Cercar a uno cerrándole todas las salidas para atraparle.
Numancia es el nombre de una desaparecida población celtíbera situada sobre el Cerro de la Muela, en Garray, a 7 km al norte de la actual ciudad de Soria, España.Tras veinte años repeliendo los continuos e insistentes ataques romanos, en el año 133 a. C., el senado romano confiere a Publio Cornelio Escipión Emiliano El Africano Menor la labor de destruir Numancia, a la que finalmente pone sitio, levantando un cerco de nueve kilómetros apoyado por torres, fosos, empalizadas, etc. Tras trece meses de hambrunas, enfermedades y tras agotarse sus víveres, los numantinos deciden poner fin a su situación. Algunos de ellos se entregan en condición de esclavos al ejército de Publio Cornelio Escipión Emiliano, mientras que la gran mayoría de los numantinos decidieron suicidarse, prevaleciendo su condición de libertad frente a la esclavitud de Roma.
Sol
Sol fue la deidad solar en la antigua religión romana. Durante mucho tiempo se pensó que Roma había tenido dos dioses solares diferentes consecutivos. Del primero, Sol Indiges, se pensaba que había sido poco importante, desapareciendo por completo en un período temprano. Sólo en el Imperio Romano tardío, los investigadores sostuvieron que el culto solar reapareció con la llegada a Roma del Sol Invictus sirio
El latín sol es la continuación del PIE *Seh2ul- / *Sh2-en-, cognado con el germánico Sól, el sánscrito Surya, el griego Helios o el lituano Saule.[1] También se compara el latín solis con el etrusco Usil
Identificación con Jano
Varios filósofos romanos especularon sobre la naturaleza del sol, sin llegar a ningún consenso. Un ejemplo típico fue Nigidio Figulo, un erudito del siglo I a. C.. Sus obras no han sobrevivido, pero escritos de Macrobio, cinco siglos después señalaba que Nigidius había argumentado que Sol iba a ser identificado con Jano y que tenía una homóloga en Jana, que era Luna. Como tales, debían considerarse como dioses principales, que recibían sus sacrificios antes que a cualquier otro
Sol Invictus
Sol Invictus ("sol invicto") o en forma completa, Deus Sol Invictus (latín "el invencible Dios Sol") fue un título religioso aplicado al menos a tres divinidades distintas durante el Imperio Romano: El Gabal, Mitra y El Sol.
El Gabal
El-Gabal o Elagabalus (Heliogábalo) era una antigua deidad solar de Siria.
Las más sagradas reliquias de la religión romana fueron trasladadas desde sus respectivos santuarios al Elagabalium (templo de El Gabal), incluyendo la Gran Madre** (Cibeles o Artemisa la diosa Madre, link), el fuego de Vesta, los Escudos de los Salios y el Paladio, para conseguir que ningún otro dios salvo El-Gabal fuera venerado. Según algunas fuentes, el emperador declaró además que judíos y cristianos debían realizar sus ritos en el Elagabalium (Templo del Sol), para que así éste "pudiera incluir los misterios de cualquier forma de culto".
Mitra
Mitra era un dios conocido en la antigüedad, principalmente en Persia e India, Mitra era el dios de la luz solar, de origen persa que fue imperio romano. Fue comparable al culto del Dios-Sol Amón-Ra en Egipto.
No hay interrupción en el culto de Sol en Roma, ni ningún cambio en la las representaciones del dios, lo que sugiere algún tipo de cambio significativo en tiempos de Aureliano. Es claro, sin embargo, que el culto del sol se hizo mucho más importante durante su reinado, con la institución de un nuevo colegio de pontífices para Sol.
Existe un cierto debate sobre el significado del 25 de diciembre para el culto de Sol. De acuerdo a una única fuente tardía, los romanos celebraban una fiesta Dies Natalis Invicti el 25 de diciembre, "el cumpleaños del invicto". La mayoría de los investigadores supone que es por Sol Invictus, aunque nuestra fuente para este festival no lo establece en forma explícita. El 25 de diciembre indicaba comúnmente la fecha del solsticio de invierno, con el primer alargamiento detectable de las horas del día.
Gordon señala que ninguna de estas fiestas están vinculadas con eventos astronómicos.No queda claro el momento en que se instituyó la fiesta del 25 de diciembre, lo que hace difícil evaluar el impacto (si lo hubo) que tuvo en la creación de la Navidad.
La negación budista de la sustancialidad del alma puede resumirse en estos términos:no existe un alma eterna y permanente,no se sabe donde buscarla ni donde encontrarla,no se la puede reconocer ni con datos ni con sensaciones,ni con las ideas,ni con las facultades psíquicas,ni con la conciencia,porque todos estos elementos en los que se resuelve el análisis del yo y del no yo son mudables y faltos de permanencia y sujetos al dolor;es decir que están provistos de caracteres contrarios a aquellos de que está provista el alma sustancial en la opinión de los filósofos que sostienen su existencia..Además,añade Buda,todas las cosas están desprovistas de una existencia en si,en tanto que se hallan en perpetuo movimiento y pasan incesantemente de un estado a otro.
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