REENCARNACIÓN
Tulku
Tulku (tibetano: སྤྲུལ་སྐུ; Wylie: sprul sku; ZWPY: Zhügu, también tülku, trulku) es el término utilizado en el budismo tibetano y en la religión bön para referirse a aquel maestro que ha logrado tener el control parcial o total en la muerte sobre la forma de su reencarnación, y el conocimiento del lugar de su nuevo nacimiento. Además, un tulku es considerado cómo la emanación de la mente de un maestro con niveles importantes de realización.
El ejemplo más famoso es el del Dalái Lama, que lleva ya trece reencarnaciones y que ha seguido hasta nuestros días: Tenzin Gyatso (1935). Otro ejemplo es el de los Karmapas, que comenzó con Düsum Khyenpa (1110-1193) hasta Phurba Kwan Rinpoche (1974).
Una de las peculiaridades del budismo tibetano es la presencia de los Budas Vivientes. Un Buda Viviente, también llamado Bodisatva es, literalmente, un ser viviente (satva) cuya naturaleza es la iluminación (bodi). Es un ser destinado a convertirse en un Buda, que ha hecho el voto de salvar a los demás antes de salvarse a sí mismo. Además de la compasión, el Bodisatva está consagrado a ejercer el dominio de sí, estudiar, aprender y alcanzar la sabiduría. Sus esfuerzos se fundamentan en la determinación de liberar a otros del sufrimiento, reemplazándolo con alegría.
Al morir uno de estos Bodisatvas, se forman equipos de monjes que los buscan en su siguiente encarnación, siguiendo patrones establecidos a través de los siglos. El nacimiento de un Buda Viviente normalmente es precedido por fenómenos naturales anormales. Los budistas tibetanos creen que el alma reencarnada incorpora no sólo el espíritu del Buda Viviente, sino también sus doctrinas; así, cuando se encuentra una reencarnación potencial, el niño usualmente puede recordar lo que hizo en su existencia anterior, sus propias enseñanzas y también puede identificar sus viejas posesiones. Tradicionalmente, los monjes encargados prueban al niño con los familiares del difunto Bodisatva. En algunos casos, el niño puede reconocer a los propios monjes, incluso si se le acercan disfrazados.En su sitio web, a la pregunta sobre sus primeras sensaciones sobre ser reconocido como el Dalai Lama responde:
- “Me hizo muy feliz [...] antes de que me reconocieran, a menudo decía a mi madre que iría a Lhasa [capital del Tíbet]. Me montaba en un travesaño de la ventana de casa y fingía que cabalgaba hacia Lhasa. Era muy pequeño en aquel entonces, pero lo recuerdo claramente. Tenía un fuerte deseo de ir allí. Otra cosa que sucedió, que mi madre recuerda muy claramente, es que tan pronto llegamos a Lhasa, dije que mis dientes estaban en una caja, en cierta casa en el Norbulinka. Cuando abrieron la caja, encontraron la dentadura que había pertenecido al décimo tercer Dalai Lama.”
Osel Hita: “Algunas veces le digo a Lama Yeshe que me dé una señal, y muchas veces lo hace”.
BBC – Un bebé español, considerado la reencarnación de un venerado lama budista, pasó toda su infancia en un monasterio de la India. Pero al cumplir dieciocho años retornó a su país natal junto a su familia. Aunque aún es un aclamado maestro, se siente más cómodo caminando por las playas de Ibiza.
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