el "Cinturón de Venus" o "arco anti-crepuscular, una banda rosada que es visible sobre el azul marino de la sombra de la Tierra, en la misma parte del cielo. No hay línea divisoria clara entre la sombra y el cinturón de Venus
http://www.tiempo.com/ram/14054/14054/
http://blogs.elcorreo.com/el-navegante/2013/05/09/habeis-visto-el-cinturon-de-venus/
Hipólita http://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3lita
Hércules en el Termodonte, ópera de Vivaldi que se basa en otra versión del noveno trabajo de Hércules.
TEXTOS DE LAS PIRAMIDES. 81
Graves, Robert
El Vellocino de Oro 91
Al observar un triple centelleo de sol sobre un metal pulido en dirección a Metone, señal que había estado esperando, Jasón le dijo a Tifis:
-Pon rumbo a Metone, por favor. Allí espero completar nuestra tripulación.
Tifis le obedeció y pronto los lamentos de la playa de Págasas se fueron desvaneciendo en la
lejanía.Cuando Yolco ya había quedado atrás, Linceo, que miraba por encima de su hombro izquierdo,
interrumpió la música:
-Veo algo, camaradas -exclamó-. Veo a dos hombres y a una mujer que bajan corriendo por el Pelión en dirección a Metone, medio escondidos por las espesuras de los robles. Los hombres los conocéis todos: son Acasto, hijo de Pelias, y su amigo Peleo el mirmidón. Muchos de vosotros conocéis también a la mujer. Corre y salta sobre los arbustos con la agilidad de un gamo; y por su cabello trenzado, su corta túnica y su arco, tiene todo el aspecto de ser una doncella cazadora de la
diosa Artemis.
-Oh, Linceo, ¿cuál es el color de su túnica? -preguntó con ansiedad el joven Meleagro de Calidón, su compañero de banco-. ¿Es acaso de color azafrán?
-De color azafrán -replicó Linceo-, y lleva un collar de garras de oso. No quiero inquietarte más Meleagro. Es la mujer a quien amas más que a tu vida: Atalanta de Calidón.
El gran Anceo gritó enfadado:
-Más vale que no ponga el pie en este barco. No trae buena suerte una mujer a bordo.
-Ten cuidado -dijo Meleagro-. Del mismo modo hablabas en Calidón antes de comenzar la caza, y dime, ¿qué hubiera sido de ti sin Atalanta? ¿Acaso no te salvó la vida?
El gran Anceo murmuró una respuesta ininteligible.
Cuando el Argo llegó junto a la gran roca de Metone, que hacía las veces de malecón, Atalanta saltó a bordo antes de que nadie pudiera impedírselo, llevando en la mano una rama de abeto.
-¡En el nombre de la diosa Doncella! -exclamó.
El Vellocino de Oro Jasón no tuvo más remedio que aceptarla como miembro de la tripulación. El abeto está consagrado
a Artemisa, la cual, aun habiendo renegado de su parentesco con la Triple Diosa y aceptado a Zeus por padre, conserva la mayoría de sus características primitivas. Es peligrosísimo ofenderla y Jasón quedó aliviado al saber que ella también patrocinaba la expedición; tenía miedo de haber ofendido a su sacerdotisa Ifias con su brusquedad de aquella mañana.
Pero Meleagro, que estaba enamorado de Atalanta, quedó amargamente decepcionado al ver que había ido en nombre de la diosa y era, por lo tanto, intocable. Recientemente le había propuesto repudiar a su joven esposa Cleopatra, hija de Idas y Marpesa, para casarse con ella en cuanto dejase
el servicio de Artemisa. Esto le estaba permitido a Atalanta si practicaba ciertos sacrificios
innombrables en el santuario de la diosa, pero un oráculo le había anunciado que el matrimonio le traería mala suerte y, además, no quería provocar la ira de Idas, padre de Cleopatra, ni tampoco
ofenderla a ella, que había sido su compañera de caza. Por consiguiente, Atalanta se había negado a casarse con Meleagro, el del cabello rizado. Este entonces juró que al menos no podía obligarle a
permanecer al lado de Cleopatra; se iría a Yolco y desde allí se presentaría voluntario para el viaje a Cólquide, y de este modo se olvidaría de las dos.
Pero por lo visto Atalanta no quería que Meleagro la olvidase, ni mucho menos. Fue a sentarse en su banco y Linceo le entregó su remo. Del ceñidor de Atalanta colgaban tres sangrientas cabelleras, y esto causó inquietud y malestar entre sus compañeros de viaje.
http://www.mujeresalfuego.com/2012/09/mito-de-atalanta.html
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