerebro comprende las ideas , los conceptos y los almacena en un lenguaje no verbal, que luego traduce a un lenguaje o idioma aprendido por el individuo mediante la cultura. Los tests de inteligencia que investigan el vocabulario, la comprensión verbal, la memoria y el cálculo aritmético mental, detectan el origen de la actividad en el hemisferio izquierdo. El hemisferio izquierdo se especializa en el lenguaje articulado, control motor del aparato fono articulador, manejo de información lógica, pensamiento proporcional, procesamiento de información en series de uno en uno, manejo de información matemática, memoria verbal, aspectos lógicos gramaticales del lenguaje, organización de la sintaxis, discriminación fonética, atención focalizada, control del tiempo, planificación, ejecución y toma de decisiones y memoria a largo plazo. Los test de inteligencia miden sobre todo la actividad de este hemisferio. Muchas de las actividades atribuidas al consciente le son propias. Gobierna principalmente la parte derecha del cuerpo. Procesa la información usando el análisis, que es el método de resolver un problema descomponiéndolo en piezas y examinando estas una por una.
Hemisferio derecho
El hemisferio derecho gobierna tantas funciones especializadas como el izquierdo. Su forma de elaborar y procesar la información es distinta del hemisferio izquierdo. No utiliza los mecanismos convencionales para el análisis de los pensamientos que utiliza el hemisferio izquierdo. Es un hemisferio integrador, centro de las facultades viso-espaciales no verbales, especializado en sensaciones, sentimientos, prosodia y habilidades especiales; como visuales y sonoras no del lenguaje como las artísticas y musicales. Concibe las situaciones y las estrategias del pensamiento de una forma total. Integra varios tipos de información (sonidos, imágenes, olores, sensaciones) y los transmite como un todo. El método de elaboración utilizado por el hemisferio derecho se ajusta al tipo de respuesta inmediata que se requiere en los procesos visuales y de orientación espacial. El lóbulo frontal derecho y el lóbulo temporal derecho parecen los encargados de ejercer las actividades especializadas no verbales del hemisferio derecho. Esto se corresponde, en muchos aspectos, con las funciones de control del habla que ejercen el lóbulo frontal y el lóbulo temporal del hemisferio izquierdo. Los otros dos lóbulos del hemisferio derecho, el parietal y el lóbulo occipital, tienen al parecer menos funciones. Sin embargo, como resultado del estudio de pacientes con el cerebro dividido (seccionado), o con pacientes que padecen lesiones en el hemisferio izquierdo, se ha detectado un pequeño grado de comprensión verbal en el lóbulo parietal derecho, que tiene la capacidad de comprender una selección de nombres y verbos simples. Y recíprocamente, el lóbulo parietal izquierdo parece que tiene ciertas funciones espaciales limitadas. Por lo tanto, aunque el hemisferio derecho está, sin duda, especializado, en las funciones no verbales, concretamente en las viso-espaciales, no resulta fácil discernir las diferencias entre los dos hemisferios. El hemisferio derecho está considerado de cualquier modo, como el receptor e identificador de la orientación espacial, el responsable de nuestra percepción del mundo en términos de color, forma y lugar. John Huglings Jackson informó que un paciente con un tumor en el lado derecho del cerebro no reconocía objetos, lugares ni personas. Utilizando sus facultades somos capaces de situarnos y orientarnos; podemos saber por qué calle estamos caminando mirando simplemente la arquitectura de los edificios que hay a uno y otro lado de ella, esto es la forma y aspecto de las fachadas, de los tejados y de las puertas de entrada. Si vamos caminando por la calle y reconocemos un rostro, la identificación de dicho rostro también corre a cargo de la memoria visual del hemisferio derecho. El nombre que corresponde a la persona que posee dicho rostro conocido lo proporciona, en cambio el hemisferio izquierdo.
Muchas de las actividades atribuidas al inconsciente le son propias. Procesa la información mayoritariamente usando el método de síntesis, componiendo o formando la información a partir de sus elementos, a un conjunto. Controla, además, el lado izquierdo del cuerpo humano.
TEXTOSA DE LAS PIRAMIDES 80
STEPHEN R. LAWHEAD
TALIESIN 80
La habitación quedó en silencio. Los reyes y sus compañeros se pusieron en pie al
entrar el Supremo Monarca, con la reina a su lado. Iban ataviados por igual en delicada
seda roja, con bordados en oro en los puños y rebordes. Ceremon llevaba una capa
corta dorada y botas también áureas, y en la cabeza un aro de oro con un disco solar
sobre la frente. Danea portaba sandalias doradas y un sencillo aro de oro; sus cabellos
castaños estaban sujetos hacia atrás, y la trenza, atada con anillos de oro. Su manto sin
mangas se arrastraba por el suelo a su espalda, barriéndolo con su reborde bordado en
oro.
Atravesaron el salón despacio hasta su lugar en la mesa principal, saludando a
los demás a su paso. Pasaron cerca de la mesa de Avallach y éste saludó con una cortés
reverencia.
