martes, diciembre 27, 2011

CUANDO SALE EL SOL

 

 Gallardón le pasa el bastón de mando a Ana Botella Ana Mato: \"Da igual el nombre, al final es un asesinato\"   apertura solemne de la X legislatura de las cortes generales. 

JAMES JOYCE-ULISES   pág 160

—¿Qué clase de ternera es ésta? Le dije
que viniera después de las ocho.
—Podemos tomarlo solo —dijo Esteban—.
Hay limón en la alacena. —Al demonio tú y tus

modas de París —dijo Buck Mulligan—; yo
quiero leche de Sandycove.
Haines regresó de la puerta y dijo
apaciblemente:
—Ahí viene la mujer con la leche.
—Que Dios te bendiga —gritó Buck
Mulligan, saltando de su silla—. Siéntate. Sirve
el té allí. El azúcar está en la bolsa. Vamos,
bastante tengo que hacer con estos condenados
huevos.
Cortó con unos tajos el frito de la fuente y
arrojó una porción en cada uno de los tres platos
diciendo:
—"In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti

 

Miles de israelíes se manifiestan contra el acoso sexista de los judíos ultraortodoxos internacional.elpais.com/internacional/2011/12/27/actuali...

Un tribunal egipcio prohíbe que se practiquen pruebas de virginidad a las mujeres detenidas

Este fallo se produce tras la denuncia presentada contra el Consejo Supremo de las fuerzas armadas por parte de dos mujeres detenidas que sufrieron esta práctica


 

CORAN  pág 160

Sura 4 An-Nisa’ (Las Mujeres)

(116) EN VERDAD, Dios no perdona que se atribuya divinidad a otros junto con Él, si bien
perdona lo que es más leve a quien Él quiere: pues quienes atribuyen divinidad a otros junto
con Dios se han perdido en un lejano extravío. (117) En vez de a Él, invocan sólo a símbolos
sin vida140 --con lo que no invocan sino a un Satán rebelde (118) a quien Dios ha rechazado, y
que dijo: “¡Ciertamente, he de tomar a un número designado de Tus siervos, (119) y he de
extraviarles, y he de llenarles de vanos deseos; y he de instigarles --y cortarán las orejas al ganado
[como sacrificio a los ídolos]: y he de instigarles-- y corromperán la creación de Dios!”141
Pero quienes toman a Satán por patrón en vez de a Dios, ciertamente han incurrido en una
perdida total: (120) les promete y les llena de vanos deseos: pero cuanto Satán les promete es sólo
para engañarles.142 (121) Esos tendrán por morada el infierno: y no hallarán forma de salir de él.

140 El término inaz (plural de unza: "un ser femenino") era usado por los árabes, antes del Islam, para
designar a sus ídolos, probablemente porque se les consideraba en su mayoría femeninos. Por ello, según
algunos filólogos, el plural inaz significa "cosas inanimadas" (cf. Lane I, 112). Ibn Abbas, Qatada y
Hasan al-Basri lo explican como algo pasivo y carente de vida (Tabari); esta definición ha sido adoptada
también por Ragib. Por otro lado, Tabari cita una Tradición, transmitida por Urwa, según la cual en un
ejemplar del Qur’an propiedad de A’isha aparecía la palabra autan ("ídolos") en lugar de inaz (cf. también
Samajshari e Ibn Kazir). La traducción por "símbolos sin vida" es la más apropiada en este contexto,
ya que combina justamente el concepto de "ídolos" con el de "cosas inanimadas".
141 Cf. 7:16-17. Antes del Islam, los árabes solían dedicar algunas cabezas de ganado a uno u otro de sus
ídolos cortando o hendiendo las orejas del animal, después de lo cual este era considerado sagrado (Tabari).
En este contexto, la alusión es usada metonímicamente para describir usos, o inclinaciones, idólatras,
en general. La alusión a que Satán induce al hombre a "corromper (lit., "alterar") la creación de Dios",
tiene un significado al que rara vez se presta suficiente atención: Dado que esta creación, y la forma en
que se manifiesta, es una expresión de la voluntad planificadora de Dios, todo intento de alterar su
naturaleza intrínseca equivale a corromperla. -- Para una elaboración del significado más amplio del
término shaitán ("Satán" o "fuerza satánica"), véase la primera mitad de la nota 16 en 15:17.

