Ponerse en jarras
Poner los brazos en jarra es considerado un signo de firmeza, como un gesto de "aquí estoy yo y no podrás pasar", es en definitiva un gesto que nos transmite dureza, valor y inamovilidad como ya hemos comentado.
Y entonces, esa actitud que es -prácticamente- de intransigéncia hacia lo que hay enfrente, pero también de incapacidad para apreciar el movimiento que hay en el otro, que opta por cerrarse y formar una barrera entre ambos se convierte poco a poco en una postura reivindicativa y transgresora, hasta cierto punto macarra, mediante la apropiación. El gesto se transforma, del Batman vengativo (y de su postura paternalista/protectora y autoritaria de cualquier superheroe) pasamos a la postura del "ajeno" y del "marginado", del "confrontado" de quien pretende deshacerse la postura de Batman.
En este caso, los brazos en jarra acompañan a los brazos cruzados, dándole una réplica. Es el gesto de quién fija su centro de gravedad y abriendo las piernas como el Coloso de Rodas, toma posición y planta cara: a la vida, al poder, a lo negativo y a lo positivo, planta cara por plantarla y como véis las palabras vuelven a trabajar y construyen una nueva expresión y una camina junto a la otra. Brazos en jarra // plantar cara.
Esa actitud de quien se sabe agraviado, que sabe que va a recibir y que por ello debe estar dispuesto a tomarlas tal como vengan,pero también de quien sabe que se sitúa fuera, que decide por voluntad propia quedarse en un margen y caminar en paralelo; que sabe que por ello será considerado perjudicial.
Retrato de un hombre con las manos en la cintura, de Rembrandt.
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