—Bienvenido, rey Avallach —dijo Ceremon, inclinando la cabeza—. Reina
Briseis, me alegro de que escogieras acompañar a tu esposo. Hace tiempo que no
teníamos el placer de tu presencia en este palacio. Os doy la bienvenida a todos.
El Supremo Monarca iba a continuar, cuando su mirada se posó en Charis. Se
detuvo y se volvió hacia ella.
—¿Y quién es ésta? Avallach, no sabía que tenías una hija. —Extendió una mano
delgada y levantó la barbilla de la muchacha—. ¿Cómo te llamas, radiante criatura?
—Charis, majestad.
VLADIMIR NABOKOV CUENTOS COMPLETOS BENEFICENCIA 80
Casualmente, no hace mucho encontré una caja de cerillas vacía en tu mesilla.
Sobre la misma había un menudo túmulo funerario de cenizas y la colilla de un
cigarrillo dorado —una colilla tosca, masculina. Te pedí una explicación. Te reíste
incómoda. A continuación te echaste a llorar y yo, perdonándolo todo, te abracé las
rodillas y apreté mis pestañas húmedas contra tu seda negra y suave. Después de
aquello no te vi en dos semanas.
La mañana de otoño relucía con la brisa. Con cuidado, dejé la barra en una esquina.
Las tejas de los tejados de Berlín se dejaban ver a través del lienzo de la ventana, sus
siluetas se acomodaban a las iridiscentes irregularidades internas del cristal; en
medio de ellas, una cúpula distante se alzaba como una sandía de bronce. Las nubes
se apresuraban, se rompían, revelando fugazmente una telaraña extrañada de azul
otoñal.
El día anterior había hablado contigo por teléfono. Era yo quien había cedido y
llamado. Quedamos en vernos hoy en la Puerta de Brandemburgo. Tu voz, a través
del zumbido como de abejas, sonaba remota y con un punto de ansiedad. Yo no paraba de deslizarme en la distancia como desvaneciéndome. Te hablé con los ojos
cerrados, y me sentía a punto de llorar. Mi amor por ti era un pozo cálido de
lágrimas que no dejaba de manar ni de palpitar. Así es exactamente como me
imaginaba el paraíso: silencio y lágrimas. Y la seda cálida de tus rodillas. Y esto tú no
lo podías entender.
Después de cenar, cuando salí a tu encuentro, con el torrente amarillo de los rayos
del sol y el aire cortante, la cabeza me empezó a dar vueltas. Cada uno de los rayos
de sol retumbaba en mis sienes.
BENEFIDENCIA https://docs.google.com/document/d/1aPz1WTvAc-DIkps_69_iU1840M6vevW_BgIn8BL1CCg/edit?usp=sharing
GAO XINGJIAN
LA MONTAÑA DEL ALMA 80
el año pasado, descubrió a orillas del lago Cao más de cien herramientas de piedra que datan del
Paleolítico, y posteriormente, en el mismo lugar, unas herramientas del Neolítico cuyo pulimento se
asemeja mucho al de las herramientas del emplazamiento de Hemudu en el curso inferior del
Yangtsé. También han sido sacados a la luz vestigios de edificaciones que se asemejan a casas
construidas sobre pilotes en el vecino distrito de Hezhang. Piensa, por ello, que en el Neolítico
existía una relación entre el lugar donde nosotros estamos y la cultura de los antepasados de las
tribus baiyue.
Cuando me ve llegar, saca de debajo de una camita de niño una cesta llena de piedras, creyendo
que vengo a ver las herramientas que ha encontrado. Nos miramos riendo. Le digo:
—No he venido por las piedras.
—¡Es cierto, las piedras no son lo prioritario, vamos, ven, ven!
Deja al punto la cesta detrás de la puerta y llama a su mujer:
—¡Trae de beber!
Yo le digo que acabo de beber.
—¡No te preocupes, si te emborrachas, puedes pasar la noche aquí!
Debe de ser del Sichuan. Al oír su manera de hablar, me siento próximo a él y adopto su acento
Su mujer prepara inmediatamente unos platos para acompañar un aguardiente con un aroma
maravillosamente aterciopelado. Desbordante de entusiasmo, mi amigo se lanza a grandes
discursos: sobre los fragmentos de fósiles de machairodm extraídos de las zonas pantanosas del
lago Cao, que se venden como huesos de dragón; sobre los mandos locales capaces de reunirse una
mañana entera para decidir la simple compra de un ábaco.
«Antes de comprarlo, conviene pasarlo un instante por el fuego para ver si las bolas son de
cuerno de buey o bien de madera pintada.»
«¿Es auténtico o de imitación?»
Nos reímos los dos hasta quedarnos sin respiración. Nos duele la tripa, nadamos en plena
euforia.
Cuando salgo de su casa, me parece tener los pies de una ligereza desacostumbrada, típica de las
altiplanicies. Sé que he bebido justo lo necesario, sin pasarme. Más tarde, me acuerdo de que he
olvidado coger de su cesta un hacha de piedra utilizada por los descendientes del hombre de
Yuanmou.∗ Él había exclamado mientras me mostraba las piedras de la cesta colocada tras la puerta:
—¡Coge tantas como quieras, son talismanes transmitidos de generación en generación!
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