viernes, septiembre 05, 2014

COTORRAS.





 La cotorra monjecotorra argentina o cotorrita verdigrís (Myiopsitta monachus) es una especie de ave de la familia de los loros(Psittacidae) que se distribuye de forma natural por Sudamérica, y que ha sido introducida en numerosos países. Es apreciada como mascota; nacen en verano, y sus nidos los hacen a una altura que puede alcanzar los 10 metros.Su plumaje es de un verde brillante, con las alas verdes azuladas; la frente, mejillas, garganta, pecho y vientre son grises claros. Es capaz de emitir una amplia variedad de chillidos y graznidos, también puede vocalizar o imitar palabras.Para edificar sus enormes nidos, llenos de recámaras y que pueden llegar a pesar hasta 150 kilos, destrozan sistemáticamente la vegetación para hacerse con ramas con que construirlos.Aunque las palmeras son sus árboles favoritos, las cotorras no respetan cipreses, pinos ni plátanos, pero tampoco farolas o torres de tendido eléctrico.La eliminación de sus nidos se hace aprovechando la época de poda de las palmeras, que se ha adelantado por la proliferación del escarabajo morrudo. Durante la poda invernal se aprovecha para retirar los nidos.



 Las cotorras, el nuevo vecino. 


 Fuentes de la empresa  contratada por el consistorio para el control de aves, ratas e insectos, indican que el mapa de las principales colonias de cotorras en Valencia será el preludio de una inspección periódica de los nidos, para reducir el número de ejemplares.
La manera más sencilla es pinchar los huevos pero sin retirarlos del nido. «Así las hembras siguen incubándolos durante un tiempo y no ponen más». La reproducción es menos numerosa que en el caso de las palomas, aunque con esta labor se quieren erradicar las primeras quejas de los vecinos. 



LOS HOMBRES AZULES




Rendían culto a múltiples deidades, de las cuales se ha podido identificar por el nombre al menos a tres. La principal es una deidad femenina suprema y lunar llamada Kho, que es representada a menudo como una figura del tipo de Venus pero con cabeza de ave, normalmente águila pescadora o cotorra, y un dios masculino, de carácter solar, llamado Rezu o Resu, su hijo y/o esposo. El tercero sería un dios/héroe cultural llamado Sahhindar, responsable de muchas de las innovaciones tecnológicas (la agricultura, el dominio de los metales…) que permitieron a los khokarsanos pasar directamente del neolítico a la Edad del Bronce, y que algunos especulan puede tratarse de un ser humano divinizado. El enfrentamiento entre las dos deidades principales, Kho y Resu, así como su clero, parece haber sido una constante de la historia de esta civilización y quizás una de las causas de su decadencia. El mismo nombre de la ciudad deKhokarsa se cree que significa “El árbol de la colina de Kho“. Por otro lado muchas ciudades mantenían además cultos propios, en la mayoría de los casos de carácter totémico, contando muchas ciudades con un animal sagrado propio y su clero particular. Así en Xuja son especialmente adorados los papagayos, mientras que en Athne es el elefante y en Cathne es el león. Es muy posible que en su sociedad las mujeres, especialmente las sacerdotisas de la diosa Kho, ocuparan el puesto más alto de la sociedad y el gobierno, siendo los varones los responsables de los temas militares. Se cree que la monarquía khokarsiana era electiva, siendo elegido el monarca para un reinado de nueve años, tras el cual era sacrificado, lo cual servía como medida de control por parte de las sacerdotisas para evitar que un varón se volviera demasiado poderoso. 





Tin-Hinan ("ella la de las tiendas") fue una princesa bereber que emigró desde la región del Atlas (actual Marruecos), probablemente de Tafitali, atravesando el horno sahariano a lomos de una camella blanca. Fue una heroína -dicen- y la fundadora del pueblo tuareg. Tras una larga marcha de casi 1.400 kilómetros, fue a establecerse en Abalessa, en las proximidades de Tamamrraset, al sur de Argelia. Allí encontraron su tumba y los huesos que se conservan actualmente en El Bardo. El análisis de los restos orgánicos que acompañaban al esqueleto ha establecido una antigüedad que oscila entre los 470 y 130 de nuestra era. Junto al enorme esqueleto aparecieron cientos de piezas de oro y plata (sólo en El Bardo se conserva un ajuar integrado por 613 collares, anillos y brazaletes) que ratifican la notoriedad del personaje. Para arqueólogos e investigadores como Lehuraux, Gautier y Reygasse, entre otros, el túmulo de Tin-Hinan es el hallazgo más destacado del África sahariana.











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