Las baladas del ajo MO YAN 897
Gao Ma y dijo:
—Muy bien, Número Dos, ya es
suficiente.
Gao Ma había rodado hasta el borde
de la carretera y tenía el rostro
manchado por el barro que cubría el
campo de pimientos, mientras sus
brazos atados se movían
nerviosamente por encima de los dedos
púrpuras, que parecían hongos
venenosos. El adjunto Yang se
acercó a él
con gesto de preocupación, lo cargó
a su espalda y colocó el dedo por
debajo de su nariz para ver si
todavía respiraba.
¡Han matado a Gao Ma! Jinju vio
miles de puntos dorados, que
cambiaban de color hasta formar un arco verde en el aire por encima de
su cabeza. Estiró el brazo, pero no fue
capaz de atraparlos. Algunas veces
pensaba que había atrapado uno,
pero cuando abría la mano, había
desaparecido. Un nauseabundo sabor
dulce ascendía desde lo más
profundo de su garganta y, cuando
abrió la boca, un reguero rojo salió
de ella y fue a parar a una rama
blanquecina que se encontraba
delante de ella.
¡Estoy tosiendo sangre! Al principio
se asustó. ¡Estoy tosiendo sangre!
Luego se sintió afortunada: sus
temores, sus preocupaciones, sus
problemas, se habían volatilizado
como una nube de vapor, dejando
solamente un almibarado pesar
alrededor de su corazón.
JORGE LUIS BORGES
OBRAS COMPLETAS 897
JUAN, I, 14
Refieren las historias orientales
La de aquel rey del tiempo, que sujeto
A tedio y esplendor, sale en secreto
Y solo, a recorrer los arrabales
Y a perderse en. la turba de las gentes
De rudas manos y de oscuros nombres;
Hoy, como aquel Emir de los Creyentes,
Harún, Dios quiere andar entre los hombres
Y nace de una madre, como nacen
Los linajes que en polvo se deshacen,
Y le será entregado el orbe entero, •
Aire, agua, pan, mañanas, piedra y lirio,
Pero después la sangre del martirio,
El escarnio, los clavos y el madero.
Sura 66. At-Tahrim (La Prohibición) 897
(10) Dios plantea una parábola a esos que se empeñan en negar la verdad en [las historias
de] la mujer de Noé y la mujer de Lot: estaban casadas con dos de Nuestros siervos justos, y
ambas traicionaron a sus maridos;19 y ninguno de los dos podrá conseguir nada de Dios para esas dos mujeres cuando se diga [en el Día del Juicio]: “¡Entrad ambas en el fuego con todos los [demás pecadores] que entran en él!”20
(11) Y Dios plantea una parábola a los que han llegado a creer en [la historia de] la mujer de
Faraón,21 cuando imploró: “¡Oh Sustentador mío! ¡Construye para mí una casa en el jardín [que está] junto a Ti, y ponme a salvo de Faraón y de sus obras, y ponme a salvo de la gente malhechora!”
(12) Y [hemos planteado además otra parábola de la conciencia de Dios en la historia de]
María, hija de Imrán,22 que guardó su castidad, y luego insuflamos [algo] de Nuestro espíritu en eso [que había en su vientre],23 y que confirmó la verdad de las palabras de su Sustentador –y [con ello,] Sus revelaciones24 --y fue de las realmente devotas.
TEXTOS DE LAS PIRAMIDES 97
Mediante la repetición de motivos y la sabia combinación de materiales y texturas, se logra un efecto tridimensional que dota a los edificios de cierto misterio y ligereza. La luz y el agua son elementos indispensables para lograr ese efecto casi irreal.
La luz es el símbolo de la unidad divina y el artista musulmán pretende transformar la materia misma que está modelando en una vibración luminosa. Además de tener una dimensión mística, la luz tiene en la arquitectura islámica una función decorativa que es doble: modifica los demás elementos de la decoración y origina formas.
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