"El 1 de mayo de 1776 nacen los illuminati. El 1 de mayo de 1945, la élite anuncia la muerte de Adolf Hitler. El 1 de mayo de 2011 la élite anuncia la muerte de Osama Bin Laden. El 1 de mayo de 1886 (los illuminati cumplen 100 años) los obreros en Chicago "organizan" una huelga y muchos mueren de forma cruel. Así nacía "el día del trabajador".El día 1 de Mayo del año 1955, el Papa Pío XII, instituyó la fiesta de San José Obrero.
TEXTOS DE LAS PIRAMIDES 252
La Historia de Osiris
A su llegada a Egipto, Isis escondió el cofre en los pantanos del Delta y acudió a Buto en busca de Horus. Seth, que se encontraba cazando jabalíes una noche, encontró, por la luz de la Luna, el cofre y lo reconoció. Encolerizado por el hallazgo lo abrió, tomó el cuerpo de Osiris y lo despedazó en 14 trozos que esparció a lo largo del Nilo para que sirviese de alimento a los cocodrilos. "¿No es posible destruir el cuerpo de un dios?". "Yo lo he hecho - porque yo he destruido a Osiris"! dijo Seth riendo, y su risa se oyó en todos los rincones de la Tierra, y todos aquellos quienes la percibieron temblaron, estremeciéndose de terror.
Isis debía empezar de nuevo su busqueda, pero esta vez no se encontraba sola, contaba con su hermana Neftis, esposa de Seth, con quien estaba enfrentada en su rivalidad con Osiris y con Anubis, hijo de Osiris y Neftis. En su búsqueda iba acompañada y protegida por 7 escorpiones, viajando por el Nilo en una barca de papiro, y los cocodrilos en reverencia a la diosa ni tocaron los trozos de Osiris ni a ella. Por eso en épocas posteriores cuando alguien navegaba por el Nilo en un barco de papiro se creía a salvo de los cocodrilos, pues se pensaba que estos todavía creían que era la diosa en busca de los trozos del cuerpo de su marido. Poco a poco Isis fue recuperando cada uno de los trozos del cuerpo, envolviéndolos en cera aromatizada, y en cada lugar donde apareció un trozo, Isis entregó a los sacerdotes la figura, obligándoles a jurar que le darían sepultura y venerarían, además de consagrarle el animal que ellos mismos decidiesen al que venerarían con los mismos honores en vida, cuando muriese y tras su muerte. Sólo un pedazo quedó por recuperar, el miembro viril, comido por el lepidoto, el pagro y el oxirrinco, especies que quedaron malditas a partir de ese momento, y nunca más ningún egipcio tocaría o comería pez de esta clase (estas especies inspiraban terror a los egipcios). Isis reconstruyó el cuerpo y con su magia asemejó el miembro perdido, consagrando así el falo, cuya fiesta celebrarían mas tarde los egipcios.Gracias a Anubis lo embalsamó, convirtiéndose en la primera momia de Egipto, y lo escondió en un lugar que sólo ella conocía y que permanece oculto y secreto hasta este día
http://www.egiptologia.org/mitologia/leyendas/osiris/
ROBERT GRAVES EL VELLOCINO DE ORO 252
Apsirto planeaba, una vez que el Argo hubiera cruzado la barra del Hinojo, enviar
una parte de su flotilla a la boca Hermosa para cerrarle el paso en la desembocadura de delta,
mientras que el resto navegaría hacia el norte siguiendo la costa, y entrarían todos en el río del
Hinojo para bloquear su huida.
Al día siguiente, al amanecer, los argonautas desplegaron su vela, aprovechando una brisa del
nordeste, y continuaron su viaje; pronto el agua de mar perdió su color, enturbiada por el fango gris
del río. Al acercarse, pasaron ante una montaña de cinco picos, tierra adentro, llamada El Puño. La
costa del delta era baja, llana y sin árboles, pero cubierta densamente por juncos. A lo lejos vieron
un poblado de toscas cabañas, construidas sobre estacas, y canoas ligeras hechas de madera de
sauce recubierta de piel de foca, y colocadas en fila en la costa fangosa. Este era el pueblo más
importante de los brigios, que se visten con pieles de foca y apestan a aceite de pescado; está
situado muy cerca de la boca del Hinojo.