Juan Eslava Galán
HISTORIA DE
ESPAÑA CONTADA
PARA ESCÉPTICOS    138  págs    160-138=22

El oro de Roma
Roma había extendido su dominio por todo el contorno mediterráneo. La oligarquía aristocrática que
controlaba el Senado se había enriquecido con los botines de las guerras, pero el pequeño campesino y
el artesano se arruinaron al no poder competir con la mano de obra esclava que aportaban las

conquistas. Las tensiones sociales se polarizaron en dos partidos políticos, los populares y los optimates:
es decir, izquierdas y derechas, lo de siempre.
El enfrentamiento entre populares y optimates desembocó en guerras civiles y sangrientas
alternancias de poder, que repercutieron también en las provincias. Cuando el dictador Sila conquistó el
poder, muchos caudillos populares tuvieron que huir de Roma para salvar la vida, entre ellos Quinto
Sertorio, que se refugió en España.
Sertorio estaba dispuesto a resistir. Era un hombre hábil, que supo atraerse a los indígenas, cada vez
más romanizados. Incluso recurrió a la argucia de hacerles creer que los dioses estaban de su lado y lo
aconsejaban por medio de una cierva amaestrada, con la que conversaba cada tarde en un claro del
bosque. Los hispanos, acostumbrados como estaban a padecer codiciosos funcionarios romanos que
aprovechaban el cargo para enriquecerse, quedaron encantados con aquel romano honrado y tolerante,
que rebajaba los impuestos y respetaba las costumbres del país. También nombró un gobierno en el
exilio con su Senado y sus instituciones, y hasta fundó una especie de universidad en Osca (Huesca)
para educar en la cultura romana a los hijos de los caudillos hispanos.
Al mismo tiempo, le servían de rehenes y garantizaban la lealtad de sus padres, claro.
No tuvo suerte Sertorio. La empresa que se había propuesto era demasiado ambiciosa para sus
débiles fuerzas. Durante un tiempo, se mantuvo firme, e incluso sus tropas celtíberas y lusitanas
derrotaron a algunos ejércitos enviados por Roma; pero luego sus asuntos se torcieron, muchos de sus
partidarios desertaron y uno de sus hombres de confianza lo asesinó durante un banquete. Su guardia
personal, formada por hispanos, se suicidó en el acto, según la tremenda costumbre del país.

 

 

El sastre José Tomás jura que Camps “jamás pagó ni un euro de sus trajes”  Los cargos de Camps minimizan los contratos a Orange Market 

ORHAN PAMUK
Me llamo rojo pág 160

En cuanto entramos a la plaza del Consejo todo lo envolvió un profundo silencio. Podía sentir
incluso en las venas de mi frente y de mi cuello que mi corazón latía a toda velocidad. Aquel lugar,
cuya descripción y cuyos detalles tanto había escuchado a mi Tío y a aquellos que podían entrar en
Palacio, se desplegaba ahora ante mí como un jardín del Edén, multicolor y hermosísimo. Pero en
lugar de sentir la felicidad de alguien que ha conseguido acceder al Paraíso, notaba miedo y una
piadosa reverencia, sentía que sólo era un simple siervo de Nuestro Sultán quien, ahora lo

comprendía perfectamente, era el fundamento del Mundo. Mientras observaba admirado los pavos
reales que paseaban entre la vegetación, las tazas de oro atadas con cadenas a rumorosas fuentes y
a los funcionarios de Palacio vestidos con ropas de seda, que caminaban silenciosamente como si
no rozaran el suelo, sentí en mi corazón el entusiasmo de poder servir a mi Soberano. Acabaría el
libro secreto de Nuestro Sultán, cuyas ilustraciones a medio terminar llevaba bajo el brazo, seguro.
Caminaba siguiendo al sastre sin saber muy bien lo que hacía y con la mirada clavada en la Torre
del Consejo, que, vista de cerca, despertaba más miedo que admiración.

Acompañados por uno de los pajes de la Puerta, pasamos temerosos y sin producir el menor
sonido, como en un sueño, ante la Sala del Consejo y el edificio del Tesoro. Tenía la sensación de
conocer todo aquello, de haberlo visto antes
.

BORGES-OBRAS COMPLETAS   pág 160

EL PUÑAL
A Margarita Bunga
En un cajón hay un puñal.
Fue forjado en Toledo, a fines del siglo pasado; Luis Melián
Lafinur se lo dio a mi padre, que lo trajo del Uruguay; Evaristo
Carriego lo tuvo alguna vez en la mano.
Quienes lo ven tienen que jugar un rato con él; se advierte
que hace mucho que lo buscaban; la mano se apresura a apretar
la empuñadura que la espera; la hoja obediente y poderosa juega
con precisión en la vaina.
Otra cosa quiere el puñal.
Es más que una estructura hecha de metales; los hombres lo
pensaron y lo formaron para un fin muy preciso; es, de algún
modo, eterno, el puñal que anoche mató a un hombre en Tacuarembó
y los puñales que mataron a César. Quiere matar, quiere
derramar brusca sangre.
En un cajón del escritorio, entre borradores y cartas, interminablemente
sueña el puñal su sencillo sueño de tigre, y la mano
se anima cuando lo rige porque el metal se anima, el metal que
presiente en cada contacto al homicida para quien lo crearon
los hombres.
A veces me da lástima. Tanta dureza, tanta fe, tan impasible
o inocente soberbia, y los años pasan, inútiles
.

