viernes, enero 03, 2014

EL AGUA QUE CAE CUANDO SE ESTA QUEMANDO EL MONTE.

 

 

Miguel de Cervantes
DON QUIJOTE DE LA MANCHA    351

En el soberbio trono diamantino
que con sangrientas plantas huella Marte,
frenético el manchego su estandarte
tremola con esfuerzo peregrino.
Cuelga las armas y el acero fino
con que destroza, asuela, raja y parte:
¡nuevas proezas!, pero inventa el arte
un nuevo estilo al nuevo paladino.
Y si de su Amadís se precia Gaula,
por cuyos bravos descendientes Grecia
triunfó mil veces, y su fama ensancha,
hoy a Quijote le corona el aula
do Belona preside, y dél se precia
más que Grecia, ni Gaula, la alta Mancha.
Nunca sus glorias el olvido mancha,
pues hasta Rocinante en ser gallardo,
excede a Brilladoro y a Bayardo.

    

La vida y la muerte me
están desgastando              351

La canción del sombrero de paja volvió a elevarse
triunfalmente por los aires. Mientras se escuchaba la música de fondo, una
sonora voz de tenor ascendió a los cielos: El sombrero de paja de mamá ha
ascendido hasta la luna-Llevándose consigo mis amores y mis ideales. Todas las
demás puercas, libres de celos, colocaban la cola de los cerdos por delante
de su morro y comenzaban a bailar en círculos alrededor de Amante de la
Mariposa y de mí siguiendo el ritmo de la canción del sombrero de paja.
Mientras los pájaros del Jardín del Albaricoque cantaban y la luz de la
mañana se asomaba por el cielo, mi primer apareamiento se llevó a cabo sin
la menor dificultad.
Mientras me bajaba del lomo de Amante de la Mariposa, observé a
Ximen Bai caminando con dificultad, ayudada por un bastón hecho en casa,
mientras acarreaba cestas de comida sobre el hombro. Haciendo acopio de
las energías que me quedaban, salté por encima de la pared y entré en mi
pocilga a esperar a que Ximen Bai me diera de comer. El aroma a alubias
negras y a avena me hizo babear. Estaba hambriento. El rostro de Ximen
Bai, teñido de rojo por la luz de la mañana, se asomó por encima de la
pared de mi pocilga. Tenía los ojos llenos de lágrimas. Casi sobrecogida
por la emoción, dijo:

—Dieciséis, Jinlong y Jiefang ahora están casados, al igual que tú.Todos os habéis hecho
adultos...El cabello milagroso devuelve a la vida a Diao Xiaosan
La muerte roja extermina a la cuadrilla de puercos

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EL ORGASMO DEL CERDO ¿30 MINUTOS?

El cerdo, a diferencia de otros animales, tiene un volumen de eyaculación muy grande (entre 250 y 300 ml, aunque puede llegar a los 500 ml), aunque no toda con la misma composición.

La eyaculación se divide en tres etapas:

1º- Eyaculación de las glándulas Accesorias (plasma seminal).

2º. Eyaculación de espermatozoides.

3º Eyaculación de las glándulas accesorias (fructuosa, ácido cítrico, sustancias con función tampón).

Para llegar a este punto necesita mucha estimulación de las glándulas accesorias (próstata, vesículas seminales, glándulas bulbo-uretrales y otras menores que segregan el plasma seminal).

En algunas ocasiones el animal llega a dormirse en el proceso

VLADIMIR NABOKOV
Cuentos completos      351

«Quédate aquí sentado un rato», dijo Ivanov. «Tengo que pensar. El mar
no se va a marchar.» «Por favor ¡déjeme ir!», suplicó David.
Ivanov se alzó sobre un codo y contempló las olas. Eran grandes y con joroba; nadie
se bañaba en aquel lugar; había que ir más a la izquierda para encontrar una docena
de cabezas con gorros de baño naranja que se movían y que se veían arrastradas
hacia un lado al unísono. «Esas olas», dijo Ivanov con un suspiro, para luego añadir:
«Puedes chapotear un poco, pero no entres más de un sazhen. Un sazben son unos
dos metros».

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Graves, Robert El Vellocino de Oro  351

Diodoro interpreta la pictografía familiar pero misteriosa del Carnero volante, sobre el cual Hele y Frixo viajaron a Cólquide, como una nave veloz con un carnero por mascarón de proa, y sugiere que la caída de Hele al Helesponto sólo significa que la corriente le produjo mareo, y que al inclinarse sobre la borda, se cayó al agua. Es posible que tuviera razón en lo del carnero, aunque sus interpretaciones de otros fragmentos de la leyenda no son, ni mucho menos, tan convincentes. Es obvio que se equivoca cuando dice que la serpiente que guardaba el vellocino era un oficial cuyo nombre era capitán Serpiente. Lo mismo ocurre con Dionisio Scytobrachion cuando sugiere que el vellocino de oro era en realidad la piel del joven señor Carnero, el paje de Frixo, que los colquídeos
curaron y doraron después de haberlo matado. También se equivoca Estrabón cuando dice que los argonautas navegaban en busca de oro y que el vellocino era el oro aluvial de Cólquide que los colquídeos recogían en vellones colocados en el fondo de las artesas en las que lavaban los minerales. Y también Suidas cuando dice que se trataba de un libro hecho de piel de cordero quecontenía el secreto de la alquimia, que los colquídeos habían heredado de sus antecesores egipcios.
Igualmente se equivoca Carax de Pérgamo, el cual escribió en el siglo I después de J.C. que el vellocino era un rollo de pergamino que contenía el secreto de cómo iluminar sobre oro. Sin
embargo, todos estos griegos creían que el viaje era un hecho histórico, y que sus símbolos más disparatados podían llegar a ser interpretados como hechos reales; no hicieron como los eruditos alemanes del siglo pasado que descartaron la historicidad de todo el relato afirmando que se trataba de un mito solar.
Por otra parte, quizás hubiéramos tenido que recurrir a la explicación de Estrabón (que es bastante convincente pues aún existe oro aluvial en el Rion y el método de lavar el oro utilizando el vellón es un método práctico) si Heródoto, Apolodoro, Pausanias y el anónimo mitógrafo del Primer Vaticano, no hubieran revelado, entre todos, el secreto de la historia. Este mitógrafo, aunque escribía en el siglo y después de J.C., evidentemente tuvo acceso a una fuente muy antigua de la leyenda: él es la única autoridad que menciona la oposición de los troyanos a la travesía del Argo hacia el mar Negro3, que es un elemento importante de la trama. El deja constancia de que el vellocino era el que Zeus utilizaba para ascender a los Cielos», y de este modo lo relaciona, con más
seguridad que Pausanias, con la historia del dios Carnero, Zeus Lafisrio, y del intento de sacrificio por parte del minia Atamante de su hijo Frixo como medio de persuadir a Zeus de que enviase lluvia cuando la cosecha había fallado. El color púrpura del vellón que menciona Simónides,subraya esta relación: las nubes blancas no traen lluvia, pero las de color púrpura sí; lo mismo ocurre con los vellones blancos y de color púrpura utilizados para fines mágicos. Parece ser que Frixo, para salvarse de ser sacrificado al dios Carnero, robó el vellón púrpura (¿con el fleco de oro?)
que era el instrumento sagrado y necesario del ritual de la lluvia, y escapó con él a Cólquide donde no podría ser alcanzado. Naturalmente, la pérdida del vellocino produjo entre los minias una sensación de mala suerte y una generación más tarde los argonautas, que eran todos minias, unos de nacimiento, otros por adopción, se hicieron a la vela con el fin de recuperarlo.


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