El Argo cruzó la barra, y cuando ya había remontado este brazo del Danubio, que fluía a una
velocidad de dos nudos, durante una milla o más, los argonautas vieron una alta columna de humo
que se elevaba en el margen derecho, por detrás de ellos, pero no prestaron mucha atención,
creyendo que se trataba de una pira funeraria. El río tenía en aquel punto media milla de anchura y
bullía de peces.
Al anochecer, ayudados por el mismo viento, anclaron en la orilla izquierda, cerca de una arboleda
de sauces podridos, a unas veinte millas de la desembocadura del río. Fueron unas horas lúgubres
porque el terreno estaba húmedo debido a fuertes lluvias y Orfeo, que ya se hallaba debilitado por la
disetería, fue acometido por una repentina fiebre.
Empezó a delirar, lanzando un torrente de elocuencia de tan mal agüero, aunque disparatada, que
sus compañeros se vieron obligados a amordazarlo; y luchaba con tanta violencia que necesitaron a
un hombre para sujetarle cada una de sus cuatro extremidades. Medea no podía hacer nada por él,
pues en aquel momento estaba impura, debido a su ciclo mensual, y por lo tanto incapacitada para
emprender cualquier tarea de curación o de magia.
Fue entonces cuando los argonautas oyeron, por primera y última vez, el lamento profético que el
rey Sísifo cantó por la diosa Pasífae en las canteras de Éfira la tarde antes de que lo aplastara la
roca; pues Orfeo lo repetía mientras luchaba, sin advertir su blasfemia.
Sol que mueres, ¡brilla cálido un poco más!
Mis ojos deslumbrados deslumbrarán los tuyos,
Conjurándote a que reluzcas y no te muevas.
Tú, sol, y yo hemos trabajado la tarde entera
Bajo una nube sofocante, una nube sin rocío
Un vellón manchado ahora por nuestro común dolor
De saber que esta noche será una noche sin luna.
Sol que mueres, ¡brilla cálido un poco más!
No le faltaba fe: era toda una mujer,
Sonriendo con horrenda imparcialidad,
Soberana, de corazón sin par, adorada por los hombres,
Hasta que el cuco primaveral, con sus mojadas plumas
Tentó su compasión y su verdad traicionó.
Y así, la que para todos brillaba, renunció a su ser.
Y esta noche será una noche sin luna.
Sol que mueres, ¡brilla un poco más!
Una grulla pasó volando con un pez en el pico, pero lo dejó caer en el fango del río, cerca del
campamento de los argonautas, emitiendo un grito agudo de dolor y luego un sonido como si
hablara atropelladamente.
Jasón le preguntó a Mopso:
-Mopso, ¿qué dice la grulla?
Mopso respondió:
-Dice: «¡Qué lástima, qué lástima cortado en pedacitos cortado en pedacitos -jamás podrán volverse
a juntar!» Pero lo que no sé es si el pájaro de Artemisa está hablando de sus propias penas o nos
está profetizando a nosotros.
Linceo dijo:
-Si éstas son realmente las palabras de la grulla, no pueden referirse al pez que cayó al río, pues
aunque esté muerto, no está cortado en pedacitos. En mi opinión, el pájaro abrió el pico para dejar
caer al pez y poderse dirigir a nosotros; y, por lo tanto, las palabras son proféticas.
-Esperemos en silencio sagrado a que aparezca otra señal -dijo Mopso-. Que nadie se mueva hasta
que aparezca.
Esperaron en silencio y al poco tiempo pasó junto a la ribera un gran banco de peces parecidos a la
sardina, que se acercaron al lugar donde estaba sentada Medea, y menearon sus colas en el agua
para hacerse notar. Esto era evidentemente la señal esperada, pero nadie pudo interpretarla
claramente, aunque Atalanta recordó que en Tesalia la sardina está consagrada a Artemisa, como en
Delos lo está la grulla, y creía que la diosa le enviaba a Medea algún mensaje de protección.
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