VLADIMIR NABOKOV-OBRAS   pág 160

El revisor que distribuye los billetes tiene unas manos muy extrañas. Se mueven con
la misma agilidad que las de un pianista, pero en lugar de ser fláccidas, sudorosas y
de uñas suaves, las manos del revisor son tan toscas que cuando por casualidad, al
darle el dinero, le tocas la palma de la mano, que parece haber desarrollado una
dura corteza como quitinosa, sientes una especie de malestar moral. Son unas
manos extraordinariamente ágiles y eficaces, a pesar de su dureza y del grosor de
sus dedos. Yo observo lleno de curiosidad cómo agarra el billete entre sus dedos
gruesos con uñas tan negras y cómo lo pica en dos sitios distintos, cómo registra su
cartera de piel y cómo saca unas monedas para devolver el cambio, y cómo cierra la
cartera inmediatamente y tira de la cuerda del timbre o cómo, con un simple
empujón del pulgar, abre de golpe la ventanilla de la puerta de delante para
entregar los billetes a los pasajeros de la plataforma delantera. Y mientras tanto, el
coche no deja de moverse, los pasajeros que están de pie en el pasillo se agarran a
las correas del techo y se balancean de un lado a otro, mientras que a él no se le cae
al suelo ni una moneda ni tampoco se le rompe un billete al sacarlo del rollo. En
estos días de invierno la parte inferior de la puerta delantera lleva una cortina
verde, las ventanas están cubiertas de hielo, y en todas las paradas hay un puesto de
venta de árboles de Navidad, los pies de los pasajeros están entumecidos de frío, y a
veces unos mitones de lana gris cubren las manos del revisor. Al final del trayecto
desenganchan el coche delantero que entra en otra vía, hace un giro completo
hasta llegar a la vía original y se acerca al resto de la composición por detrás. Hay
algo que recuerda a una hembra sumisa en la forma en que el coche de atrás espera
hasta que el primer coche, el macho, llega chisporroteando en una llama, se acerca
y se le engarza. Y (salvo por lo que respecta a la metáfora biológica) me recuerdan
cómo, hace unos dieciocho años en San Petersburgo, solían desenganchar a los
caballos y llevarlos alrededor del tranvía con su panza azul

ROBERT GRAVES-LA DIOSA BLANCA    pág 160

Poderes de los árboles, puntas de los dedos,
primer grupo de cinco de los cuatro,
descubrid todo lo que vuestro poeta pide
tamborileando en su frente.
Espiga de abedul, pulgar palpitante,
con el poder de la adivinación,
abedul, tráele noticias de amor;
el corazón late fuertemente.
Vara de fresno, dedo índice,
con el poder de la adivinación
descífrale un enigma;
entrégale la clave.
Fresno, dedo del medio,
con el poder de la adivinación
hábil en el pronóstico, tonto de otro modo,
distribúyelo entre los vientos.
Aliso, dedo médico,
con el poder de la adivinación
diagnostica todas las enfermedades

de una mente dudosa.
Vara de sauce, dedo de la oreja,
con el poder de la adivinación
obliga a hacer confesiones a la boca
de un cadáver consumido.
Puntas de los dedos, cinco tártagos,
árboles, que adivinan la verdad,
descubrid todo lo que vuestro poeta pide
tamborileando en su frente
.
El alfabeto de los dedos era utilizado evidentemente en el culto de las brujas de
la Britania medieval, a juzgar por las marcas del diablo tatuadas en las manos de las
brujas. En Sadducismus Triumphatus de Joseph Glanvil (1681) hay un relato detallado
de dos asociaciones de brujas del condado de Somerset, una de trece formada en
Brewham, y otra en Wincanton, lugares ambos que se hallan a unas catorce millas de
Glastonbury. El elemento racial británico, opuesto al sajón, predominaba en Somerset y
la veneración popular por Glastonbury como la sede principal de la religión antigua
seguía siendo grande en el siglo XVII. De las confesiones de los miembros de esas
asociaciones en su proceso de 1664 se deduce que el jefe, o dios, de esas brujas se
llamaba Robin (petirrojo) y que marcaba a las iniciadas con un pinchazo hecho entre las
coyunturas superior y media del dedo médico. Ese es exactamente el lugar donde se
podía esperar el pinchazo, pues las actividades de esas asociaciones incluían la magia
negra y la blanca: la coyuntura superior pertenece a Cóll, el avellano, el árbol de la
magia blanca y la curación, y la inferior a Straif, el endrino, que, como se demostrará en
el capítulo XIV, era el árbol de la magia negra y el marchitamiento. Estas brujas
empleaban espinos para clavarlos en las imágenes de cera de sus enemigos bajo la
dirección de Robin

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