El Día de San Valentín es una celebración tradicional de países anglosajones que se ha ido implantando en otros países a lo largo del siglo XX principalmente en la que las parejas de enamorados expresan su amor y cariño mutuamente. Se celebra el 14 de febrero, onomástico de San Valentín. En algunos países se conoce como Día de los Enamorados y en otros como Día del Amor y la Amistad. Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación.Algunos creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba la adoración al dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. En esta celebración se pedían los favores del dios a través de regalos u ofrendas para conseguir así encontrar al enamorado ideal.Muchos piensan que San Valentín se celebra desde hace poco y que surgió por el interés de los grandes centros comerciales, pero su origen se remonta a la época del Imperio Romano.San Valentín era un sacerdote que hacia el siglo III ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras.El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador. Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de los enamorados). El emperador Claudio se enteró y como San Valentín gozaba de un gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó a Palacio. San Valentín aprovechó aquella ocasión para hacer proselitismo del cristianismo.Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el Gobernador de Roma, llamado Calpurnio, le persuadieron para quitárselo de la cabeza.[1]El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a Valentín. Entonces, el oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y en nombre del Señor, le devolvió la vista.[1]Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270. La joven Julia, agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos
Sura 2. Al-Baqara (La Vaca) 89
(260) Y, he ahí, que Abraham dijo: "¡Oh Sustentador mío! ¡Muéstrame cómo devuelves la vida
a los muertos!"
Dijo: "¿Es que acaso no crees?"
[Abraham] respondió: "Ciertamente [creo], pero [déjame verlo] para que mi corazón quede
tranquilo."
Dijo: "Coge, pues, cuatro pájaros y enséñales a obedecerte;256 luego, colócalos separados en las
colinas [a tu alrededor]; después llámalos: acudirán a ti volando. Y sabe que Dios es poderoso,
sabio
JAMES JOYCE
ULISES 89
—¿Cuánto, señor? —preguntó la vieja.
—Un litro —dijo Esteban.
La observó mientras vertía en la medida
y luego en la jarra la rica leche blanca, no la de
ella. Viejas tetas arrugadas. Vertió otra vez una
medida entera y una yapa. Vieja y misteriosa,
venía de un mundo matutino, tal vez como un
mensajero. Alabó la excelencia de la leche,
mientras la vertía. De cuclillas, al lado de una
paciente vaca, en el campo lozano, al amanecer,
una bruja sobre su taburete, los dedos rápidos
en las ubres chorreantes. Conociéndola, las
vacas mugían a su alrededor: ganado sedoso de
rocío. Seda de las vacas y pobre vieja, nombres que le daban en los viejos tiempos. Una tía
vagabunda, forma degradaba de un inmortal,
sirviendo a su conquistador y a su alegre
traidor, su concubina común, mensajera de la
secreta mañana. Para servir o para vituperar,
quién sabe, pero desdeñaba pedirle favores.
—Lo es de verdad, señora —dijo Buck
Mulligan, vertiendo leche en sus tazas.
—Pruébela, señor —dijo ella.
Bebió a su pedido.
—Si pudiéramos vivir solamente de tan
buen alimento —. exclamó luego alzando un
poco la voz— no tendríamos el país lleno de
tripas y dientes podridos.
RANA MO YAN 89
Mis semillas se dispersaran si o si-Si me atrancáis el conducto deferente,¿que le pasará a mi esperma?.Si se acumula dentro de mi cuerpo,¿no hay peligro de que mi barriga reviente?.Leoncita miró a mi tía con la cara enrojecida .!Preparación de la piel!.Cuando Leoncita fue a hacerlo,el miembro del paciente seguía erecto.Leoncita no tenia experiencia en lidiar con situaciones como esa,así que dejó el catéter y se puso al otro lado de la mesa.!Puedes por una vez no pensar en cosas obscenas!¿Es que tienes problemas mentales?le advirtió mi tía.No tengo problema con mi mente,es una reacción natural¿Que voy a hacer ?-contestó con descaro.Vale.Tía me contó que cogió un martillo de goma y le dio golpecitos en el miembro hasta que se quedó blando.
BIBLIA
NUEVO TESTAMENTO 89entró en una casa y no quería que nadie lo supiese, pero no pudo esconderse.
25 Más bien, en seguida oyó de él una mujer cuya hija tenía un espíritu inmundo,
y vino y cayó a sus pies. 26 La mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia, y le
rogaba que echase el demonio fuera de su hija. 27 Pero Jesús le dijo: — Deja
primero que se sacien los hijos, porque no es bueno tomar el pan de los hijos y
echarlo a los perritos. 28 Ella respondió y le dijo: — Sí, Señor; también los
perritos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos. 29 Entonces él le
dijo: — Por causa de lo que has dicho, vé; el demonio ha salido de tu hija. 30 Y
cuando ella se fue a su casa, halló a su hija acostada en la cama y que el
demonio había salido.
EL CRIMEN DE UN ACADÉMICO
ANATOLE FRANCE 89
Opino que Bonaparte hubiera estado muy bien emparejado con una de esas mujeres caníbales que el capitán Cock describe en sus viajes, desnudas, tatuadas, con un anillo en la nariz y complacidas en devorar carne humana.
Lo había previsto, pensé con angustia. ¡Mísera vanidad! Lo primero que se me ocurrió fue notar la exactitud de mis previsiones. Debo advertir que la respuesta del capitán rayó en lo sublime. Se puso la mano en la cadera, miró insolente al señor de Lesay, y dijo:
—Napoleón, señor barón, tuvo otra mujer además de Josefina y de María Luisa. Esa compañera usted no la conoce, pero yo la he visto muy de cerca: lleva un manto azul cubierto de estrellas y una corona de laurel; la cruz de honor brilla en su pecho: se llama la Gloria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario