sábado, marzo 03, 2012

AJUSTANDO LA HORA DE LA VISITA

 

 

 

                      

 

                                          

BORGES-920

LOS ENIGMAS
Yo que soy el que ahora está cantando
Seré mañana el misterioso, el muerto, •
El morador de un mágico y desierto
Orbe sin antes ni después ni cuándo.
Así afirma la mística. Me creo
Indigno del Infierno o de la Gloria,
Pero nada predigo. Nuestra historia
Cambia como las formas de Proteo;
¿Qué errante laberinto, qué blancura
Ciega de resplandor será mi suerte^
Cuando me entregue el fin.de esta aventura:
La curiosa experiencia de la muerte?
Quiero beber su cristalino Olvido,
Ser para siempre; pero no haber sido.

VLADIMIR NABOKOV  920

Luego su atención se quedó prendida en un objeto
desgraciado que se mostraba en una tienda de recuerdos: una horrorosa imitación

en mármol del monte San Jorge que mostraba en su base un túnel negro, que
resultaba ser la boca de un tintero, y que tenía un compartimento para las plumas
en forma de raíles de ferrocarril. Con la boca abierta, temblando, fuera de sí como si
acabara de lograr un triunfo sardónico, manoseó aquel engorroso objeto
polvoriento y totalmente irresponsable, pagó sin pestañear, y todavía con la boca
abierta salió con aquel monstruo en las manos. Como un autócrata que se rodea de
jorobados y enanos, él se aferraba a cualquier objeto repugnante; esta adoración le
podía durar unos cuantos o también muchos días, incluso más si se trataba de un
objeto animado.

JOYCE-920

¿Qué ventajas ofrecía el afeitarse por la noche?
Una barba más suave: una brocha más suave si intencionadamente se la dejaba de afeitado en afeitado con
la espuma pegada: una piel más suave si inesperadamente se tropezara con hembras conocidas en lugares
remotos a horas inusitadas: reflexiones sosegadas sobre el transcurso del día: sensación de más limpieza al
despertar tras un sueño más reconfortante puesto que los ruidos matutinos, premoniciones y perturbaciones,
el retumbo de una cántara de leche, la doble llamada del cartero, el periódico leído, releído al enjabonarse,
al reenjabonarse la misma parte, un susto, una punzada, con el pensamiento en algo que buscara aunque a
nada llevara podrían provocar un ritmo más rápido de afeitado y un corte en el que un esparadrapo con precisión
cortado y humectado y aplicado se adheriría: que era lo que había que hacer.
¿Por qué la ausencia de luz le perturbaba menos que la presencia de ruidos?
Por la seguridad del sentido del tacto en su mano firme toda masculina femenina pasiva activa.
¿Qué cualidad poseía (la mano) pero con qué contrarrestante influencia?
La cualidad quirúrgica operativa pero era reacio al derramamiento de sangre humana incluso cuando el fin
justificaba los medios, prefiriendo, en su orden natural, la helioterapia, psicofisicoterapéutica, la cirugía
osteopática.

 

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