BORGES-545
Ser inmortal es baladí; menos el hombre, todas las criaturas
lo son, pues ignoran la muerte; lo divino, lo terrible, lo incomprensible,
es saberse inmortal. He notado que, pese a las religiones,
esa convicción es rarísima. Israelitas, cristianos y musulmanes
profesan la inmortalidad, pero la veneración que tributan
al primer siglo prueba que sólo creen en él, ya que destinan
todos los demás, en número infinito, a premiarlo o a castigarlo.
Más razonable me parece la rueda de "ciertas religiones del Indos
tan; en esa rueda, que no tiene principio ni fin, cada vida es
efecto de la anterior y engendra la siguiente, pero ninguna determina
el conjunto. . . Adoctrinada por un ejercicio" de siglos,
la república de hombres inmortales había logrado la perfección
de la tolerancia y casi del desdén. Sabía que en un plazo infinito
le ocurren a todo hombre todas las cosas. Por sus pasadas o futuras virtudes, todo hombre es acreedor a toda bondad, pero
también a toda traición, por sus infamias del pasado o del porvenir.
Así como en los juegos de azar las cifras pares y las cifras
impares tienden al equilibrio, así también se anulan y se corrigen
el ingenio y la estolidez, y acaso el rústico poema del Cid es el
contrapeso exigido por un solo epíteto de las Églogas o por una
sentencia de Heráclito. El pensamiento más fugaz obedece a un
dibujo invisible y puede coronar, o inaugurar, una forma secreta.
A L B E R T E I N S T E I N : N A V E G A N T E
S O L I T A R I O 71PÁGS *8=568-545=23
El problema era construir una mecánica nueva que permitiera que la luz
tenga la misma velocidad para todos los observadores, sea como sea que se muevan y sin
introducir inconsistencias. Einstein encontró la salida llevando a sus últimas consecuencias una
línea de pensamiento que había encontrado en Poincaré y Mach: las nociones de espacio y
tiempo absolutos de la mecánica no son lógicamente necesarias ni están garantizadas por la
experiencia. Un análisis profundo de este problema —estimulado por sus discusiones con Besso
— le permitió a Einstein confirmar la idea —ya avanzada por Poincaré— de que el concepto de
simultaneidad no tiene un carácter absoluto, sino que depende del estado de movimiento
relativo. Esto quiere decir, por ejemplo, que si un observador parado en un andén considera
dos eventos A y B como simultáneos, un viajero que los ve desde un tren en movimiento no los
consideraría como simultáneos. Esto parece contradecir nuestra experiencia cotidiana, pero
todo se resuelve cuando se observa que la diferencia de tiempo que el observador en el tren
asignaría a los eventos es tan pequeña, que pasa totalmente desapercibida (¡precisamente por
esto podemos usar la mecánica clásica!). Pero entonces, si es despreciable, ¿por qué hemos de
preocuparnos por ello? El punto es de principio: ¿cuáles son las nociones correctas que
debemos manejar al eliminar el espacio y el tiempo absolutos? Además, la diferencia es
despreciable sólo debido a que el tren corre despacio; si su velocidad fuera muy alta,
comparable con la de la luz, las diferencias podrían ser muy considerables. Basta que
pensemos que si el portador de la lámpara corre a la velocidad de la luz, aun así la luz que
pasa a su lado sigue viajando con la misma velocidad c, para que notemos qué diferente será
esta nueva mecánica de la clásica.
EL PLAN INFINITO - ISABEL ALLENDE 309*2=618-545=73
Pienso en el planeta, redondo, flotando sin gravedad en el abismo negro del cosmos, girando y giran-do, y también en las estrellas de la Vía Láctea y en cómo será el fin del mundo, cuando todo explote y salgan las partículas disparadas como los fuegos artificiales del 4 de Julio y siento que yo soy parte de la tierra, estoy hecho del mismo material, cuando me muera me desintegraré, me volveré puras migajas como un queque y seré par-te del suelo y crecerán árboles de mi cuerpo. Se me ocurre que no estoy solo en el universo, que ni siquiera soy algo especial, debo ser apenas un trozo de barro, tal vez no tengo un alma propia, de repente existe una sola alma grande para todos los seres vivientes, incluso Oliver, y no hay cielo, infierno ni purgatorio, deben ser pamplinas del Padre, que de puro viejo tiene la mente aturdida, y los Logi y los Maestros de mi papá tampoco existen y la única que anda más o menos cerca de la verdad es mi mamá con su religión Bahai, aunque ella se enreda con unas chingaderas que están buenas para Persia, pero cómo las vamos a usar aquí. La idea de ser una partícula me gusta, ser un grano de arena cósmica. Dice Miss June que el rabo errante de los cometas está formado por polvo estelar, millares de piedrecillas que reflejan la luz. Me invade una calma profunda, se me olvidan Martínez, el miedo, el dolor y el cuarto de las escobas, estoy en paz, me elevo y me voy volando con los ojos abiertos hacia el vacío sideral, me voy volando, volando con Oliver.
JAMES JOYCE-ULISES 545
¡HOLA, CENTRAL!
En varios puntos a lo largo de las ocho
líneas de tranvías con troles inmóviles
permanecían en sus rieles en dirección o de
vuelta de Rathmines, Rathfarnham, Blackrock,
Kingstown y Dalkel, Sandymount Tower,
Donnybrook, Parque Palmerston y Rathmines
superior, todos quietos, sosegados en corto
circuito. Coches de alquiler, cabriolés, furgones de reparto, camiones de correspondencia, coches
particulares, gaseosa agua mineral flota en
ruidosos canastos de botellas sacudida, rodando
arrastrada por caballos rápidamente
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