ARTURO-STEPHEN R.LAWHEAD 360
Terrible fue la batalla, y terribles las lágrimas que la siguieron. Y largo, muy largo el luto.
El sol brillaba rojo y con fuerza y se alzaba como una herida abierta por el este cuando el último enemigo dejó caer las armas para siempre. Sólo quedaban siete hombres, que se miraron los unos a los otros con sangre en los ojos y en las manos.
Entonces Evnissyen el Depravado vio cómo colocaban el Caldero Resucitador sobre el fuego y empezaban a poner a los muertos en su interior. Temeroso de que todos sus esfuerzos se malograran, Evnissyen se colocó sin que nadie se diera cuenta entre los cadáveres, y fue introducido en el caldero junto con los demás.
Una vez en su interior, se estiró en toda su estatura apretando manos y pies contra los costados del caldero. Presionó con todas sus fuerzas hasta que el maravilloso caldero se partió en cuatro pedazos y quedó destruido. Al suceder esto, el corazón de aquel hombre perverso reventó también y murió de una forma innoble.
Los supervivientes, todos ingleses, se acercaron a Bran, que agonizaba junto a la hermosa Bronwen. Cayeron de rodillas y lloraron sobre su cuerpo.
—Rey y señor —se lamentaron—, el caldero se ha reventado y no podemos salvaros.
—Escuchadme, hermanos —dijo Bran—, y haced lo que os diré. Cuando haya muerto, cortad mi cabeza y llevadla de regreso con vosotros a Ynys Prydein. Una vez allí, enterradla sobre la Colina Blanca que se alza ante Mor Hadren, desde donde protegerá esa entrada marítima contra todo intruso.
»En verdad os digo que, mientras nadie desentierre la cabeza, ningún enemigo os hará daño. Os deleitaréis en la tierra de vuestros padres, las aves de Rhiannon os cantarán, y ochenta años serán como un solo día. Si lo hacéis así, la cabeza será tan
buena compañera para vosotros como siempre lo fui yo, puesto que vuestra alegría y prosperidad quedarán aseguradas.
»Pero si alguien desentierra la cabeza, las plagas y la guerra regresarán a la Isla de los Poderosos. Y, una vez desenterrada, deberéis apresuraros a enterrarla de nuevo donde nadie pueda encontrarla jamás, para evitar que os sucedan aún cosas peores.
»Ahora, pues, me ha llegado el momento de morir. Haced enseguida lo que os he ordenado.
Llenos de pesar, los hombres hicieron lo que su señor les ordenaba. Zarparon de nuevo hasta su país y enterraron la cabeza donde Bran les había dicho. Y enterraron a Bronwen un poco más lejos, pero cerca del lugar donde descansaba la cabeza de su hermano, para que pudieran estar juntos.
Y, de inmediato, un enorme palacio surgió del suelo con paredes y suelos de piedra pulimentada que relucía como piedras preciosas bajo el sol. En su interior encontraron una gran sala y comida de todas las clases colocada sobre una crujiente mesa. Había también vino y aguamiel y cerveza para beber. Y tanto la comida como la bebida eran de lo más delicioso que habían probado en su vida. Tan pronto como empezaron su banquete, tres aves aparecieron sobre unas perchas doradas y las canciones más maravillosas que jamás hubieran escuchado se convirtieron en un vacío sonido comparadas con el canto de estas aves fantásticas.
Durante ochenta años vivieron de esta forma, mientras su riqueza y descendencia aumentaban, al igual que su felicidad. Estos ochenta años recibieron el nombre de la Asamblea de la Cabeza Maravillosa. Por este motivo, el entierro de la cabeza de Bran fue llamado uno de los Tres Felices Ocultamientos. Mientras la cabeza permaneció tranquila en su lugar, ninguna plaga ni enemigo se acercó a las playas de Inglaterra.
Así termina este relato del mabinogi.
Terminada la canción, Myrddin bajó el arpa en medio de un silencio total. Los reyes y guerreros reunidos comprendieron que estaban en presencia de un auténtico bardo y se quedaron mudos. Sus ojos brillaban como encantados, y a lo mejor lo estaban. Pues en verdad el relato los había cautivado, y había obrado su sutil hechizo en su interior.
Y también en mi interior. También yo sentí el relato como algo vivo; me di cuenta de que estaba vivo como lo están todos los relatos auténticos. ¡Mayor es el temor que inspiran por ese motivo! Ya que comprendí el auténtico significado de la canción, y supe qué era lo que el Emrys nos había cantado:
El agitado reinado de Arturo, y la mano del Enemigo en él.
BORGES-360
En el libro tercero de las Ene a das, leemos que la materia
es irreal: es una mera y hueca pasividad que recibe las formas
universales como las recibiría un espejo; éstas la agitan y la pueblan
sin alterarla. Su plenitud es precisamente la de un espejo,
que simula estar lleno y está vacío; es un fantasma que ni siquiera
desaparece, porque no tiene ni la capacidad de cesar.
Lo fundamental son las formas.
NABOKOV-360
a la noche siguiente, volvía a hacer mi camino a través de todos los controles
que la marina había establecido en las esquinas de las calles (se me pedía
documentación que me permitiera acceder hasta el umbral del alma de Katya,
salvoconductos inservibles más allá de ese punto); y de nuevo volvía a mirar a Katya,
quien, a la primera palabra de compasión que yo pronunciaba, se convertía en una
gran muñeca rígida que se limitaba a bajar sus pestañas rizadas y a contestarme en
un lenguaje propio de una muñeca de porcelana
JOYCE-ULISES 360
—No—dijo el señor Bloom—. Prepárelo,
por favor. Vendré más tarde y llevaré uno de
esos jabones. ¿Cuánto cuestan?
—Cuatro peniques, señor.
El señor Bloom se llevó un pan a la nariz.
Dulce cera alimonada.
—Voy a llevar éste —dijo—. Con eso son
tres chelines y un penique.
—Sí, señor. Lo puede pagar todo junto,
señor, cuando vuelva.
—Bueno —dijo el señor Bloom.
Salió del negocio sin apresurarse, el
bastón de diario bajo el sobaco, el frescoenvuelto
jabón en la mano izquierda.
Al sobaco le dijeron la voz y la mano de
Bantam Lyons:
—Hola, Bloom, ¿qué noticias hay? ¿Es de
hoy? Veámoslo un minuto.
Se afeitó otra vez el bigote, ¡por Júpiter!
Largo y frío sobrelabio. Para parecer más joven.
De veras que está fragante. Más joven que yo.
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