SUTRA DEL LOTO 142
GAO XINGJIAN
LA MONTAÑA DEL ALMA 142
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Cuando en plena noche el hogar de la chimenea está lleno de cenizas, cuando
los viejos roncan y los niños hablan en sueños, es que ella se levanta y abre la puerta trasera de la
casa para salir con los pies descalzos al jardín. Un muchacho viene, cubierto con un sombrero de
pico de plata. Pasa detrás del seto y silba suavemente. Por la mañana, el padre llama nueve veces: si llamara demasiado, la madre montaría en cólera. Tras echar mano al bastón, empuja la puerta de la habitación, pero ya no hay nadie en la cama.
Entrada la noche, me tumbo bajo un alero, en la orilla. Las estrellas y los reflejos en las aguas se
han apagado. Río y montañas se confunden en una misma oscuridad, el viento fresco de la noche se ha levantado, resuenan aullidos de lobos. Aterrado, sacado de mis sueños, aguzo el oído. Es de
hecho el grito desesperado de un reclamo de amor, terriblemente triste, mitad canto, mitad aullido,
que se repite de forma intermitente.
Vladimir Nabokov Lolita
142
Oh, delicioso... reclinada contra el marco, como un hada traviesa...
Le pedí que dijera a Mary Lore que me quedaría la tarde entera en la cama
y en algún momento del día siguiente me pondría en contacto con ella, si me
sentía bastante polinesio.
Advirtió la dirección de mi mirada e hizo que la cadera derecha de la
mujercita se meneara amorosamente.
—Formidable –asintió el grandote Frank.
Palmeó el marco de la puerta y se llevó silbando mi mensaje. Por la tarde,
seguí bebiendo y a la mañana la fiebre había desaparecido. Aunque me sentía
blando como un sapo, me puse la bata roja sobre el pijama amarillo maíz y me
dirigí a la cabina telefónica.
GRAVES, ROBERT LA DIOSA BLANCA, 142
La antigua religión druídica basada en el culto del roble será
desalojada por el cristianismo, y la puerta -el dios Llyr- languidecerá olvidada en el
Castillo de Arianrhod, la Corona Borealis.
Esto nos ayuda a comprender la relación que existía en Roma entre Jano y la
Diosa Blanca Cardea, mencionada al final del capítulo IV como la diosa de los Goznes que fue a Roma desde Alba Longa. Ella era el gozne sobre el que giraba el año -el año
latino antiguo, no el etrusco- y su importancia como tal consta en el adjetivo latino
cardinalis -se dice que algo tiene una «importancia cardinal»- que se aplicaba también a
los cuatro vientos principales; pues hasta la época clásica se consideraba que los vientos
se hallaban bajo la dirección única de la Gran Diosa. Como Cardea gobernaba el Gozne
Celestial detrás del Viento Norte, alrededor del cual, como explica Varrón en su De Re
Rustica, gira la piedra molar del Universo. Esta concepción aparece más claramente en
los Eddas escandinavos, donde las gigantas Fenja y Menja, que hacen girar la
monstruosa piedra molar Grotte en la fría noche polar, representan a la Diosa Blanca en
sus estados de ánimo complementarios de creación y destrucción.
OBRAS COMPLETAS – FRANZ KAFKA 142
Casi saltó Karl con los dos pies a un tiempo por encima de la banqueta
del piano y abrió la puerta. Vio allí a Mack, sentado y medio acostado
en una gran cama imperial, la colcha suelta echada sobre las piernas. El
baldaquino de seda azul tenía algo de primoroso, algo de muchacha, y
era el único lujo de esa cama, por lo demás sencilla, angulosa, hecha
de madera pesada. En la mesita de noche ardía sólo una vela, pero la ropa de la cama y la camisa de Mack eran tan blancas que reflejaban la
luz de la vela que caía sobre ellas con un resplandor casi fulgurante;
también el baldaquino resplandecía, por lo menos en los bordes, con su
seda ligeramente ondulada y no muy firmemente tendida. Pero detrás
de Mack, sin transición alguna, hundíase la cama y todo lo demás en
una oscuridad completa
VLADIMIR NABOKOV
Cuentos completos 142
Mientras paseo por alguna calle silenciosa y oscura, me gusta oír cómo algún
hombre regresa a casa. El hombre no resulta visible en la oscuridad, y nunca sabes de antemano qué puerta se abrirá a la vida y condescenderá a dejarse penetrar por
el chirrido de una llave, para después girar, y detenerse luego, retenida por el
contrapeso, para acabar cerrándose de golpe; la llave chirriará de nuevo desde
dentro, y, en las profundidades al otro lado del cristal de la puerta, un débil
resplandor se rezagará durante un minuto maravilloso.
viburnum opulus o bola de nieve
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