VLADIMIR NABOKOV CUENTOS 351
Se sentía encerrado en un saco estrecho y
dolorosamente frío; tenía el corazón insoportablemente cansado. De repente, algo
muy rápido atravesó todo su ser, un relámpago de dedos sobre el teclado del piano
—y precisamente eso era lo que había estado tratando de recordar toda la mañana.
Salió del agua a la arena. La arena, el mar y el aire tenían un tinte extraño, apagado,
opaco, y todo estaba absolutamente tranquilo. Vagamente pensó que debía de
haber llegado el crepúsculo y que David había perecido hacía mucho tiempo, y
experimentó en su ser lo que sabía de esta vida terrena, el intenso calor de las
lágrimas. Temblando e inclinándose hacia la arena cenicienta, se arrebujó en su
chaqueta negra con el cinturón en forma de serpiente que había visto en un amigo
de sus días de estudiante, hacía mucho, mucho tiempo, en un día de otoño —y se
sintió tan triste por la madre de David y se preguntó qué le diría. No ha sido culpa
mía, hice todo lo que pude por salvarle, pero soy un mal nadador, tengo el corazón
débil y se ahogó. Pero había algo que fallaba en esos pensamientos, y cuando una
vez más miró en torno suyo y se vio en aquella bruma desolada solo, sin David junto a él, comprendió al instante que si David no estaba junto a él, David no estaba
muerto.
Sólo entonces le quitaron las gafas empañadas. La bruma monótona se disipó,
floreció en colores maravillosos, explotaron todo tipo de ruidos: la rutina del mar, el
aplauso del viento, los gritos humanos; y allí estaba David, de pie, con el agua
brillante en los tobillos, sin saber qué hacer, temblando de miedo, sin atreverse a
explicar que él no se estaba ahogando, que toda su lucha había sido una broma,
JAMES JOYCE ULISES 351
El señor Bloom miró atrás hacia el coro.
No habrá música. Lástima. ¿Quién tendrá el
órgano aquí? El viejo Glynn sabía hacer hablar
a ese instrumento, el vibrato: dicen que ganaba
50 libras por año en la calle Gardiner. Maruja
tenía magnífica voz ese día, el Stabat Mater de
Rossini. El sermón del padre Bernard Vaughan
primero. ¿Cristo o Pilatos? Cristo, pero no nos
tengas toda la noche con eso. Ellos querían
música. Cesó el pataleo. Se habría oído la caída de un alfiler. Le recomendé que dirigiera la voz hacia ese rincón. Podría sentir el estremecimiento en el aire, a su máximo, la
gente mirando hacia arriba:Quis est homo?
Alguna de esa vieja música sagrada es espléndida. Mercadante: las siete últimas
palabras. La duodécima misa de Mozart: sobre todo el Gloria. Esos viejos papas eran grandes conocedores de música, arte, estatuas y pinturas
de todas clases. Palestrina por ejemplo,también. Lo pasaron bastante bien
antiguamente mientras duró. Muy sano también los cantos, las horas regulares, luego
fabricaban licores. Benedictine. Chartreuse verde. Sin embargo, eso de tener eunucos en su
coro era irse un poco lejos.
La constelaciónde Mesjetiu(Osa Mayor)en el antiguo Egipto.
Los antiguos egipcios hablaban de un tipo de estrellas que denominaban jxmw-skj(Ijemu-seki) y que literalmente significan,«las que no conocen el ocaso», es decir, las «inmortales»
Aparentemente se trata de las estrellas circumpolares,aquellas que nunca se ocultan tras el horizonte.
Las primeras menciones conservadas de Mesjetiu datan, en los Textos de las Pirámides, del reinado del faraón Unas (ca. 2347-2297 a.C.), pero las primeras representaciones de esta constelación se remontan anales del Primer Período Intermedio y al Imperio Medio, es decir, a los siglos inmediatos. Así, en algunos ataúdes característicos de esta época, tenemos ejemplos muy interesantes. En estos, Mesjetiu aparece representada en forma de pata de toro, y en ella se indican siete estrellas, otorgándole una forma que nos hace recordar al Carro.
http://www.academia.edu/3094057/La_constelacion_de_Mesjetiu_Osa_Mayor_en_el_antiguo_Egipto
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